Prologo.

7 de Octubre de 2010.

—¿Dime que hacemos aquí? — la voz de Edward se escuchó en un susurro. Su aliento se hacía vaho a causa del frio.

—Ya te lo eh dicho— Carlisle miro hacia ambos lados antes de cruzar la calle, al mismo tiempo que su sobrino lo hacía— Estamos aquí porque fue lo ordenado por el juez.

Edward hizo una mueca al estar frente al imponente edificio de concreto.

—¡¿En que puto mundo esto es posible?!— Pregunta enfurecido, mientras voltea a verlo. Aún está en un estado de shock. El juez ha dictaminado que pasara el resto del juicio, recluido en el pabellón A del hospital de Baltimore. Ya que ninguna prisión está calificada para tratar con él.

—Edward— Carlisle lo reprendió— Aun estamos en el proceso judicial. Si todo sale a tu favor, podrás salir en cuanto todo acabe. —dijo tratando de animarlo.

Edward bufo ante lo dicho por su tío.

—Estamos aquí porque es lo mejor para la familia— Edward saco una cajetilla de cigarros, tomo uno y lo encendió— A nadie le conviene saber, que el heredero al trono, es un asesino. — Carlisle se encogió visiblemente ante lo dicho. Él había sido el único que se ofreció a llevar a Edward. Pero cuando su sobrino decía ese tipo de cosas, se replanteaba seriamente su ayuda. —Me encierran en este puto lugar, para que no vuelva hablar. — Bufo enojado.—Y aun cuando lo haga nadie más volverá a creerme. —sonrió con tristeza.

Carlisle negó. En este momento Edward tenía uno de sus episodios de perfecta lucidez, donde decía todo lo que su mente sedada no podía. Y eso era un gran problema. Ya que si él hablaba de más, muchas cosas se podrían desatar. Por suerte tenían a su favor, las alucinaciones que Edward padecía desde que era un niño.

Sin darle más importancia al asunto, le dio un manotazo al cigarro de su sobrino. Edward lo miro con mala cara antes de tomar otro y encenderlo.

—No deberías fumar— Carlisle volteo a velo con mala cara.

Edward se encogió levemente de hombros antes de darle otra calada al cigarro.

—Esto es lo único que me mantendrá a raya para no volverme loco— Edward comenzó a caminar hacia la entrada del edificio. Antes de abrir la puerta volteo— Un minuto. ¡Ya estoy loco!— grito.


El medio lunático a vuelto.

Nos leemos en el siguiente.

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