El comienzo de la leyenda
En una elegante habitación adornada de la más fina manera, se encontraban una hermosas mujer de edad adulta, de plateada cabellera, sus canas la hacían lucir una real belleza se encontraba acompañada de una pequeña niña de ojos soñadores que escuchaba encantada las historias de su abuela con tal fascinación que no se percato de quien entraba a la habitación.
- amor deberías dejar descansar a tu abuela
La niña agacho la cabeza – lo siento mama es que me encantan las historias de la abuela
-tranquila pequeña yo me encuentro bien
La pequeña sonrió plácidamente -madre podría contar la ultima historia y vuelvo a la cama a dormir
- anda hija la última – miro la mujer mayor a su hija, compartiendo con ella una hermosa sonrisa.
-Muy bien madre– y se sentó a un lado de ellas.
Y así comenzó a narrar la historia de la luna
En una apoco pasada la luna tenia alma y espíritu como nosotras pero su cuerpo era este planeta. Ella tenía como misión proteger al sistema solar de la oscuridad. Como gran guardiana de la luz, velaba todos los planetas pero se sentía atraída por la tierra y su belleza. Por siglos solo miraba desde las alturas a la tierra deseando algún día poder ir y conocer ese bello planeta.
Un día la luna no aguanto más y bajo en un rayo de luz hasta un hermoso lago, donde encontró a un joven caballero, el cual al verla se maravillo de la paz de la luna.
Ella cada luna llena bajaba para visitar al caballero y así se fueron enamorando, pero ellos sabían bien que su amor era algo imposible.
Pero aun así el caballero no faltaba los días de luna llena a ver a su hermosa Diosa.
El Dios Sol Padre de la luna veía a lo lejos la nostalgia de su amada hija que le concedió darle un cuerpo solo por un día para que estuviera con su amado.
"Solo podrás estar en la tierra por 24hrs y tendrás que volver hija mía, recuerda eres la diosa encargada de custodiar el sistema solar y protegernos de la oscuridad con tu luz. Tu amor no debe ser de nadie hija mía de lo contrario tu luz se extinguiría"
Así ella fue con su amado, ese día no era de luna llena, pero brillaba en lo alto una hermosa luna que el caballero acudió de inmediato. El joven a ver la no se detuvo y corrió a su encuentro así pasaron su día juntos, cuando faltaban pocas horas para que amaneciera ella le dijo que tenía que regresar nuevamente y cumplir su destino lejos de él.
El joven entristeció amargamente junto con la bella luna no querían verse separados de su amor.
La joven Diosa miro al caballero y besando dulcemente sus labios y se despidió de el. En el momento que la luna se retiraba la oscuridad envolvió a cada planeta en las tinieblas.
La diosa al darse cuenta de lo que estaba pasando se enfrento con furia junto a su amado, pero era una lucha imposible de ganar.
En a lucha el caballero fue herido haciendo que la diosa llorara amargamente, una de sus lágrimas se cristalizo conteniendo todo su deseo por que la luz volviera a brillar. Después de esto una enorme energía se expandió por el universo derrotando a la oscuridad, pero era demasiado tarde para todos, tenía que haber destrucción para encontrar el renacimiento.
Viendo lo que había ocurrió el Dios sol dio una descendencia a la luna teniendo como misión solo custodiar a la tierra con el cristal de plata en honor del amor que la Diosa de la luna le profeso al caballero de la tierra.
Se dice que la Diosa conjuro un hechizo de que en otro tiempo y espacio se encontrara para vivir su amor eterno.
-me encanta esta historia – dijo la pequeña sacando de sus pensamientos a su abuela
-ya anda ve a dormir – le ordeno a su hija
-si madre, buenas noches – así se retiro la pequeña princesa
-¿por qué esa cara Selene?
- y si Serenidad es la reencarnación de la Diosa de la luna – decía con su rostro lleno de tristeza – tu sabes que eso conlleva una maldición que la seguirá por siempre
- tranquila hija, han pasado siglos y no ha reencarnado puede que solo sea una leyenda – decía la mujer mayor para tranquilizar a su hija.- ve a dormir te vez cansada hija.
Así salió de la habitación dejando a la mujer mayor sumirse en sus pensamientos.
