El amanecer en la oscuridad

Una historia SasuSaku

Capítulo 1: "La culpa"

-Aquí está tu obento Sasuke kun, que tengas un buen viaje- Dijo Sakura con un semblante tranquilo, casi inexpresivo, colocó la deliciosa comida sobre la mesa.

La pelirrosa lo había envuelto cuidadosamente en una pañoleta azul oscuro con el símbolo de la familia Uchiha bordado justo en el medio. Sin decir más, se retiraba a su habitación, era de madrugada y estaba agotada. El hospital de Konoha, la dejaba exhausta y aunque Ino y Shizune la ayudaba mucho, no se daban abasto.

Sasuke se quedó mirando el envuelto detenidamente, observaba con cuidado el símbolo de la familia Uchiha, recordaba tantas cosas dolorosas, hasta cierto punto, se avergonzaba… su propio clan había sido el causante de la mayoría de las tragedias de Konoha, sólo su hermano Itachi y tal vez Shisui eran los únicos miembros respetables que podía recordar. Inmerso en sus pensamientos, sentado en el pequeño comedor de madera, sólo, pues su hija y su esposa dormían, cerró los ojos, recordando el por qué luchó con tanta ira contra sus amigos y seres queridos.

"Cómo pude ser tan necio"

Un olor lo hizo salir de la penumbra mental que tan seguido lo atormentaba. Volvió a mirar el obento, esta vez, con otros ojos. Ahora Sakura le daba otro significado al clan Uchiha. Sakura Uchiha, su esposa, la mejor ninja médico de Konoha, trabajando incansablemente para ayudar a los desamparados. Sarada Uchiha, su hija, tan inteligente y hábil como él, pero con el semblante tranquilo y bondadoso de su hermano Itachi y con sueños tan nobles como los de su mejor amigo Naruto Uzumaki.

"Sakura hace todo ella sola"

Observando la casa a su alrededor, tan pulcra, oliendo a flores y a vainilla, se sentía nostálgico, culpable. Doce largos años habían pasado. Doce largos años sin saber nada de su familia, de repente le dolía más estar en casa que lejos de ella. Amaba a su familia, de eso no tenía duda, pero no se sentía digno de ella. Para él era muy extraño disfrutar de la comodidad de un hogar, en sus adentros se repetía así mismo que no lo merecía, sentía que todo esto era una mala broma del destino. ¿Cómo es que uno de los ninjas más infames de Konoha logró tener una familia que lo amaba?

"No merezco todo lo que ella me da"

Se levantó de su asiento, tomo su obento y se dirigió sigilosamente al cuarto de su hija, abrió la puerta y la observó durmiendo plácidamente, es idéntica a mí de pequeño, se decía. Cerró la puerta con suma destreza para no hacer ningún ruido, su hija era una ninja prodigio, si llegara a escuchar un ruido por pequeño que fuera, se levantaría a toda prisa para ver qué ocurría y él no quería que ella se pusiera triste al verlo partir una vez más. Callado se dirigió a la habitación que compartía con su esposa, quería ver su rostro antes de partir, pero justo al abrir la puerta, la pelirrosa acostada en su cama, se giró a mirarlo.

-¿Ocurre algo Sasuke kun?- Sakura lucía hermosa, tenía el cabello para un solo lado, vestía un camisón de seda blanca con un pronunciado escote en v, se veía tan sexy. Ya no lucía inexpresiva como hace algunas unas horas, sino todo lo contrario, con las mejillas rosadas y los labios húmedos, sonreía cálidamente.

-Sólo vine a despedirme, perdona si te desperté- Sonrojado y sorprendido al ver a su esposa tan linda, sólo atinó a decir esas palabras cuando en realidad su corazón quería decir mucho más, tan rápido como las dijo, desapareció.

El semblante de Sakura cambió abruptamente, volvió a girarse, quedando está vez del lado izquierdo, mirando a la ventana, se quedó contemplando la luna llena, Sasuke kun. ¿Por qué?, pensó. Una lágrima recorría su ahora pálida mejilla, sin más, se quedó profundamente dormida, anestesiada del dolor.