Bueno!
¡Aquí con un nuevo fic!No será muy largo, pero no sé los capitulos exactamente. No tenía planeado hacerlo, pero esta mañana me he levantado con la idea en la cabeza y no he podido quitarmela... más bien al contrario. Las ideas venían a mi sin parar.
Evidentemente, es un Universo Alterno.
Disclaimer: Naruto, los personajes, pertenecen a Kishimoto (de momento.. juajuajua) pero la idea y la trama són mias.
Y... bueno, ¡a leer! Espero que os guste, y disculpad si alguna falta de ortografia os quema los ojos... a veces se me pasan por mucho lo que relea...
Sus amigas reían y sus carcajadas se elevaban hacia el cielo mientras caminaban por las concurridas calles londinenses. Los nubarrones se cernían oscuros sobre la gran capital y a pesar de la amenaza que suponían ninguna de las jovenes llevaba el paraguas encima. ¿Qué más daba mojarse un poco? ¡Eso también entraba en el paquete llamado diversión! Al fin y al cabo, estaban en un viaje de fin de curso... debían disfrutar de todas las formas posibles. Y si a eso hay que añadirle que tampoco tendrían demasiadas posibilidades de volver en mucho tiempo..
-¡Estoy cansada de tanta compra! - suspiró exageradamente una rubia de largo cabello recogido en una cola mientras se dejaba caer sobre la silla de una terraza.
-Pero si sólo hemos ido a tres tiendas - sonrió una castaña a su lado, mirando la carta de zumo y helados.
-Ya, pero cada una estaba en la otra punta.
-Que rapido te cansas, Ino.
-Tienes demasiada energía, Tenten. Ten en cuenta que las animadoras no tenemos tanta resistencia como las karatekas - ambas chicas sonrieron con aires, dándose aludidas por su deporte preferido.
A los pocos minutos, un joven camarero apareció para tomarles nota con una sonrisa. Las dos jovenes esbozaron otras sonrisas en respuesta y empezaron a pedir todo lo que se les vino en gana.
-Después de todo... estamos de vacaciones, ya quemaremos lo que sobre a la vuelta - la castaña se deshizo los moños que llevaba sujetos y se los volvió a hacer, apretandolos un poco más. Mientras., Ino a su derecha rebuscaba entre las bolsas y sacaba prendas con el ceño fruncido.
-Demonios, no debí meter el bolso en las bolsas...¡No lo encuentro!
-¿Y para que lo quieres, cerda?
Ino y Tenten voltearon, sólo para encontrarse con la mirada burlona de una ojijade y otra más tímida de una ojiperla.
-Para llamarte y saber así si os habíais escurrido por el lavabo, frentona - la rubia dejó de buscar y acomodó ambos brazos en la mesa, apoyando su mentón en las manos.
-Había mucha cola - se encogió de hombros y se sentó al lado de la chica de cabello azabache. Al cabo de unos breves minutos de conversación, el camarero empezó a traerles el enorme pedido y a dejarlo sobre la redonda y pequeña mesa. Por ende, tubieron que quitar los bolsos o brazos que hubiera en él para que cabieran las cosas. La chica de ojos jade miraba como el camarero dejaba delante de ella un trozo de suculento y en apariencia delicioso pastel de fresas y nata. Hinata, a su lado, sólo miraba con ojos nerviosos la de platos que habia y trataba de contarlos, perdiendo la cuenta cuando el camarero volvía.
Cuando finalmente terminó, Ino les envió una enorme sonrisa.
-¡A comer! - y dicho esto, cogió el suculento pastel que había delante de Sakura. Tenten hizo otro tanto con una tarta de manzana y Hinata cogió lo que parecía ser una madalena rellena de chocolate blanco.
-Pero si ya hemos comido... - susurró Hinata a Tenten, que sólo negó y sonrió.
-Madre mía... ¿Sabes lo que nos va a costar esto? - preguntó Sakura, hundiendo una cuchara en un lejano helado de lima. Se estremeció ante el cremoso sabor - Estamos en pleno centro de Londres... nos van a pegar un palo...
-Bah, dinero no nos va a faltar.
La pelirosa asintió, tratando de tragar sin congelarse en el proceso. Por muy verano que fuera, eso no quitaba lo frío del helado.
-Ya lo sé. No lo decía por eso.
-Entonces no te preocupes.
Sakura terminó su helado con glotoneria y dirigió su mano hacia un pequeño plato con un pequeño trozo de tarta de piña. Al mismo tiempo, Tenten lo sostenía por el otro lado, y entonces jade y castaño lucharon fieramente con la mirada hasta que una de las dos (la pelirosa en este caso) cedió la mano y la dirigió hacia el plato de pastas de té.
-El problema es que vamos a tener que ahorra de nuevo si seguimos así. La casa que queríamos alquilar en Hokkadido no va a pagarse sola.
-Y estas tartas tampoco. Disfruta un poco, frentona.
-Y tu cuidado, cerda, no vayas a engordarte demasiado.
La rubia de ojos turquesa esbozó una sonrisa burlona al tiempo que se limpiaba la boca, para luego volver a atacar un panecillo untado de algo extraño.
-Eso no importa. Yo al menos, tengo un deporte con el cual rebajar tallas.
Con un bonito gesto de la mano, Sakura la ignoró y trató de disfrutar del resto de la comida "sana" que había sobre la mesa.
Pasaron más de una hora sentadas en esa terraza, y menos de dos segundos en discutir hacia dónde ir luego.
-¡Paseemos por el centro! - decía Ino de forma animada.
Al parecer, a la rubia nunca se le acababan las energías.
Hinata miró la hora y con voz suave y aflautada, les llamó la atención.
-Són las cuatro y media... - al instante se arrepintió de haberlo mencionado. Las tres chicas restantes se giraron a la vez y casi se dislocan el cuello en el proceso. Ino se lo tocó con molestia por el rudo gesto mientras Tenten abría los ojos desmesuradamente y Sakura miró su reloj para corroborarlo.
-Si que es tarde...
-¡Pero si la última vez que miré mi mobil eran las doce y cuarto! - decía la rubia.
-La última vez que miraste tu mobil fué para llamar a Shikamaru, y de eso hace menos de media hora - le contestó al pelirosada con las manos en las caderas y las bolsas em las muñecas.
-Te quedas atontada cuando hablas con él...
-Y con unas excusas muy pobres para hacerlo.
Ino les giró la cara con enfado y Hinata sonrió, algo sonrojada mientras asentía ligeramente.
-¿Que hacemos entonces?¿Nos vamos al hotel a esperar a que sea la hora de cenar?¿O damos una vuelta antes?
Las chicas se encogieron de hombros ante al proposición de la castaña.
-Yo quería ir a dar una vuelta, pero con las bolsas - elevó ambas manos y las demás miraron las suyas, todas ocupadas - no creo que vayamos demasiado lejos.
-Pues vamos al hotel, las dejamos y exploramos sus alrededores..
-Una vez más - gruñó Sakura mientras observaba a su amiga Hinata pedir un taxi.
Media hora después, las cuatro jovenes se hallaban bajando del taxi y pagandole al amable conductor. Luego, entraron por la modesta entrada del acogedor (pero caro, al ser centrico) hotel y saludaron con una sonrisa a los profesores que acompañaban en ese viaje.
-¿Tan pronto volveis? - se sorpendió uno de ellos.
Ellas mostraron sus bolsas y se fijaron en el menudo alumno que había sentado junto a los maestros. Estaba enfermo, al igual que tres más (supusieron que en sus habitaciones) y se había quedado en el hotel, por eso la excursión de ése día se había anulado y lo habían dejado como día libre. Al parecer, algo les había sentado mal. Probablemente alguna de las porquerias que se habían traído des de Tokio.
-Dejamos las bolsas y nos vamos otra vez.
Éstos asintieron y volvieron a lo suyo. Las chicas retomaron el camino hacia sus habitaciones y subieron las escaleras hasta el tercer piso, dónde sacaron esas viejas llaves y las metieron en sus cerraduras.
-Eh, vosotras - llamó Ino a Sakura y Hinata, en la habitación de al lado - yo voy a ducharme, así que tardaremos un poco más..
-Yo tenía el mismo plan - la castaña de los moños miró a su amiga con una ceja enarcada y la otra se encogió de hombros.
-Ya, bueno, pero yo lo he dicho primero.
Y cerraron la puerta.
La pelirosa y la pelinegra se miraron un segundo antes de entrar y dar un portazo, sin querer. Encontraron las camas hechas (como siempre) y dejaron las bolsas sobre ellas.
-¿También vas a ducharte tu, Sakura? - preguntó Hinata en tono suave.
-Pasa tu primero, no me importa esperar - dijo ella, encogiendose de hombros.
-Yo me duché esta mañana antes de irnos.
-Ah... entonces estaré en dos minutos.
Cogió rapidamente la ropa interior, los champús y geles y la toalla que se había traído y se encerró en el baño. Entró en la ducha y la encendió rapidamente, con la intención de no tardar más de cinco minutos. Agradeció entonces el haberse cortado el pelo hasta la altura de los hombros y se lo enjabonó, masajenadose el cuero cabelludo mientras pensaba.
Habían sido dos comidas... la de las doce y media y la de los pasteles y helados. Con la última se habían quedado algo vacías en el asunto de los bolsillos, pero como las cuatro habían hecho un fondo común, tampoco era tanto... sin embargo, lo suficiente como para olvidarse de esa casa en Hokkaido. Habría que ir mirando de nuevo las segundas y terceras opciones y cómo última opción, siempre podían ir a la casa de playa de Hinata. Como cada año.
Diez minutos más tarde, abrió la mapara y salió de ella con la toalla rodeando su delgado y esbelto cuerpo de dieciseis años y cogió una de las pequeñas toallas del hotel y comenzó a secarse el cabello después de cepillarlo.
Estaban a principios de Junio, de viaje de fin de curso en Londres, forzadas a utilizar el inglés que sabían y a mejorarlo. Y habían ido las cuatro, Ino, Tenten, Hinata y ella, Sakura.
Ino era un poco más alta que Sakura, de tez no tan blanca como ella o la de Hinata, y de preciosos ojos turquesa. Además, gracias a su cargo de capitana de animadoras para el equipo de baloncesto de Konoha (el distrito donde ellas vivían) había conseguido moldear su cuerpo. Nunca le preocupaba lo que comía, pues al igual que todas, siempre acababa quemandolo.Otro deporte que practicaba ella era el atletismo.
Otro tanto pasaba con Tenten, castaña de cabello y ojos, más morena y la más alta de las cuatro. Ella estaba especializada en la lucha, sobretodo la de cuerpo a cuerpo. Era cinturón negro en muchos de esos deportes. Y con lo hiperactiva que era, no tenía tiempo para tontear con chicos (Ino había fichado ya al suyo) a pesar de que ellos le solicitaran alguna que otra cita.
Hinata era la más tranquila y tímida de todas. La caracterizaban el fuerte contraste de su blanca piel, sus ojos perlados y su negro cabello largo, recogido en una cola muy suelta y baja. Su cuerpo había desenvolupado sus curvas mucho antes que las demás, pero ahora que ellas se habían más o menos nivelado, ya podía ir con ellas libremente sin miedo a los piropos que le echaran por las calles. Su deporte preferido era la natación, lo que se le daba genial.
Y por último estaba ella, Sakura, quién se miraba en el espejo vestida solamente con la ropa interior blanca y se mostraba con el ceño levemente fruncido. Ella era la que menos curvas tenía y no la tranquilizaba el hecho de que las demás le digieran que cada una tenía su propio momento para crecer. Se sentía una cría y su caracter explosivo la hacía aún parecer a veces más infantil de lo que en realidad era. Tenía las piernas largas, como las demás chicas, y un vientre plano... al igual que su pequeño pecho. Y eso la frustraba de sobremanera.
Y otra cosa que hacía que a veces se sintiera distanciada de sus amigas era el hecho de que ellas se dedicaran a practicar un deporte determinado y fueran muy buenas en él. O ellos. En cambio, Sakura no había encontrado uno que le gustara lo suficiente como para dedicarse a él de la misma forma que ellas lo hacían con el suyo o suyos. Se le daban muy bien y tenía mucha flexibilidad y también era rápida pero... no le llamaba ninguno la atención. Por ello, se había limitado a apuntarse al gimnasio y hacer diversas cosas por el simple hecho de no quedarse quieta. Y eso no le gustaba. Ella quería ser como sus amigas, y no sólo resaltar por su cabello rosado o por su notable inteligencia.
Y le horrorizaba bailar. No tenía la coordianción adecuada y los pies siempre acababan tropezandose sobre sí mismos. Era un desastre en ése aspecto.
Mirando por última vez su sujetador en talla mínima, salió del baño sin taparse y se encontró a Hinata mirando por la ventana. No le importó y fué a rebuscar en su maleta, a ver qué se ponía. Cuando la pelinegra se dió cuenta de la situación de Sakura, cerró las cortinas rapidamente, muy sonrojada y miró con alteración a Sakura.
-¡Tenia la ventana abierta! Y hay un bloque de pisos en frente... podrían haberte visto - musitó.
La pelirosa se encogió de hombros. Se sentó sobre la cama y y se colocó unos piratas tejanos lo más bien que pudo, medio estirada sobre la cama.
-Total, no hay nada interesante que puedan ver... - dijo mientras se revolvía contra la cremallera de su bragueta, que se había atrancado de nuevo - maldita cremallera...
Hinata negó para sí y apartó la mirada del cuerpo de su amiga.
-Que poca autoestima - se dijo para si. La Hyuuga ya se había cambiado a un simple y fresco vestido azul pastel hasta las rodillas, con unas sandalias del mismo color atadas a sus pies.
Cuando finalmente, Sakura consiguió que la cremallera la obedeciera, cogió el chaleco sin mangas rojo y se subió la cremallera (esta sin trabarse) con facilidad hasta una altura que le fuera comoda y fresca sin llegar a ser demasiado reveladora. Aunque en su caso no es que fuera a importar mucho.
-"Si ellas no tubieran esas tallas tal vez no me sentirían tan inferior..." - decía su yo interno.
Se puso unos calcetines bajos y luego las cómodas bambas oscuras. Tomó un pequeño monedero y su Ipod y se los deslizó por los multiples bolsillos de esos pirata. Entró en el baño para peinarse y se encontró con Hinata, armandose de nuevo su cola. La ojijade tomó un peine y se cepilló el pelo con rapidez. Luego se lo revolvió un poco para aprovechar que aún estaba bastante húmedo y después esperó a su amiga en el pasillo. La ojiperla cogió su pequeña bandolera blanca y cerró la puerta de la habitación con llave mientras Sakura aporreaba la puerta de sus amigas.
-¡Que se nos hará la hora de cenar a este paso! - decía entre gruñidos.
Apenas pasaron un par de minutos para que ellas salieron, completamente duchadas y cambiadas (Ino con ropa más provocativa, Tenten más deportiva) y para entonces, todas bajaron hasta la planta inferior. Los profesores ya no estaban allí y salieron saludando en recepción y caminaron hasta bajar las escaleras de entrada al pequeño hotel.
-Y bien, ¿Para donde vamos?
Todas se encogieron de hombros. Lo cierto es que, cuando no venían muy cansados de las excursiones, los profesores les dejaban salir por los alrededores para dar alguna vuelta por la noche, y ellas ya se conocían esa zona. Pero tampoco podían ir muy lejos, pues debían volver para cenar con los demás.
-Podemos preguntar en recepción - se le ocurrió de repente a Hinata. Estando todas deacuerdo, caminar de nuevo hacia dentro y esperaron a que las atendieran (justamente en ese momento, el hombre había aprovechado para ir al baño). Dejaron preguntar a Sakura, que era la que mejor dominaba el inglés. Gracias a que sus abuelos paternos eran del país, la pelirosada tenía un acento perfecto.
-¿En qué puedo ayudarlas, señoritas? - preguntó el amable hombre en su idioma.
-¿Sabe de algún sitio dónde ir para pasear por el que se pueda ir a pié y no esté demasiado lejos? - preguntó ella. El hombre lo meditó unos segundos antes de responder con una desdentada sonrisa.
-Por supuesto. Si siguen la acera de la derecha de esta misma calle pero en dirección contraria encontrarán un pequeño centro comercial con salas de máquinas de esas y algunos bares. Es muy pequeño.
Dando las gracias al hombre, las chicas se encaminaron hacia dónde el recepcionista les había indicado y en poco más de diez minutos después, llegaron al sitio. Lo cierto es que parecía bastante pequeño y viejo, pero no le dieron importancia.
-¿Donde vamos? - sólo había dos plantas. O la de arriba, o la de enfrente.
-¡¡A las recreativas!! - soltó Tenten, emocionada y subiendo las escaleras. Todas la siguieron sin decir nada y pronto se encontraron con un gran local algo oscuro y un montón de grupos jovenes en él - ¡Voy a cambiar dinero! - y la castaña de los moños desapareció de su lado. Sakura observaba los colores que despedían las maquinas y el ambiente que se respiraba. Casi cada maquina estaba ocupada, menos las más viejas... Hinata se había pegado a Sakura y miraba hacia el suelo, con las mejillas teñidas de rosa. Ino, en cambio, observaba otro tipo de panorama...
-Vaya con los ingleses - les dijo a las demás mientras se comía con los ojos a un par de chicos altos y guapos que estaban de espaldas a ellas.
-¿Y si nos movemos? Estamos en medio - Tenten, con su buena cantidad de monedas en el monedero, las empujó hacia la zona de los juegos de coches -¿Quién se apunta? - les preguntó mientras ella se sentaba y introducía una moneda. A Hinata no se le daban demasiado bien ese tipo de juegos y Ino estaba concentrada en otra cosa. Animada, la pelirosa se sentó a su lado, en otra maquina y la castaña le pasó una moneda. Pronto comenzó la carrera, perdiendo la ojijade al principio.
La primera la ganó Tenten, pero Sakura quiso revancha y la ganó. Los gritos entusiasmados y extranjeros de ellas y las risas de sus amigas llamaron la antención y pronto se encontraron rodeados de un pequeño corrillo que observaba las carreras con algo de envidia. Eran muy buenas.
Terminó ganando Sakura con tres metas cruzadas contra Tenten, que había cruzado dos.
-No puedo esperarme a ser mayor de edad para tener el mío propio - decía Sakura con los ojos brillantes por las risas. Tenten la arrastró entonces hacia la zona de las pistolas y metió las monedas antes de que ninguna se negara. Ambas eran muy competitivas en cuanto se refiere a videojuegos... y ambas eran muy buenas vencedoras. Hinata solo las seguía muy de cerca y observaba con algun pequeño comentario de animo mientras Ino coqueteaba con los chicos que las seguían para ver qué hacían.
En las pistolas la chica de los moños castaños se impuso a la pelirosada, restregandoselo luego por la cara. Sakura no dijo nada. Cuando volvieran a Tokio y le ganara al juego de siempre, entonces se cobraría su correspondiente venganza.
-Me voy a dar un voltio por aquí, ¿Vale? Buscadme si nos hemos de ir - la Hyuuga decidió quedarse con Ino y Tenten, que ahora rivalizaban el mismo juego en la mini bolera, al ver que Sakura se dirigía con curiosidad a una esquina plagada de gente de dónde sonaba musica constantemente.
Abriendose paso como pudo, la pelirosada consiguió ponerse en primera fila y lo que vió la dejó sin aire. Se mareó al observar los pies bailar perfectamente coordinados y al tiempo sobre el tablero. Iban rapidisimos y al observar la pantalla donde las flechas salían sin parar, vió que no dejaba pasar ninguna. En la misma maquina habia dos tablas fuertemente reforzadas y con las barras detrás, pero estas, de un color rojo desgastado, sólo eran utilizadas por el jugador de la derecha, que parecía bastante apurado. Sus pasos también eran muy rapidos pero no lo suficiente. Sus pies no llegaban a tiempo sobre la flecha en la que debían estar medio segundo antes.
Hipnotizada por los pies enfundados en unas bambas oscuras que bailaba frente a ella, Sakura no se dió cuenta de que la canción había dejado de sonar, y sólo cuando los pies se movieron fuera de lugar despertó de ése ensueño. Los jovenes aplaudian y algunos reían. Ambos jugadores bajaron de las tablas pero sólo uno de ellos sudaba a chorros. Y no era el que había hecho mayor combo.
Cuando elevó la mirada hacia la maquina, la reconoció de inmediato.
Dance Dance Revolution.
El conocido DDR. Lo había visto infinidad de veces cuando ellas habían ido de vez en cuando a alguna sala recreativa, y siempre estaba ocupado. Sin embargo, al ser de baile, ella ni se había acercado a ver en que consistía realmente ya que no le había interesado.
Hasta ese momento.
Miró al chico que se había bajado, muy sudado y cansado y que miraba a su izquierda con una sonrisa cansada. Era muy moreno, de cabello rubio (algo pelopincho, para que mentir) y tenía unas extrañas marcas en sus mejillas. Sus ojos brillaban en aquel lugar oscuro como estrellas azules y parecía mayor que ella.
-Te he dejado ganar.- dijo en el inglés que ella perfectamente comprendió.
-Ya... inventate otra excusa, idiota... siempre dices la misma.- la voz en respuesta sonó justo detrás de Sakura, y muy cerca. Se sobresaltó y dió un paso atrás mientras se daba la vuelta, para observar al portador de semejante voz suave, varonil y aterciopelada.
A Sakura se le cayó el alma a los pies al ver al chico en questión. Era alto, tanto como el rubio, pero muy distinto a él. Su piel era muy blanca y sus ojos negros despedían un brillo burlón y astuto. Preciosos. Su cabello era negro pero parecían tener ciertos reflejos azulados, con un extraño y atractivo peinado por detrás que hacía que largos mechones rozaran su mentón a cada lado de su cara. En una de las orejas brillaba un pequeño aro plateado y la ropa negra y ajustada que llevaba lo hacía ver infinitamente mejor. Parecía conocer al rubio y tener la misma edad, por lo que supuso que ambos serían conocidos o incluso amigos por la forma en la que se miraban. El pelinegro avanzó un paso y aunque Sakura estubiera de lado, instintivamente dió un paso atrás. El chico la intimidaba y hacía que el corazón se le saliera por la garganta.
-No es una excusa - respondió el rubio, y le sacó la lengua de forma infantil.
El ojinegro enarcó una ceja con burla y miró hacia la maquina.
-Aún me quedan tres partidas... - se giró hacia la multitud de jovenes que formaban corrillo alrededor - ¿A alguien le apetece?
Sakura no podía dejar de mirarlo, y cuando él se subió a la tabla y se apoyó en las barras mirando al publico, no pudo evitar tener un presentimiento. No supo identificar si era bueno o malo, pero con esfuerzo, consiguió despegar la mirada de ese joven dios. No fuera que le diera por escoger él mismo su contrincante. Por la reacción del publico (nadie se había atrevido a aceptar la propuesta del chico), debía ser ya alguien conocido, y muy muy bueno.
La pelirosa temió que viera su cara de pardilla y aunque improbable, la instara a subir, por lo que se dió la vuelta y apenas dió un par de pasos cuando escuchó la voz del chico.
-¿Tan pronto te marchas? - se dió la vuelta y lo observó durante un par de segundos. No se había movido de las barras y si, se había dirigido a ella. Era la única que se iba en dirección contraria. Él no dejaba de observarla y sin decir nada más, en un silencioso reto, movió la mano hacia la tabla derecha, un acto que claramente la invitaba a subirse. Sakura se negó y cuando iba a darse la vuelta de nuevo comenzó a notar manos y algunos suaves empujones en dirección contraria. La conducían hacia la tabla.
-¡No! - se negaba ella, comenzado a notar los nervios en su estomago. Nadie la escuchó y el moreno hizo caso omiso a sus quejas. Sin embargo, Sakura pronto empezó a escuchar unos breves aplausos y palabras de ánimo por parte del público.
-¡Mucha suerte! - el chico rubio la había tomado del antebrazo y con una amplia sonrisa, la había hecho subir. Sakura negó con rapidez y intentó bajar.
-¡Nunca me he subido a esta cosa!¡No quiero! - el chico intentó tranquilizarla.
-Bueno, pues entonces diviertete... no vas a poder superar a Sasuke, nadie puede, pero al menos, intenta disfrutar - le decía.
Así que el atractivo idiota se llamaba Sasuke.
-Hazle caso a Naruto - le dijo Sasuke, apoyado en la maquina, escogiendo canción.
Naruto, el rubio, asintió.
¿Es que los ingleses tenían la cabeza cuadrada?¿Estaban sordos? ¡Ella no queria subirse, no queria divertirse ni disfrutar de esa cosa que despedía música y obliga a intentar acertar con los pies a un par de flechas desgastadas en una colorida pantalla!
-Pondremos uno muy facil y que seguro que has escuchado - ¿¡cuantas veces tenía que repetirselo?! Sakura miró la pantalla y vió el fugaz nombre de.. ¿de qué?
-Vaya, te ha tocado el Nori Nori Nori... más facil imposible.- el rubio siguió hablandole pero Sakura dejó de escuharle. Al final de todo, Ino, Tenten y Hinata la observaban con la boca abierta de la sorpresa. Tras haberse repuesto, Tenten no tardó en comenzar a gesticularle para que saliera de ahí. Todas sabían de la poca coordianción de Sakura y si comenzaba esa partida, su humillación sería segura. La pelirosa pidió ayuda, y aunque la castaña no dejaba de hacerle gestos, ninguna se acercó para sacarla del embrollo.
-Estate atenta, que empieza - la voz del moreno sonó en sus oídos y se dió la vuelta. Éste observaba la pantalla y tenía el rostro inexpresivo.
-¡No quiero hacer esto! - Sakura no estaba dispuesta a admitir entre tanta gente que era una patosa acabada en el asunto del baile, así que se cruzó de brazos y como una niña enfurruñada, miró desafiante a sus amigas.
El enojo hizo mella en su cuerpo.
Tenten había sacado la camara para grabarla de la mochila de Hinata y Ino la apuntaba con el mobil. Y Hinata no se iba a acercar, pues había demasiada gente.
Menudas amigas las suyas.
-No tienes derecho a quejarte, lo he puesto en el nivel medio.. y para mi, el experto lo hago sin mirar y de espaldas, así que sientete afortunada.
¡Y encima lo decía como si le hiciera un favor! Un momento, ¿Habia dicho nivel medio?
-"Voy a morir". - pensó, derrotada cuando la música empezó. Los pies del moreno ya se habían puesto en movimiento mientras la pelirosa miraba alternativamente la pantalla, las flechas de la tabla y el movimiento de los pies del joven. Dejó de mirar a su contricante e intentó hacerlo lo mejor posible. Pero no acertaba ni una, daba donde no tenía que darle y se tropezó varias veces intentando coger el ritmo. Ni cogida de las barras lo consiguió. Y la sangre le hirvió al ver cómo Sasuke, aquel guapo desconocido, clavaba su oscura mirada en ella sin dejar de mover los pies. Sin mirar la pantalla y no fallaba ni una. Y para colmo, lo hacía con estilo. Escuchaba las risas del publico y las ganas de llorar hicieron su aparición. Trató de frenarlas y de entre las risas de los jovenes que la rodeaban distinguió a unas pocas voces que la animaban. Las de sus amigas y las del chico rubio.
Y aunque su proposito era aguantar estoicamente lo que le cayera hasta el final de la partida, Sakura no aguantó la humillación a la que estaba siendo sometida (a pesar de que no eran risas crueles) y se bajó de un salto de la tabla, se abrió camino a empujones entre el publico y salió del lugar sin saber si sus amigas la seguían o no.
Con su genio, lo más normal es que les hubiera espetado que se callaran y que la dejaran concentrarse a pesar de ser mentira. O bien, reírse de sí misma, como solía hacer. Las dos cosas siempre funcionaban y la hacían ver como una persona agradable que sabía ganar y perder por igual. Sin embargo, Sakura no sabía llevar bien las humillaciones en público, dependiendo del lugar.
Al lado del moreno, se había sentido más inferior que nunca, y una niña entre un mar de adolescentes casi adultos. Y las palabras reconfortantes del Naruto sólo la habían aterrorizado más.
Siguió caminando en dirección al hotel a paso rapido. Se cansó raidamente pero no dejó de caminar. No miró hacia atrás y terminó harta de limpiarse las lagrimas rebeldes que se caían de sus ojos.
-¡Ese prepotente!- mascullaba ella.
Tardó menos de cinco minutos en llegar a las escaleras principales del hotel, y sin ganas de entrar (porque Hinata tenía la llave de la habitación) en la recepción, se sentó en una esquina de las escaleras y se quedó mirando la pequeña plaza que había delante de ella y los coches que pasaban por sus lados.
Escuchó uno jadeos instantes desués de sentarse pero no miró. Se trataba de Hinata. La ojiperla le tendió un pañuelo que Sakura cogió, violenta. Miró su mano y se dió cuenta de que temblaba.
-Eso són los nervios - le dijo Hinata, suavemente. Se sentó a su lado y le acarició el cabello ya seco y liso de su amiga mientras ella se limpiaba las lagrimas y reprimia leves sollozos.
-Soy una idiota...todo esto a sido una tremenda tonteria - dijo Sakura - he salido corriendo... todo el mundo se estará riendo ahora. ¡Ja! ¡Pues que se lo pasen bien!
Sorbió por la nariz una última vez antes de estrujar el pañuelo en su puño, apoyar la cabeza en el edificio blanco y los nudillos sobre su frente.
-¿Y las otras? - preguntó a media voz minutos después.
-Ahora vendrán... se quedaron hablando con u-un chico... - la chica de ojos verdes miró de forma oscura a su amiga, que se había sonrojado mucho y había empezado a tartamudear - un chi-chico r-rubi-o...
-¿Naruto? - gruñó ella, divertida por al reacción de su amiga.
-¿L-lo conoces?
-No, pero sé que se llama así... y el otro idiota Sasuke. Te juro que a partir de ahora será la foto de ese capullo de pelo negro la que esté enganchada en mi diana .
La joven a su lado sonrió de manera dulce.
-Entonces Kin deberá agradecerte haberla subsituido.
Sakura asintió con energía.
-Aunque estoy segura que le quedará un dolor de cabeza terminal... le he acertado tantas veces en la misma zona que no creo que haya diferencia - la pelirosa se sonó una vez más con el pañuela y justamente en ese momento llegaron sus otras compañeras, algo cansadas por la carrera.
-Hija. si que corres... debo darle las gracias a dios por que no te haya dado por el atletismo... no me gusta la buena competencia - sonrió Ino mientras se acomodaba su largo mechón de pelo. Tenten, a su lado, se inclinaba y respiraba profundamente. Le había dado flato por el lado derecho.
-¿Os lo habeis pasado bien grabandome?
-Te fuistes a media canción y yo tardé en poner la camara en marcha, así que realmente no hay mucho que ver... - la castaña esquivó el pañuelo que le tiró su amiga a la cara y luego miró hacia atrás. Ino hizo lo mismo y volvió a mirar a la pelirosada.
-Oye, Sakura... em... allí, había un chico que quería hablar contigo. Se ha preocupado cuando te ha visto salir corriendo y bueno... - trató de explicarle rapidamente la rubia, pero antes de que Sakura tubiera la oportunidad de abrir la boca, el mismo chico rubio que la había animado a subir al DDR aparecía por la esquina con la mirada preocupada y mirando hacia los lados hasta encontrarla.
¿Qué demonios hacía allí ése chico que no conocía de nada?¿Y porqué se había preocupado al verla salir de aquel sitio?¿A qué había venido?
El joven se acercó a ella.
-Primero de todo, creo que será mejor que me presente.. así supongo que la conversación se hará algo menos tensa, ¿no? - esa fué la primera frase que soltó mientras se rascaba la nuca, nervioso.
A su lado, Hinata se había quedado paralizada y se había sonrojado con fúria. Deshaciendose de la sorpresa inicial, la pelirosa asintió torpemente por el inusitado interés por parte del rubio.
-Bu-bueno... mi nombre es Naruto. Naruto Uzumaki - se presentó con una gran sonrisa. No sabiendo qué responderle exactamente, Sakura optó por hacer lo mismo que él, aún sin saber a qué llevaría todo eso.
-Sakura Haruno - dijo tal vez en un tono más seco del que pretendía ser en un principio. Naruto se revolvió en su sitio, más nervioso de lo que ya estaba, pero no retrocedió - ¿Y qué quieres?¿Porqué has venido?
-Bueno... has salido a media partida corriendo y parecías estar bastante mal cuando te fuistes corriendo. ¿Tienes miedo escénico? - a la negativa de la pelirosa, el chico siguió hablando, metiendose las manos en los bolsillos de sus pantalones - Es que como te fuiste tan de repente...también quería disculparme, porque en parte es culpa mía. No te hice caso cuando dijistes que no querías subir y hasta cierto punto te obligué.. - Naruto miró con sus ojos azules el suelo - perdona. No sabía que pasaría esto y pensé que estabas bromeando. Lo siento.
-No, tu no has de disculparte. - la voz de ella sonó firme y sus ojos, aún enrojecidos, ahora mostraban enfado y ira - la culpa no es tuya. Yo debí mantenerme más firme en mi negativa y bueno... no ceder ante tu amigo. Por cierto, ¿Ése es un capullo a cada momento o sólo cuando está rodeado de gente que lo adula? Se cree el gallito del corral... - musitó con resentimiento.
El rubio estalló en carcajadas, cosa que alivió la tensión del ambiente y hizo que la pelirosa esbozara una sonrisa muy leve por un breve instante.
-Bueno, me gustaría decirte que sólo es cuando está rodeado de gente que lo adula, pero como siempre hay gente a su alrededor pues...
La chica endureció la mirada verde pero no hizo ningún otro comentario. En cambio, él lo tomó como un incentivo para continuar hablando.
-Es un bastardo, pero es mi mejor amigo. El muy desgraciado es muy bueno en todo pero en el DDR es el mejor que hay... no quiere ir a concursos pero cuando le da por apuntarse a alguno, sea de la categoría que sea, no hay quien le llegue a la suela del zapato. - continuó mientras subía un peldaño del escalón, para cobijarse de las frías gotas que habían empezado a caer del cielo. Ino y Tenten se habían sentado junto a Hinata, escuchando al rubio - y lo peor de todo es que le encanta. No le gusta llamar la atención pero siempre lo hace. No te hizo subir con la intención de humillarte...
-Claro, yo tenía en la cara la palabra "insuperable" y se creyó que yo era un buen reto, ¿no? - inquirió con feliz sarcasmo Sakura. Naruto se calló y por detrás, Ino le dió una colleja en la nuca a la pelirosa, que no dijo nada más.
-No me voy a disculpar de su parte, porque sería inútil y sólo nos humillaría a todos... y él no piensa venir hasta aquí, eso está claro.
-No tenías que haber venido tu de todas formas - habló la castaña - sólo estamos aquí de viaje. Seguramente no volveremos nunca, y si lo hacemos alguna vez, estoy convencida de que no tendremos la suerte o desgracia de encontrarnos con vosotros.
-¿Estás diciendo que esto sólo quedará como una humillanción anonima hacia mi?¿Una anecdota? - repuso a la defensiva Sakura, empezando a enfadarse mucho.
-Bueno, siempre puede mirarse de ese modo...
Al aprecer, el rubio iba a decir algo más pero el súbito gruñido de la Haruno lo hizo callar y todos observaron con sobresalto cómo se ponía en pié de un salto y apretaba fuertemente los puños.
-Muy bien... pues no dejaré que ese capullo se quede encima de mi y sin esfuerzo... ¡Ni hablar! - miró a Naruto, con la resolución en la mirada - ¿Cuál es su apellido?
-¿Eh? - preguntó, atontado.
-Su apellido.
-Ah... U-Uchiha.
Con un plan formandose poco a poco en su mente, la sonrisa de Sakura ya rozaba la locura.
-Dijo que el nivel experto él lo hacía sin complicaciones... ¿Es eso cierto?
Hinata observó en sielncio como Naruto sudaba la gota gorda al repsonder al interrogatorio de su amiga, quién cada vez daba más miedo.
-Si. No tiene reparos en hacer canciones veinte pies... - los ojos de las cuatro chicas se abrieron a más no poder - y no se le dan para nada mal - su tono irónico decía mucho.
-Desgraciado... - las cosas se complicaban ante ella, pero una humillación como esa no iba a dejarla pasar así como así, de manera que se sobrepuso y puso cara de seriedad - bueno... pues eso es todo.
Todos la miraron con cara de "¿Qué me estás contando?" y no hicieron comentarios.
-Gracias por todo, Naruto... un placer conocerte y cuando vuelvas a ver al idiota de tu amigo Uchiha escúpele en sus bambas de mi parte. Y si fallas, ojalá se resbale con el escupitajo.
-¡¡Sakura!! - la riñó Hinata. El rubio, en cambio, había sonreído con picardía y había asentido a cada una de las palabras que le había dicho la pelirosa.
-Descuida, eso haré. Y no tendré reparos en hacerlo.
Sakura se volteó entonces y se despidió de Naruto con una última sonrisa y una mirada de inquietante determinación.
-¿Volveremos a vernos?
-No lo creo. Al menos, no ahora, pero puede que en mucho tiempo si... - y entró en la recepción. Las tres chicas la siguieron tras disculparse con Naruto y despedirse (Hinata se había sentido estúpidamente torpe por no poder apartar la mirada de él).
-¡Haruno, abre la puerta! - exigió Ino a toda voz, en frente de la puerta de la habitación de la pelirosa.
-Hinata tiene la llave, cerda, no puedo estar dentro - dijo Sakura sorprendiendolas a todas al abrirse las puertas del ascensor.
-Ah... - la pelinegra acababa de abrir la puerta y todas pasaron dentro con un extraño silencio entre ellas. Todas se sentaron sobre la cama de Hinata mientras Sakura se sentaba en la suya propia y procedía a sacar las compras que habían realizado ése día.
-¿Que estás pensando, Sakura?
La mirada de ella era muy extraña. Muy decidida, y hasta cierto punto, burlona.
-Lo cierto es que ya he decidido cuál es el deporte que más me gusta.
Las tres amigas se quedaron con caras similares. Sorprendidas. ¿A qué venía eso?
-¿Cuál és?
-Dejar a Sasuke Uchiha por los suelos. Bajarle los humos.
Casi se pudieron visualizar los puntos suspensivos de la escena.
-¿Des de cuando es eso un deporte?
-Des de ahora mismo.
-Si apenas te ha dirigido dos frases mal contadas, mujer...
Sakura se paró a medio doblar una camiseta y atarvesó con la mirada a Tenten, quién se estremeció.
-Puede parecerte una tonteria, o una anecdota de viaje... pero para mi, ha sido lo más humillante que me ha pasado en la vida. Y esto no va a quedarse así.
¡Que terca!
-¿Y cómo pretendes hacerlo? Según Naruto, es practicamente el hombre perfecto.
Una sonrisa maquiavelica surcó el rostro de la pelirosa.
-Dandole dónde más le duela.
Ino enarcó una ceja.
-¿Y de qué va a servir que le des una patada en la entrepierna?¿Para que se acuerde de todos los miembros de tu familia?
Las carcajadas de Sakura sonaron frías y mecanicas.
-No, cerda, no.. voy a vencerle en lo que mejor se le da. Y un día vendré personalmente a vencerlo para ver cómo se humilla...
-Y ella no era rencorosa - le susurró la castaña a Hinata, que asintió, pálida.
-¿A qué te refieres?
Sakura suspiró y se puso en pié.
-En caunto lleguemos a Tokio, empezaré a practicar sin parar, y me da igual ser una pena al principio... porque estoy segura de que si me imagino la cara del bastardo del Uchiha me animaré a seguir... pero un día lo conseguiré, y no pararé hasta entonces. Lo juro.
Ino estaba considerando seriamente el avisar a un profesor para que la obligara a guardar cama.
-A partir de este momento, mi deporte se llamará DDR.
-"Ya me suponía algo así..." - pensó la ojiperla.
-¿Des de cuando eso es un deporte?
-El DDR consiste en bailar. El baile podría considerarse un deporte.
-Y un arte.
-Dejemoslo en deporte - las tres chicas no vieron manera de quitarle la ilusión, pues en su mirada habia verdadera determinación, ira y rencor - en mi deporte.
No me mateis. Sé que es muy largo... y no era mi intención, pero como siempre, me enrollo como una persiana. Lo siento.
Espero sincerameten que os haya gustado y entretenido y si me dejarais un review me haríais muy feliz o y si no.. bueno, siempre puedo intentar escribirmelos a mí misma pero sería bastante patetico por mi parte XDDDDD
Besos y hasta la proxima, espero! Cuidaros!
atte
Gise
