Alicia despertó sintiéndose como mierda. Su espalda dolía como si le hubiera pasado un camión encima, sus rodillas y manos ardían, lo más seguro es que la piel esté raspada en ambas partes, y cuando intentó abrir los ojos la poca luz que se filtra por las ventanas hizo que su cabeza casi explotara, se sentía peor que en la mañana siguiente de su primera borrachera, y eso era mucho decir, así que decidió quedarse recostada unos momentos más, recobrando el aliento hasta que se dio cuenta de un pequeño detalle.

Ventanas.

La última vez que Alicia había estado consiente se encontraba con Ofelia y Daniel en un parque descansando después de haber estado buscando provisiones, se encontraron con una horda de caminantes lo que los obligó a correr, Alicia se concentró en recordar, el dolor de cabeza hacía que las memorias se pusieran borrosas, marcharon por unos minutos cuando algo los obligo a separarse y Alicia se dirigió hacia unos apartamentos, pero no recordaba haber entrado a ninguno.

Un sonido la distrajo y la puso alerta, en donde quiera que estuviera no se encontraba sola, abrió los ojos de nuevo, lentamente, intentando acostumbrarse a la luz y trato de sentarse, cuando las cosas a su alrededor dejaron de dar vueltas Alicia descubrió que, en efecto, estaba adentro de un apartamento, recostada en un sillón, pero ¿cómo había llegado ahí?

-Por fin despiertas, lindura-

Alicia giró su cabeza hacía la voz con acento extranjero que se dirigió a ella y se encontró con una chica, probablemente mayor que ella, rubia con gafas de aviador en su cabello, vestida con botas de combate, pantalones entubados negros, una colección de cuchillos en una pierna, dos pistolas en cada extremo de su cadera, una camisa azul cubierta por una chaqueta de cuero negra, en su cara los ojos más azules que jamás había visto, rodeados de pintura negra, la observaban con un aire juguetón acompañados por una sonrisa de lado.

-¿Qué pasa, el gato te comió la lengua?-

Alicia cerró sus ojos, se recostó de nuevo y gruñó. Ahora recordaba cómo había llegado a ese lugar.

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Vivir en un barco no era la peor experiencia en la vida de Alicia, sí, tenia mareos de vez en cuando, pero su celular siempre contaba con batería, había comida en la mesa y contaba con una cama para dormir y cuando el mundo está pasando por un apocalipsis se aprende a ser un poco más humilde y apreciar lo que es realmente importante: estar a salvo.

Claro, en este nuevo mundo la sensaciones de seguridad y calma no pueden durar mucho tiempo, en realidad y según el calendario de Alicia, a ella, su familia y conocidos les duró un mes y medio, mes y medio hasta que Víctor reunió a todos los ocupantes del barco para avisarles que sus suministros estaban ya muy bajos y que en un futuro necesitarían regresar a tierra a buscar más.

La noticia no sorprendió a nadie realmente, pero eso no significa que la decepción, tristeza y frustración no fueran latentes, tendrían que regresar a ese lugar en dónde habían perdido tantas cosas, tantas personas que significaban mucho para ellos, tendrían que regresar al infiero en la tierra y enfrentar a las demonios que la habían infestado; los caminantes. Un buen término dado que todo lo que hacían cuando no había nadie vivo a su alrededor era caminar sin rumbo fijo.

Después de eso, planes fueron hechos para cuando el momento llegara, se dividirían en equipos y buscarían en distintas partes de la costa; Víctor y Nick revisarían las casas colindantes de la propia de Strand ya que él conoce la zona, Christopher, Travis y Madison buscarían casas más alejadas mientras que Ofelia, Alicia y Daniel buscarían farmacias, tiendas y cualquier cosa que les pudiera servir en un futuro.

Lo que nos lleva a Ofelia, Alicia y Daniel sentados en la banca de un parque cercano a una farmacia que, milagrosamente, no había sido saqueada todavía. Tomaban agua de sus botellas para refrescar un poco el calor de California, estaban atentos pero apreciaban el momento de descanso.

De un momento a otro, como suele pasar cada vez más seguido, todo se fue al demonio, de una esquina salió una horda de caminantes que los obligó a moverse de ese lugar, corrieron por unos minutos cuando de una tienda apareció otro caminante sorprendiendo al trío y obligando a Daniel a disparar la escopeta que oficialmente él cargaba, sin darse cuenta del grupo de caminantes que atrajo con el sonido.

Después de eso todo sucedió muy rápido, el grupo se cruzo entre Alicia, Ofelia y su padre, obligándola a correr en la dirección contraria hacia un edificio de apartamentos, como la vida parece odiar a Alicia el grupo de caminantes decidieron seguirla a ella, gracias a la ansiedad y el estrés la joven cayó varias veces, cada caída haciéndola arrepentirse de usar shorts tan seguido, cuando llegó por fin al edificio busco las escaleras de emergencia contra incendios y sin pensarlo brincó agarrando el primer peldaño, usando toda su fuerza jaló su cuerpo hacía arriba para escalar pero la escalera no soporto el peso y cedió haciendo que la joven cayera de espaldas y se golpeara la cabeza contra el suelo.

Pasaron unos segundos en que todo se puso negro, el ruido de los caminantes se volvió casi inexistente y Alicia pensaba en la muerte, jamás se había imaginado que su final sería de esa manera, siendo comida por muertos vivientes, solo para convertirse en uno después. Bueno, lo único positivo de la situación es que vería a su padre de nuevo, sólo esperaba que su mamá y Nick no se culparan, ya tenían demasiada carga en sus corazones como para agregar una más, la joven comenzó a recobrar sus sentidos poco a poco y notó como los caminantes estaban mucho más cerca de lo que había pensado.

Fue una buena vida.

"No quiero al próximo comandante, ¡te quiero a ti!"

¿Qué?

"Yu gonplei ste odon Leksa kom Triku…"

No… no podía morir ahora.

"Ai liak Heda. Non na throu daun gon ai."

Alicia abrió sus ojos y se puso de pie, buscó desesperadamente algo con que defenderse cuando lo escuchó. Uno, dos, tres, cuatro disparos y los cuatro caminantes más cercanos a ella cayeron uno a uno con un agujero en medio de los ojos.

-¡Oye! ¡Lindura!- una voz la llamó desde arriba.

La joven de cabello castaño levanto la vista para ver a una muchacha rubia ofreciéndole el final de un bate de béisbol, Alicia lo tomo firmemente sin dudarlo pero, en lugar de soltarlo la otra joven jaló de él y levanto a Alicia de suelo subiéndola a la plataforma*.

Alicia soltó un grito cuando sus pies dejaron el suelo y trepo desesperadamente cuando sus brazos estuvieron al alcance de la plataforma. Una vez arriba, con el corazón latiendo tan rápido que pensaba que se saldría del pecho, miró por fin a la otra chica, era bonita y… ¿estaba usando pintura de guerra? definitivamente tengo una conmoción.

-Gra-gracias- tartamudeó Alicia sintiéndose mareada de nuevo.

-No podía dejar que se comieran a una cara tan linda como la tuya- respondió la desconocida con un guiño, Alicia vio como su boca seguía moviéndose pero ya no escuchaba nada, poco a poco fue perdiendo el sentido, lo último que observó fue como la mueca coqueta de su acompañante se convertía en una de preocupación.

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-Bueno, ¿no me vas a decir nada princesa?- La joven rubia seguía intentando hacer hablar a la muchacha recostada en el sillón que solo gruñía cuando la escuchaba.

-Lindura—

-¡¿Podrías dejar de llamarme así?!- respondió por fin con un deje de molestia –Tengo un nombre-

-¡Ah! Puede hablar, y ¿cuál es tu nombre?- preguntó acercándose a la otra joven.

-Alicia, Alicia Clark- contestó después de un largo suspiro.

-Muy bien Alicia, recuerdas cómo llegaste aquí- interrogó de nuevo ya estando enfrene de ella.

Alicia abrió sus ojos de nuevo para mirar con enojo a su compañera.

-¿Por qué me interrogas?-

La joven extranjera levanto sus manos en pose de rendición –Tranquila, no te estoy interrogando, solo quiero asegurarme de que el golpe que te diste no haya sido grave- Alicia suavizo su mirada ante tales palabras –A demás, quiero saber que hace una chica tan linda como tú en un lugar como este- terminó con una sonrisa deslumbrante.

Alicia simplemente gruñó de nuevo e intento sentarse, la otra chica le ayudo y ya estando cómoda respondió.

-Estaba con unas personas de mi grupo, nos separamos, caí y tú me salvaste, ¿feliz…? ¿Cuál es tu nombre por cierto?-

-Elyza Lex a tu servicio- Elyza le guiño mientras acercaba una pequeña lámpara a sus ojos.

-¿Elyza Lex? Eso suena falso- Elyza revisó ambos ojos y se retiro un poco de la otra joven.

-Al parecer estas bien, te recomendaría que esperes un poco antes de pararte y hacer cosas pero no creo que tengas nada grave- respondió ignorando el comentario de la otra muchacha.

Alicia solo rodo sus ojos – ¿Eres médico o algo?- Sin embargo no se levanto, sentía que podía confiar en Elyza, un sentimiento extraño debido a que literalmente no la conoce para nada.

-Era médico en entrenamiento en la milicia, pero esos días se acabaron- respondió un poco más sobria dándole la espalda, lo cual confundió a Alicia ¿quién era esta chica?

-Pero bueno, Comandante, ¿cuál es nuestro plan de acción?- Elyza se giro hacía ella, su mueca despreocupada de nuevo en su cara.

Alicia simplemente la miro sin poder creer que esta es la misma persona que acabó con cuatro caminantes como si nada, y que esa era la persona con la que estaría atrapada hasta que encontrara a su familia.

-Mi familia, tengo que encontrarlos-

-Perfecto, nada más te sientas un poco mejor, y saldremos- Elyza le sonrió y se dirigió hacia un armario.

-No tienes que ayudarme- comenzó Alicia –se en donde están, puedo llegar sola-

-Mmm, tal vez- la joven rubia se quedo parada frente al armario –pero no llegarás muy lejos con tantos acechadores y sin ninguna arma-

Alicia la miró escéptica – ¿Y tú me puedes ayudar con eso?-

En lugar de responder Elyza simplemente abrió en armario dejando ver lo que podían ser armas para un pequeño ejército; dos escopetas, machetes, cuchillos, bates incluso una ballesta y un rifle. Al no escuchar ningún comentario de Alicia, la rubia se volteó y le dedico un guiño al ver como la boca de la joven había quedado abierta de manera casi cómica y sonrió de lado al ver como se sonrojaba.

-Dime Alicia,- bajo su voz una octava provocándole escalofríos a la joven castaña - ¿Qué tan buena eres con una pistola?-

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*Al volver a leer esto me recordó al comentario de Geek Remix cuando jugaron The Last of Us y Tess levanta a Joel.

Pues como pueden ver también he caído al maravilloso mundo del Lexark, por favor perdonen cualquier error de ortografía o inconsistencia, no he escrito nada desde hace meses y estoy desempolvándome.

Espero les agrade, no tengo ningún tipo de horario para subir actualizaciones, suelo tardar, es cierto pero si deciden quedarse lo apreciaré mucho.

Sin más, gracias por leer.

Elizabeth Wolf.