***Tras la pérdida***
La guerra nunca es fácil, llega y con ella se lleva todo lo que conocías dejándote sólo un gran vacío y dolor.
Para la familia Bennet había significado perder una esposa y madre, así como a una hija y hermana. Eso marcaría para siempre a los restantes.
Tras la muerte de su madre y de su hermana las hijas Bennet se cerraron al mundo, ya que aunque un poco impulsiva, su madre no dejaba de serlo. Si bien Lydia no era la favorita de todas, el hecho de no tenerla junto a ellas de no escuchar más su ruidoso hablar o de saber que ya nunca más estaría ahí era doloroso. Porque todo lazo por muy pequeño que sea duele al perderse.
Tras la muerte de su compañera a causa de un bombardero Nazi, el señor Bennet se había vuelto más retraído, incapaz de salir de su biblioteca; dejando así todo el trabajo en manos de sus hijas quienes a pesar de la perdida tuvieron que reponerse, sin embargo… Ya nunca volverían a ser las mismas.
Jane, una chica dulce e inocente, perdería para siempre su noble temple para forjar un carácter frío e indiferente hacia el mundo. Obligada a madurar a la temprana edad de 15 años y asumir el rol de pilar de la familia se encargaría tanto de su casa como del internado que su familia manejaba.
Elizabeth una joven acostumbrada a la alegría y jovialidad habría dejado de lado todo eso y ya no mostraría más la hermosa sonrisa que le caracterizaba y se volvería aún más desconfiada hacia los demás, recluyéndose a sí misma solo permitiéndole el acercamiento a su familia.
Mary, una joven culta, que pasaba todo el tiempo en la lectura y el piano. Se alejaría totalmente de esas actividades y no se acercaría al instrumento salvo la triste noche del aniversario luctuoso de su madre y hermana.
Catherine fue un cambio radical. No pudiendo soportar las actividades que antaño realizaba con su madre y hermana. Se entregaría totalmente a su don descubierto el arte y trataría con todas sus fuerzas de plasmar para siempre los bellos recuerdos vividos junto a su hermana y madre. Ya no habría risa estruendosa porque para ella ya no había razones para vivir.
La casa de la familia Bennet, se había vuelto un lugar cubierto por el silencio del dolor y la pérdida. Cuyos habitantes vivían sumergidos en la desdicha y remembrando aquellos tiempos felices que jamás volverían ¿o sí?
Tal vez todo cambie con la llegada de una jovencita y sus parientes y amistades.
Tal vez la llegada de Georgina Darcy al Loungbourn Rose´s Institute y de su hermano primo y amigos será todo lo que necesitará el hogar Bennet para realzarse y recobrar aquella alegría de antaño. O tal vez Loungbourn jamás vuelva a escuchar una risa.
Este es el prólogo de mi nueva Historia, no esperen nada convencional. Está ubicada en Londres después de la segunda guerra mundial. Y de ustedes depende que siga.
Bye Bye!
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