Cuando era Omnivora.

Escuché que tus deseos se caían por tus piernas y que lentamente escurrían al suelo. Escuché también que sufrías porque no podías detener el sin fin de olas que aplastaban tu playa, que se llevaban tus huellas, que manejaba la luna. Deje de escuchar en algún momento porque parece que crecí, maduré y me desligué de ti. En un inalcanzable flujo de ideas te vuelvo a encontrar ya lejos de donde supuestamente estuviste. Buscarte a veces para desearte lo mejor, salvar buenos recuerdos y enseñanzas… ¿podremos alguna vez volver a hablar de esa manera?¿volveremos a desnudarnos?¿sabré aún leerte o cambiaste de idioma, cambiaste la pagina, eres ahora un video?

Creo que oí de ti no más que viles mentiras y yo me lancé sola a un precipicio cuya pupila era oscura y rechazada. Volví a encontrarme vacía en el tope y sentí tristeza y me di cuenta de que nunca estuve acompañada. Confieso y siempre he querido decirte que jamás me sentí bien contigo era incomodo porque siempre supe lo que no quería saber. Irónico el momento en que me dijiste que no me querías porque me sentí libre y me gusto recordar que tenía razón, lo tonta que había sido.

En algún lugar pisaremos el mismo suelo, blanco y salado. Donde el horizonte, creo yo, es difuso y el cielo parece suelo y el suelo parece cielo. Quiero recorrer aquel paraje de perspectivas engañosas y caminar hasta llegar donde los opuestos cambien de lugar y todo quede de cabeza. Espero puedas entenderme.

Nunca estuvimos en la misma sintonía pero gracias a ti me di cuenta de que estaba perdida y hundida. Hoy soy capaz de ser libre a tu lado y quizás algún día pueda decirte hasta pronto, hasta luego este es mi camino.