Pétalos silvestres.


La bandida había llegado a un jardín por la noche en la compañía de su inseparable amigo, Sokka.

Se lanzó inesperadamente al suelo, cansada por el arduo día y quejándose de sus pies, estaba tan agobiada como durante esos días en el desierto.

-¿Sokka?-Preguntó ella.

-Dime-Respondió él.

-¿Qué día es mañana?-no supo por qué razón la asaltó esa duda.

Sokka se quedó pensativo, mirando el verde pasto, que iniciaba a crecer lentamente, al igual que las hojas en los árboles. Al instante arrancó una flor silvestre, pequeña y de pétalos diminutos, coloreada de un turquesa hermoso y en medio un poco de polen amarillo intenso.

-Sabes Toph, a veces me pregunto por qué las flores silvestres son las más hermosas y únicas pero también tan pequeñas y frágiles, tan delicadas que un ser humano puede masacrarlas con la mirada solamente- Dijo.

-¿A qué viene eso?-Volvió a preguntar Toph.

-Sin duda, estas flores crecen en tan pocos lugares-Se apenó-. Aún así son mis favoritas.

Posó la diminuta flor sobre la nariz de la niña, la cual dirigía su 'mirada' al cielo.

-No te comprendo-Y se sacudió la flor bruscamente que adornaba la punta de su nariz.

-Con razón les llaman silvestres, ¿serán por lo rudas que son?-El guerrero rió juguetonamente.

-Oye, aún no respondes mi primera pregunta, bueno, antes que hicieras el estudio de las flores silvestres-Le regaló una 'mirada' cruel-Recuerdo que pregunte, qué día es…-

-Mañana comienza la primavera-Respondió al instante.

-Ah-Dejó pasar alrededor de un minuto antes de romper el silencio-La primavera… ¿Esa es la estación donde crecen flores y los pajaritos cantan?

-Sí, y es mi estación preferida-Dijo mientras acercaba su mano a Toph-.

-¿Por qué?-Seguía con la 'vista' en el cielo y los brazos entrelazados escondiéndolos y usándolos de cabecera bajo la nuca.

- Katara y yo vivimos muy al sur y todo siempre está cubierto de nieve, te diré que ya me aburrí del mismo paisaje.

-Acarició rápidamente el pómulo de la bandida, dibujando varios círculos fugaces haciendo que ésta se sonrojara levemente-Me fascina que te ruborices, pareces una flor silvestre; los intentos de Toph para que Sokka no lo notara fueron en vanos.

-Si no te callas, dejaré tu ojo morado y así tú, parezcas una flor 'silvestre'-De lo poco y nada que había aprendido sobre los colores, recordaba que cada vez que alguien daba un puñetazo en el ojo éste se ponía marchito y de color 'violeta'.

-OK, me callo, pero… ¿cuál es tú estación preferida? O ¿Tu flor?-Esa noche sería larga y llena de interrogatorios, predijo la bandida