Disclaimer:
Nada del mundo de Percy Jackson me pertenece, simplemente me gusta jugar con los personajes.
Este fic participa en el reto "Tu personaje favorito" del foro "El Monte Olimpo".
Hola a todo el mundo!
Bueno este es un pequeño shot que escribi –desde el punto de vista de Nico- sobre sus pensamientos, emociones, sentimientos. Ojala les guste.
Estar solo nunca fue algo que le agradara. No siempre. Tampoco es como si el hubiera decidido estarlo deliberadamente, que va. Simplemente era mejor asi, para todos.
Recuerda la primera vez que en verdad se sintio solo. No fue bonito, a decir verdad. Saber que tu hermana mayor se queria deshacer de ti no es algo que se asimile de la noche a la mañana. Pero el tenia que hacerlo, no es como si le hubieran dado una opcion. Fue tirado de bruces al mundo real, un lugar en donde no tenia a nadie. Por que nadie queria estar con el. ¿Quién lo haria? ¿Quién querria estar con un delgaducho y antipatico principe de los fantasmas? La respuesta: nadie.
Bueno, casi nadie. Tenia a Hazel, ¿no? Era su hermana, media hermana, pero compartian la misma sangre. Y eso era suficiente para el. Lo suficiente como para no darse por vencido. Seguir adelante y no caer. No otra vez.
Aunque tambien estaba Percy. Eso era algo por lo que valdria la pena luchar, si en verdad tuviera un rayo de esperanza. El problema estaba en que no lo tenia. Ni por asomo.
Suspiro, y se revolvio con timidez su desordenado cabello.
Dios, era tan dificil. La vida, su vida era tan dificil.
Camino con pesadumbre hacia el borde del barco. Miro el mar, y unas tibias lágrimas saladas salieron de sus pequeños ojos. Siguió mirando hacia abajo, observando su reflejo. Su cabello le había crecido, y casi le llegaba a los hombros. Tenía que cortárselo, aunque con tanto alboroto por la guerra lo veía muy difícil. Tenía unas enormes ojeras bajo sus ojos, que hacían notar lo miserable que en realidad se sentía. Sus ojos, negros como la noche, le daban un aura de misterio. Tenía puestas una polera negra junto a una capa del mismo color, y unos jeans desgastados. El conjunto perfecto para el hijo de Hades. El conjunto perfecto para espantar a la gente que lo rodeaba.
Por qué a eso estaban destinados los chicos como el, a ser marginados, tal y como su predecesor. Repudiado por sus propios hermanos. Justo como Bianca había hecho con él.
Aunque, por irónico que pareciese, la entendía. Entendía que al llevar una carga tan pesada sobre sus hombros por tanto tiempo se había cansado. Y cuando vio la manera perfecta de liberarse de ella sin sentirse culpable no lo dudo dos veces. El en su lugar habría hecho lo mismo.
Pero Hazel no, o eso era lo que le estaba demostrando con sus acciones. Fue buscarlo hasta el fin del mundo, donde las almas descansan, para regresarlo con vida. Y lo había logrado, aunque con la ayuda de Percy.
Percy.
Suspiro.
Se restregó la manga de su capa contra su rostro, repudiándose a sí mismo por haber mostrado debilidad. Se reclamó una y otra vez, como solía hacerlo siempre cuando su padre no estaba ahí para decirlo por él.
Camino dando tumbos hacia su camarote, su guardia había acabado. Últimamente las hacían, por grupos de tres. Esta noche le tocaba con Jason y Piper, pero no había visto señales de vida por parte de ese par. Seguramente estaban juntos por ahí en algún rincón. Y él no podía reclamárselos. Eran tiempos difíciles, nadie estaba seguro de lo que pasaría después. Lo mejor que se podía hacer era disfrutar al máximo cada día.
Algo que debería estar haciendo.
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