¡Qué onda! Pues primero que nada, holis, verán mi cerebro se imagino esta cosa drogada y mi terapeuta me dijo que escriba todo lo que me imagine así que pues lo hice xD, denle una oportunidad esta chida la historia, bueno eso me han dicho pero pues ustedes son un público selecto y quisiera que lean esta cosa extraña.
Bueno les diré más o menos de que se trata.
Ludwig es un Capitán de las fuerzas militares de su abuelo, y su ideal es que si sigues las reglas a la perfección encontraras la belleza en el orden, pero cuando su abuelo le da la misión de ser Guardaespaldas del nieto menor del General Rómulo, puede que cambie de pensar y este en un tipo de pelea mental con lo que sabe y con lo que está empezando a creer. ¿Podrá seguir siendo el Militar Cascarrabias que quiere todo perfecto o el pequeño nieto de Rómulo lo hará cambiar de parecer y tal vez cambiar su percepción de la belleza?
¡Ya se no se parece al summary o como se escriba esa pero pues denle una oportunidad! Les va a gustar.
Solo para darles información aquí están las edades de los personajes de este capítulo.
Ludwig- 23
Gilberth- 25
Lovino- 23
Vilhelm y Rómulo- ... xD ¡no se cuanto ponerles a estos dos viejos! Están guapos a así que unos… cuarenta y tantos? Bueno les dejo a su elección, pobrecitos no hay que quietarles tanto su juventud que aún les queda.
¡Disfruten!
-¡Firmes, Marchen, ya!
Se oían las órdenes fuertemente, en aquella base militar, soldados entrenando, siguiendo las al pie de la letra lo que su Capitán les ordenaba. El Rubio miraba a cada uno de sus soldados siguiendo sus órdenes, siguiendo las reglas, preparándose para la guerra, que sería una etapa de servicio a su nación en sus vidas. Todos ellos seguían lo que él decía, sin objeciones, siguiendo las reglas, y eso para el Capitán Ludwig Beilschmidt era esencial.
Era Perfección…en cada una de sus ordenes existía la perfección total. Si se seguían con cuidado y todas las reglas también, lograrías la máxima perfección. Ese era su ideal, un ideal que fue construyendo a lo largo de su vida, desde que tiene memoria.
-¡Más Rápido!, ¿Que no entienden?
Toda su vida soñó con ser como su abuelo, el General Vilhelm Beilschmidt, ese hombre sí que lo tenía todo. Tenía el carisma y el liderazgo de guiar a sus soldados hacia la victoria, era fuerte, no conocía el miedo, imponía su fuerza hacia los débiles y sobre todo seguía las reglas a la perfección. El quería ser como el… quería ser perfecto, para él la belleza se encontraba en el campo de batalla, seguir todo y conseguir lo más preciado, la victoria.
Ludwig estaba sumido en sus pensamientos mientras veía a sus soldados entrenar cuando el mensajero del General Beilschmidt se le acerco.
-¡Capitán! – él joven soldado se paró en firmes e hizo el característico saludo militar, normalmente cuando se dirigía con otros Comandantes o Capitanes no lo hacía tan formal pero con este era especial. Si no quería una reprimenda tenía que seguir el protocolo con cuidado. – ¡El General Beilschmidt lo solicita en su despacho!-
El rubio fornido lo miró y asintió lentamente. ¿Por qué su abuelo lo llamaba? Normalmente lo hace solo cuando hay amenaza de alguna pelea pero desde que ganaron en su última batalla, no lo había vuelto a solicitar en medio de un entrenamiento.
Sacó su fusta y se dirigió a sus soldados, golpeó el piso con ella para crear un sonido lo suficientemente fuerte para que sus soldados lo escucharan y pararan en secó, rápidamente se formaron en una sola fila, esperando las ordenes de su Capitán.
-Pueden tomar un descanso hasta que vuelva… ¡Y cuando vuelva quiero que se formen rápido! ¡No quiero que se tomen su tiempo!, ¿ESCUCHARON? -golpeó de nuevo-
-¡SI CAPITAN!- Todos hicieron el saludo militar, y el rubio dio media vuelta, dispuesto a ir hacia el edificio base.
Caminaba por los pasillos de la base hacia su destino, el despacho de su abuelo, iba firmemente, algunos soldados, enfermeras o personal del lugar que estaban por los pasillos, le daban pasó al Militar, un poco temerosos de hacer enfadar a aquel hombre. Mientras más se acercaba al despacho de su abuelo, menos gente se encontraba por allí, al general nunca le gusto el bullicio por lo tanto para evitar su descontento, el personal no solían pasar por esos alrededores
Supo que ya estaba cerca cuando diviso en la puerta de aquel despacho a su hermano mayor. El Capitán Gilberth Beilschmidt, Ludwig frunció el ceño. Ese hermano mayor suyo, normalmente las personas solían confundirlos, creían que Gilberth era su hermano menor, por dos obvias razones:
1º- Los dos eran completamente diferentes físicamente, Ludwig a pesar de ser el menor, era mucho más alto, tenía un semblante de alguien mayor, a causa de los entrenamientos que él realizaba su cuerpo era fornido y musculoso , totalmente tonificado, y digno de ser maravillado. Mientras que Gilberth era más bajó que él, su cuerpo era fuerte y si tenía sus músculos pero no estaba tan fornido como Ludwig y lo más importante que se debe destacar es que Gilberth era albino. Ludwig tenía el cabello rubio dorado, mientras que Gilberth lo tenía entre blanco y plateado. Ludwig tenía los ojos de un color azul hielo, azul bastante frio y Gilberth los tenía rojos, rojos como los rubíes. Totalmente diferentes.
2º- Y lo más importante, sus personalidades eran completamente opuestas, Si Ludwig era responsable, serio y totalmente apático, Gilberth era todo lo contrario, un verdadero desastre según Ludwig, tenía el ego grande, enorme, adoraba alabarse así mismo diciendo lo asombroso que era, el amaba el bullicio y las fiestas y siempre se quejaba de que Ludwig no se sabía divertir, pero tenía que aceptar que cuando Gilberth se ponía serio, hacia bien su trabajo pero no dejaba de ser un idiota.
Se iba acercando a su hermano y vio que seguía jugando con ese juguete que le regalaron en uno de sus viajes a América, a México para ser exactos, por cuestiones militares, Era un balero. Gilberth había estado toda la semana intentando atinarle a ese juego, ¿porque le costaba tanto trabajo?, lo único que tenía que hacer era meter esa jodida pelota con un orificio a ese palo, Gilberth solo echaba maldiciones pero no se rendía, también era algo de admirarse de él, a Gilberth no le gustaba rendirse, tal vez eso era lo único que tenían en común.
-Mierda, ¡maldito Balero!, ¡No eres para nada asombroso!, pero no creas que me dejare vencer por ti, ¡maldita mierda!- decía un Gilberth bastante frustrado, maldito juego del demonio, ¿Por qué era tan difícil?
- ¿Sigues jugando con esa cosa Gilberth?, deberías estar trabajando… eso solo quita el tiempo- Ludwig se acerco a su molesto hermano con el ceño fruncido, en serio, ¿Por qué no podía tomarse las cosas enserio?, jugar solo quita el tiempo…
-Kesesese~ Pero miren quien llego, West, él aburrido menos asombroso de la galaxia. El anciano quiere verte, no sé porque pero no me importa realmente- le dijo Gilberth con una sonrisa sarcástica y molesta en su rostro.
- General Beilschmidt para ti Gilberth- Le replicó Ludwig un poco molesto –Es tu superior así que muestra respeto, además, es nuestro abuelo.-
-Prrf… lo que sea solo veamos que quiere el "Señor", también a mi me llamó, ojala no sea uno de sus sermones de dos horas, no son asombrosos y solo siento que envejezco, haciéndome horrible y perdiendo mi increíble belleza.- Dijo un dramático Gilberth, bastante actuado a decir verdad, acto seguido abrió la puerta sin ni siquiera tocar, Ludwig frunció el ceño, ¿Por qué no podía simplemente hacer un acto de buenos modales? Entro junto con él al despacho. Todo estaba completamente ordenado, los libreros ordenados alfabéticamente, todo limpio, un diván junto para la comodidad de los visitantes, el escritorio de aquel hombre con todas sus pertenencias en un estado perfecto , Ludwig se sentía completo, él orden de las cosas solo lo relajaban y sobre todo si era del hombre que más admiraba, entonces era perfecto. Y la pieza más importante de todo el lugar era nada más y nada menos que el gran General Vilhelm Beilschmidt, sentado en esa silla de oficina en su escritorio, mirando con desacuerdo el acto de Gilberth.
-Gilberth, ¿Cuántas veces te he dicho que toques la puerta antes de entrar?- Le replico el hombre mayor a su revoltoso nieto, su cara era indiferente pero si tenía algo de molestia.
-¡Tocar la puerta no es asombroso, sobre todo si soy yo el que va a entrar! Kesesese~- Contesto Gilberth sentándose en el diván, poniendo sus pies sobre la mesa que estaba enfrente – Solo dinos lo que quieres decir- sacó de nuevo su balero y comenzó a jugar. Ludwig solo rodó los ojos con pesadez, hizo un saludo militar con la mano hacia su abuelo y se sentó en la silla que estaba frente al escritorio de este.
-Ludwig…qué bueno que estas aquí, les tengo una noticia-Le dijo su abuelo a Ludwig, su voz cambio a una más pasiva, claro, se trataba de su nieto responsable , siempre que se dirigía a él, lo hacía de una manera especial, después de todo, se lo había ganado.
-El General Rómulo Vargas y su nieto el Capitán Lovino Vargas vendrán aquí esta tarde, vienen a hablar sobre asuntos militares y creó que Rómulo iba a pedirme algo, pero ya veremos que es, creó que se trata de unas misiones, y es por eso que les hable, a lo mejor ustedes dos tendrán trabajo que hacer fuera de la base pero los mantendré informados- Finalizo Vilhelm viéndolo a los dos seriamente.
El General Rómulo Vargas… ¿Es en serio?, pensó Ludwig, Él había oído maravillas de él. Era un excelente estratega, con un fuerte espíritu guerrero y uno de los hombres más fuertes y poderosos en cuestiones militares. No había tenido la oportunidad de conocerlo, Gilberth si, que envidia, pero ahora podría conocerlo y tal vez podría hacerle muchas preguntas. Aunque si llegó a conocer a Lovino cuando vino a entregar unos documentos a su abuelo y pues a decir verdad, aunque no se hablaron, Lovino le dedicó una mirada asesina y desde ese punto supo que mejor no debía hablar o tener problemas con él, a pesar de ser el nieto de Rómulo Vargas.
Gilbert veía a su hermano, a pesar de que no expresara sus sentimientos, él podía ver en sus ojos que estaba completamente entusiasmado con la idea. El viejo Rómulo le caía bien, el si era asombroso y no era un amargado como su hermano y su abuelo pero ese Lovino era peor que ellos dos, tenía un temperamento de los mil demonios, era famoso por ser un estratega igual de bueno como su abuelo y además de ser temido por los soldados, se dice que mató a toda una horda de militares solo porque le desobedecieron, además de que era un ex integrante de una mafia muy fuerte que hubo al sur de Italia, de ese tipo sí que debían cuidarse, una vez se pelearon a puños cuando se burló del uniforme de Lovino, no quiere volver a tener esa experiencia, si estaba lejos de ese tipo mejor.
-Ludwig y Gilberth estaban en la sala de descansó del cuartel, sentados sobre el sofá de aquel enorme cuarto. En solo unas horas, Ludwig tendría el honor de conocer a ese famoso militar, pero realmente se preguntaba, ¿Qué clases de misiones se refería su abuelo? Pronto lo sabría. Solo tenía que esperar hasta la tarde. Volteó a ver a su hermano que estaba totalmente sumido en sus pensamientos, pero tenía una cara de total desagrado
-Oye, ¿estás bien?- Pregunto Ludwig a Gilberth moviendo su hombro para que reaccionara.
-¿Eeh? ¡Sí! Kesesese~ Solo estaba pensando en algo… Ese Lovino va a venir ¿cierto? ¡Es un fastidio! Ojala no me lo tope en mi caminó, o si no, ¡tendrá que conocer a mis asombrosos puños y mi increíble persona!- Decía el egocéntrico albino con una pose heroica, que exagerado era, pensó Ludwig.
-¿En serio? Pero hace tiempo atrás dijiste eso y te dio una inolvidable paliza, no estoy seguro porque te golpeó pero seguramente dijiste algo totalmente estúpido, Gilberth, no te metas en problemas por favor- Le dijo un poco frustrado, tenía que aceptar que se preocupaba por Gilberth, no quería que tuviese tantos líos, seria todo más fácil si fuera más serio y siguiera las reglas.
-Kesesese~ ¿Totalmente estúpido? Solo le dije la verdad, su uniforme parecía de vago con esos colores y creó que le dije algo sobre su hermano menor… aunque no sé porque se enfado, no dije nada malo sobre él- Dijo un poco pensativo, Ludwig alzó una ceja, no le creía nada y conociéndolo sabía que obviamente dijo algo desagradable. Esperen, ¿hermano menor? No sabía que Rómulo Vargas tenía otro nieto, y si lo tenía, ¿Por qué jamás había oído hablar de él? De seguro debía ser un gran soldado como su abuelo o al menos debía tener el carácter asesino de su hermano mayor.
-¿Hermano menor?, nunca escuche de él, ¿tiene algún título militar?- Tenia que admitir que era muy curioso y le gustaba saber los detalles, no era malo, solo le gustaba tener información de más.
Gilberth lo miró y le dio su típica sonrisa de niñato engreído – ¿Militar? ¡Pero si es solo un crio! Que tendrá como unos 16 o 17 años cuando mucho, y de militar no tiene nada, claro, Rómulo no quiere que se acerque ni siquiera a un arma y no se diga de Lovino, él chico es bastante enfermizo, y según de lo que escuche, siempre ha tenido una salud muy débil desde que nació- dijo Gilberth recordando lo que había escuchado, poniendo una mano sobre su barbilla. Ludwig frunció un poco el ceño.
¿Niño débil? Ese tipo de personas claramente no servían para nada en cuestiones militares, los consideraba personas inservibles, si no tienes fuerzas, ¿Cómo vas a servir a tu país o a otras personas? Ese tipo de gente no deberían hacer estorbo en este mundo, aunque suene frio y cruel eso era lo que el creía y eso debía ser.
-Bueno, puede que sea un crio debilucho pero eso sí, es una verdadera belleza digno de mi agrado, Kesesese~. Dijo Gilberth mientras ponía una cara entre felicidad y perversión.
-Es un ángel, caído del cielo West, una obra de arte, Lovino lo cela de los demás porque todos caen bajo sus encantos, y no los culpo, ese crio es encantador y hermoso- Ludwig alzó una ceja, no muy convencido de lo que le decía, para él la belleza se encontraba en el campo de batalla y no existía en otra parte o en otra persona. Y de seguro ese niñato debía tener el carácter de Lovino, y eso significaba que sería otra molestia – ¿Ah sí? Eso dijiste una vez sobre aquella húngara que conociste en la casa del Capitán Roderich en Austria y resulta que siempre que te ve, te agarra a golpes con una sartén- Ludwig se lo dijo en tono serio y frio.
-Hmpf… pero ella es otro caso muy diferente.- Bufó Gilberth un poco enojado, no quería recordar aquellos golpes, le dolía la cabeza con solo recordarlo, esa chica sí que es una bestia, pero como le gustaba.
-¿Y que fue exactamente lo que le dijiste a Lovino sobre su hermano?- preguntó Ludwig, esa pregunta era la única que faltaba para responderse y llegar a la conclusión de que Gilberth era un completo idiota pero si lo que le dijo no era malo entonces tal vez se salvaría de no serlo tanto.
-Am… Ah sí, le dije que su hermano tenía un trasero tan lindo que me gustaría tocárselo hasta hacerlo gemir de la emoción de tenerme junto a él- Listo, eso era lo único que le faltaba, Ludwig llevó su mano a su cara en señal de frustración, Gilberth no tenía esperanzas, no le sorprendería que Lovino lo matara hoy ó tal vez pronto, era una suerte que aun siguiera vivo.
Un soldado mensajero entró a la sala y se dirigió a los dos hermanos. Hizo un saludo militar y se puso en firmes, dispuesto a decirles aquel mensaje que le fue encomendado.
-¡El General Beilschmidt los solicita en su despacho, señor!, ¡El General Vargas y el Capitán Vargas los están esperando también allí, señor!- dijo firme y fuerte aquel joven soldado para luego retirarse.
-Kesesese~ Aquí vamos, West, si muero por un golpe de ese idiota, puedes quedarte con mi balero,- Le dijo divertido Gilberth haciendo alusión a lo que habían hablado antes.
-Puedes llevártelo a tu tumba, yo no lo quiero.- solo eso le respondió Ludwig, parándose del sofá y caminando junto con su hermano al despacho de su abuelo.
Los dos llegaron a la puerta del despacho, ahora Ludwig fue quien tocó la puerta antes de entrar.
-Adelante- se oyó adentro, y los dos se dispusieron a pasar. Lo primero que pudo sentir Ludwig fue la mirada asesina de Lovino, se volteó un poco para verlo y efectivamente esa mirada iba dirigida hacia él y sobre todo para Gilberth. Lovino estaba recargado en la pared con los brazos cruzados, la oscuridad del cuarto le daban un aspecto escalofriante en sus ojos que tenían un poco de ojeras. Ludwig se volteó y lo ignoro y Gilberth le dedico una sonrisa burlona. Ludwig se acercó al General Vargas para saludarlo y este le dedico una gran sonrisa.
-¡Oh! Tú debes ser el otro nieto de Vilhelm~, pero como se parecen ustedes dos, ¡mucho gusto!- Le digo el General a Ludwig tomando su mano en un acto de saludo y agitándosela rápidamente. Ludwig se confundió un poco pero para no ser descortés le trataba de seguir el saludó. –S…Si, mucho gusto General Vargas- que extraño, siempre se lo había imaginado como alguien más serio o con un poco de la personalidad de Lovino, ese acto lo sacó completamente de su percepción.
- Gilberth~ que tal, dime ¿sigues siendo tan "asombroso" como siempre?- Le pregunto divertido el General al albino.
-Kesesese~ dalo por hecho.- Gilberth rió entre dientes. Ludwig no podía creerlo, simplemente no podía creerlo, ¡¿desde cuándo alguien le sigue el juego a Gilberth?!
Los dos rieron y decidieron seguir la conversación sobre sus asuntos militares con su abuelo. Solo podía escuchar comentarios sobre las fuerzas armadas de cada uno, estrategias, siguientes ataques, etc.
Estaba comenzando a pensar que no existían realmente esas dos misiones, se sentía un poco frustrado, normalmente siempre prestaba atención a todos esos temas, pero esta vez no estaba escuchando, tenía la curiosidad de saber cual sería esa dichosa misión, porque si su abuelo dijo que iba tener una es porque iba a tener una, debía ser una muy importante, hace mucho que no había tendió buenas misiones y había trabajado muy duro para demostrarle a su abuelo que era completamente apto para esos trabajos.
Después de unas horas se dio cuenta que Lovino tenía la mirada fija en él, y no exactamente en su hermano.
Lo volteó a ver un poco y efectivamente era cierto lo que pensó. Lovino tenía su mirada completamente clavada en su persona, era una mirada de enojo total y de odio. ¿Pero por qué? Que había hecho él para que Lovino lo mirara con tanta rabia, ya lo había visto antes y nunca lo había observado así, tal vez con molestia pero nunca antes con esos tipos de sentimientos negativos. Decidió no darle tanta importancia y lo dejo ahogarse en su propio descontento cuando finalmente escucho a su abuelo hablar sobre las dos misiones.
-Creo que ya es hora de hablarles sobre estas dos importantes misiones a ustedes dos- Dijo Vilhelm con seriedad mirando a sus dos nietos.
-Gilberth- dirigió su mirada al nieto mayor que estaba sentado en el sofá y jugando con su balero. – Tú tienes una misión de espionaje en Austria, es una misión larga y sumamente peligrosa así que necesito que pongas toda tu mente en la misión, te quedaras en la casa del Capitán Roderich y el te ayudara con las estrategias.-Finalizó.
Gilberth sonrió divertido, eso significa que podría molestar al señorito cara de aburrido de Roderich y molestar a la bella Elizabeth, tendría la oportunidad perfecta de hacerla caer a sus redes de incredibilidad , era una oportunidad perfecta.- Como tu ordenes viejo Kesesese~.-
-Ludwig- volteó a ver a su nieto menor. –Tú tienes una misión muy importante, en el norte de Italia, exactamente en la casa del General Rómulo- Ludwig abrió solo un poco sus ojos, se escuchaba como algo peligroso, por fin, una misión digna de su rango, ya ansiaba escucharlo.
-Tendrás una misión de Guardaespaldas, Cuidaras de la seguridad del nieto menor del General Rómulo Vargas, Feliciano Vargas- concluyó el hombre con firmeza.
-…- Ludwig estaba que no se lo podía creer, ¿Acaso estaba bromeando? ¿Estaba Bromeando realmente? De seguro a su abuelo se le cayó un tornillo de la cabeza. El, Ludwig Beilschmidt, él Capitán y soldado más disciplinado, con excelentes antecedentes dignos de ser admirados, ¿iba a cuidar a un mocoso?, Debía estar bromeando, eso no era una misión, ¡Era una burla! Se mantuvo callado para no causar un descontento a su abuelo o al General Rómulo pero estaba que daba maromas del coraje, simplemente tenía que ser un chiste.
Gilberth tenía las mejillas infladas, tratando de no explotar a carcajadas, veía a su hermano menor y sabía que estaba totalmente furioso, su tuviera una cámara, le tomaría fotos y las vendería en el mercado, sería totalmente millonario.
Mientras tanto, Lovino solo entrecerró los ojos con ira y salió del despacho con un portazo. Todos dirigieron su mirada a la puerta, en silenció. Rómulo simplemente suspiró, sabía que Lovino no deseaba que nadie absolutamente nadie se acercara a su hermano, su dulce y hermoso nieto, pero los dos tenían que estar fuera de la casa, estaban haciendo todo esto para proteger a su más preciado tesoro, y sabía completamente que Lovino estaba furioso con él, pero no podía evitarlo, y por eso recurrió a su viejo amigo Vilhelm. Había escuchado antes sobre Ludwig y sabia que Vilhelm era alguien de confiar, tenía toda su confianza en él y también en Ludwig, por eso se decidió esto.
-Ludwig, esta misión es muy importante- Le dijo Rómulo con un tono serio. – Mi nieto es muy importante para nosotros, pero en estos tiempos y con los enemigos que tenemos, la vida de Feliciano está en riesgo, a pesar de que él no está metido en estos asuntos, los enemigos harían cualquier cosa para atacarnos o chantajearnos, y temo que si descubren lo que Feliciano es para nosotros, lo usarían con esos fines- Decía Rómulo, su voz se notaba firme pero con un dejo de melancolía, Ludwig se calmó y escucho con atención- Es por eso que te escojo a ti para que lo cuides, tú tienes la fuerza y la inteligencia suficiente para proteger a mi nieto a toda costa.- Ludwig se sintió alagado pero no dejaba de pensar que cuidar a un mocoso no era la gran cosa, además ¿Por qué luchaban tanto por él? Era débil físicamente y de salud, morirá de todos modos, es solo un caso perdido. Optó solo por asentir y aceptarlo.
-Cuente conmigo General Rómulo Vargas, protegeré a su nieto, no se preocupe- dijo Ludwig para darle tranquilidad al General. Rómulo sonrió y fue casi mágico que su expresión de tristeza cambiara a una sonrisa honesta.
-Era cierto todo lo que escuche de ti, tú eres totalmente admirable Ludwig, gracias- Finalizó Rómulo con un saludo de manos, mientras que Vilhelm miraba a su nieto con orgullo. – Saldrás hoy mismo, junto con nosotros, te llevaremos a nuestra casa y de ahí nosotros deberemos partir hacia el sur.- Dijo Rómulo, pero se acerco al oído de Ludwig para susurrarle algo –No te preocupes, ya le advertí a Lovino que no busque pleitos contigo, el no está de acuerdo con esto pero no tenemos otra opción.- Paró Rómulo y se dirigió a la puerta para salir justo con Vilhelm , le agradeció por su hospitalidad y comprensión y salieron hacia la sala de estrategias, dejando solos a Gilberth y a Ludwig, finalmente Gilberth exploto a carcajadas.
-KESESESE~ ¡WEST SERA NIÑERA! , KESESESE~- Gilberth parecía morir, tenia lagrimas en sus ojos y estaba tratando de recuperar su aire.
-¡¿Podrías callarte?! No estoy de humor para escucharte, y lo hare por el abuelo y por el General, no por ese niñato- dijo Ludwig con frialdad
Eres un bastardo insensible West, Kesesese~, además, no ves la suerte que tienes, ¡yo daría mi balero por cuidar a ese encantó!- Dijo pícaramente Gilberth.
-Si tanto te gusta, ¿Por qué no lo cuidas tu?- le dijo con fastidio Ludwig.
-¿Bromeas? Yo tengo una cita en Austria con esa hermosa bestia, además te escogieron a ti para ese trabajito- Le digo triunfante Gilberth.
Ludwig chasqueó la lengua con fastidio. De repente la puerta se abrió fuertemente, haciendo que los dos dedicaran su mirada a quien había irrumpido de esa manera, era Lovino. Que estaba frente a Ludwig y lo miraba con odio.
-Escúchame bien, Hijo de puta, si me llegó a enterar que le hiciste algo a mi hermano, o te atreves a tocarlo, te descuartizare con mis propias manos, ¡¿ENTIENDES?! , ¡Más vale que te cuides las espaldas!, puede que seas su guardaespaldas y que yo estaré lejos pero ten por seguro que me mantendré en contacto y lo iré a visitar para asegurarme que está bien, ¡y que tu no le pondrás ni un dedo encima o te los cortare, uno por uno!
Lovino si que no estaba de humor, pensó Gilberth, sería mejor que Ludwig no hiciera nada estúpido o tendría que comprar una buena lapida del cementerio de inmediato, así que decidió intervenir.
-Oye Lovino~ cálmate, West es excelente, cuidara de tu precioso hermano y no le hará nada, no tienes porque preocuparte por su trasero.- Mala idea Gilberth. Lovino sacó su daga de combate, desafiante y mirando con rabia a Gilberth mientras que este solo le dedicaba una sonrisa burlona, ¡qué gusto por estar buscando problemas! Ludwig los detuvo y simplemente contesto. –No tienes nada de qué preocuparte Lovino, cuidare bien de Feliciano y no te defraudare-
Lovino entrecerró sus ojos con desconfianza, guardo su daga y simplemente salió de la habitación murmurando un –Más te vale bastardo-.
Los dos se quedaron en silencio cuando por fin Ludwig se atrevió a regañar a su estúpido hermano- ¡¿Podrías dejar de ser tan imbécil y de buscar tantos problemas?!
-¡Eres un malagradecido West!, solo trataba de calmar a ese idiota, pero no te preocupes Kesesese~ ya es hora de que te alistes hermanito, te espera un largo viaje-. Sonrió y salió de la habitación. Ludwig llevo su mano a su nariz en señal de frustración, todo esto pasó en un día, y ahora tenía que irse al norte de Italia a cuidar a un mocoso enfermo y soportar las advertencias de muerte de su loco hermano.
Solo pensaba en una sola cosa, ¿Por qué a él? ¿Porque no a otro tonto?, eso no lo sabía, solo le quedaba esperar que el General y Lovino estuvieran listos para partir y encontrarse con esa misión que le sería un enorme dolor de cabeza.
Continuara…
Hurhurhurhur, y este es el final de la primera parte, me costó un huevo (perdón xD) escoger un nombre que se oyera genial para el abuelito de Ludwig, tenía que ser chido y pues ese me gusto y pues… se lo puse hurhurhur. Como que a Ludwig lo puse medio arrogante y cruel pero así me gusta. Ya veremos cómo se pone en el segundo capítulo.
Estuve pensando y tal vez en el capítulo 3 en adelante si Dios me lo permite y quiere xD, serán los capítulos por drabbles, ósea serán como momentos que pasan entre Ludwig y Feli y tal vez Lovino, ¡no me peguen! Ya sé que a muchos no les gusta el Itacest… a mi no me agrada ni me desagrada, a veces me gusta solo porque soy una cochina pero es que mi cerebro se lo imagino así y … me gusto xD pero no pondré nada fuerte entre ellos dos, solo pensamientos y acciones de Lovino hacia Feli o a menos que ustedes quieran… quien sabe hurhurhur pero entre Ludwig y Feli… ya verán ;) habrá drama blablablabl no les digo más porque no quiero decir spoilers, aunque lo estoy haciendo un poquito.
Si leen la mendiga historia seré más feliz que un niño con un globo… ¡los globos son lindos y quiero uno!
Blablablabla Reviews blablablabla Reviews y más Reviews, ya saben, No sean malas y lean o dejen una notita, ¡Me harían feliz, nos vemos!
