Los personajes de esta historia no son de mi propiedad, solamente el trama... disfruten


"CAMBIOS INESPERADOS"


Capítulo 1- Monotonía


¿Alguna vez cambiaría está monotonía que había vivido durante los últimos años, en los que decidí mudarme?

Era tal esta monotonía que no era la primera vez que me repetía la misma pregunta, ¿qué era de mi vida?, trabajar, mi casa, la cual estaba lejos de ser un hogar, una que otra salida los fines de semana (las cuales tampoco eran por voluntad propia, por supuesto, iba obligada por nada mas que mi mejor amiga), que cabe mencionar que con estás salidas también ponía en riesgo mi vida, sobre todo cuando el destino era: bailar.

Aunque parezca una ridiculez que bailar suponga un gran reto, para mi lo era, y todo gracias a lo torpe que podía llegar a ser, ¡sí!, no había día el cual tuviera una vista panorámica desde abajo, probablemente era lo único que no era monótono en mi vida, por supuesto, nunca sabía en que momento tendría que darle la visita diaria a mi amigo el suelo, desde que tengo memoria me he tropezado hasta con lo mas absurdo que alguien podría creer, mis propios pies ya suponían un gran obstáculo que enfrentar desde que me levantaba hasta que llegaba la hora de ir a dormir.

Pero, como cada lunes, mi rutina de la mañana, levantarme temprano, dejar mi casa limpias, no quería contratar a alguien para hacerlo, primeramente por que no me gustaba que viniera algún desconocido y revisara mis cosas, así que luego de la limpieza, me daba mi ducha y desayunaba, a las siete de la mañana ya iba rumbo a mi trabajo desde hace dos años, por suerte no quedaba lejos de mi casa, así que, además de mi torpeza, no había alguna otra dificultad para no ir caminando, llegaba a las 7:30 o lo mas tarde 7:45, y como cada día para irme a mi oficina y empezar con mi diario trabajo.

Trabajaba en una muy prestigiosa editorial, tenia un buen cargo, no me quejaba, cada día recibía historias, que tenía que modificar, por la escritura o por algo innecesario que necesitara modificación, y aunque más me apasionaba escribir mis propias historias, prefería guardármelas para mi, era a lo que más me dedicaba en mis tiempos libres, en estos últimos días estaba escribiendo sobre una historia no tan típica, tenia la base de los personajes y el eje central de la historia, una gitana que se enamoraba de un músico famoso, quien busca una voz cantante para un fabuloso evento, de casualidad encuentra a está gitana, a quien le ofrecerá ser su maestro para convertirla en una de las mejores cantantes, sin embargo tiene que lidiar con el carácter salvaje de la chica…

- ¿Bella, cuántas veces tengo que llamarte para que me prestes atención?- ¡Esa voz!, cuando me hablaba en ese tono, como hierro caliente, era para estar absolutamente asustada y temer hasta por mi integridad.

- Hola Alice, ¿Qué sucede?, mira, discúlpame no te vi llegar.

- ¡Ashh!, por supuesto que no, he estado no sé cuantos minutos tratando de llamar tu atención, pero nada, parecías en otro mundo. ¡No me digas, pensado otra vez en tu historia!, ya te he dicho que tienes que publicarla cuando la termines, es…. ¡Ahhhh buenísimaaaaaaa! , es que no entiendo cuales son tus prejuicios para no publicar nada, míramee, he leído cada una de esas magnificas historias que escribes, pero nunca, ¡nuncaaaaa! publicas una, soy tu mejor amigaa, deberías creerme cuando te digo que es de lo mejor que he leido, pero claro, cuando me haces caso, y es…

-¡Alice!, ya entendí- si la dejaba hablar seguramente estará una hora echándome en cara el que "nunca" siguiera su concejo, y era uno de los pocos temas en los cuales no me ganaba ni una- ya te he explicado que no puedo, es como dar una parte de mi al mundo, y no, prefiero guardarlos para mi.

- Esta bien, como quieras, pero ya veras, algún día los publicaras y solo te diré "te lo dije".

- Sí Alice, como digas, bueno y a que debo tú visita por estos lugares.

- ¡Bella, hablas como si no trabajara en este mismo lugar!, pero bueno, escúchame, necesito que el fin de semana me acompañes a un bienvenida que darán a unos médicos exitosos del extranjero, viene la familia de un tío lejano, o algo así, ya ves estás cosas de parentesco, pero no importa ¿me acompañaras verdad?

- Bueno, no estoy muy segura-y acá vamos de nuevo, siempre que me negaba a algo, enseguida venia ese gesto con unos ojos a punto de llorar que conmueve a cualquiera- bien iré contigo- acepte suspirando.

-¡Lo sabíaa! No te molesto más, pero te lo advierto, iremos de compras en lo que va de la semana, ahh que feliz me haces amiga, bueno no te molesto más que luego te arrepientes, y no lo soportaría, nos veremos luego Bellitaa.

Y así sin mas se fue, no me dio ni tiempo de replica, sabía lo que significaba ir de compras con Alice, un cansancio mayor que todo el día de trabajo, dolor de pies, de cabeza, y un sueño profundo, pero claro, si no la acompañaba, era muchísimo peor enfrentarse a la furia de la pequeña monstruito.

Luego de ese "pequeño" acontecimiento, seguí con lo que era mi trabajo a tal punto que la hora de salir llego en un abrir y cerrar de ojos, para mi sorpresa era muchísimo más tarde de lo que pensaba, tome rápido mis pertenencias y salí prácticamente corriendo de la oficina, algo no muy propio de mi, tal fue mi suerte que a medio camino sólo sentí como chocaba contra el pecho de un hombre tumbándonos a los dos en el suelo, lo que nunca espere fue que al abrir mis ojos me encontrara con unos ojos verdes tan profundos que perdía la noción del tiempo.