El civil

Kim un niño pelirrojo de ojos azules, él vivía en el orfanato de konoha ya que sus padres habían muerto en el ataque del kyubi, el niño era muy tímido siempre miraba el suelo cuando la gente pasaba a su lado, un día el niño se despertó ya que había escuchado gritos de alguien en el baño, y al parecer el solo los escucho ya que todos estaban dormidos, el niño se levanto y se dirigió al baño, sin hacer ruido abrió la puerta, lo que vio lo dejo sin palabras hay en el baño estaba la persona más feliz que conocía gritándose al espejo Naruto él era un año menor y un niño como él asiendo sé eso

-no llores, vamos no debes llorar debes de ser fuerte, no llores MALDICION—el pequeño Naruto le gritaba a su reflejo en el espejo , porque lo hacía él tenía que sonreír, Kim a paso lento se puso a su lado y Naruto pudo ver que alguien más estaba en el baño con el,- tú me viste?—pánico había en su voz en la voz de un niño había miedo por verlo llorar—por favor no le digas a la encargada no quiero que me castigue—sus ojos con lágrimas se llenaban cada ves más y más del miedo

-Naruto sabes porque lloramos—Naruto movió la cabeza en negación —lloramos porque hemos sufrido, porque tenemos un corazón que nos convierte en humanos y buenas personas no te pidas no llorar nunca te dañes por eso ya que eso te convierte en un buen niño—Naruto se le quedo viendo segundo, y se dio cuenta que en los ojos de Kim había lágrimas escurriendo por sus mejillas, Kim se limpió las lágrimas y empezó una amena charla con Naruto hasta que el sueño les gano y decidieron ir a dormir.

Dos años después

Dos años habían pasado desde que el joven Naruto y Kim se conocieron su amistad había crecido en estos años, tanto fue así que el día que corrieron a Naruto del orfanato Kim se fue con el una semana pasó para que, el Hokage le diera un lugar para vivir a Naruto y unos segundos para que Naruto invitara a vivir con él a Kim y menos para que el aceptara

Pero de eso hace mucho hoy el joven Kim entraba a la academia Ninja con el deseo de volverse lo suficientemente fuerte para evitar que otro niño sufra la pérdida de sus padres, si sus deseos eran fuertes pero la timidez lo aplastó cuando llegó a la puerta, sintió una presión tan al ver a los jóvenes siendo acompañados de sus padres, pero también vio a otros solos, vio otros iguales a él, a paso lento entro mientras miraba el suelo, una mala idea ya que chocó con un árbol provocando que cayera de espalda, el cerro los ojos mientras se sobaba la espalda, aún en el suelo

-oye estas bien lo siento en que no estaba viendo por dónde iba—que el árbol me ablo esos fueron sus pensamientos, hasta que abrió los ojos y vio a una niña de su edad de pelo corto y ojos de color negro casi tan negros como su cabello, ella llevaba un lindo vestido blanco con estampados rojos, Kim por un momento se había perdido en los ojos de la pequeña pero despertó de su ensueño al ver como la niña le tendía la mano – bueno ven deja te ayudo— Kim no supo porque pero no tomó su ayuda se levanto como un rayo y vio que ella aún seguía con la mano extendida, el parpadeo en confusión, ella cansada se dio media vuelta y se fue de hay

-qu.. Que acaba de pasar— sin tomarle más importancia miro el suelo y vio un pequeño collar con una extraña piedra roja, sin pensarlo lo puso en su bolsillo, pasó a paso el joven llegó a su salón y hay vio a más de treinta niños, al parecer el era el último, con la mirada busco un asiento y lo vio en lo más alto hasta atrás a un lado de un chico de pelo largo negro y unas extrañas cejotas, sin tomarle importancia camino hacia el asiento y espero a que llegara su maestro, segundos pasaron para que llagara una joven maestra al parecer

-buenos días mi nombre es Yugao Uzuki y seré su maestra durante este año, bien que tal si empezamos con las presentaciones...

Espero les guste sé que no es mucho pero apenas comienza ya verán que se pondrá interesante, quizás, no lo sé, tal vez puede ser jeje

Buenos días y buenas noches, esto es todo y me despido