La acarició primero con la punta de los dedos, la tela fina que cubría el torso de su amante, a su tacto la ropa se pegaba más sobre el pecho de Afrodita que subía y bajaba en un ritmo marcado y presuroso.

Finalmente Milo envolvió la tela entre sus manos. Esa tela fina, tan delicada… preciosa. La conocía de punta a punta, él mismo la había elegido entre cientos de clase parecida. La había sostenido entre sus cansadas manos por largas noches para darle una forma que él mismo había ideado.

Hacía tan sólo unas horas la había puesto en Afrodita, arreglando las mangas y la caída sobre el pantalón, el resultado era tal cual había imaginado… resaltaba su color contra la piel de él, marcaba su figura masculina de forma etérea.

Y luego la había fotografiado, desde los ángulos más perfectos y atrevidos, en posiciones que destacaban la furia, el peligro escondido que habitaba dentro de Afrodita, toda su vida y su ego… su vanidad y su perfección.

Apretando aún más los puños destrozó el lienzo, desnudándole, deshaciéndose de esa prenda que había tardado noches en crear… nadie la usaría ya. Nadie que no fuera Afrodita, y ni siquiera el mismo, no la necesitaba… así, con el torso descubierto y la mirada brillante de emociones que no podía descifrar, así era perfecto.

Milo sonrió extasiado, apretándolo contra sí; toda su arte, todo su talento, todo era sólo para él.

- Fin -

Originalmente me había imaginado la escena con una especie de túnica, Milo acariciándole los muslos y q esa fuera toda la ropa q Afrodita trajera encima. Pero luego la idea se tornó más masculina, y una faldilla no quedaba XD. Un pantalón es más difícil de destrozar, así q terminó siendo una prenda superior.