Mi sombra

Advertencia: El siguiente oneshot encontraran una violación, si el tema les desagrada o tienen algún conflicto al respecto les recomiendo que no lo lean.

-¿Tienes todo?—Hinata sonrió a la mujer castaña que se lo cuestionó, el taxi en que ambas mujeres viajaban se acercaba a su domicilio.

La chica Hyuga de dieciocho años asintió con una sonrisita y posó sus ojos lunas en la ventanilla, tras el cristal, afuera los edificios de apartamentos y tiendas pasaban lentamente. Antes de doblar en la esquina, observó una figura masculina enfundada en ropa negra, no le prestó atención y volvió a mirar a su representante.

-El próximo viernes tendrás la pasarela en el Imperial—Anunció la mujer mayor revisando su agenda electrónica.

-Entonces solo tendré un par de días para descansar—Respondió la peliazul acariciando su larga cabellera—Estoy agotada, ese viaje a Paris me sentó mal.

-Lo sé pequeña—Concordó la mujer—Pero debes aprovechar el despegue que estás teniendo. El modelaje no será para toda la vida y ahora que estás en la cima del éxito debes aprovechar. Ah, casi lo olvido el grupo Team H, te quiere como modelo para su próximo single... también Super Junior, tendremos que organizar fechas pero no es algo que podamos dejar pasar. Mañana vendré por ti para ir a la sección de fotos de la base de maquillaje que vas a promocionar—Kurenai le informó al observar la entrada modesta del edificio en el cual Hinata rentaba.—Este lugar no me gusta, es hora de que te cambies, no hay suficiente seguridad. Será otra cuestión de la que tengo que encargarme con urgencia.

-Este lugar me gusta, es la zona donde crecí, la mayoría de la gente me conoce...

-Pero ahora eres famosa, no sabemos que pueda llegar a sucederte si algún loco quiere conocerte—Regañó la castaña.

El taxista descendió y abrió el portaequipajes para después acercarle una maleta lila a la chica que la tomó enseguida, y con una sonrisa miró a su mayor.

-Ni siquiera tienes un portero que te ayude con eso y tendrás que subir las escaleras hasta el segundo piso...

-Estoy bien, no te preocupes, estoy acostumbrada a ello.—Con una sonrisa y antes de escuchar otra reprimenda salió corriendo arrastrando la maleta, que ante su tamaño lucía grande.

Kurenai observó la curvilínea pero esbelta figura alejarse y suspiró, Hinata era su mejor descubrimiento, a pesar de ser muy tímida las cámaras lograban captar una sensualidad y a la misma vez ternura infinitas, no por nada era la modelo del momento.

Xoxoxoxoxox

La tarde estaba por caer, Hinata sonrió un tanto cansada de la extenuante jornada de trabajo que había tenido que soportar en el día. Si Kurenai se diera cuenta que tomó el tren subterráneo y que ahora caminaba directo a casa estaría a punto del colapso, en cambio a ella la tranquilizaba.

Le sonrió a Hana, una mujer que se encontraba lustrando el vidrio de su enorme local, delante de ella se veían unos hermosos cachorritos de distintas razas, la peliazul no pudo contener el impulso y se acercó a verlos haciendo unas pequeñas exclamaciones.

-Está precioso—Hinata exclamó al localizar un pastor alemán café detrás de una gran vitrina.

-Si—Respondió la veterinaria—Pero es una raza grande—Le explicó consciente del pequeño apartamento en el cual vivía.

-Qué lástima ¿y ese?—Esta vez señaló a un pequeño pitbull blanco con una manchita negra en forma de corazón en la espalda.

-Mmmm—Gimió Hana.

-Es tan lindo esta arrugadito—Soltó emocionada la chica acomodándose un mechón de cabellos detrás de la oreja.—Me encanta.

-Tampoco creo que sea conveniente para ti—Explicó Hana con un mohín.

Hinata se incorporó observándola a los ojos y luego asintió al momento que agitaba la mano en una despedida. Se alejó un metro cuando escuchó una voz increíblemente masculina cuestionar el precio del pitbull. Hizo un leve puchero pero siguió su andar, lamentablemente su vivienda y estilo de vida no le permitía tener una mascota.

Al llegar a casa se encontró con la puerta sin seguro, tal echo le sorprendió ¿acaso no le había echado la llave antes de irse? Pero tan pronto abrió descubrió que todo estaba en su sitio, seguramente no sabía dónde tenía la cabeza, necesitaba descansar urgentemente.

xoxoxoxoxox

Hinata leyó el último mensaje donde Kurenai le pedía que se cuidara. El chofer que le puso la prestigiada marca de ropa para la cual había trabajado aquella noche de viernes, se acercaba finalmente a su domicilio.

Los ojos lunas casi se le cerraban cuando tuvo que descender y con pereza arrastró la maleta que la acompañó en aquel agitado día.

Frunció el ceño al descubrir la chapa nuevamente sin seguro, tal como ocurrió hace dos días, pero el cansancio originado solo le dejó cavilar que tenía que llamar a un cerrajero para que arreglara la chapa descompuesta.

Apenas cerró la puerta detrás de ella echándole el pestillo unas patitas tocaron su descubierta pantorrilla haciéndola lanzar un grito, antes que la tenue luz de la calle la dejara enfocar al cachorrito, enseguida se agachó para acariciarle la cabecita al animal y ponerlo entre sus piernas y brazos, manteniéndose en cuclillas, admirándolo.

Su cansada mente le llevó un par de segundos recordar donde lo había visto antes.

-En la tienda de Hana—Susurró al obtener la respuesta, levantó la mirada perla paseándola por la pequeña y modesta sala, ¿cómo había llegado ahí ese animalito?

Un estremecimiento la recorrió al distinguir una fragancia masculina persistente, la misma que hace días percibió y a la cual no le prestó atención alguna al olerla entre sus sábanas, pero el cachorro la emitía.

-Dios—Murmuró poniéndose de pie enseguida, finalmente captando lo inusual de situación respirando agitadamente.

Y entonces lo enfocó... el temblor volvió a tomarla. Una alta y fornida figura masculina estaba sentada en su sofá, a lado de la ventana... quizás por la luz no lo había visto, o quizás por la ropa oscura que portaba, llevaba una capucha, la misma que no dejaba verle el rostro.

Su primer acto fue darse la vuelta e intentar escapar, pero una fuerte mano atrapó la suya cuando intentó girar la chapa. El alto cuerpo la hizo sentir pequeña cuando fue tomada por la espalda y la obligó a soltar la puerta alejándola de su escape.

-Tranquila ¿a dónde vas? Hoy llegaste muy tarde, pensé que ya estarías dormida—Los ojos lunas se humedecieron y la pregunta que le surgió no pudo ser formulada, sin embargo él la respondió solo:-Me encanta verte dormir, pareces un ángel.

El estremecimiento de su cuerpo se incrementó, se mordió el labio consciente que a veces... Dios santo, a veces solo dormía con bragas y dependiendo del clima incluso no utilizaba la ligera sábana para cubrirse.

Hinata sollozó y el hombre solo la abrazó con más fuerza. No sabía si sentirse expuesta al solo portar un pequeño short y una blusa estilo kimono lila.

-No llores princesa... pero ya no soporto que otros hombres te vean, necesito cuidarte, esta vez lo haré, te lo prometo.

Hinata no supo cómo logró zafarse pero lo consiguió, dio unos pasos alejándose, soltando al cachorro buscando a todos lados algún objeto para defenderse y escapar de ahí. No podía creer haber sido tan tonta y no darse cuenta que estaba siendo seguida.

-Esos perros habitualmente suelen ser agresivos si caen con una mala persona, pero sé que contigo será muy dócil y que va a cuidar de ti.—La voz masculina volvió a escucharse— Sé que te encantó, te vi verlo con tu hermosa sonrisa y tus ojos iluminados... y ya que pronto será tu cumpleaños, no me pareció mal adelantarte tu regalo... te ayudaré a entrenarlo. Además donde viviremos tendrá suficiente espacio.

Hinata se estremeció con la nueva información, intentó recordar a los cientos de gentes que observó aquel día que vio al cachorro, pero no daba con él, ¿desde dónde, desde cuándo la cuidaba? ¿Y lo más importante qué deseaba de ella?

-¿Q-Qué quiere?—Finalmente pudo cuestionar tartamudeando.

-Cuidarte Hina... Vamos a estar juntos, estaré contigo por siempre. Ya no estaremos solos, ahora que has regresado prometo no perderte la pista.

Hinata dio un paso hacia atrás ¿Hina? Así la llamaban en la educación básica. El hombre dio unos pasos hacia ella, mismos que a pesar de mantener una actitud tranquila a ella la hicieron estremecer, entrar en algo parecido al pánico.

-¡No se me acerqué!—Gritó asustada, aquel hombre era demasiado grande para ella con sus 1.65, seguro él mediría 1.90 mínimo y de complexión fornida.

-Tranquila mi amor, jamás te haría daño, a ti no.

Hinata negó abrumada, ¿qué era lo que quería decir con eso?

-Váyase de mi casa o llamare a la policía—Amenazó.

El hombre se quitó la capucha, dejando ver unas hebras lacias de cabello azabache que le cubrió la mitad de su pálido rostro.

Hinata tragó saliva nerviosa, no era el momento para pensar cosas estúpidas: pero lo poco que la luz la dejó vislumbrar fue unas enormes ojeras en el apuesto rostro varonil, tenía rasgos duros, masculinos, pero perfectos, aquel rostro podría parecer apuesto y observándolo mejor, no era robusto, sino más bien musculoso, dejando ver un perfil perfecto a pesar de las ropas oscuras y simples.

Hinata agitó la cabeza queriendo alejar esas cavilaciones, tenía que escapar, asustarlo tal vez...

-Nena, ¿qué te sucede? Déjame acercarme.

-¡Deja de llamarme así!

-¿Cómo quieres entonces que te llame?

-Solo quiero que te marches—Musitó ella casi en un susurro.

-No pienso dejarte sola... el vecino de la planta de arriba, no me da buena espina—Hinata quiso carcajearse, ¿acaso lo que él hacía era normal?

-Solo vete si no quieres que llame a la policía.

-Tú no harías eso corazón.

-Entraste a mi casa sin mi permiso y has dicho que no es la primera vez—Sentenció—Voy a gritar si no te marchas.

-Entonces me harás taparte la boca—La voz del extraño sonó áspera y dio un paso hacia ella, luego otro, mismos que ella retrocedió quedando atrapada contra una pared.

El moreno no tardo en acorralarla provocando que ella empezara a temblar sin control. El perfume masculino se coló por los poros de la chica y sus ojos volvieron a humedecerse, temerosa levantó el rostro, denotando la súplica interna.

-Mi niña buena—Susurró él al tomarle el mentón—¿Enserio no me recuerdas mi amor?

-¿Qué?—Ella susurró frunciendo el ceño.

Y entonces el hombre se inclinó, la peliazul creyó que le susurraría la respuesta al oído pero en vez de eso posó sus carnosos labios en su mejilla, en un beso cargado de sensualidad, mismo que la hizo sentir una corriente eléctrica por su cuerpo y un terror interno, ¿quizás asco?

-Mi muñeca estoy muy caliente...—Le susurró apretándose contra su cuerpo y ella llevó aterrada, sus pequeñas manos a los pectorales intentando alejarlo, sin obtener resultados.—Nunca pensé que me volverías loco. De haberlo sabido... jamás te hubiera dejado marchar.

-Es una locura—sollozó asustada, ese hombre no pensaría violarla ¿o sí? De esa manera no podía ser su primera vez-¡Ayuda!—Gritó, consciente que quizás nadie pudiera escucharla pero si no lo hacía...

-Cállate—El moreno posó su enorme mano en su delicada boca al momento que se lo ordenó, ya no lucía como aquel hombre amable, sino más bien realmente imponente, peligroso, los enormes ojos negros parecían desorbitados.

La sostuvo con esa mano en su boca y cuerpo, pegada a la pared mientras rebuscaba algo en su bolsillo.

-Lo siento muñeca pero tendrás que pasarte esta pastilla para que te relajes—Le indicó un poco antes de meterle en la boca una tabletita que la obligó a tragar.

Y durante el leve forcejeo, por primera vez un destello de recuerdos vagó por la cabeza azulina... ¿ese no era el chico repartidor de garrafones de agua?... Nunca requirió sus servicios, pero creía haberlo visto en una camioneta, en la calle. Sus ojos lunas se abrieron intentando encontrar la respuesta.

-No deberías jugar así—Masculló el hombre mirándola fijamente—Tal vez estás asustada, puedo comprenderlo. Realmente es bastante molesto que no me recuerdes después de lo ocurrido entre nosotros...

Hinata quiso decirle que nada había ocurrido entre ellos pero la insistente y fuerte mano sobre sus labios se lo impidió, ¿acaso él la estaría confundiendo? ¿Estaría demente? Negó con su cabeza queriendo librarse del agarre, sin conseguirlo.

-He visto que sigues siendo la misma que antes... ¿por qué me estás haciendo esto difícil? Soy yo mi amor, Sasuke—Hinata recibió la información y le tardó un par de minutos recordar aquel nombre, sus ojos se abrieron con supremacía al lograrlo...

Si, lo conocía, pero jamás tuvieron nada que ver. Ambos cursaron la educación básica... y en tercer grado, la familia del él había sido brutalmente asesinada, dejándolo solo en el mundo a expensas ¿de un tío? Mismo que se hizo cargo de la empresa familiar. Pero Sasuke tenía dinero ¿qué hacía repartiendo botellones de agua?

Él la notó relajarse probablemente por la droga, no le gustó hacer las cosas de tal modo, pero su muñeca parecía demasiado alterada. La liberó de su agarre, aunque siguió pegado a ella.

-¿Me recuerdas mi amor?—Inconscientemente ella asintió... Sasuke, había dejado los estudios ¿en sexto año quizás?

Lo último que escasamente escuchó de él fue que se unió a una pandilla y que se había hecho consumidor de drogas, las chicas Sakura e Ino, compañeras de generación, solían seguirle los pasos...

-¿Por qué?—Se atrevió a cuestionar—Tú y yo jamás...

-Lo sé mi vida. En aquel tiempo estaba tan molesto con todo mundo, e incluso cuando creciste me di cuenta que eras demasiado buena para mí y yo... bueno tengo alguno que otro problema—Habló siendo consciente de su problema de adicción, su dulce Hinata finalmente parecía ceder.

Ahora su niña tendría que portarse bien, él ya no podía soportar solo verla dormir y acariciarla dulcemente, no, ya no, necesitaba enterrarse en ella enserio...

-Pero jamás... me acerqué a ti—Dijo ella.

Ahora sabía porque el hombre lucía atractivo, recordando al Sasuke que conoció también fue un chico sumamente guapo, el niño malo y grosero que todas las chicas querían a su lado. Recordaba bien como el par de mejores amigas se enemistaron por su causa, pero no ella... ella estaba enamorada de alguien más... del chico que nadie quería por ser hiperactivo, el mismo que lo seguía a él queriendo hacerse su amigo...

-Sé que eras tímida para ser obvia... sé que lo eres mi amor—Le susurró al oído—Pero ¿sabes? Jamás he podido olvidar tu mirada... cuando... aquel día me ofreciste tu almuerzo. Tan receptiva, tan lista para saber justamente lo que necesitaba en aquel momento.

¿Cuándo ella hizo tal cosa? Definitivamente Sasuke la confundía... Ella jamás...« ¡Oh cielos!» Ella solo se lo ofreció por caridad, cualquier persona sabía lo que ocurrió con su familia y él lucía tan desconsolado, ni siquiera tenía qué comer, no lo hizo con dobles intenciones, fue una acción de una niña inocente.

-¡Suéltame!—Gritó cuando una mano acunó su pecho izquierdo en una descarada caricia, los largos dedos se cerraron en el contorno de la firme pero suave carne apretujándola delicadamente.

-Tus pechos son tan hermosos... tus pezones rosados son tan incitadores mi amor.

-Por favor—Hinata volvió a sollozar cuando la otra mano apretó su nalga acercándola a él y haciéndola sentir el cuerpo masculino contra el suyo—Esto es un error—Chilló—Yo no pretendía nada contigo, éramos unos niños...

-Pero ya no lo somos mi vida, ya no, incluso ahora podríamos hacer niños tú y yo.—Hinata negó frenéticamente demostrando su miedo.—Tranquila no deseo que te embaraces ya, pero será algo que sucederá en un futuro, ¿no crees?

-No—Sollozó ella.

-Si mi amor, tú serás la madre de mis hijos.

Hinata llevó sus pequeñas manos a aquella que tocaba su pecho tan descaradamente, si creía que se lo haría fácil estaba loco, ella lucharía...

-Auxilio—Gritó pero los labios se estamparon contra los suyos besándola de manera agresiva, posesiva.

Nunca en su vida ella experimentó tal rigidez, las fuerzas le escasearon y si no hubiera sido por que él la sostenía seguramente hubiese caído al suelo. Se sentía tan mareada y agotada para llevar tal lucha mental y físicamente. Además un extraño calor comenzaba a inundarla, a hacerla sentir sensaciones extrañas.

-Oh mi vida—Susurró él al tomarla entre sus brazos y llevarla a la habitación, con cuidado la recostó en la cama.

Aun aturdida, después del casi desmayó, Hinata observó cómo se quitaba la sudadera y con ella una playera dejando al descubierto un musculoso torso, uno perfecto, seguro varios de sus compañeros matarían por tenerlo. Hasta ese momento se percató que las luces de las mesitas de noche estaban encendidas.

Captó cada detalle de su habitación, aunque lo conocía mejor que nadie, se detuvo observando el estante que guardaba fotografías de sus familiares; su padre la miró con ojos serios y escrutadores, Neji tenía una cara indiferente y Hanabi sonreía ampliamente, los mismos rostros que observó aquel día, aquella última vez, antes de que fallecieran en aquel terrible accidente aéreo.

De pronto reaccionó, el sonido de una cremallera la hizo regresar. Se sentó abruptamente con el cuerpo temblándole y escaso de fuerzas, buscando nuevamente su escapatoria, pero Sasuke la tomó de un tobillo, ¿en qué momento le había quitado los zapatos?

Él le regaló una sonrisa ladina que la hizo estremecer de miedo y a continuación posó sus labios en el dorso de pie comenzando a besarlo delicadamente. Hinata se mordió el labio inferior para no emitir sonido alguno, aquellos labios sobre su piel la hicieron estremecer, mandándole una descarga directo a su vientre, subiendo una energía extraña, provocando una reacción nueva en su zona íntima.

-Te voy a volver loca mi amor, a tal grado que cuando te meta mi verga estés muy mojadita. Te prometo que no voy a lastimarte.

Los ojos lunas dejaron correr unas lágrimas, negó con la voz débil y aún más exhausta intentó luchar contra él fuerte cuerpo que no tardó en caerle encima.

Los labios del Uchiha se volvieron a posar sobre los suyos y la besaron, no lo pretendía, incluso no lo quería pero su cuerpo correspondió ese demandante beso, incluso emitió un gemido cuando él le metió las manos por los costados del short tocándole la piel...

Las manos masculinas estaban a un par de grados más abajo que ella y aún así el contacto fue relajante en cierto modo, los dedos se trasladaron por su piel atrapando sus glúteos y levantándola hacia su pelvis haciéndola sentir la virilidad masculina.

-Estás muy buena mi amor—La voz ronca del moreno la hizo temblar.

Su poco raciocinio le pedía que luchara y escapara de aquello, eso no era lo que deseaba, así no debía ser... pero su cuerpo estaba extasiado del contacto masculino, del olor, de la voz, de las caricias.

-Te amo—No era la primera confesión que escuchaba la modelo Hyuga, pero a diferencia de las otras esa, no era normal, ¿por qué causaba tanto miedo?

Sasuke incorporó el torso y comenzó a deslizar la ropa que aun la cubría para desnudarla completamente. En ese pequeño espacio los ojos lunas pudieron captar la anatomía masculina, él ya se encontraba desnudo, tenía una piel blanca y un cuerpo realmente atlético, aunque también unas marcas moradas en la articulación interna del codo, y en la yugular de su cuello.

Sin poder controlarlo los ojos lunas vagaron hasta llegar a la parte baja del abdomen, fue la primera vez que observó una erección masculina, algunas ocasiones le tocó ver a sus compañeros modelos totalmente desnudos, pero nunca excitados.

El miembro del Uchiha estaba pegado al trabajado abdomen, levemente sonrojado, con el glande bien marcado y circuncidado, algunas venas se asomaban denotando el poderío, la excitación, orgulloso de su tamaño.

-No—Negó un tanto asustada, no quería eso aunque su cuerpo dijera otra cosa.

-¿Qué sucede?—Le cuestionó él al inclinarse hacia su zona íntima y sin pudor alguno lamer sus labios mayores—Pareces una bebé—Hinata supo porque lo decía, se encontraba depilada...

Apretó los puños sin tener fuerzas para incorporarse, dios, se sentía tan bien esa lengua abriendo sus pliegues, saboreándola, haciéndola sentir la aspereza y fuerza de tal musculo bucal.

Gimió aunque no lo deseaba, y a pesar de tenerlo escondido entre sus piernas pudo darse cuenta que él lo disfrutó. Se abrumó al verlo posar su mano en su erección, a pesar de tener manos grandes no era suficiente para hacer desaparecer su miembro, entonces los ojos lunas captaron el movimiento frenético que comenzó alrededor de su falo, mismo que imitaba con su lengua.

-Ag—Casi gritó cuando la penetró con la lengua, nunca antes había vivido algo similar pero eso era demasiado, estando así, sintiendo de esa manera, podía entender porque algunas personas simplemente se dejaban llevar.

La tortura siguió, el vientre le dolía, ella misma se empujaba contra el rostro masculino y entonces cuando pensó que ya no sería capaz de sentir más, algo explotó dentro de ella, la hizo gritar o eso creyó, su cuerpo tembló como si hubiera convulsionado y Sasuke pareció saborear el fluido que acompañó a esa locura que no podría describir la chica.

-Te hice venirte solo con mi boca imagínate lo que te hará mi verga—Le susurró en el oído, los ojos lunas se entreabrieron atontados y entonces sintió un par de dedos acariciar su vagina—Desde hace tiempo noté que tienes tu vagina muy chica, creo que te va a doler pero lo haré lo más despacio que pueda, quiero hacerte disfrutar.

-Por favor—Susurró ella, su cerebro le pedía que no la penetrara y su cuerpo pedía la intromisión...

-Aquí está mi vida—Le respondió él al colocar el lubricado glande en su entrada—No te entra—Informó besándole los labios—Será muy delicioso cuando te la meta toda ¿serás capaz de soportarla?

Hinata negó con la cabeza en un último intento de protección. Observó la sonrisa torcida del muchacho.

-Tendrá que entrarte, a todas le entra aunque el inicio siempre es algo forzado.

-No así—Pidió ella dejando rodar unas lágrimas—Por favor detente, no te he hecho nada, no me lastimes más.

-¿lastimarte?—Cuestionó él incrédulo.

-Te hice correrte. No te preocupes contigo será distinto, quiero gozar, pero prometo que te haré gozar a ti también. Está un poco grande por eso les gusta mi polla, ahora mi vida será solo tuya, siempre debió ser así... Sé, muñeca, que terminará entrando toda, hasta adentro. ¿Y sabes que es lo mejor? Contigo no usaré condón, me sentirás al máximo, voy a correrme dentro de ti. Vamos a hacerlo toda la noche mi vida.

-No—Hinata intentó moverse pero su cuerpo parecía de gelatina, con torpeza solo logró mover su brazo izquierdo si ser capaz siquiera de golpear al muchacho.

-¿Te gustaría quedar preñada a la primera? No había pensado en eso, será como tú quieras... también traigo unas pastillas del día siguiente en la mochila y ya después puedo ponerte las inyecciones que conseguí para que no te embaraces pronto—Le dijo al pasarle la lengua por el cuello.

Hinata quiso rogar una vez más pero la voz no le salió, la lengua parecía estar trabada en su boca y los labios del moreno la besaron una y otra vez. Fue consciente cómo él dirigió su erección a su entrada, hubo una ligera presión y una pelea, que finalmente perdió su zona íntima abriéndose a él, salió un sonido de su garganta que él quiso callar en ese beso...

La presión comenzó a hacerse dolorosa cada vez que él se empujaba dentro de ella, al intentar traspasar su virginidad. Sasuke resopló al parecer frustrado.

-Mi amor no hay de otra. La tendré que meter enserio de una buena vez de cualquier manera te está doliendo—Susurró en sus labios, los ojos negros se veían compadecidos y la expresión del muchacho era de preocupación y al mismo tiempo gozo.

-¡Aah!—La Hyuga no tuvo duda que el grito fue de ella, dentro de su vientre la presión, convertido en dolor agudo y desgarrante combinado con el ardor fue casi insoportable.

-No llores—Le dijo al atrapar sus lágrimas con dulces besos—Te sientes tan bien, casi me atrapaste todo, eres tan pequeña, esto se siente jodidamente bien mi amor—Le dijo él con la voz entrecortada, casi jadeando, batallando con su propia respiración.

A pesar de que se estaba deteniendo ella no pudo agradecerlo, no sabía exactamente qué sentía porque una parte irracional y carnal de ella quería eso... y otra... otra simplemente no la dejaba disfrutar...

Sasuke volvió a enderezar su torso y comenzó a retirarse, ella gimió sintiendo dolor una vez más.

-Has sangrado. Así debe ser, yo seré tu primero y único hombre—Sentenció él.

-No.—Pidió cuando lo volvió a sentir adentrarse.

-Tranquila dejara de doler en un rato, tienes que acostumbrarte a mi verga. Va a suceder deja de preocuparte, disfruta mi vida...

Sasuke, entró una, otra y otra vez dentro de ella, el dolor no menguó realmente... quizás en cierto momento se hizo soportable, pero cuando él dejó el ritmo tranquilo y comenzó a incrementarlo la molestia lo hizo junto a el. Y ella no supo si lloraba, jadeaba o gemía, simplemente su cuerpo casi inerte se movía con cada empuje que recibía.

-Te amo tanto—Fue una frase que él le soltó innumerables veces, el gemido que lanzó cuando terminó cumpliendo su promesa, dentro de ella, quedaría grabado en su memoria.

Y cuando creyó que la tortura había terminado y cerró los ojos esperando que el sueño la envolviera y se llevara con el esa horrible pesadilla, las manos masculinas volvieron a acariciar su cuerpo y la pusieron boca abajo, solo para volver a ser invadida por él, esta vez un poco más agresivo, más doloroso...

xoxoxoxo

El sol estaba por salir, lo supo a pesar de no poder mover su cuerpo y aceptar que nada era un sueño, que todo era real, Sasuke la había violado tres veces y parecía no querer detenerse y ella estaba paralizada sin que su cuerpo le respondiese...

Observó el alto cuerpo pasear por la habitación, después se colocó una especie de liga en su brazo y después lo vio inyectarse algo en la vena, dando un largo suspiro y durante unos minutos mantuvo los ojos negros cerrados. Cuando los volvió a abrir parecía tener energía nueva y tranquilidad.

-Mi vida te daría de esto, es realmente bueno... pero... no quiero joderte. Además en un futuro, las mujeres que lo hacen no dan niños sanos, y no creo que tú quieras eso. Debo vestirte se hace tarde—Anunció—Ahora iremos a nuestra casa. La compré hace tiempo y la he estado arreglando para que podamos vivir ahí, está en las afueras de la ciudad, es pequeña pero tiene lo necesario, tú y yo estaremos bien ahí.—Sentenció el moreno visualizando la vida que cuidadosamente ideó hace tres años cuando su plan comenzó y que finalmente comenzaba a echarse a andar, y que nada en un futuro podría hacer tambalear.

Hinata sería solo suya, se encargaría de eso, quedaría quizás como una mujer más desaparecida sin que nadie pudiese dar con su paradero, no por nada le había llevado tanto conseguir lo que esa noche tuvo y que en los días venideros se convertiría en algo habitual, no por nada ella sería su mujer.

Mis chicas probablemente esto tenga una segunda parte, desde el punto de vista de Sasuke, pero no se que le pasa a mi inspiración, escasea, solo quería decirles que sigo viva y aunque no pueda escribir, al menos lo intento, tengan paciencia...