Yuri está en Detroit y Viktor en Moscú.
Es tan simple y complicado como eso, él debe terminar la universidad y luego volver a Japón para ver a sus padres, Viktor no cabe en ninguna línea entre todas las cosas que debe hacer. Y duele.
No se ven hace tres meses, él trata de no pensar en ello y solo dejarlo pasar. Van a verse, en algún momento. Un consuelo tonto que le da la parte más razonable de su cerebro.
Hablan, por supuesto, pero Viktor está ocupado. Siempre ocupado, no tienen tiempo. Hacen video llamadas y se quedan por algunas horas hablando de su día, pero luego uno debe irse porque la diferencia horaria es una puta mierda y Yuri debe vivir con ello. Él se hace una paja luego de cortar cada llamada porque sufre de abstinencia y es molesto y su cuerpo se siente pesado, ver a Viktor a través de una pantalla hace todo más triste y vacío.
Una noche, se habian quedado más tiempo hablando y Viktor estaba riendo abrazado a una almohada, le contaba sobre lo mucho que intentaba seguir con su libro pero estaba en blanco, Yuri hace una mueca un poco triste.
"Te extraño" Las palabras salen sin más, y Viktor se detiene sorprendido. Es la primera vez que usa esas palabras en lo que llevan de relación; no es la primera vez que lo piensa o siente, pero sí la primera vez que lo dice en voz alta. Es raro y mira otro lado incomodamente rascándose la nuca. "Debo irme" Y ni siquiera deja a Viktor contestar, corta la video llamada y grita en su almohada hasta quedar dormido.
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Todos saben que él tiene una relación de dos años y medio con uno de los mejores escritores de la época, saben que está enamorado y nadie entiende por qué sigue en la universidad teniendo a su lado un hombre con tanto dinero. Yuri odia esos comentarios, los ignora y se detiene a responder (o gritar) algún insulto, no es fácil, claro, pero es lo mejor que puede hacer.
Es fuerte, piensan, porque saben todo el tiempo y esfuerzo que Yuri da a la universidad aún poniendo en riesgo su vida social como personal. Y la amorosa, un millón de veces la amorosa. Pero es Yuri, y con sus 23 años trata de dar lo mejor de si mismo, tratando de que las inseguridades no lo absorban como hace unos años antes de conocer a Viktor. Lo logra, por supuesto, al estar tan ocupado y sin cabeza para dejar entrar algún pensamiento negativo. Solo entra uno: La ausencia de Viktor a su lado.
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Escucha golpes en su puerta, las luces del sol son pequeñas líneas a través de la ventana y intenta no gruñir al ver que son solo las 6 de la mañana, está cansado y el dolor de cabeza que había empezado a la noche no paró. Los golpes se vuelven más insistentes así que se levanta soltando el gruñido contenido.
"¿Quié-" Las palabras quedan atoradas en su garganta cuando abre la puerta de un golpe y siente unos brazos en su cuello, un pelo grisaseo haciéndole cosquillas en el mismo lugar. Abre la boca pero no sale nada, está mirando fuera de su habitación mientras el calor invade el lugar que el aire acondicionado mantenía fresco. No reacciona hasta sentir unos ojos celestes como el mar fijos en él. "¿Por qué-" Se detiene de nuevo y Viktor sonríe dulcemente estirandolo para besarlo sin más.
Cierra la puerta y aprisiona contra esta a Viktor sin dejar de besarlo. Unos minutos después, paran en busca de aire y Yuri ríe abrazandolo.
"No puedo creer que estés aquí, yo solo-" Viktor baja sus brazos y aprieta su cintura, tratando de hacerle entender que no es un sueño o algo. "Definitivamente esta es la mejor parte de verte otra vez" Y se besan sin dejar soltarse en lo que parecen horas.
Y de repente, cada pensamiento negativo que estuvo golpeando la entrada de su cabeza desaparece mientras mira la sonrisa de Viktor y sabe que no importa la distancia, ellos siempre van a volver el uno con el otro.
