N/A: Tenía que subir esto antes de entrar a clases otra vez, pero no lo logré u.u , es lo más crack que he escrito en mi vida, pero un día pensando y formando ideas extrañas en mi cabeza dije : ¿por qué no unir a estos dos?. Espero les guste. Si no les gustan los fics de parejas Crack, advierto desde ya que esto contiene mucho de eso. Juro que sería un one shot corto, pero las ideas me llegaron y me quedó más largo. Sorry…
Disclaimer: Resident evil y los personajes pertenecen a CAPCOM, sólo la trama de este relato es de mi propiedad, hecho únicamente con el fin de entretener, nada para lucrar. ¡No al plagio!
Adiós Pelirroja
Capítulo uno: ¿Dónde demonios estás?
Jake Muller sabe que si su corazón late de aquel modo frenético no es principalmente motivado por la mujer que besa sus labios, no puede evitar sentirse como un traidor y un cínico de la peor calaña al corresponder a las caricias que ella le está brindando, cada beso suena como un "detente" en su cabeza, se siente sucio y se repudia así mismo por manchar la limpieza y la sinceridad que Sherry Birkin posee, ella es capaz de entregarse en cuerpo y alma una y diez veces si es necesario, él no guarda dudas con eso… y conoce lo horrible que es no darle un alto a la situación. Pudo dejar todo como una simple amistad, pero no lo había hecho y ahora comenzaba asumir las consecuencias y las responsabilidades que tenían las decisiones que tomaba a lo largo de su vida.
La estaba utilizando, por mucho que lo negase, Jake en el fondo de su mente está consciente de que es la verdad, suena despiadado y a la vez horripilante, ¿Qué clase de hombre cae tan bajo?, no por estar con otra borraría la soledad que regía a su alma atormentada. Es absurdo e imposible conseguir olvidar a la única persona que has amado realmente, simplemente no puedes apartar de la mente la huella que deja en ti, ni siquiera tocando otra piel, ni besando otros labios…ni uniéndote a otro cuerpo, tampoco fingiendo amar a otra mujer. Es improbable que lo consigas, por demasiado ahínco que pongas en tu cometido, es algo irrealizable, si de verdad amaste… probablemente jamás puedas enterrar el recuerdo. O al menos así piensa Jake.
Sherry no merece ser una opción en su vida, ella debería ser su camino principal y su único objetivo, pero él sabe que es incapaz de mantener esa idea en la cabeza. Sus divagaciones siempre llegan a una meta y ésa no es precisamente la rubia, sus pensamientos no pueden captar la atención en la joven que se estremece bajo su cuerpo y su toque. Muller no superará el paso de esa maldita mujer pelirroja en su vida. Al menos no ahora y por muy marica que suene en alguien como él, es consciente de que tampoco conseguirá marginarla de su frío y mal herido corazón.
El de los orbes azulados siente los labios de Sherry oprimirse con fuerza sobre los suyos, su boca es pequeña, suave y delicada, pero aquellas características no son un impedimento para devorarle los labios de manera pasional y descomunal. Abre la boca y profundiza la unión, las lenguas se enredan placenteramente, juegan y se fusionan, al ambiente se complementa con los sentimientos de Sherry, de igual modo contribuye la necesidad y el deseo corporal que domina el impulso indómito que siente Jake.
Birkin muerde su labio inferior, Jake gruñe, aquel movimiento le recuerda muchas cosas, abre sus ojos en pleno beso y siente una gota fría de sudor deslizarse por toda su espalda, con desconcierto aleja a la mujer que tiene en sus brazos… no lo cree, le parece insólito, su mente no puede jugar de manera tan cruel con él. Sacude la cabeza intentando volver a la realidad, pero es inútil, sólo se pierde en los ojos aguamarina que no lo han dejado de mirar.
"¿Y si era verdad?"
-¿Pelirroja? – susurra confundido. La estaba viendo, era ella, la mujer de cabellera rojiza estaba ahí.
La agente gubernamental pestañea un par de veces, se siente herida… nuevamente sucedía, Jake la llamaba de esa forma: "pelirroja", ya había perdido la cuenta de cuántas veces él habría susurrado ese maldito apodo mientras hacían el amor, aunque Sherry comenzaba a cuestionarse severamente si alguna vez, cuando estaban juntos, él sentía lo mismo que ella. Ese simple susurro le dolía más que el recuerdo de su infancia, está frustrada, a pesar de intentarlo y de jurarse así misma que conseguiría sanar al hijo de Wesker, está comprobando en ese momento conciso; que los demonios del pasado aún dominan la mente de Jake. La situación no varia, no tiene caso insistir.
Jake cae en cuenta del error cometido, quiere decir algo, aunque sea una disculpa, pero las palabras parecen estar aferradas a su garganta, no quieren salir de ahí. Se aparta de ella, poniendo fin a la unión que mantenían sus piernas, lentamente se acuesta a su lado, aunque evita tocarla y mirarla, Sherry lo está detestando con todo su ser, puede percibirlo y realmente no la culpa de hacerlo. Se maldice por ser tan idiota.
-Lo siento – dice finalmente, la joven sólo se limita a guardar silencio y mantiene su vista fija en la nada. Se incorpora en la cama y toma la blusa color celeste que Jake le quitó hace unos momentos, la acomoda sobre su cuerpo y se pone de pie liberando un suspiro.
-Ya estoy harta de lo mismo, no aguanto más la situación, no te imaginas lo que siento cada vez que me llamas así. Cuando dejes atrás el recuerdo de esa "pelirroja", tal vez podamos ser felices y yo pueda perdonarte. Si tú no te propones avanzar, nadie lo hará por ti jake, y yo no estoy dispuesta a ser la sombra de otra. – Sherry se aleja velozmente, ya no tiene fuerzas para seguir frente a él. El mercenario cierra sus ojos al sentir la puerta cerrarse.
-Pelirroja me estás matando, ¿dónde demonios estás? – pregunta al viento, sin embargo el silencio es su única respuesta y parece burlarse despiadadamente de él.
La historia que comparte con la mujer pelirroja no es el típico y tradicional cuento estilo Disney que le relatan a las niñas en el kinder, donde el príncipe lucha por su bella princesa y se aman desde el primer instante, en el caso de ambos las cosas no se dieron del modo más romántico, de hecho su relación carecía de sentimentalismos y de clichés novelescos. Ya se cumplían dos años sin saber nada de ella, dos años de no verla, de no escuchar su molesta voz… dos años buscándola y averiguando su nombre, dos años en los cuales la sola idea de intentar sacarla de su mente se había vuelto un desafío extremadamente complejo.
Bastó una semana, siete miserables días para que el arisco y poco afable Jake Muller cayera rendido a los pies de una mujer que jamás quiso revelarle su nombre. No puede admitir que la amó al primer instante de verla, eso sucedía en las películas de adolescentes, es más; la primera vez que la vio le pareció la tipa más estúpida, torpe y loca que se había cruzado en su camino. - esboza una sonrisa al recordar - , si pudiese retroceder el tiempo y sentir una vez más su hombro chocarse con el de ella, lo haría sin pensarlo.
Las primeras palabras que intercambiaron no fueron las más encantadoras, él le gritó que era una "puta loca maldita", Jake no toleraba la insólita idea o más bien, la jodida imprudencia de que algún imbécil osara sobrepasar su espacio personal, mucho menos empujándolo, y empeorando la situación que la responsable de eso fuese una chica. La pelirroja no dijo nada, sólo levantó su dedo medio y siguió caminando. El muchacho contestó con otro insulto, - jake no recuerda con exactitud qué fue lo que le dijo, la única imagen que llega a su mente en ese momento es cuando la mano de esa mujer se planta con fuerza sobre su mejilla - . Vuelve a sonreír, se merecía la bofetada por cabrón.
Cada recuerdo es una oleada intensa de alegría y a la vez de nostalgia. Se odia, se aborrece y se detesta por no olvidarla, lo único que hace es vivir ilusionado, aunque duela, sabe que no la volverá a ver y no puede seguir malgastando su vida de aquella manera. Ya es tiempo de poner los pies en la tierra, bajarse de la nube y dejar atrás los sueños que tenía con esa pelirroja. Es hora de comenzar un nuevo inicio junto a Sherry, ella es su chica, y lo más cercano que tiene a un amor verdadero. De ilusiones y recuerdos no podía continuar. La espera y el agobio borrarían la marca que dejó en él, es momento de asumir que perdió el rastro de esa mujer.
Pero cuando se propone dejarla atrás, ocurre lo contrario y regresa por todas las vías posibles a sus recuerdos. Intentar olvidarla era recordarse así mismo que ella existía , que la necesita y la extrañaba… lo que siente en esos momentos es similar a lo que experimenta un adicto al dejar las drogas, un puto síndrome de abstinencia, que le estaba ganando la batalla, era un circulo vicioso, la pelirroja era su cocaína.
Jake toma su cabeza con ambas manos, necesita respuestas, quiere saber si es necesario seguir atado a una mujer y a sus vivencias juntos.
La primera vez que la besó fue bajo un estúpido impulso, un nuevo encuentro, una nueva discusión y un beso de arrebato… a veces amaba el destino, besarla le costó una nueva bofetada, sin embargo no le importó, tragó su orgullo, se dejó humillar, pisotear e insultar de variadas maneras… pero le daba igual, por ella lo hizo y no se arrepentía de nada. Una conversación extraña había dado el comienzo de su juego, se citaron en un lugar y descubrieron que eran muy parecidos. Todo aquello, sucedido en menos de tres días. Jake ya la amaba como un idiota y seguía sin saber su nombre. La pelirroja era distinta a las demás chicas, era especial y no fue complicado enamorarse de ella. La primera vez que gimieron juntos y la pelirroja se aferró a su espalda no fue bajo un acto de amor pasional y desbocado… a pesar de todo, él sabe que ella no se involucró sentimentalmente de la misma manera como él lo hizo. La mujer simplemente se dejó llevar por el resultado de un acto reflejo, de algo que se hace sin razonar, sin medir consecuencias… sólo fue una tentación frenética, un acto de locura… quizás tan desquiciado como esa mujer lo estaba.
Cuatro días y aún no conocía su nombre, insistía en que la llamara simplemente "pelirroja". Jake confesó múltiples datos personales, incluido su nombre, hasta su edad… lo único que obtuvo de ella fue saber cuantos años tenía, y en efecto era mayor que él, ese simple detalle le fascinaba. No todo es felicidad en una relación, ella debía regresar a su país en tres días.
Le rogó, incluso suplicó por que no se marchara. Tragó una vez más su orgullo y finalmente aceptó la decisión que ella eligió. De todos modos no la comprendió, no la comprendía y no la comprenderá jamás.
"Lo nuestro es imposible jake, no por la diferencia de edad, ni por la distancia… yo tengo una vida en Estados Unidos y por mucho que quiera cambiarla simplemente no puedo, tengo planes en los cuales se me hace imposible incluirte. Nosotros no nos volveremos a ver, por eso no sabrás mi nombre jamás, no quiero que me odies por dejarte, quiero que me recuerdes como la simple pelirroja loca que conociste en una semana. Yo jamás me olvidaré de ti, eso tenlo por seguro"
Esas palabras surcan su mente, el peligroso filo de esas letras es más dañino y letal que una espada. Ella cortó su corazón al mencionarlas, la belleza física que poseía era tan grande como lo despiadada que era, no tuvo alma al momento de decirlas, no sintió piedad. Él debe hacer lo mismo, tiene que arrancarla y lanzarla lejos de sus memorias. La pelirroja era igual o peor que su padre, lo abandonó y lo rompió de mil maneras diferentes. Al menos Wesker no le había creado falsas ilusiones, el muy bastardo lo marginó de su vida desde un principio.
Sacude su cabeza, enloquecería si continuaba divagando. No puede perder más tiempo, rápidamente de pone de pie, toma la primera camisa que encuentra, no titubea y sale tras Sherry. No dejaría ir a la única mujer que le profesaba un sentimiento desinteresado y completamente honrado.
No caería en el mismo error que cometió con la pelirroja. No, a Sherry no la dejaría alejarse. Cada segundo en el elevador era un suplicio, a penas las puertas se abren, Jake corre tras la rubia.
-¡Supergirl! – grita al verla, Sherry no voltea y sube a un automóvil color gris. El joven acelera sus pasos, pero la rubia se marcha con otra mujer que no alcanza a divisar. Toma su nuca con ambas manos y a la vez las cruza tras su cabeza, cierra los ojos con fuerza, no quiere verla partir.
.
.
.
Tres días habían transcurrido a partir de esos hechos, no sabe nada de Sherry, ella no contesta sus llamadas, ni tampoco está en su casa. No quiere recurrir al desagradable héroe de todos los tiempos, el famoso Chris Redfield, su maldito nombre le provoca nauseas, mucho más su apellido. Había escuchado a Sherry nombrar a la hermana de ese bastardo, quizás ella tenía noticias del paradero de la rubia. Pero para llegar a esa tipa, debía interactuar con Redfield, lanza un bufido mientras muerde una manzana roja, por recuperar a su chica debe sacrificarse. Maldijo el día en que decidió vivir en los Estados Unidos, todo era complicado.
Unos golpes en la puerta del apartamento lo sacan de su raciocinio, libera un suspiro fastidiado.
-Si es la señora de la renta, ¡váyase al diablo!, ya le dije que le pagaré en dos días, ¿qué, no puede esperar? – espeta decidido a no abrir la puerta – vieja estúpida, algún día me largaré de aquí y tendrá que tragarse sus cobranzas por el culo. – susurra enrabiado.
-Jake, soy Sherry – la expresión de su rostro cambia al instante de oír la voz dulce y pacifica, sin rodeos se dirige a la puerta y la abre sin ocultar la felicidad. La de los orbes azules entra sin decir nada, echa un vistazo rápido y ve que el apartamento está hecho un asco. Jake era un desastre sin ella.
-Sherry yo…
-Vine porque ayer me dejaste veintiocho llamadas perdidas, cinco mensajes de voz en los cuales no entendí nada, ¿estabas borracho, verdad? – el chico se toca el rostro con pesadez.
-Soy un asco en esto, pero lo siento… fui un idiota, la única que me importa eres tú supergirl, lo que te dije fue una estupidez, ella no te llega ni a los talones yo…mierda, no sirvo para esto - Sherry lo mira con comprensión e infinita ternura, se lanza en sus brazos y le besa lentamente. Jake corresponde de forma inmediata, si hay algo que le gusta de vivir en América es poder besar a la agente Birkin. Se separan buscando oxigeno y juntando sus mejillas.
-No digas nada más o lo arruinaras – ambos ríen. El mercenario vuelve a besarla brevemente, Sherry hunde el rostro en el pecho masculino y aspira el aroma varonil que tanto ama. – Dime quién es ella jake, si queremos hacer esto bien no podemos guardar secretos.
-La conocí hace un tiempo en Edonia, ella estaba de visita por asuntos de trabajo, la primera vez que la vi fue en una exposición de motocicletas, me empujó accidentalmente y yo la insulté, ella me abofeteó… luego nos volvimos a encontrar casualmente, y… tuvimos algo Sherry, se podría decir que fue la primera mujer que me provocó un sentimiento de verdad. Pero ella se fue, nunca supe su nombre y…creo que es todo lo que deberías saber. – la rubia siente muchas emociones al oír el relato, pero comprende que en la vida de Jake ella no puede ser la única mujer. Además sabe que él no seguirá hablando ni dando detalles de más.
-Está bien, me conformo con saber eso. Jake, yo jamás te abandonaré como ella lo hizo. – el mencionado acaricia la cabellera corta de su novia y apoya el mentón sobre su cabeza.
-Lo sé.
-Pero para perdonarte definitivamente, quiero que me acompañes a la casa de Claire, de hace meses que quiere conocerte, siempre te niegas a ir. – Jake hace una mueca de disgusto, se distancia de ella y se sienta en el sofá de mala manera.
-No me molesta tu amiguita Chloe…
-Es Claire – corrige la rubia, el chico hace un gesto con la mano restándole importancia a su error.
-Como sea, ella no es el problema, sino su hermano. Si vamos a su casa es un hecho obvio que ese imbécil estará ahí. Sabes que no me lo aguanto.
-Jake, Chris no es una mala persona, él y Claire han sido muy buenos conmigo… también estará Leon. Es una cena, simplemente eso. No me lo puedes negar Muller.
-Será la primera y la última vez.- Sherry sonríe ampliamente y vuelve a besarlo.
Un mal presentimiento se apodera de Jake, sus deseos de olvidarse de la pelirroja atrofian e inhiben la razón, es consciente de que una parte de él no quiere abandonar su pasado, la idea de iniciar un nuevo camino con Sherry no es digerida del todo. Cansado, cierra sus ojos y se deja llevar por el momento que comparte con la mujer que está besando. Juntos comienzan a caminar al dormitorio.
.
.
.
.
Si hay algo que Jake detesta más que a Chris Redfield, es la aburrida idea de subirse a un auto, una vez más observa el vehículo de Sherry y libera un resoplido sintiéndose horriblemente hastiado. En su moto sería más interesante. Para su mala suerte había llegado el día de asistir a la tortuosa cena en la casa de la tal Claire, Chloe o cómo diablos se llamase. Llevaba una semana preparándose psicológicamente para eso.
Sherry se aproxima sonriente a donde la espera su novio, jake no se siente capaz de devolverle el gesto, lo único que anhela es que esa tediosa experiencia suceda lo antes posible.
-No puedes llegar con esa cara de ogro, Jake – le reprocha mirándolo negativamente. El chico alza una ceja fulminándola con la mirada, ya tiene suficiente con tener que ir a esa casa y no está dispuesto a ir con una sonrisa falsa, es más, si se le manifestara la idea de insultar al Redfield lo iba hacer sin dudarlo.
-Vamos de una maldita vez.
La fémina asiente derrotada, ese hombre jamás dejará de ser un irritable, poseedor de un carácter de los mil demonios. De todos modos agradece que la acompañe, a final de cuentas él sólo asistiría por ella.
Rápidamente entran al automóvil y parten rumbo al domicilio de la menor de los Redfield. Sería un viaje largo y agotador, no por la distancia, más bien por la desagradable sensación que atormenta a Jake desde hace días atrás, curiosamente siente deseos de llegar… y realmente no se explica el porqué de su actitud.
Luego de dos horas de viaje, Sherry finalmente estaciona el auto frente a una casa bastante grande, tres pisos, dos balcones al frente y amplias puertas dobles de entrada le dan un buen aspecto al hogar. El mercenario desciende cerrando la puerta sin delicadeza. Sus orbes nuevamente recorren la fastuosa infraestructura que posee la casa de la amiga de Sherry. Le lanza una mirada de soslayo a su compañera al notar que lo abraza por la espalda.
-No será tan malo Muller, además estoy segura de que adorarás a Claire. – él se voltea y la envuelve en sus brazos, la pareja de jóvenes comienza a besarse pasionalmente sumergiéndose en su propio mundo y fantasías. Jake siente que Sherry es lo mejor que ha pasado en su patética vida, junto a ella, él ya no necesitaba vivir de recuerdos absurdos. Por fin estaba dispuesto a olvidar, ya no tiene dudas, Sherry es su presente y su futuro.
-¡Sherry! – grita una voz femenina que ambos conocen a la perfección. Se separan del beso, la rubia sonríe y saluda animosamente. Jake permanece estático, se siente incapaz de voltear, su sangre se ha congelado y sus músculos parecen estar paralizados, no puede ser ella… sencillamente no puede. Traga saliva nerviosamente e intenta regularizar sus latidos cardiacos, respira hondamente y decide girar.
Ambos se miran sin mecionar palabras, los ojos aguamarina lo traspasan y lo hipnotizan provocando el mismo efecto que antes. Jake no concibe lo que sus orbes le están mostrando. La pelirroja que tanto tiempo esperó y soñó era la mismísima Claire Redfield.
Bueno, aquí está el primer cap, esto sería un one shot, lo juro… pero decidí incluir a Sherry para darle más drama XD Así que será un fic de dos capítulos ^^ la segunda parte está lista sólo me falta editarla. Pronto la publicaré. Primera vez que narro en presente: o jajaja hay que probar cosas nuevas.
Espero les haya gustado, en el próximo se viene mucho Jake/Claire.
Besitos, los comentarios son bienvenidos ñ_ñ si alguien me quiere matar por joder a Sherry de esta manera lo entiendo xD
Abrazo de oso, nos leemos muy pronto.
