Jesse siempre se sonroja cuando el Señor White le hace algún cumplido, se pone nervioso, se muerde el labio inferior y el químico lo nota. Nunca desaprovecha las oportunidades para poner a Jesse nervioso.

El convicto tuvo que inventar excusas para sus sonrojos. Pero poco a poco se le acababan.

-Jesse, te queda bien esa camisa, ¿es nueva?

Ahí iba otra vez con el mismo cuento.

Lo volteó a ver y con un gran esfuerzo para sostener la mirada en los ojos del adulto mayor respondió.

-Sí, cuando buscaba algo que usar no tenía ninguna camisa limpia, todas estaban jodidamente sucias y yo no iba a lavarlas.

Luego de dar esa respuesta volteó e ignoró (o al menos intentó) la mirada de White, que se encontraba con una leve sonrisa burlona pintada en la cara.

-Te acabas de poner como un tomate, Jesse.

Jesse bufó nervioso, detestaba sentirse mas cuando estaba al lado de Heisenberg.

-Yo, ya te dije que son sólo "reacciones químicas"- hizo comillas en el aire- a alguna de las mierdas con las que cocinamos, ahora déjame seguir trabajando.

El químico soltó una risa por lo bajo y siguió empacando las bolsas de metanfetamina que recién se habían cocinado. Definitivamente su pasatiempo favorito mientras trabajaba era hacer sonrojar a Pinkman.