La voz, tu voz ¿Qué eres tú? ¿Por fin pude llegar al cielo y tú eres quien me da la bienvenida? Oye… ¿Por qué no me dices nada?
Segundos, minutos, horas, días, años. Su tío a cada momento velo por su bien, después de todo conservaba la fe en que algún día su sobrino iba a abrir los ojos y todo volvería a ser como antes o lo más apegado posible a ese antes, no había día que no pasara frente su habitación y confirmara que todo estuviera en orden, toda su vida comenzaba a hacerse una rutina pero lo valía, al menos él lo valía, cualquiera en su situación seguro hubiera renunciado a los primeros meses, nunca nadie le aconsejo que hacer con Aine, su sobrino era un secreto que muy pocos conocían.
03:47 de la mañana, la primera reacción, los signos vitales se reponían de aquel largo sueño y su tío lo único que hizo fue mirarle y decir.- Bienvenido, ya estás en casa...- Sus cuidados no habían sido en vano, Aine ya comenzaba a reaccionar y la voz entre aquellos pocos se corrió, era momento de regresar a aquel olvidado idol a la realidad.
Claro, no fue fácil para su tío poner las cosas en orden si afectar al señor Shining, tuvo que hacer de las suyas para que Ai no tuviera que decir adiós al mundo entero, según el "trato" era que en cuanto Aine regresará Ai desparecería pues el pequeño robot era solo un puente entre Aine y el mundo exterior, pero su tío en todo ese tiempo tuvo el chance de reflexionar, no deseaba que Aine regresara al mundo del espectáculo, aún no, todo lo malo que había pasado era culpa de ese mundo tan brillante, tiempo al tiempo, lo primordial era regresar a su sobrino a la realidad.
No es necesario hacer mención del enorme proceso de recuperación que tuvo Aine, sus oídos tenían que empezar a reconocer sonidos, sus dedos con dificultad volvieron a articularse y sus piernas tardaron no más de 3 meses en reaccionar por completo, al menos en lo físico el ahora joven adulto ya estaba adaptándose, pero él, su mente y conciencia aún estaba en blanco, no había despertado del todo, aún le costaba mirarse al espejo y ver sus facciones ligeramente cambiadas, al mirar la televisión no comprendía muy bien cómo es que el mundo se veía tan diferente a como lo recordaba, fue un proceso muy largo y cansado, Aine estaba regresando pero ¿Era seguro?
Paso el tiempo y por alguna extraña razón ese secreto que su tío con recelo guardo llego hasta oídos de Shining, fueron cuestión de días para ya tener una cita confidencial agendada, su tío no pudo negarse y con todo el tacto del mundo intentó explicarle al joven…
-Escúchame, Aine... Tal vez ya no lo recuerdes, ya ha pasado mucho tiempo ¿Te suena el nombre de Shining Saotome?- No obtuvo respuesta.- Resulta que ese señor desea verte, quiere saber cómo estas después del coma, entiendo si tienes nervios o te sientes inseguro, pero te prometo que no permitiré que vuelvas a tener que pasar por algo tan duro como lo fue tu carrera ¿Esta bien?- Aine no le dirigió ni una sola palabra así su tío dio por entendido que era momento de partir, no sería de mucha educación llegar tarde a su reencuentro, rogaba porque las cosas no salieran mal.
Se quedaron de ver en un café, uno muy alejado de la ciudad habitual, casi llegando a las fronteras del campo, la única condición para que Shining pudiera ver al joven era que nadie se enterara y nuestro querido director nada tonto alquilo por unas horas un local de café, el más retirado para poder estar sin ningún problema, todo se hizo con el mayor sigilo existente, inclusive Shining se aseguró del transporte, mandado un automóvil especial para que llevaran al punto de reunión a aine y su tío.
El café al cual llegaron era un establecimiento pequeño, con apenas dos mesas, solo estaba el jefe del local atendiendo y sería el único en saber porque su local y quienes vendrían, unos cuantos billetes pudieron asegurar el silencio del dueño. Pero lo verdaderamente cómico era la escena, por un lado de la mesa estaba Aine junto a su tío, el joven peliazul vestía una sudadera purpura y tenía la vista perdida en algún punto del lugar, su tío como todo un profesional estaba con bata sin despegar la mirada de Shining y este, por el otro lado de la mesa, no borraba una extraña sonrisa del rostro y su mirada parecía estar muy enfocada el Aine, pero nada se decía, todo era silencio y llevaban así ya una media hora, hasta podría decirse que había una tensión muy extraña en el aire.
-¿Van a ordenar algo?- Pregunto Shining, intentando romper el silencio que se hizo desde su llegada.
-Creo que no, por ahora estamos bien.- Respondió el tío por ambos.
-Pues es una pena, estaba dispuesto a invitar todo lo que se les antojara, creí que después de tanto tiempo Aine querría volver a probar una taza de café o un pastel para acompañar.- Hizo la señal al jefe del local para que fuera a preparar un Americano súper cargado y apenas desapareció Shining tuvo la tranquilidad de hablar lo que le interesaba.- A-I-NE~ cuéntame ¿Cómo te sientes?
-Él se encuentra perfectamente.- Intervino el tío muy a la defensiva.
-Doctor… Me gustaría que le permitiera al chico responder, tiene ya mucho rato que no lo veo, necesito escuchar su muy fantástica voz. Vamos Aine, eres todo un niño grande ahora ¿Qué piensas? ¿No te gusta el lugar? Fue alquilado sólo para ti ¿Quieres beber algo?- Y en espera de una respuesta guardo silencio, sin obtener absolutamente nada a cambio, Aine seguía muy ensimismado en su mente.
-Creo que esto fue muy precipitado.- El tío del peliazul se puso de pie y tomo del hombro a su sobrino.- Sera mejor darle algo de tiempo, el proceso de recuperación de un coma es largo y si no se trata con cuidado podría traer repercusiones o traumas a la persona y no creo que usted desee algo así.
-¿Precipitado?- Con un asombro fingido hablo Shining.- Despertó desde hace casi un año, me parece hasta un insulto que Aine no me hable, el chico debe reaccionar si o si, necesito ponerle al día lo más pronto posible, puede que su retorno sea controversial pero si suavizamos al público…
-¡Retorno! Bien sabía yo que en algún punto empezaría con esto ¿¡El público!? ¿Es en serio? Lo correcto sería ver por él, no está bien necesita más tiempo ¿Con que cara le va a presentar al mundo un idol que creían muerto?
-JAJAJAJAJAJAJA, me alegra su actitud doctor, me da gusto que cuide de su sobrino, soy un hombre de palabra, prometo dejar a su chico en paz si me permite hacerle una prueba.
-¿Una prueba?- No muy convencido el tío.- ¿De qué clase?
-Es sencilla…- Shining se puso de pie y saco de su bolsillo una hoja doblada.- Es sólo algo que me trajo nostalgia y me gustaría mostrarle a Aine.
-¿Después de ello nos dejara en paz?
-¡Por supuesto doctor! Sólo deme el gusto de hacer memoria con Aine, será un momento, será rápido.- Shining tomó asiento junto a Aine y desdoblo el papel, con cuidado lo coloco entre las manos del joven y sin perder atención de sus gestos preguntó.- ¿Sabes quién es él?
Su tío muy molesto desvío la mirada y soltó una que otra maldición, Aine tardó en reaccionar, pero cuando su mirada puso sobre ese pedazo de papel parecía ser que su expresión cambio, sus ojos abrió un poco más y sus labios se abrieron sin emitir sonido alguno. Shining hizo aún más grande su sonrisa, por fin veía algo de acción en el muchacho.
-¿Qué pasa? ¿Quién es?- Le preguntó muy juguetón, no podía creer que un pedazo de papel fuera tan poderoso y agradecía haberlo encontrado o de lo contrario su visita con Aine hubiera sido en vano.
-A… A.. i…ne..- Por fin se hizo escuchar la voz del susodicho.
El doctor volteó asombrado y se puso al otro lado de su sobrino.- ¿Qué sucede? Tranquilo, tú puedes Aine ¿Quién es? ¿Puedes repetirlo?- Tal vez no estaría de acuerdo con la forma de actuar de Shining, pero su sobrino al fin estaba mostrando señales, la emoción de poder escucharlo otra vez era más grande.
Aine con la yema de sus dedos repaso la silueta del personaje en la imagen, tenía un micrófono en mano y estaba sobre un escenario, su rostro, ese rostro lo conocía bien pero hoy en día le parecía el de un extraño, con solo ver esa imagen el chico había caído en su situación, comenzaba a recordar algunas cosas y aquellos sentimientos que cargaba en el momento en el que salto al mar volvían a renacer.
-S-Soy yo…
-¡DING, DING, DING! Exacto, eres tú Aine, me alegra saber que no lo has olvidado ¡Tú Aine! ¡Aine Kisaragi! Regresa con nosotros, estamos en el mejor momento en la Agencia, si regresas será como el triunfador que alguna vez fuiste.
-¡Saotome! ¿Y tú promesa? Ya has hecho tu ridícula prueba, ahora deja ir a mi sobrino, no es momento de…
-¡Es ahora o nunca! ¿No lo entiendes? Ya no sería sólo STARISH o Quartet Night, sería tambien Aine Kisaragi y con ello el nacimiento de otra era en la Agencia Shining.
-¡Usted jamás entenderá las cosas! Deje de pensar en los demás y póngase a pensar en la situación por la que está pasando Aine.
Una acalorada discusión se empezó a formar, era el doctor contra Shining, ambos con sus argumentos e intereses distintos, pero estaban dejando de lado a la raíz de todo esto. Entre más miraba la foto Aine más confundido se sentía y comenzaban a llegarle recuerdos de verdad horribles, su situación como idol ahora le parecía peor que nunca, la presión y la perfección que le atormentó volvían a surgir, el estómago se le revolvió del terror y en su cabeza empezaba hacerse un ruido insoportable, algo no estaba bien, debía huir, no quería estar en ese lugar, no quería ni su vida misma.
En un acto desesperado guardo la foto en el bolsillo de su pantalón y se puso de pie, apartando con todas sus fuerzas a ese par que continuaba discutiendo, estrello su cuerpo contra la puerta del local para abrirla y huyo en el acto.
-¡NO LO DEJEN IR!- Gritó su tío con gran desesperación, seguramente se había armado una persecución, así lo sospechaba Aine, se desvió del camino, corrió sin saber con exactitud hacia donde iba, lo único que le importaba era alejarse de todo aquello que le hacía mal, no quería estar allí ¿Por qué no murió cuando tuvo la oportunidad? Era lo único que pasaba por su mente.
Y así el peliazul se perdió, término corriendo en quién sabe dónde, ni si quiera había prestado atención en el camino, no imaginó llegar tan lejos y a decir verdad sus piernas ya estaban muy cansadas, ya no corría, estaba trotando y a nada de caer rendido pero si dejaba de huir en algún punto iban a encontrar su rastro, Shining tenía sus modos.
Por alguna extraña razón le parecía que ahora estaba caminando cuesta arriba ¿Sería una colina? No sabía con exactitud, pero si era así entonces se trataba de una colina muy boscosa, estaba rodeada de árboles y a lo lejos podía ver a la ciudad, su aliento ya no daba para más y cayó rendido en el pasto, tenía que darse un respiro y pensar que iba a hacer ahora, cuando intentó acabar con su vida por alguna extraña razón consiguieron salvarle, tal vez no era su hora y existía la posibilidad de que su momento había llegado, sólo tenía que saber cuándo pasaría. Sus o cerro por un momento, intentando pensar con mejor claridad lo que debía hacer después de salir corriendo como un loco.
"…Un Dios caprichoso
Deseo mi eterna soledad
Yo esperare solo por ti
Espero mi canción llegue hacia ti…"
¡Esa voz! ¿Quién era? Era una voz muy delicada pero con una potencia inigualable, la escuchó tan cerca que hizo que aine se pusiera de pie sólo para seguir el camino de dónde provenía la melodía, quería saber de qué se trataba y hasta le daba algo de pánico imaginar que se tratara de una trampa para atraparlo, de ser así debía reconocer que funcionaba. Al final la voz lo llevo ante una enorme cerca hecha de tablas de madera muy gruesas, eran lo doble de altas que él y detrás estaba el propietario de esa voz. Podría ser la salvación de Aine aquella cerca, esperaba así fuera, no tenía más opciones. Se las ingenió de la mejor forma para trepar y poder estar del otro lado; estaba claro que saltando no iba a poder, tuvo que hacerse de un tronco para estar más elevado pero aún seguía siendo muy alto. Con todas sus fuerzas cargo una piedra y la coloco encima del tronco y para su mala suerte el tronco se rompió apenas dejo el peso de la piedra traer, parecía que estaba negado a trepar, pero su perseverancia fue mayor en esta ocasión y fue necesario hacerse de una piedra más pequeña para ponerla encima de la grande. Repitió la acción una vez más, apilando las tres piedras de manera que resistieran su peso sin perder el equilibrio. Aine sólo tenía un chance y no lo iba a desaprovechar.
Rápido, subió sobre las piedras y dio un salto muy improvisado estando allí, sus brazos alcanzaron a recargarse sobre la cerca, sólo era cosa de subir su cuerpo y para ello hizo el esfuerzo de su vida, estaba más pesado que nunca y se puso rojo hasta las orejas, ni loco pensaba soltarse, ya había llegado hasta allí como para rendirse, sus brazos estaban cansados pero no le importaba seguía esforzándose para que su cuerpo subiera. Luchó unos segundos más hasta que su pierna consiguió elevarse y ponerse en el filo de la cerca, parecía que se iba a llevar la victoria en esta ocasión aunque no como lo imaginaba. En un descuido su cuerpo resbalo dentro de lo que resguardaba la cerca, pudo entrar pero llevándose tremendo golpe en la cabeza, no murió por suerte.
Veía negro, no distinguía más que el sonido del viendo y al abrir sus ojos encontró un rostro totalmente desconocido ¿Era una chica? Si, así era, una chica que lo miraba desde arriba, el viento soplaba su largo cabello blanco, sus mejillas parecían tener un rubor natural y era curioso pues su piel era muy blanca pero lo que dejo anonadado a Aine en cuestión de segundos fueron ese par de ojos azules, eran tan grandes y tan brillantes que juraba que estaba ante un ser no humano.
- La voz… Tu voz… ¿Era tu voz?... ¿Qué eres tú? ¿Por fin pude llegar al cielo y tú eres quien me da la bienvenida?- Aine hablaba con dificultad pero necesitaba saber que estaba pasando, parecía obra del karma, la chica no le respondía ni hacia nada más que mirarle fijamente, no mostraba expresión alguna, sólo estaba allí mirándole.- Oye… ¿Por qué no me dices nada?
La chica de un momento a otro mostró una simpática sonrisa a Aine y movió sus labios sin emitir sonido alguno, parecía hablar, Aine finalmente cerró sus ojos y pensó "Al fin puedo descansar en paz… Llegó mi momento" y perdió la conciencia nuevamente, lamentablemente para el joven esto era sólo el comienzo de su mala suerte.
