Suelto un ultimo gemido antes de que el orgasmo recorra todo mi cuerpo.

Un segundo después Jimin sale de mi y se recuesta a mi lado, también agitado.

Se que no habrá palabras cariñosas de por medio por lo que me levanto antes de si quiera recuperar el aliento, apurado. Tengo un pequeño mareo pero lo ignoro y empiezo a buscar mi ropa por el suelo.

Jimin me observa, pero no quiero mirarlo así que le doy la espalda todo el tiempo.

—Faltan veinte minutos para que sean las seis— le comento cuando consigue incomodarme.

—Puedo vestirme en tres— le resta importancia.

Yo suelto un bufido porque se que siempre que se confía termina corriendo por todo el cuarto histérico, buscando su ropa.

—¿Cuando podremos repetirlo? —su voz suena ronca y de pronto sus manos están acariciando mi espalda.

—Tal vez la siguiente semana.

— No puedo esperar tanto Kookie.

—Tengo examenes Jimin—no puedo evitar sonar molesto ante su exigencia.

—Podría ayudarte a estudiar— insiste, esta vez con su manos en mi cuello.

Quiero decirle que si, pero una parte de mi, una que todavía tiene dignidad niega con la cabeza.

—Que sea la siguiente semana entonces— dice resignado.

Ninguno de los dos añade nada mas hasta que el celular de Jimin suena y ambos sabemos quien es.

—Contesta— le digo con la voz mas neutral que puedo

El me mira inseguro, pero finalmente toma la llamada.

—¿Hola? Lo lamento, estaba dormido— el tono de Jimin de inmediato se vuelve mas dulce.

Rio mentalmente por su excusa y aparento abrochar mis agujetas aunque en realidad solo puedo concentrarme en su conversación.

—Acabo de rentar una nueva película, podemos verla esta tarde. Te estaré esperando, te amo.

La llamada finaliza y se cual sera el siguiente movimiento de Jimin.

Se coloca detrás de mi, lo suficientemente cerca para sentir su respiración.

—Deberías irte— me susurra mientras deposita pequeños besos en mi cuello.

—¿Llegara pronto?

— En diez minutos...

Maldigo por lo bajo y busco cualquier prenda que pudiera ser mía por la habitación. El tamborileo de los dedos de Jimin aumenta mi nerviosismo.

—¿Llevas todo?

— Eso creo.

—Te veré la siguiente semana— deja un beso en mi frente y me sonríe coqueto.

Intento besarlo a modo de despedida, pero el se quita haciendo que un nudo se forme en mi garganta. A Jimin no le gusta que lo bese en los labios.

No digo nada mas ,le dejo en su habitación vistiéndose y hago mi camino hacia la salida.

—¡Jungkook!— me grita justo cuando estoy por salir—¡ Ve con cuidado!

Yo no se que responder a ello por lo que opto por ignorarlo.

Finalmente cierro la puerta detrás de mi y salgo a la calle.

Camino despacio tomando mi tiempo cuando una ventisca me recuerda que después de todo si olvide algo: mi chaqueta se quedo en su sala.

Regreso mis pasos sin pensar demasiado, esperando que todavía este solo cuando veo el preciso instante en que Jimin sale emocionado de la casa, y un carro se estaciona frente a esta.

Conozco perfectamente ese auto: es Yoongi, su novio.

Doy la vuelta y me alejo lo mas rápido que puedo.

El frió se empieza a hacer mas fuerte mientras avanzo pero intento no prestarle atención en mi camino a casa.

No es la primera vez que olvido algo: tampoco sera la ultima. No mientras Yoongi este cegado de amor, Jimin este encaprichado conmigo y yo siga horriblemente enamorado.

Volveré por mi chaqueta otro día.