Probablemente es amor
El Inicio
Hacia frió sobre todo ahora que era invierno, pero Draco estaba seguro que si salía estaría mucho mas calido y cómodo afuera, que el estar en su propia casa. En esos momentos su mansión se le hacia demasiado grande, sobre todo en estos años ,ya que, era solo él y su Elfo.
También Era verdad que si uno miraba toda la vida de Draco Malfoy de cierto modo siempre había contado con sus padres, y mucha gente cerca que generalmente quería seguirlo, pero en el fondo de su corazón, a pesar de quizás nunca lo aceptaría Draco siempre se había sentido solo… Y sobre todo estos años, donde no hacia más que hacer pociones, leer libros, comer solo, mirar su chimenea, lustrar sus zapatos, mandar algunas cartas, etc. Y a pesar de no querer hacerlo Draco se daba cuenta que mientras los días pasaban mas solo se sentía, claro esta que no pensaba mucho en eso, pero si lo sentía… Sentía un vacío en corazón que solo tenia un nombre: Soledad.
Se encontraba cenando en la gran mesa de su comedor. Durante esos últimos días cada vez que desayunaba, almorzaba o cenaba Draco encontraba que precisamente esa mesa se veía increíblemente grande.
- Mcof… -Se escucho un molesto ruido provenía de un elfo llamado Herófilo. Se notaba que era bastante viejo, tenía una gran panza y unos ojos saltones. Era el único elfo que conservaba la mansión de los Malfoy.
- Que bueno que te encuentras acá –Hablo Draco sin mirarlo y con ese tono tan arrogante y autoritario que era común en el- mira la mesa, por que se encuentra con tanta comida?. Es que cuantas veces te voy a tener que repetir que ceno solo, almuerzo solo, desayuno solo, que ayer comí solo, que hoy estoy comiendo solo y que mañana también voy comer solo, Y tu sigues poniendo comida… como si viviera con cien personas!
- Disculpe amo –dijo el elfo, como si ya estuviera acostumbrado o quizás demasiado cansado- yo le traía esto… lo encontré en su cama mi señor.
Draco tomo entre sus manos lo que le extendió su elfo Herófilo. Una carta. Draco no vacilo ni un segundo, abrió la carta y se dio cuenta que en ella solo habían unas cuantas palabras.
"Invoco a Sinoseo de León para que te amanse de pies, manos y corazón, así como él amansó al león. Yo te conjuro… desde la cabeza a los pies, vena por vena, nervio por nervio. Conjurándote los hago uno, no podrás con otra persona estar y si no fuera así, tus fuerzas… te han de faltar y sólo con ella podrás estar. Que así sea, y así será."
Se dio cuenta que era la carta mas rara que había leído en sus veinticinco año.
Una vez que cerró la carta mil preguntas le empezaron a surgir. ¿Quién se la había mandado?, ¿Quién era ese tal Sinoseo?, ¿era para el?, ¿de que se trataba todo eso?; pero el hecho de de desviar la mirada hacia los ventanales de su casa le impidió formularse mas preguntas, ya que, una lechuza se dirigía hacia la mesa en que se encontraba. Aquella lechuza de color chocolate dejo una carta y volvió a volar.
El Slytherin tomo la carta e impaciente la empezó abrir.
Señor Draco Malfoy:
Debemos recordarle que el 5 de Agosto se cumple el plazo del acuerdo. Si usted ese mismo día no cumple con las normas impuestas, entonces todos sus bienes (propiedades, tierras, fortunas, herencias, galeones, etc.) serán donados.
Atte.
Ministerio de Magia
Gringotts.
Esta vez se altero más de costumbre. Realmente no podía creer lo que su cabeza estaba procesando. Tenía demasiada fortuna en Gringotts para que aquello de la carta fuera cierto. Después de la muerte de sus padres había heredado una gran fortuna al ser la última persona en el mundo con apellido Malfoy, así que no descartaba que todo fuera una farsa con tal de quitarle, aunque sea algo de galeones.
Así que Draco no dudo, se dirigió hacia el ultimo cuarto del segundo piso, tomo una papel y empezó a escribir.
Zabini necesito algunas respuestas. Me a llegado una carta de Gringotts y el Ministerio dicen que van a donar mis bienes sino cumplo con el acuerdo y realmente no se de que acuerdo hablan. Te agradecería si te pasas por mi casa en cuanto puedas.
Draco Malfoy.
La primera persona que se le pasaba por la cabeza al necesitar ayuda era Blaise Zabini, por dos razones. Primero Blaise se había especializado en Leyes Mágicas y segundo porque era el único compañero en que podía confiar, o mejor dicho era lo único parecido amigo que tenia.
Draco estaba demasiado impaciente, lo único que lograba hacer en ese momento era volver a leer la segunda carta que le había llegado o mirar por sus grandes ventanales a ver si venia otra lechuza con una respuesta de su "amigo" o del Ministerio, diciendo que todo era una equivocación.
Se había puesto a cenar a las 8.00 y en esos momentos eran las 11.30 y todavía no recibía ni una noticia y menos alguna visita, entonces mientras pensaba en la hora sintió como alguien lo llamaba, supuso que era Zabini que se encontraba en su biblioteca.
Se dirigió hasta allá con un paso demasiado veloz y con las dos cartas en las manos.
- Draco! Ya estaba pensando que no estabas- le dijo la cabeza de Zabini que se encontraba en su chimenea- disculpa por la demora, pero no me encontraba en mi casa. ¿Y que era lo que me querías preguntar?
- Es de esta carta Zabini que me llego hace un rato, la verdad es que no entiendo lo que quiere decir-
- Léemela- Después que Draco le leyera exactamente lo que decía la carta Zabini volvió hablar- Mmmm… Interesante, esa carta no es una farsa ni nada por el estilo, el sello del sobre indica que es original y aquellos timbres son en caso de una advertencia, generalmente se ocupan para embargos o deudas… tu Draco …
- No Zabini no le debo nada a nadie, todo lo que tengo esta exacto no e gastado nada demás- el tono en que hablo fue tan seco y a la vez tajante que no había porque dudar en lo que había dicho
- Lo se, pero no entiendo la carta, no calza. ¿Tu padre no abra hecho un tratado o algo?-
- Que yo sepa no.
- Mira mañana a primera hora iré al Ministerio, veré de que se trata todo esto y como a las dos te vendré a visitar, así que tenme almuerzo y no te preocupes me dedicare 100% a esto. Ahora me tengo que ir, en mi pieza me esperan- Blaise sonrió y sin mas que decir desapareció.
Paso la noche y también la mañana del día siguiente, Draco se encontraba sentado en unos de los largos sillones que se encontraban en su comedor. La verdad es que se sentía mucho mas tranquilo y no podía dejar de pensar que solo había sido un simple error.
Blaise va a llegar me va decir que fue una equivocación del Ministerio y después mi vida va seguir el mismo rumbo de siempre, pensaba Draco en esos momentos.
Pero no siempre pensaba de ese modo, habían días en donde se preguntaba que iba ser de el en 15 años mas, tendría 40 años para ese entonces. ¿Moriría solo?, ¿siempre trabajaría en casa?, ¿siempre iba a ser su vida tan común y aburrida?. Draco se conformaba así, se había grabado en la cabeza que estaba conforme con todo lo que tenia, pero la realidad era otra, porque su corazón decía todo lo contrario,pero hace mucho que Draco se volvió sordo al momento en que su corazón reclamaba.
Pasaron unas horas y Blaise Zabini ya se encontraba almorzando junto con Draco en la mansión Malfoy. Blaise llevaba una sonrisa diferente en la cara, Draco la conocía muy bien le recordaba en Hogwarts cuando se burlaban de los niños de cursos inferiores o de los sangre sucia como los llamaban ellos. Entonces sabía perfectamente que algo no iba bien.
- Me vas a decir lo que te han dicho- hablo Draco impaciente
Blaise se le escapo una risa burlona, después de la mirada fulminante de su amigo hablo- Es que no me vas a creer-
- ¡Ya! Habla de una vez –un poco más y Draco no iba a controlar su impaciencia
- Bueno. Fui al Ministerio y créeme que me costo mucho que me dieran la información sobre la carta que te había llegado, al principio me decían que solo se podía hablar de ello en tu presencia, pero después que repetí que era tu representante y abogado me mandaron a una cámara en Gringotts. Fue toda una aventura Draco me tuviste que haber acompañado era una clase de cámara secreta o algo por el estilo. Todos hablaban en secreto, se pasaban papelitos, miraditas y bueno al final llego un viejo y trato de explicarme lo que pasaba…
- ¿Y que fue lo que te explico?-
- Es una clase de ritual y conjuro es demasiado antiguo y secreto, casi nadie lo conoce. Es un conjuro llamado la Sangre de Sinoseo, tus padres lo invocaron o hicieron la verdad es que no se, hay muy poca información al respecto. Fui a una biblioteca busque y busque, lo único que saque en conclusión es que es la tercera vez que se hace, tiene ver con la sangre y en este caso con la sangre de tus padres, la de del tal Sinoseo y la tuya, lo ultimo de que me entere es que es muy poderosa es algo así como que el universo por completo se hace escuchar para que las condiciones que se impusieron se cumplan
- ¿Cuales son esas condiciones?- Draco había perdido la paciencia que tenia, sobre todo porque su cuerpo le indicaba que lo que iba a escuchar no le iba a gustar para nada
- Te tienes que casar Draco, sino te casas pierdes todo, todo lo que tienes- Blaise se puso tan serio que Draco supo que decía la verdad
- ¿Casarme?, ¡pero si ni siquiera tengo novia! –Respiro pausadamente por unos segundos- Como puedo evitar esta estupidez
- No hay forma Draco, tal vez si no hubieras abierto la carta… Mira Draco todo tiene solución, pero en cuatro días no la vamos a encontrar, es mejor que te cases con ella nadie lo debe saber, cada uno sigue su vida normal y yo busco alguna forma de divorciarlos o acabar con ese ritual
Pero Draco ya no podía controlar lo que había estado guardado en su interior desde que empezó la conversación con Blaise… ahora entendía porque el día anterior se había sentido tan preocupado, pero mucho mas le preocupo las palabras que había pronunciado su amigo
Es mejor que te cases con ella. ¿Ella?, ¿quien era ella?.
- ¿Quien?, ¿quien es ella Blaise?- Draco ahora si se encontraba alterado, tanto que el tenedor que tenia en sus manos lo voto en un plato con una salsa extraña que había hecho su elfo y esta salsa se derramo por toda la mesa, pero sobre toda por la elegante ropa de Draco. Esto solo hizo que el genio se le empeorara mucho más.
- Calma Draco, yo no se quien es. Solo conseguí una dirección. Ya le mande una carta, mañana nos vamos a juntar los cuatro, su abogado, ella y nosotros.
Malfoy no supo como fue que el día pasó tan rápido. En esos momentos se hallaba en su cama acostado sin poder conciliar el sueño, no le molestaba no poder dormir, ya que, eso era común en el y cuando lograba dormir solo tenia pesadillas y mas pesadillas. Le molestaba esa voz que tenia en la cabeza que no paraba de decir o mejor dicho gritar, gritaba quien era ella, porque sus padres le habían planeado eso, porque nunca se lo habían contado.
Pero los gritos y las preguntas no le duraron mucho, ya que Draco como siempre logro calmar sus sentimientos, logro calmar esa confusión, esa intriga, esa rabia, esa decepción y muchos mas sentimientos que no logro reconocer cuales eran. Entonces después de una larga noche al día siguiente Draco fue el mismo hombre de siempre, un hombre de hielo, aunque pasara el peor terremoto el seguiría siendo tan indiferente al resto, como siempre.
Se encontraba sentado junto con Blaise y el Señor Sam. Habían quedado en juntarse en la oficina de Blaise a las 6 en punto, en esos momentos eran las 6.15 y la futura esposa de Draco todavía no llegaba. Draco se molesto, le molesto pensar que "ella" se tomara el derecho de llegar atrasada siendo una reunión tan importante.
6.30 y no llegaba , para eso entonces a Draco se le pasaban muchas palabras por la cabeza irresponsable, mal educada, imprudente, grosera, mal criada,…
Entonces no fue necesario que empezaran la reunión sin ella, porque se escucho como la puerta se abría ruidosamente y entraba una mujer joven, demasiado despeinada, respirando aceleradamente y con una ropa que realmente no combinaba.
- ¡Hola a todos! – Hablo o más bien grito.
Para esos entonces Draco se dio cuenta como su cuerpo se estaba empezando a preparar para lo peor, como su sangre empezaba a hervirse, como un hormigueo descendía de su cuello hasta al final de su columna vertebral, como un calor lo empezaba atrapar.
Se iba a casar, se iba a casar con Lunática Lovegood.
