Prefacio


Cada paso en mi vida está marcado por él. Sé que todo hubiera sido diferente, estoy segura de eso. Si tan solo no te hubieras ido, si tan solo te hubieras quedado a mi lado. Edward que hiciste de esta alma mía.

Quien cuenta las grietas del suelo soy yo. Siempre caminando con la mirada gacha, cogiendo un aparato filudo y pasándola por mi piel desnuda. Quizás sea porque el amor se quedó estancado en mis venas y deseo expulsarlo. No te pedía más que tu no abandono. Te fuiste, ¿qué se suponía que hiciera?

Dolor recurrente, punzante, quédate tú, al menos sólo tú. Sal y óxido que fascinación. Aprendí a la mala, ¿qué esperabas? Solo quería que te quedaras. Estamos diciembre, pronto se cumplirá un años más de tu partida.

Me da asco la clase de persona en la que me he convertido, pero qué si me he vuelto esclava de todo esto. Veamos solo me encanta. Lo único que le pondrá la cereza a mi pastel de sangre será tu regreso, repugnante amor.