1Ángel Negro
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Conociendole
Tal vez si la estrepitosa voz de Naruto no me hubiera hablado justo en ese instante le hubiera visto el rostro, pero lamentablemente caminó de espaldas a mi y entró a la clase algo apurado. Mucha gente nos rodeaba, no obstante él parecía estarse arrancando de nosotros como si supiera que yo le he querido conocer desde el día en que Hinata me lo describió sin mucho interés.
Okey, a lo mejor si me estaba volviendo algo paranoica por conocerle...algo, por esa razón tomé del brazo a mi amigo, bien agarrado como si quisiera beberle el alma con ese apretón, porque si, estaba nerviosa muy nerviosa y nada pararía ese electrón que recorría cada parte de mi cuerpo avisandome que la hora de presentarse había llegado. Electrón que me volvía loca.
Esa mañana, aproveché de ver el sol salir más temprano de lo común, armé mis maletas y el desayuno que comí no era el variado banquete que se daban los ricachones al levantarse. Me desplacé con paso rápido a la casa de Naruto y cogimos el autobús cuando terminó de vestirse. Las palabrerías que dijo mientras que por un oído escuchaba su música y por el otro me escuchaba a mi hacerle más de miles de preguntas lo dejaron un poco traumado, sin embargo hubo una respuesta que supero cualquiera de mis tantas expectativas antes de entrar al internado. "Él no es más que un creído, engreído, que cree que es superior a cualquiera...es frío como un cubo de hielo y parece maquina destructiva, cualquier chica que le habla termina llorando, y el chico que le mire o le vea de mala forma puede parecer insignificante a su lado, porque sus palabras hieren más que un duro puñetazo en la cara"
Si era así como decía él, todo el esfuerzo en vano que había adquirido para que me trasladaran a ese internado era tan en vano como la sonrisa fingida que trataba de aparentar en ese momento, sonrisa torcida y horrorosa que hasta ni yo misma creía ver. "Es toxico" había dicho.
-Haruno...por favor.- oí la voz desde el salón y apreté aún más el brazo de mi compañero si se podía. "Ve, son todos muy buenos amigos" me dijo y yo no pode evitar flaquear al caminar con dureza, aparentando coraje. Vale, no servía para esas cosas, para nada...sólo para las mates, pero cuando el primer paso que di adentro del salón fue como...en las nubes. Como estar en las nubes.
Miré a la clase cuando estuve adentro, parada justo al medio donde estaba el pizarrón. La profesora me observó de arriba abajo y me sentí una ladrona pisando tierra santa. Eran pocos alumnos, después de todo sólo los mejores iban a ese instituto, pasé mis manos por la falda, nerviosa, las manos me sudaban, el labio me palpitaba y mis ojos estaban clavados en el piso.
-Puede presentarse.- escuché, entonces abrí la boca un par de veces sin poder decir nada coherente con mi personalidad.
- Soy, Haruno Sakura y vengo de la escuela secundaria Sora no tsubasa, tengo diecisiete años y espero a que nos llevemos muy bien.- finalicé y suspiré feliz por lo dicho. Sonreí lo más normal posible, y luego de unos segundos la clase entera rompió en susurros poco discretos. Reí nerviosa, la maestra pasó puesto por puesto con su mirada, Naruto había pasado tras ser retado con una severa reprenda, y yo seguía ahí parada como una tonta en medio del pastizal.
-Ven aquí.-
Con la mochila al hombro, caminé con aire compungido hasta donde el puesto que me indicaba la profesora, ni siquiera me había detenido a mirar a los del salón, sólo miraba el suelo y a la maestra. Por un momento sentí a ver pasado por ese corredizo para llegar al pupitre, una chica loca bufó sin pudor alguno, "Chicle andante rosa". No pude parar para enfrentarle con el poco valor que tenía, asique decidí pasar con aire digno por su lado, con la frente en alto. Mi cabello en ese entonces no tenía nada mas hermoso que el rosa de su color.
¡¡Dios!!, pensé al posar mi vista en la persona vecina a mi banco. Él de debía de ser....él. Estaba segura, muy segura.
-Éste será su puesto de ahora en adelante.- bla, bla, bla. La profesora se sentó en el escritorio a un lado de la pizarra, abrió un libro y dio fuerte, claro-: Página 32, actividad en parejas y con nota.
Tomé asiento, colgué la mochila en un perchero que tenía la pared y saqué un cuaderno cualquiera con un lápiz, no tenía libro con el cual trabajar. Le miré de nuevo y no pude evitar sonrojarme...era hermoso, todo un ángel. ¿Cómo actuaria si le digiera que teníamos que trabajar en parejas, tal vez me mandaría al África... pero era mejor intentarle.
Primero le divisé, sus facciones eran duras, como afiladas por un cuchillo ardiente, pálido, tan pálido que parecía nieve, unos ojos negros bañados por un carmesí escarlata, una nariz perfecta...era un perfil muy asemejado a la perfección misma...el ángel mismo.-Emm- dije embobada mirandole, y él se percató de ello pues lo comprobé con creces cuando volteó la cara hacia mi y sus orbes se clavaron en mis esmeraldas. Su rostro neutro, sin facción alguna se arrugó un poco cuando de sus labios afloró una mueca de asco absoluto. Me picarón los ojos, luego de que se volvió...quería llorar, el primer día de clases y yo ya quería estallar en llanto sordo.
Ladee el rostro y observé más allá a Naruto que parecía compadecerse de mi, asique llena de rencor me dispuse a que ni él ni nadie me iba a intimidar con una mueca feísima de asco.-Perdón.- dije, él me miró también.-Es en parejas la actividad y...-
-Soy Uchiha Sasuke.- murmuró por lo bajo para que sólo yo le escuchara...me sonrió vanidoso y juntó su banco con el mio, puso su libro en medio de las dos mesas, se acercó a mi pocos centímetros antes de mi boca, retrocedió un poco y llegó a mi oreja...sentía su respiración calida cerca de mi piel, yo no podía llenar mis pulmones con normalidad.-jugar con fuego no es bueno.- susurró y me estremecí por inercia al poder percibir como con sus dientes apretaba suavemente el lóbulo. Se alejó, tomó su lápiz e increible y descaradamente escribió el párrafo número uno de la pagina 32.
Parece, que Naruto estaba bastante equivocado...no era un cubo de hielo, era puro fuego.
Tal vez conocerle del todo no estaría nada mal.
