El sol iluminaba radiante por la ventana, ella se dirigió al espejo y cerró los ojos por un instante, qué difícil era a veces mirarse al espejo. Se armó de valor y por fin, lo hizo.

"No estoy tan mal" se dijo mientras ponía morritos a su imagen reflejada. Vale, sabía que no se trataba de un bellezón: su cuello era demasiado largo y estaba plana como una tabla de planchar... Pero ¡Ey! También era pelirroja, y eso a los chicos les gustaba ¿No?

Además seguro que a Jeremy todo eso no le importaba. Él valoraba más allá de todas esas tonterías superficiales.

Salió de su habitación con ganas de comerse el mundo.

Y nada más cruzar la puerta que la llevaba directa al pasillo, se encontró con una pequeña bola de pelo marrón que la miraba con grandes ojos llenos de esperanza e ilusión.

-¡Oh!¡Qué monada!- Exclama cogiéndole entre sus brazos y levantándole del suelo.

-Bep, bep, bep.

-¿Bep? Los perritos no hacen Bep

En ese momento el cachorro explosiona, dejando a la chica con la boca abierta, un montón de cables en las manos y la cara y el pelo ennegrecidos.

-¡Mamá!- Grita enfadada.

-¡Oh Candace! – Dice un chico de unos diez años con una amplia sonrisa. – Has descubierto nuestro "Perronator 3000" . Ferb, apunta, buscar motivo de la explosión para evitar problemas en el próximo modelo.

Otro chico algo mayor que el anterior mira hacia el infinito.

-Si Ferb tienes razón, seguramente no debimos incluir cohetes. Pero la idea sonaba bien.

-¿Y mamá?- Pregunta la chica furiosa.

-Se ha tenido que ir a hacer unas compras urgentes, pero ha prometido que volvería pronto. Ha dicho que podías irte, sabía que tenías una cita muy importante.

-Sí...-lloriquea,- y vosotros lo habéis estropeado todo. Me voy antes de que todo sea peor. ¡No liéis ninguna de las vuestras mientras esté fuera!

-Adiós Candace!- Agita la mano en el aire el muchacho a modo de despedida.

Candace cierra la puerta tras de sí. ¿Por qué tenía que tener unos hermano así? Las cosas no eran de esa manera antes. Cierto que Phineas siempre fue un hermano que la sacaba de los nervios, pero desde que existía Ferb... Todo estaba mucho peor... Las excentricidades de Phineas se habían multiplicado y lo peor de todo, sus absurdos inventos se llevaban a cabo.

Estaba lo que se dice MUY harta.

Por fin y después de darle vueltas a todos estos pensamientos, consigue llegar al lugar de la cita con Jeremy; un pequeño parque con varios bancos, columpios y una gran fuente en el centro del lugar.

-¡Jeremy! –Grita alzando el brazo derecho.

-¡Ey! Hola Candace, pensé que ya no vendrías, estaba preocupado.

-Oh – Se sonroja ella evitándole la mirada – Lo siento.

-Eh... Candace... ¿Tienes el pelo chamuscado?

-Sí...- Suspira. –Mis hermanos...

-Uf Candace es un poco tarde- dice el joven sacando su móvil del bolsillo para mirar la hora. – Tengo una mala noticia que contarte, me voy a tener que ir yendo.

-¿Tan pronto?- Pregunta ella sin poder creérselo.-Pe... pe... pero si íbamos a pasar la tarde entera juntos.

-Eh ya...- Titubea él tocándose su cuidada cabellera rubia con nerviosismo. – Pero verás, he tenido un cambio de planes y resulta que... esto... Tengo una cita con otra persona.

El corazón de Candace se hace trizas en ese mismo instante. ¿Cita? ¿Había oído la palabra CITA?

-¿Con el dentista?- Pregunta ella sabiendo cual es la respuesta.

-No.

-¿Con el médico quizás?

-No Candace lo siento, no puedo decirte nada, no sería bueno para ti.

-¿De qué demonios hablas Jeremy?

-Me tengo que ir en serio. –Dice él mientras se aleja corriendo.

El día perfecto de Candace se estropeaba por momentos. ¿Quién sería la misteriosa cita de Jeremy?

Decidió no perder el tiempo y llamar a su amiga Stacy para contarle lo que había ocurrido. Pero nada, el móvil de Stacy estaba apagado o fuera de cobertura. ¿Podría ir su día aún peor? Deseaba con todas sus fuerzas que la respuesta fuese "no".

Volviendo hacía su casa decidió pasar por el centro comercial, aún le sobraba algo de la paga del fin de semana y aprovechando que se había dejado la bici en casa daría una vuelta por ahí. ¿Quién sabe? A lo mejor encontraba alguna camiseta chula para ponerse el próximo día que quedara con Jeremy, seguramente iría tan espectacular que él se olvidaría de la persona de esa dichosa cita, sí, estaba segura, él se quedaría prendado de ella y entonces...

-¡Stacy!- Exclama el nombre de su amiga yendo hacía a cafetería donde se encuentra ella. –No sabes lo que tengo que contarte, me ha pasado algo súper raro con Jeremy, mira, resulta que hoy habíamos quedado ¿te acuerdas? Pero después de a penas estar unos minutos él se ha marchado y sin darme explicaciones ¿Te lo puedes creer? Yo pienso que...

-Candace- Dice su amiga cortándola durante un instante. –Debes de irte, no deberías de estar aquí.

-¿Por qué? ¿Estás con alguien y quieres que me marche? Anda, prometo ser discreta, preséntamelo, después del plantazo que me ha dado Jeremy lo que menos necesito ahora es que tú también me dejes abandonada.

-Ya pero...

-Te noto nerviosa, y estás pálida. ¿Estás bien Stacy?

Sin previo aviso un chico rubio se acerca a la mesa con una bandeja, sobre ésta, dos vasos grades de refresco y sándwiches.

-Stacy aquí tengo la comida. – Dice mirando la comida e intentando evitar que se caiga.-¿Quién es tu amiga?... Ey... Hola Candace.

-¿Jeremy? ¿Así que por eso habías cortado el móvil eh Stacy? ¿Y esta era tu cita importante Jeremy? ¿Estáis saliendo? No me lo puedo creer. Os odio a los dos. Menudos amigos tengo.

Y corre dejando a sus supuestos amigos detrás, que miran como desaparece sin hacer nada.

A veces es mejor no hacer nada.

-¡Todo era mucho mejor antes! – Grita Candace hacia ninguna parte. – Cuando no vivíamos en este estúpido lugar. Cuando no conocía a la mala pécora de Stacy y al estúpido de Jeremy.

Entre lágrimas consigue abrir la puerta de su casa.

-Ey cariño- Dice su madre acercándose a ella e intentando consolarla. – Me ha llamado Stacy y me ha dicho lo que ha pasado. ¿Por qué no hablas con ella y...?

-¡No pienso hablar con esa!

-Pero venga cielo- dice su padrastro mirándola a través de sus gruesas gafas.

-¡Y tú no me llames cielo! ¡Estoy harta! ¿Vale?

Ya en su habitación no da crédito a todo lo que ha pasado. Ella es buena chica, es buena gente. ¿Por qué le ocurría eso?

-Candace ¿Podemos pasar?.

Era la voz de Phineas, inconfundible.

-¿Venís a decirme que tengo que hablar con Stacy?

-No.- Suena la voz al otro lado de la puerta.

-Está bien, pasad.

Su hermano y su hermanastro entran en la habitación cabizbajos.

-Candace, veníamos a decirte que nos perdonaras.

-¿Por lo de esta mañana? Ya ni me acuerdo, es otra de vuestras gamberradas diarias, por desgracia me estoy acostumbrando a pasos agigantados a ellas.

-No, no es eso.

-¿Entonces?

-¿Te acuerdas del "Perronator 3000"?

-¿El bicho que explotó en mi cara? Tengo un ligero recuerdo sobre él si.

-Pues resulta que creamos un nuevo modelo, "Perronator 3001"

-¿Y?

-Le gustaban las cosas que daban vueltas y tenían música y... bueno entró en tu habitación y...

-¿Qué pasó?- La cabeza le palpita. ¿Qué habían armado ahora en su habitación?

-La bailarina, la que te regaló papá, se ha roto, hemos hecho todo para arreglarla, pero creo que ni nosotros somos capaces de hacerlo, muchas de las piezas eran muy antiguas y apenas quedan restos de ellas.

-¡Fuera!- Señala con el dedo índice la puerta de su habitación.-Fuera de aquí los dos ahora mismo. No os quiero volver a ver en mi vida ¿Me oís? Largo de aquí.

Phineas y Ferb se van como entraron, cabizbajos...

-Papá- Solloza Candace mientras mira triste los restos de la pequeña bailarina.

Un tiempo después Candace baja de su habitación, muy enérgica.

-¿A dónde vas cariño?- Pregunta su madre preocupada. Sabe lo que ha pasado.

-Con papá.

-Pero cariño...

-Me da igual lo que digas. Y tú... Gafotas- dice señalando a su padrastro- deja de tratarme como si fueses mi padre ya tengo uno.

-Candace- dice su madre con voz severa.

-Es verdad, que Ferb no tenga madre no significa que Phineas y yo no tengamos padre y yo me voy con el mío. Tengo que ir a hacer unos recados, volveré para despedirme y luego me iré con papá, ya he hablado con él.

Y dicho esto desaparece.

-Linda... ¿Qué vamos a hacer?

-No sé. – La mujer mira a su actual marido sin saber qué decirle.- No sé.

Porque a veces es mejor no decir nada.

A través de la puerta Phineas y Ferb han escuchado todo lo sucedido y se miran asustados. ¿Han sido ellos los culpables de que Candace haya decidido irse?

-Ferb- tiembla Phineas.- Ya sé lo que vamos a hacer hoy. Impedir que mi hermana se vaya.

CONTINUARÁ

Vale, vale, el capítulo acaba de empezar y quedan tropecientas cosas por pasar, pero por aquí va este adelanto. Ahora se pone en marcha Perry y... Y bueno todos conocemos la estructura de los capítulos ¿no? xD. Ains, en qué momento empecé con un fanfic de Phineas y Ferb, por otro lado... Como me gusta la serie. Espero no defraudar. ^_~