*Antes de comenzar esta historia quiero agradecer a todas las personas que me han pedido esto, son grandiosos. Ahora, aqui una nueva explicacion de los personajes que veran: Sam y Dean Winchester son padres de dos chicos cada uno. Porfavor no me pregunten por las madres, realmente no quiero tocar ese tema XD. los hijos de Dean son... John Samuel Winchester (de 15 años) y Casey Winchester (de 6 años y que mágicamente es la reencarnación humana de Castiel, pero el no lo sabe y se enterara en esta historia). Los hijos de Sam son Henry Eric Winchester (de 12 años) y Robert Winchester (conocido como Robie de 16 años) también participa un hermano inventado de los Winchester, Jeff Winchester que tambien tiene un hijo, Demian Winchester (de un año). Las edades de los hermanos estarian entre los 40 y 50, excepto Jeff que estaría entre los 33 a 37. Ahora si, disfruten de la historia y reitiro mi agradecimiento por sus peticiones, espero que les guste. Fic de 20 capítulos o mas (si me va gustando XD)
SUPERNATURAl: La familia Winchester
— ¿Tío Sam no estará en casa tampoco? —Pregunto John a su primo Robie.
— No idiota, te lo estoy diciendo… Mi papá también se va de visita con el tío Jeff. Es una suerte que se esté divorciando. — Dijo el muchacho frustrado, a veces le parecía que John tenía algún retraso, preguntaba siempre la obviedad.
— No digas eso Robert, él tío Jeff debe estarla pasando muy mal.
— Que va, John el tío Jeff es gay y esos tipos siempre consiguen quien se la metan en un, dos por tres.
— Robert no hables así de él, como se enteré tu padre...
— No se va a enterar, porque tu vas a cerrar la boca, si no quieres que yo también vaya de chivato con tío Deán sobre tus reportes falsificados.
— Eres un puto manipulador Robert. — Le gritó John, quería mucho a su primo pero siempre había detestado esa parte manipuladora de Robie.
— Vale, vale, tranquilo John…. Yo sólo lo decía en broma, sabes que tío Jeff también es mi sujeto favorito del mundo, estan cool que seguro nos apoyaría con esto.
— No se Robie, ¿Y si nuestros padres regresan de pronto? ¿Y que con los niños? —Pregunto el muchacho hecho un manojo de nervios.
— John, relájate primo. Primero que nada nuestros papás estarán en NY, no se regresa tan rápido desde haya. Y segundo, estoy seguro de que a Casey se lo llevan al viaje, no sé si lo has notado pero tu hermano es un llorón sin su papi.
— Oye… — se quejo John, tampoco era su gracia que hablaran así del niño.
— Vale, lo retiró.
— ¿Y que con Henry? Tu hermano también es un bocaza. — Aseguró John.
— Ya lo sé, pero estamos de suerte… El niñito nos cubre si lo dejamos pasar el día entero con sus amigos los freaks.
— ¿Se lo dijiste ya? ¿Y si se lo dice a nuestros padres antes de irse?
— No les dirá nada, no seas tan dramático John. Mi hermano juro callarse, bueno le di un libro a cambio.
— Oh bueno un libro, eso lo mantendrá callado lo suficiente, así que... Empecemos a decirles a todos. — Exclamo John emocionado.
— Wowowo, John enserio que eres novato, cuando uno hace una fiesta no se lo dice a todos, porque se provoca un caos… Sólo dile a unas cuentas personas de confianza y que no lo divulguen.
— Vale pero... Oh mierda, ¿Qué hora es? — Pregunto John.
— Tienes celular, puedes ver tu mismo.
— Robie, olvide el móvil, dime la maldita hora. — Le exigió, estaba a punto de estrangularlo.
— Son las cuatro, idiota. — Grito Robie, John maldijo en voz baja y se hecho a correr como la maratón, Robert no entendía que pasaba pero salió corriendo tras él.
— ¿Hey John, porque corremos? — Pregunto media cuadra después.
— Porque soy un idiota, Papá me pidió pasar por Casey de la Iglesia a las tres con treinta.
— Si, eres un idiota amigo.
— Cállate… Oh Dios, papá me matara. — Explicó sin dejar de correr.
— Hey no es tan malo, son sólo treinta minutos. Seguro qué estará con el párroco. — Dijo Robert.
Los chicos llegaron al lugar a los diez minutos y se encontraron con Casey sentado fuera de la iglesia, junto a él, estaba un desconocido.
— ¡Casey! — Grito John y el niño salió corriendo a abrazarlo.
— Vale, vale no llores Cass, ya estoy aquí. — Le decía John para calmarlo, el pobre niño estaba muerto de miedo.
— ¿y tú quien eres? — Pregunto Robie al chico extraño que estaba con su primo.
— Hola, me llamó Gabriel. — Dijo el chico, que debía tener a lo mucho unos 17 años.
— Bueno Gabriel, ¿que hacías con mi primito? — Exigió saber Robie, algo en el tipo no le hacía gracia.
— Estaba llorando desde hace rato, yo vivo aquí.
— ¿En la iglesia?
— Si, soy uno de los huérfanos de aquí, el padre Sebastian tuvo que irse y me encargo al niño, dijo que vendrían a por él.
— Vale, gracias amigo... Soy John, este es Robert.
— Encantado de conocerlos.
— Si bueno, igual... Pero nos tenemos que ir, hasta la próxima. — Dijo Robert y se llevo a sus primos de malos modos, sin embargo Casey regreso corriendo y abrazo al muchacho.
— Gracias. — Le dijo antes de regresar con su hermano.
— De nada, hermano. — Murmuró el muchacho, en efecto él era la reencarnación humana del arcángel Gabriel y a diferencia de Casey, recordaba su vida como Ángel.
— ¿Porque lo has tratado así Robert? — Pregunto John.
— Llámalo corazonada, pero ese tipo me dio mala espina
— Vale, olvida que pregunte... ¿Cass estas bien?.— Pregunto John y el niño se soltó de su mano y se cruzó de brazos.
— Me dejaste sólo, ya no te quiero... Le diré a papi. — Se quejó el niño.
— Nooo, Cass no le digas... Que me va a dar en el culo. — Le rogó John.
— Siii, le voy a decir. — Seguía diciendo Casey, John estaba que se moría de miedo por llegar a casa. Pero por suerte tenía al gran Robie, el experto en manipulación para ayudarle.
— Casey, y si... ¿Te llevamos por un helado? ¿Olvidarías lo qué pasó? — Le ofreció Robert, el niño lo miro pensativo, hasta que negó con la cabeza. — Vale, ¿una malteada? — Ofreció Robert y el niño declinó al instante, vaya que era difícil de sobornar pues Robert jamás había pasado de esas dos ofertas con su propio hermano menor.
— Vale mmm... Te llevamos a ver la nueva peli de Disney.
— Siii. — Empezó a gritar el niño y dar saltitos de alegría.
— Vale, gracias Robert... Voy a perder toda la mesada por ello. — Se quejó John.
— Colega, es el precio por salvar tú culo de la mano de tu padre, anda llámale para decirle que iremos al cine. — Dijo Robert, dándole su celular.
— ¿Ahora?
— Si, ahora... O no te garantizo que él niño se quede callado. — Dijo Robert, John no tuvo más que llamar a Deán e inventarle una salida al cine con amigos del niño, si no jamás lo dejaría gastarse ese dinero.
* Porfavor Review!
