-Pov Gregory-
Lo recuerdo, lo recuerdo como si fuera hace tan solo unas horas, recuerdo cuando mi vida dio ese giro inesperado que tanto añoraba; Tenia 7 años de edad cuando me encontraba caminando por las frías aceras de South Park maldiciendo mi destino, llevaba una gran chaqueta naranja que terminaba hasta mis caderas, un pantalón negro de mezclilla y unos zapatos negros deportivos… ¿Acaso saben que se siente ser una completa nada? Quizás venga de una buena familia, pero eso no hace que me consientan más si no, menos. Siempre me quedaba encerrado en mi cuarto imaginando todas las aventuras y misiones que algún día creía que haría, claro, cuando saliera de ese infierno. Mis padres…Ha, apenas y se saben mi nombre, al parecer lo único que les llama la atención hacia a mí son mis calificaciones; todos los días, no importa si no hay escuela, no importa si hay un huracán y destruye todo, no importa si un enorme dinosaurio viene y nos come a todos, no importa si hombres armados mutantes con anorexia vienen y destruyen la raza humana…YO…DEBO…SACAR 10. ¿Te parece ilógico? Pues sí, si ha ocurrido; que vida más desagradable, ¿no?

En fin, vire a ambos lados de la calle y la cruce llegando al parque; con la mirada busque algo entretenido que hacer pero lo único que encontré fue lo típico, un grupo de chicos jugando futbol, chicas jugando al te, parejas besándose, perros callejeros escavando…un momento, ese perro no está escavando ¿De dónde sale la tierra? Despacio me acerque midiendo mis pasos curioso, entonces lo vi; un mugriento pero adorable pelo castaño, unos bellos y profundos ojos cafés, tez morena y descuidada, camisa verde musgo sucia por la tierra, pantalones militares sucios y gastados con unos zapatos llenos de lodo y roca...Mis ojos azulados no creían la belleza que observaban en ese momento. Era tan hermoso, definitivamente era mi opuesto…yo tengo el cabello rubio y fino todo peinado hacia atrás con mucho gel, también una tez blanca y unos lindos ojos azules. Definitivamente éramos muy diferentes. Me acerque para ver su cara más de cerca pero algo me lo impidió, este impulso su pala a unos cuantos centímetros de darme.
-Non- fue todo lo que dijo haciendo que retrocediera y siguió escavando más profundo, por supuesto que eso no me impidió nada.
-Buenos días, mi nombre es Gregory Fields.-este no dijo nada y seguía su tarea, pero no me fui, al contrario me hinque y vi más de cerca el hoyo donde ya estaba a muchos centímetros abajo.-¡¿Necesitas ayuda?!-grite con todas mis fuerzas y solo escuche un ligero ¨GAH!¨.-L-lo siento niño, creí que estabas más abajo…-exclame riendo mientras este maldecía…
-Petite chienne…-murmuro entre dientes para luego romper mi risa colocando ambas manos sobre la superficie e impulsándose hacia arriba con mucha facilidad para luego hincarse y recoger su dichosa pala.- fous le camp.-dijo señalando con la vista baja algún lugar que ni le interesaba.
-No puedo.-conteste sin rodeos sobresaltándolo más.
-¿¡Porque no?!-grito grave y pastosamente mirándome a los ojos…
-sus bellas palabras me derriten…dulce Francia…dulces gracias…-susurre bajo sonrojado
-¿excuses?-pregunto confundido
-Salí de mi nube.-No, no es nada. Y no puedo ir allí porque ahí un árbol en medio y es imposible que lo atraviese.-dije sonriéndole.
Este se enojó y estuvo a punto de hacer una rabieta pero coloque mi brazo en su hombro, brusco y suave a la vez, y le di un pequeño beso en la mejilla.-Mi nombre es Gregory Fields, ¿Cuál es el tuyo?- le sonreí, este se incorporó y aparto mi brazo de su hombro. –Non.-musito nervioso y se levantó automáticamente.- foús le camp.- volvió a decir. Lo mire decepcionado, realmente esperaba más,…me levante y volví a mirarlo a los ojos poniéndolo más nervioso.-Bueno, ¿Por lo menos me haces el honor de saber tu nombre?- le dije sin dejar de mirarlo y este se resignó.-Chris...-dijo como si le costara decirlo, en realidad aplasto las palabras como si las odiara y ahora mismo estuviera matándolas. Vire hacia mi reloj y bufe molesto, este solo se me quedo viendo extrañado. –Debo irme.-dije al fin, pero antes le di un abrazo que este trato de impedir pero lo forcé.-¿Adiós?-murmuro en un intento de susurro, sonreí y lentamente me aleje tratando de recordar su fino olor, abrí mis ojos ante su mirada atónita y me aleje colocando mis brazos en los bolsillos de mi chaqueta.
-Pov Christophé—
Lo observe alejarse, se sintió raro pero termine ignorándolo…tenía que seguir con mis planes, no iba a dejar que un chico acaparara toda mi atención. Rodé los ojos y me rasque levemente el cabello para luego bostezar…hace cuanto no había dormido… ¿5, 6 días? No tenía tiempo para dormir, necesitaba terminar este hoyo pero ya. Agarre mi pala y con cuidado me deposite en el agujero que había creado, clave la pala aun costado y tome un cigarrillo depositándomelo en la boca y con un encendedor lo prendí aspirándolo y expirándolo al instante. No lo entiendo, me sentí raro, muy…muy raro. Nunca me había sucedido, ¿Me estaría enfermando? Es lógico, en esta jodida ciudad solo hay nieve y más nieve, ya ni sabes donde hay pú para no pisarla…Y ya he perdido 3 pares de zapatos, si arruino estos mi madre me castigara. MÉRDE. OH NO, ESO NO VOLVERA HA OCURRIR. Volví a inhalar más de ese toxico humo y seguí con lo mío, clavar y sacar; fácil, rítmico y relajante. Hace 3 semanas que he comenzado a escavar, es mi pasatiempo y está haciéndose parte de mi vida. Muchos lo ven asqueroso y repugnante, pero no me importa… ¡Y SI ALGUN JODIDO BASTARDÉ SE LE OCURRE JODERME, PUES QUE SE VAYA AL CARAJO! Me retire el cigarrillo con dos dedos y me le quede viendo pensativo, al poco rato solté el humo que estaba cautivo en mi boca y este salió en forma de O; me volví a meter el cigarrillo en los labios y seguí penetrando la tierra y empujándola hacia atrás con precisión.
*Diiing Dooon Diiing Doooon*

-Maldición.-bufe, era la iglesia. Mi madre me había inscrito hace unas semanas por mi nuevo e ''inesperado'' odio hacia dios. Gruñí y tuve que posponer mi excavación, Salí nuevamente del agujero y corrí hacia la iglesia…Mi madre me castigara si no llego. Y eso no ocurrirá mientras YO viva, nadie castiga a Ze Mole! Excepto mi madre, claro.
A bruscos empujones apartaba a la chusma de gente que se me atravesaba, brincaba las rocas, evadía las grietas (oigan, ni yo quiero mala suerte.) e incluso empujaba a las ancianas. Faltaba poco y los niños ya estaban entrando, tome mi cigarro y lo lance. Los niños hacían una fila, al llegar escondí (avente) mi pala en los arbustos y de un codazo me forme delante de uno de mis compañeros aunque no falta el quejido.
-¡Oye!
-Tsk…-seguí inmóvil sin darle importancia
-Disculpa- su dedo se infiltro en mi hombro.
-…-seguía sin voltear.
-¡Pero que cara dura! ¡Que te estoy hablando!-Puso más presión.
Lo que me faltaba…Pip.
-me resigne a voltear-¿QUE…?-Mi palabras fueron simples, pastosas y llenas de odio.
Este se quedó atónito pero guardo su mano consigo mismo y se cruzó de brazos.
-Olvídalo, dejare que el Karma venga por ti.
-¿Karma? –pregunte a medias porque ya me tocaba entrar.
-Christophe Delorne…Anotado, PASA A LA CASA DEL SEÑOR.
Pase maldiciendo en voz baja el lugar, la única razón por la que no he hecho alguna calamidad es por el hecho de que si mi madre se entera de eso,…ESTOY ARRUINADO. Sacando humo por los oídos me senté de golpe en una silla y me cruce de brazos. Poco a poco las sillas se fueron ocupando, excepto la de mis costados; no es que no tuviera amigos si no que,…bien. No tengo amigos. Pero que me importa, soy un experto en excavación, emboscadas e infiltraciones… ¿Por qué yo necesitaría un amigo? Eso es para bobos. Bostece levemente y me empecé a quedar dormido…ZzZzZz
-POV PHILLIP-

Tuve que salirme de la fila, olvide mis libros detrás de un árbol, bueno…volví a formarme y entre normalmente pero el único problema es que todos los chicos se habían sentado en todos los asientos…Y el único que quedaba libre es el que está al lado de…OH, DIOS. No es que me caiga mal, y no quiero ser una mala persona al decir esto pero él es un poco…fumador, terco, grosero, molesto, cruel, sucio, aterrador, apestoso y tiene un horrible, HORRIBLE carácter. Suspire y me acerque a él, quizás si hablamos pueda llegar a conocerlo…y seriamos buenos amig- Un momento, ¡¿ESTA DORMIDO?! …No sería apropiado de mí despertarlo, se nota que no ha dormido en mucho tiempo. Sigilosamente me senté en la silla y con un leve movimiento apoye su cabeza en mi hombro, este no tardo en acurrucarse. Me alegre mucho, se veía muy tierno…
La maestra de catecismo se acercó y me miro con una cara confusa, yo solo le hice una seña acercando mi dedo a la boca esbozando una gran sonrisa y esta me sonrió también.
-Bien, niños…Abran el libro en la página 13, verán…
Obedecí a la maestra y preste atención a la clase, luego se la explicaría al Srito. Christophe…Y le pasaría los apuntes, obviamente.
-Maestra…-levante ligeramente mi mano desocupada
-¿Si?- Pregunto esta con una linda sonrisa.
-Yo seré quien deba pasarle los apuntes a Christophe, ¿no es así? –pregunte con inocencia. Aunque los demás niños lo tomaron como una broma y no pudieron evitar reír bajo
-…Al parecer si, cariño. Solo si tú quieres, alguien más se los puede pasar. -los niños se callaron.
-…-observe a la multitud de niños.-Lo hare yo.-Afirme.
-Bien.-la maestra saco un reloj.-Es hora del descanso. No se alejen mucho.-dijo esta al cerrar su libro y alejarse poco a poco.
De acuerdo,…ahora voy a pensar en una forma de despertar a Christophe sin que me mate.