¡Hola lectores! Aquí está de vuelta Lee con una nueva historia :D Sinceramente, la pensaba subir en San Valentín, como un regalo para ustedes, pero por una u otra cosa no lo pude hacer. Pero, ¡aquí está mi más reciente creación! Muajajaj XD.

Cabe aclarar que es un fic multiparejas, pero le daré más relevancia a mis dos favoritas: NaLu y Gruvia. Sin más, ¡comencemos!

Fairy Tail no es mío, sino de Mashima-sensei, que me tiene hecha un manojo de nervios y ansia con el rollo de la Lucy del futuro y todo eso (manga). Y claro, con la pelea entre Gray y Juvia contra Lyon y Sheria, ¡ya quiero saber que va a pasar, caramba!

Bueno ya, disculpen XD.

Love is in the air

Fairy Tail Oneshot

El ambiente estaba extraño ese día, en el gremio de magos de Fairy Tail. El Sol resplandecía con esplendor, el cielo estaba tan claro y despejado, los árboles más verdes que nunca, y las flores brotaban con hermosura. Un perfecto día primaveresco.

Y todo eso, parecían afectar raramente a nuestro gremio favorito. Pero, lo más raro de todo, era que sólo afectaba sobre las mujeres. Ese día lucían radiantes, hermosas y femeninas. Más de lo normal. Desgraciadamente, eso solo lo notaron cierto par de magos, que a pesar de mantener un nivel casi igualado de fuerza, se parecían en otro singular detalle: era unos pervertidos sin remedio. Se trataba del maestro del gremio, Makarov, y el mago más fuerte de éste, Gildarts. Ambos se hallaban en la barra, muertos de aburrimiento y calor, hasta que notaron el brillo singular de las féminas fairytailescas. No pudieron evitar soltar baba cuales perros sedientos, y que sus ojos formaran un corazón. En verdad que se veían preciosas.

Pero bueno, ellos ya son hombres maduros, uno de ellos contaba hasta con nietos. Así que, no podían poner un dedo encima de ellas (a excepción de Gildarts, ya que cierta maga de lentes le llamaba la atención). Por lo tanto, solo se podían conformar con observar y suspirar; hasta que uno de ellos habló…

-Es una lástima que las desperdicien así- soltó Gildarts, suspirando cual adolescente al observar a Myra reír con gracia. Makarov le dio la razón, sonriendo bobamente al ver a Levy platicar con Lucy.

-Tienes razón muchacho; solo unas cuantas de ellas cuentan con un novio…

Entonces, fijaron su vista a otro ángulo del gremio. Pasaron de florecitas y mariposas revoloteando, a llamas y jarras de cerveza salir volando por todos lados. Los machos del gremio se debatían en un combate, como solían hacerlo todos los jodidos días en los cuáles ninguna buena misión llenaba la pizarra. Natsu y Gray se partían a puñetazos, mientras que Gajeel y Laxus los observaban, haciendo apuestas. Elfman gritaba qué era un hombre, y los demás se partían de risa o se caían de borrachos. El par de viejos solo suspiraron, pero ahora de vergüenza.

¿Cómo era posible esto? Las hermosas chicas estaban en su plena época de celo, y aquéllos animales solo se preocupaban por partirse la cara o tomar hasta desmayarse. Chistaron de solo verlos. Los tiempos eran distintos, pensaron, pero después se dieron cuenta que no era así; los que habían cambiado eran los hombres. Con el pasar del tiempo, parecía que se volvían cada vez más idiotas y despistados, en lo que a temas de romance y mujeres se refiere. Parecían solo preocuparse por estupideces, aun en plena juventud. Qué vergüenza, se dijeron.

Fue así que una idea maliciosa se les apareció de pronto. Esto no se iba a quedar así. No podían desperdiciar ese día, que al parecer era una señal del señor que al fin se había apiadado de aquéllos pobres imbéciles. Les ponía a las mujeres en bandeja de oro. Ambos sonrieron, malévolos.

-¿Está pensando lo mismo que yo, maestro?

-En efecto, muchacho.

Y tuvieron que tragarse su sonrisa de villano de anime shounen.

-¡Hey chicos!- gritó Gildarts, llamando la atención de los chicos. Con la mano les indicó que se acercaran a donde se encontraba, pero solo unos le hicieron caso: Natsu, Gray, Gajeel, Elfman, Mystogan y Laxus. Y ahí estaban los seis, a merced del maestro y el hombre.

-¿Sucede algo maestro?- preguntó Natsu, alzando una ceja. Makarov sólo carraspeó un poco.

-¿No notan algo, chicos?- empezó Gildarts, tratando de irse por la tangente un poco.

Las seis jóvenes bestias…perdón, hombres, voltearon a todo su alrededor, buscando aquello de lo que hablaba Gildarts. Pero, simplemente no notaron nada.

-No hay nada extraño, viejo- se quejó Gajeel, cruzándose de brazos. Los cinco restantes asintieron. El hombre se contuvo de golpearse la cara con la palma de la mano.

-Observen bien, por allá- dijo Makarov, señalando justo donde se encontraban las chicas. Pero, lo que ellos dos veían como un paraíso terrenal, los otros veían lo mismo de todos los días, sin nada de especial. Ya estaban empezando a impacientarse.

-A ver idiotas, ¿de verdad que no se dan cuenta?- explotó Gildarts, recargándose en el respaldo de su silla, viéndolos seriamente.

-¡Cómo quieres que lo notemos si no nos dicen de qué se trata!- exclamó Gray, hastiado.

-De verdad pensé que eran maduros, pero veo que aún les faltan milenios para aprender- se quejó el maestro, bufando.

-Ya viejo, dinos a qué viene tanto misterio- le dijo Laxus a su abuelo, cruzado de brazos.

Gildarts y Makarov se miraron, y no tuvieron de otra más que decírselo así, de tajo.

-Hoy las chicas lucen jodidamente hermosas- dijo Gildarts, tratando de ponerle un tono de seriedad al comentario, pero los demás lo vieron de mala manera.

-¡Porque tú eres un pervertido de primera!- se quejó Natsu, apuntándolo. Gildarts gruñó, ofendido.

-Les estoy hablando en serio; hoy ellas lucen más bellas de lo normal, sólo mírenlas.

Y todos voltearon a verlas. Ellas estaban sentadas todas juntas en una sola mesa, riendo de lo que sea que estaba diciendo la hija de Bisca. Era en verdad un cuadro encantador. Lucy, Juvia, Levy, Erza, Myra, Lisanna, Evergreen, Laki y Wendy lucían como ángeles.

-Se ven como todos los días- dijo Gajeel, cerrando los ojos. Makarov y Gildarts se contuvieron horrores para no soltarle una trompada en la cara.

-Son unos idiotas sin remedio.

-Tendremos que ayudarles desde lo primordial.

Lo dijeron en una voz tan baja para que ellos no los escucharan. Entonces, su plan B dio comienzo.

-Ne Natsu- llamó Gildarts, y el nombrado le puso atención. Con los dedos le indicó que se acercara más a él, y éste obedeció. Al estar lo suficientemente cerca, el hombre le pasó un brazo por encima de los hombros al adolescente, y acercó su boca a su oído.

-Lucy es hermosa, ¿verdad?- le preguntó, sonriendo de medio lado. El de pelo rosa miró fijamente a la rubia. Observó sus finos rasgos femeninos. Su cabello dorado, sus pardos ojos, su nariz fina, su boca…

-Sí, lo es- le susurró, sonriendo mientras un ligero tono rojo adornó sus pómulos. Gildarts sonrió más, su plan iba dando resultado.

-Tiene bonitas piernas, ¿verdad?; Y, ¿ya viste sus caderas? Son las de una diosa. Tiene un cuerpo buenísimo, ¿no crees?

Todo eso, Natsu lo almacenaba, e iba fijándose en los detalles. Miró sus piernas, que iban descubiertas, como siempre. Las tenía cruzadas de una forma muy femenina, y al usar minifalda, lucían espectaculares. Su cadera era perfecta, no muy estrecha ni muy ancha, simplemente perfecta. Y su cuerpo, endemoniado cuerpo. Pasó sus ojos, que ahora parecían los de un depredador, por toda su esbelta figura. Desde sus hombros hasta sus tobillos. Nada parecía más perfecto y hermoso a los ojos de Natsu en ese momento.

-Está buenísima- le escuchó exclamar al dragon slayer, sonrojado considerablemente. Gildarts le dio la razón, emocionado.

-Ahora, imagínatela en un delicioso traje de baño, con un par de coletas. Luce preciosa, ¿verdad?

Ese comentario hizo click en la mente de Natsu, y ésta inmediatamente comenzó a trabajar. Divisó el rostro y cuerpo de Lucy. Ella llevaba dos coletitas en su cabello rubio, y mostraba una sonrisa tímida. Usaba un erótico traje de baño color celeste, de dos piezas. Éste apenas cubría lo necesario.

Poco a poco, el cuerpo de Natsu fue reaccionando a ese tipo de pensamientos, y Gildarts se dio cuenta, sonriendo triunfal.

-Imagínatela de gatita, con un sexy leotardo y orejitas de gato.

A la velocidad de la luz, la (ahora) pervertida mente de Natsu lo llevó a un nuevo escenario. Se encontraba Lucy con su cabello suelto. Su mirada llena de pena y su rostro cubierto por un adorable sonrojo. Unas pequeñas orejas de gato adornaban su cabeza, y su cuerpo iba cubierto por un leotardo en color morado, que pronunciaba a la perfección su buen par de pechos y sus bien contorneados muslos. Natsu estaba que explotaba por dentro. El calor comenzó a inundarle el cuerpo entero, haciéndolo casi echar humo de sus orejas.

-Y toda ella para ti solo Natsu, sólo para ti…

Sin querer, su muy traviesa imaginación lo llevó a la habitación de la rubia. Ella llevaba su traje de baño, y estaba muy sonrojada. Se encontraba recostada en su cama, y con sus dedos lo invitaba a recostarse a su lado. Esa imagen, ese simple panorama hizo enrojecer al chico como nunca, y le hizo darle un colapso por calentura elevada. Inconsciente, su cabeza dio contra la barra.

La primera víctima había caído.

Gildarts le enseñó el estado en que había dejado a Natsu al maestro, y éste levantó su dedo pulgar como aprobación. Entonces, miraron a su próxima víctima: Gray. Para eso, ya tenían la cosa preparada.

-Oye Gray- habló Makarov, haciendo al chico prestarle atención.

-¿Qué sucede viejo?- respondió, mientras bebía una cerveza.

-¿Ya viste el tomo de esta semana de la revista oficial de magos?- le preguntó Gildarts, como no queriendo la cosa. Gray contestó negativamente. La verdad esas cosas ni le importaban.

-¡Qué lástima! No tienes ni idea quién viene en primera plana, con una entrevista íntima y sesión de fotos especial- le dijo el padre de Cana, quién se hallaba desmayada por tomar tanto alcohol en una mesa cercana.

Al escuchar eso, Gray dejó de tomar por un momento de su bebida.

-¿De quién se trata, viejo?- le preguntó, con un deje de curiosidad imposible de ocultar. Makarov y Gildarts sonrieron muy al estilo de Joker.

-Velo por ti mismo chico.

Y el maestro le alcanzó la dichosa revista. Gray fijó su mirada en ella, y escupió la cerveza que tenía en la boca al ver la portada: la hermosa Juvia Lockser vestida con un delicado minivestido color azul, su cabello suelto adornaba sus hombros, y su marca del gremio en su pierna izquierda lucía en todo su esplendor. Al lado de la gran foto, aparecía la noticia principal: Los más íntimos detalles de la vida de esta preciosa maga elemental. Y un poco más abajo, con letras más pequeñas, rezaba: ¡descubre quién es el chico de sus sueños! Esa noticia lo dejó helado. ¿El hombre de sus sueños? ¿Y quién carajos era ese estúpido? Tensó la quijada. Abrió de golpe el magazine, y fue directo a la dichosa entrevista, con el ceño más fruncido que nunca. Nada más que supiera el nombre del aquél desgraciado imbécil y le iría a romper la cara a puñetazos. Esa reacción lo sorprendió un poco, pero no se detuvo a pensarlo mucho. Era más importante descubrir quién era el malnacido "hombre de sus sueños". Llegó al artículo de su interés, y no pudo evitar quedarse mudo: Juvia aparecía en la página completa, con una blusa estraple color azul marino y un microshort en negro, que muy apenas le tapaba lo justo. Su rostro iba bien maquillado, resaltando su belleza. Y su cabello, alaciado hasta llegarle a la cadera. Se veía tan hermosa. En la página contigua, empezaba la entrevista. A grandes rasgos, le preguntaban de su vida privada, de su hogar, su familia, su gremio y sus amigas. A la página siguiente, en donde ella aparecía con la misma ropa, solo que recargada en la pared con una de sus piernas sobre ésta, en una pose muy sensual, es donde estaba la parte de su vida amorosa. La entrevista iba así:

E: Cuéntanos Juvia, ¿cómo está tu vida amorosa?

JL: No tan bien como Juvia quisiera, señor entrevistador.

E: ¿Tienes galán?

JL: *sonrojada* N-No…

E: ¿Algún pretendiente?

JL: *suspiro* No.

E: Vamos Juvia, una chica tan bella y tan poderosa como tú, debe de tener pretendientes de a montón.

JL: Eso no es así, Juvia apenas pasa desapercibida en el gremio. Las más populares son Myra-san y Erza-san.

E: Pero tú eres muy hermosa…

JL: Tal vez para usted Juvia lo sea, pero no es así para quién yo quiero.

E: ¿Estás enamorada de alguien en este momento?

JL: *silencio* J-Juvia no sabe si responder…

E: Anda, al menos descríbenos como es ese chico.

El corazón de Gray comenzó a latir de forma exagerada. Su sangre hervía de furia, y de aquello que nunca en su vida iba a aceptar, de celos. Sudando, continuó leyendo.

JL: B-Bueno. Él es un hombre muy fuerte. Siempre ayuda a sus amigos y los protege de todo mal. Es caballeroso y lindo, además de serio. Su personalidad es algo distante para con Juvia, ya que apenas nota su presencia.

E: ¿Es miembro de Fairy Tail?

JL: *sorprendida* ¿C-Cómo lo supo?

E: ¿Entonces sí es un mago de tu gremio?

JL: *sonrojada* A-Así es…

Gray no cabía en su impresión. ¿De quién se trataría? Volteó a ver a todos los hombres a su alrededor, tratando de notar algún detalle que le dijera quién era ese idiota de quién Juvia estaba enamorada.

E: Por favor, dinos su nombre.

JL: P-Pero…

E: Puedes aprovechar esto como una declaración, Juvia.

JL: ¿De verdad?

E: Así es, además no dudamos en que en cuánto ese chico lea esto, correrá a decirte que tú también le interesas.

JL: *sonrojada* E-Está bien. Su nombre es Gray Fullboster.

Un pesado yunque cayó sobre la cabeza del mago de hielo, literalmente. Abrió sus ojos enormemente al leer su nombre ahí escrito. ¿Era él? ¿Hablaba en serio? No se lo podía creer. Sin darse cuenta, dio vuelta a la página y se encontró con la sesión de fotos que acompañaba a la entrevista. Se podía a ver a Juvia con varios cambios de ropa y diferentes poses, usó desde unos pantalones vaqueros hasta una minifalda muy sexy, y su cabello, iba de estar sujetado a caer en una cascada de rizos rebeldes. Aparecía sentada, de lado, acostada, de espaldas, de perfil, entre otras. Y en todas lucía radiante y preciosa. Su delicado cuerpo lucía perfecto y su belleza resaltaba muy bien. Entonces llegó a la foto especial, esa que solo aparecía una vez al mes, y daba la casualidad que ahora le tocaba aparecer. Y no pudo creer lo que vio: Juvia vestida con un entallado bikini en color blanco, su cabello alaciado cayendo sobre sus pechos. Una de sus manos estaba sobre su cadera, y la otra sobre una de sus piernas levantadas. Una sonrisa traviesa adornaba su rostro. Lucía jodidamente sexy. Gray se sonrojó salvajemente. Nunca había visto a Juvia así, en traje de baño. Y de verdad que se arrepentía, si así de sensual lucía en foto, ¿cómo luciría en carne y hueso? Tragó seco. No lo soportó, la sorpresa de saberse el hombre soñado de Juvia y verla tan bella en bikini le afectó, ya que cayó desmayado sobre el respaldo de su asiento.

Makarov y Gildarts pusieron cara de bingo, su segunda víctima había caído.

Rápidamente, pasarían a la siguiente: el dragon slayer de hierro. Sabían que era incluso más reacio que Gray en temas románticos, pero con esfuerzo y algo de suerte lo dejarían más enamorado que nunca de la pequeña Levy.

-Oye, ¿sabías que a Levy-chan le encantan las novelas románticas?- le preguntó Gildarts directamente al chico, quién le miró como si fuera un espécimen no identificado o algo por el estilo.

-¿Y eso qué?- soltó, mientras continuaba con su desayuno de tuercas y placas.

-Nada, sólo me preguntaba si tú sabías eso.

-Pues no, no lo sabía.

-Una de sus novelas preferidas es Romeo y Julieta.

-¿Ah? ¿Y quiénes son ellos?

Gildarts le miró con cara de no creérselo. A parte de idiota y orgulloso, era un ignorante.

-Son la trágica pareja de amantes de Verona.

-Argh, que idiotez.

-Su historia es de verdad dramática y su romance una desgracia, ya que sus familias se odiaban a muerte y ellos no podían estar juntos- contó Gildarts, dramatizando la escena. Gajeel le miró con cara de aburrimiento.

-Qué estúpidos, entonces.

-¿Por qué estúpidos?- preguntó Gildarts, dándole por su lado al renuente chico.

-Pudieron haberse olvidado mutuamente y buscarse a alguien más.

-¿No lo entiendes? Su amor era profundo, y no podían olvidarse uno del otro.

-Pues eso los convierte en unos idiotas.

Gildarts suspiró. Éste le costaría un poco más de dificultad.

-A Levy-chan le parece hermoso ese amor.

Gajeel lo volteó a ver, serio.

-¿Y?

-Ella espera enamorarse algún día de esa manera.

El chico matadragones cambió su expresión. ¿Aquélla enana debilucha estaba enamorada, acaso? Por lo que le contaba este anciano, así parecía. Frunció el ceño. ¿Y de quién iba a estar enamorada esa mujer? ¿Quién era el imbécil que osaba coquetearle? Gruñó internamente. Él sabía que ella era una aficionada a los libros, y eso la mantenía ocupada la mayor parte del tiempo; era por eso que le sorprendía saber que ella tenía tiempo para andar romanceando por ahí con cualquier desgraciado que podría aprovecharse de sus ingenuos sentimientos y reírse de ella. Era en verdad una tonta.

-Ne Gajeel- lo llamó Gildarts, despertándolo de su trance.

-¿Q-Qué?- preguntó, aturdido.

-¿Y si eres tú?

-¿A qué te refieres viejo?

-A que si fueras tú quien la enamorara, apuesto a que ella sería muy feliz.

Gajeel rió de burla.

-Tú estás alucinando, anciano.

-¡Sólo imagínalo! Tú y ella, a la luz de la luna, mirándose mutuamente…

-Basta ya, viejo.

-…ella luciendo como una verdadera doncella, completamente enamorada de ti, entregada a ti en cuerpo y alma.

Eso descolocó un poco al chico malhumorado. Por un fugaz instante, se imaginó la escena. Ella vestía un largo vestido color rojo, con el cual lucía de verdad hermosa. Ella le dedicaba una delicada sonrisa, solo a él. Y sostenía sus pequeñísimas manos entre las de él. Ella le decía que lo amaba locamente, y que no podía vivir sin él. Y él, sonrojado y apenado, le decía que la amaba también. Y lentamente, fueron juntando sus rostros, y se fundieron en un apasionado beso que lo llevó hasta el mismísimo cielo.

Esa visión hizo sonrojar como cereza al mago de hierro, y desplomarse contra el suelo, inconsciente por semejante paisaje.

¡No lo podían creer! Ya llevaban la mitad de sus víctimas. Sus sonrisas no podían estar más anchas. Ahora, ¿quién seguía? ¡Ah sí! Mystogan, mejor conocido como Jellal Fernández. Para él, ya tenían la jugarreta armada.

-Eh Jellal…

El serio muchacho levantó la mirada hacía la del maestro.

-¿Sucede algo?

-Me enteré de algo.

-¿Ah sí? ¿Qué es?

-Algo que sucedió en el balneario hace unos días.

Jellal puso cara de extrañeza.

-¿Y qué fue?

Makarov le miró lascivamente.

-Le tocaste los pechos a Erza.

El rostro de Jellal prácticamente echó humo, de lo rojo que se encontraba. Se levantó de golpe.

-¿Q-Q-Q-Q-UE?

-Ni creas que nadie se dio cuenta, porque yo los vi.

El chico de pelo azul no podía ni verlo a los ojos. ¿Hablaba en serio? Él revisó que nadie se hubiera dado cuenta, pero al parecer se le escapó el pequeño hombrecillo.

-¿Y?

Jellal puso cara de horror.

-¿Y qué?

-¿Son suaves?

La sangre le dejó de circular y su pulso se detuvo. Se quedó helado de solo pensar en contestarle. Y él también, como sus compañeros, se dio de lleno contra el suelo. Cuatro y faltan dos, se dijeron triunfantes.

Elfman era el que seguía. Éste también sería difícil, pero si ya lo lograron con Gajeel, ¿por qué no con el grandulón de los Strauss? Se acercaron a él, ideando un buen plan que diera resultado. Hasta que algo se le ocurrió a Gildarts, era arriesgado pero lo intentarían.

-Elfman…- le llamó, y el obediente le volteó a ver.

-¿Sí?

-¿Eres un hombre de verdad?

Elfman hasta refunfuñó por la pregunta.

-¡Claro que soy un hombre de verdad!

Gildarts no escondió su sonrisa de triunfo.

-¿Entonces por qué no tienes una mujer a tu lado?

El albino le miró, sorprendido. ¿De qué hablaba este tipo?

-¿Una mujer?

-Así es; todo hombre que se digne de serlo, tiene una buena mujer a su lado.

Elfman se horrorizó.

-¡Necesito a una mujer!

-En efecto Elfman, y ya te estás tardando.

Pero el chico parecía confundido.

-¿Pero quién sería mi mujer ideal?

Gildarts tuvo que morderse el labio de la risa que le daba.

-Veamos…

Aparentó mirar por todo el gremio, hasta que fijó sus ojos en cierta castaña de lentes.

-¿Qué me dices de Evergreen?

El chico bestia la miró fijamente. La mujer usaba su tan característico vestido verde, su cabello castaño suelto y sus diminutos lentes. Entonces, el hombre se le acercó al chico…

-Es linda, ¿no crees?

-P-Pues…

-Tiene un buen cuerpo, ¿eh?

Elfman se sorprendió ante el comentario. Volteó a ver a la castaña, observándola mejor. Y sí, la verdad que estaba de muy buen ver.

-S-Sí.

-¿Te gusta?

El albino se sonrojó, asintiendo lentamente.

-¿Y si tú le gustas también? ¿Y si quiere ser tu novia? ¿Y si se quiere casar contigo? ¿Y si quiere tener hijos contigo?

Todas esas preguntas aumentaban el bochorno en la cara de Elfman. Era tanta la presión, que terminó igual que sus amigos, tirado sobre la barra con los ojos en blanco.

¡Genial! Ya sólo faltaba la última víctima: el nieto del maestro, Laxus. Ese sí que era un dolor de cabeza. Makarov nunca le conoció una sola novia, ni siquiera cuando era adolescente. Así que, indagar en los temas de amor con su nieto era casi como un suicidio. Pero, se arriesgaría, por el bien de Fairy Tail.

-Ey, niñato- le habló, con las manos en las mejillas.

-¿Qué quieres anciano?

El viejo sonrió.

-Has crecido.

Éste levantó una ceja, extrañado.

-¿A qué viene eso vejestorio?

-Ya tienes edad para casarte.

El rubio escupió medio tarro de cerveza ante el comentario. ¿Se había vuelto loco este viejo?

-¿Estás tomado o qué?

Makarov ensanchó su sonrisa.

-Nada de eso, ya va siendo hora de que sientes cabeza.

Laxus le miró horrorizado. No hablaba en serio, ¿o sí? Soltó una risa, más por nervios que por burlarse.

-¿Y con quién voy yo a casarme, a ver?

El anciano buscó a la indicada en todo el séquito de magas femeninas en el gremio. La verdad ni él mismo sabía con quién casaría a su testarudo nieto. Debía ser alguien paciente, que aguantara sus desplantes y excentricidades, y sobre todo amable, para que lograra apaciguar su rebelde carácter. Además, debía considerar que tuviera madera de madre, ya que él deseaba llegar a ser bisabuelo algún día. Y entonces, la encontró. No podía haber mejor partido que ella. Era realmente hermosa, y sobre todo era un ángel con los demás. Sonrió, satisfecho.

-Te casarás con Myra-san.

Laxus tosió seco. ¿Acaso era una broma?

-Estás jodido, viejo.

-¡Cállate! Ella es la única mujer capaz de soportarte, idiota.

El rubio suspiró.

-Además, es de las magas más hermosas del gremio.

-Si sí, nadie pone en duda eso.

Makarov le volteó a ver, malicioso.

-¿Entonces, te gusta?

Laxus abrió los ojos, sonrojado.

-¡Claro que no! Tú estás alucinando.

-No finjas, Laxus.

El chico desvió la mirada, apenado.

-E-Es muy hermosa, debo confesar.

-Y sensual.

El rubio le miró, sonrojado. Su viejo abuelo nunca cambiaría, moriría siendo un pervertido. Lo bueno que él no se parecía a él, en absoluto.

-Será una buena esposa.

-Sí…

-Incluso una buena madre.

-¡E-Espera viejo! No te quieras ir tan lejos.

El anciano le miró, aparentando inocencia.

-Por Dios Laxus, es lógico que después del matrimonio vengan los hijos.

-Ya lo sé, pero es aún muy pronto para pensar en hijos, viejo tonto.

-Eres un hombre con suerte. Tener a la hermosa Myra para ti solo en su luna de miel.

Laxus se sonrojó furiosamente.

-Ella vestida con un corsé con encaje, esperándote en tus aposentos como tu esposa. ¡Ah, qué envidia me das!

Y como buen hombre que es Laxus, no pudo evitar imaginarse a la angelical albina vestida como su abuelo le describió, envuelta en sábanas blancas, esperándolo en su cama nupcial, llamándole "querido esposo". Sonaba fenomenal, desde luego. Y bastante tentador. Entonces, él le sonreiría, y la sostendría entre sus brazos, la besaría, y después…

Con todo y su gran altura, se fue directo a la barra, desmayado por calentura extrema como sus colegas.

¡Misión cumplida! Todas las víctimas habían caído, fue un verdadero éxito. La verdad, ni siquiera se esperaban que todo terminara así. Todo fue producto de su profundo aburrimiento. Pero, a estas alturas, sería divertido ver los resultados de sus actos sobre esos muchachos…

Bueno, hasta aquí se los dejo. Es obvio que tiene continuación, pero eso lo decidirá la cantidad de reviews que reciba este capítulo. Sin más, los comentarios son bien recibidos, ya lo saben. Neesan lee todo lo que le escriben, de verdad, y contesta XD. En fin, ¡gracias de antemano por leer! Y nos leemos pronto.

Lee Ab Koi