A Girl's tale

Una vez los humanos y los dragones coexistieron. Compartieron un lugar lleno de sabiduría, una paz que duró muchas generaciones.

Todo eso se perdió cuando la humanidad rompió ese balance en una repentina matanza. Los hombres pelearon contra los dragones en una salvaje guerra que movió los cimientos de su mundo. Esta guerra fue llamada The Scouring.

Derrotados y humillados, los dragones desaparecieron de la faz de la tierra.

Con el tiempo, los hombres reconstruyeron y esparcieron su dominio a través de la tierra.

Un milenio ha pasado desde el final de esos oscuros días…

Prólogo

A girl from the plains.

Su visión estaba oscura. En su cabeza aun quedaban los indicios de un viaje estrepitoso y una caída dolorosa. Al fin despertó. Dio un rápido pestañeo y cerró los ojos. Lo que sentía bajo su cuerpo ya no era la suavidad y picazón del pasto. Movió un poco sus manos y se dio cuenta de que era una sabana o una cobija. Lentamente abrió de nuevo los ojos y se percató de que no estaba sola. Que había alguien.

-Estas despierta? – preguntó la dulce voz de una joven

La muchacha sobre la cama se limitó a hacer un gemido. Se incorporó sobre su cuerpo, permaneciendo sentada en la cama, luego se tocó la cabeza. Se sentía extraña; había vendajes sobre ella.

-Te encontré inconsciente en el campo y te traje hasta aquí. Soy Lyn – dijo la muchacha – de la tribu Lorca, estas a salvo ahora. ¿Quién eres?

-Cassandra... Soy Cassandra – dijo la joven a la que había rescatado, bajando sus pies de la cama y poniéndolos en el suelo

-Con que Cassandra. Que nombre tan extraño, pero no me pongas importancia, es un buen nombre.

Para tener una idea de cómo era la rescatadora, les diré. Lyn tenía es aspecto de una mujer dulce, pero dentro de ella se escondía un coraje digno de reconocerse. Vestía ropas de una sola pieza, un vestido color verde-mar abierto por los costados, dejando mostrar sus largas piernas; el vestido tenía dibujos en el cuello y en los costados de la falda. En su cintura portaba cinturones con grabados muy parecidos a los de su vestido, al parecer eran característicos de su tribu o el lugar en el que vivía. Su largo cabello de color verde-azul estaba recogido en una cola de caballo y sus ojos hacían juego con su cabello. En sus pies usaba unas botas de color azul.

La joven dueña de la casa parecía estar cocinando. Se movía de un lugar a otro, de la mesa a la estufa y luego otra vez a la mesa.

-Puedo ver por tus ropas que eres un viajero – dijo a Cassandra

-Bueno... yo... – se notaba un poco nerviosa mientras pensaba para sus adentros "Quizás no les gusten los extranjeros, nunca he estado en estas tierras". Lyn la sacó de sus pensamientos haciéndole una pregunta

-Que te trae a las llanuras de Sacae. Me podrías contar tus historia?

Lyn le dio un plato de sopa a Cassandra. Esta le agradeció con un gesto de su cara.

-Yo soy de Ilia, y como dijiste estoy en un viaje, yo...

Pero antes de que pudiera continuar, Lyn se levantó y se dirigió a la puerta – Hm? Que es ese ruido? Esto no está bien. Iré a ver que esta pasando Cassandra, espérame aquí.

La joven nómada tomó una espada de hierro y salió de su tienda (entiéndase como una tienda de campaña como la que utilizan los árabes). Su casa estaba detrás de unas pequeñas colinas, por lo que decidió subir a ellas para tener una mejor vista de lo que estaba sucediendo. A lo lejos pudo ver un par de hombres de aspecto rudo y hostil. Tan rápido y sigilosa como había subido a la cima, así bajo y regresó a su casa.

-Oh, no! Bandidos! Debieron haber venido a través de las montañas de Bern! – Se toma el mentón – deben estar planeando invadir las villas locales... yo... – la desesperación se notaba en su rostro. Sin embargo, no la dejó invadir su determinación – yo tengo que detenerlos! Si esos dos son todos, creo que podré arreglármelas. Tu estarás a salvo aquí Cassandra.

-Pero no puedo dejarte ir sola Lyn – Cassandra se levantó muy rápido de la cama y tomó del brazo a la joven guerrera

-Que? Quieres ayudarme? Bueno, puedes usar alguna arma?

-No... Bueno... no ese tipo de ayuda

-Ayuda moral? – pregunta sarcásticamente Lyn lista para salir

-No... Yo puedo decirte que hacer... esa es la ayuda que te puedo dar

-Ya veo... – Lyn se dio la media vuelta – eres una estratega? Es una profesión muy extraña... empiezo a creer que eres muy extraña... espero que esto no te incomode

-Claro que no... De antemano, se que es casi una locura el que quiera ser una estratega

-Pero está bien, iremos juntas!

Ambas salieron de la tienda, Lyn iba primero y Cassandra detrás de ella. Subieron las pequeñas colinas y analizaron la situación.

-Si me quieres ayudar Cassandra, escucharé tus consejos. No te preocupes, te protegeré, así que quédate cerca de mi.

-Muy bien... el plan será... acercarnos al que está mas cerca por un lugar en el que no nos vea y atacarlo por sorpresa

-Y eso no es algo cobarde?

-No si tienes la desventaja...

Lyn bajó sigilosamente, y con pasos rápidos y ligeros se acercaba a unos matorrales cercanos a la posición del bandido. Caminaba tomando su espada, con una mano la funda y con el otro la empuñadura, para disminuir el ruido que hacía. El bandido podía verse ya mas de cerca. Su complexión era robusta y portaba una hacha. Lyn estaba a unos cuantos metros de él, pero uno de sus movimientos agitó una pequeña rama de los matorrales.

-Uh-oh! El bandido me vio y se está acercando!!

Ella desenfundó su espada. El se encaminaba con su gran hacha, agitándola como un gigante. Ella era pequeña y débil y sabía que solo tenía una oportunidad. El bandido emprendió una carrera hacia la joven y metros antes de llegar hacia ella, llevó su arma hacia atrás, hacia su espalda, para así, con toda su fuerza y todo su peso, dejarla caer contra lo que estuviera a su paso. En un movimiento inteligente, Lyn esperó lo suficiente hasta que el bandido efectuó su ataque, y así, al dejar caer su hacha, esta se encontró con el suelo y no un cuerpo de carne y hueso. Lyn rápidamente pudo esquivarlo y pudo atacarlo por la espalda. Con unos cuantos finos cortes de su espada, Lyn dejó al hombre fuera de combate.

-Lo hicimos!! – gritó de alegría

Cassandra salió del lugar donde se escondía y lanzaba vivas por la victoria

-Ahora solo nos falta uno mas y de este no podemos escapar.

Lyn guardó su espada y se encaminó hacia el segundo bandido

-Piensas enfrentarlo??

-Claro, si no lo hago, quien lo hará?? Estaré bien...

Lyn caminó de frente y con la cara en alto hacia el bandido, demostrándole no intimidación.

-Quien te crees que eres? Piensas que podrás aguantar frente a Batta "la bestia"?

Este hombre era mas rápido que el anterior. A pesar de ser de la misma complexión que el otro, este demostraba mayor entrenamiento. Hizo un movimiento tan rápido que no le dejó que pensar a la joven contendiente. La golpeó en el rostro y esta cayó en el suelo. Luego, este la tomó por la cabeza y la arrojó lejos de ahí. Cassandra corrió hacia ella y la asistió para que pudiera levantarse. Lyn estaba bien, un poco aturdida por el golpe y con algo de sangre en la cara debido a los raspones, pero nada de gravedad.

-Whew! El es fuerte, pero todo se resume a lo siguiente. Si fallo Cassandra, quiero que escapes, que huyas lejos de aquí. No podré defenderte...

La joven, herida, se levantó y con espada en mano decidió enfrentar de nuevo a Batta.

-Al parecer no has tenido suficiente.

Batta 'el bandido', un hombre adulto, corrió con toda su fuerza listo a darle el golpe final al joven de apenas 18 años, pero no tembló. Ella se detuvo serenamente, esperando el momento justo para actuar. Mantenía los ojos cerrados. Su respiración se agitaba al sentir como la tierra retumbaba con cada paso de la masa formada por el cuerpo de Batta. El hombre llevó su hacha hacia el frente y se encontró con la espada de Lyn que había detenido el ataque.

-Que... como?!

Con todas sus fuerzas pudo contenerlo y rechazarlo. Batta retiró su arma hacia atrás buscando una nueva oportunidad de embestirla. Caminaron en círculos. El la buscaba y ella huía. Y cuando ella lo atacaba el anteponía su gran hacha. Cansada, pidió al cielo solo una pequeña ventaja para ya terminar con esto de una buena vez. Y pareció tener respuesta. El bandido, al ir a buscarla, tropezó con una roca, dándole a Lyn total acceso al cuerpo indefenso del bandido. La chica atacó a su oponente, dándole por el costado izquierdo, dándole fin al encuentro.

-Creo que lo sobrestime. Perdón si te preocupe. Necesito ser mas fuerte si quiero sobrevivir. Lo suficientemente fuerte, que nadie pueda derrotarme. – dijo a Cassandra

E inmediatamente Lyn cayó sin conciencia al suelo.

-Buenos días Lyn! Estás despierta?

-Que me pasó? – dijo sentándose en la cama

-Esa pelea ayer debió haberte agotado. Te desmayaste y te traje a tu casa.

-Gracias Cassandra...

-Dime Cass... creo que si somos amigas... podrás decirme por mi nombre corto. Cassandra es muy largo.

-Bueno, Cass, quiero hablar contigo acerca de algo. – Cassandra tomó una silla y la acercó donde Lyn - Tu tienes cierta experiencia en tácticas de guerra, o no?

-He visto algunos combates. Por eso he estado viajando, para mejorar.

-Puedo viajar contigo?

-Conmigo? Y que dirán tus padres?

-Mis padres??... – el semblante de Lyn cambió totalmente. Hace unos momentos, aunque algo cansada, parecía feliz y seria al hacerle la pregunta a Cassandra, pero ahora era diferente. En su rostro había un aire de dolor y tristeza. No dejaba de mirar al suelo –... Mi madre y padre murieron hace seis meses. Mi gente, los Lorca, ellos no... Soy la última de mi tribu. Los bandidos atacaron y mataron a tanta gente. La tribu fue separada. Mi padre era el jefe y yo quería proteger a nuestra gente... pero soy muy joven, y mi gente era muy anticuada. Ellos nunca seguirían a una mujer. Nadie me seguiría...

Las lágrimas rodaron por sus mejillas y no hizo nada para contenerse. Cassandra al verla, sintió culpa por haber iniciado su llanto y la abrazo tratando de mitigar su dolor. Inmediatamente, Lyn se separó de ella y se limpió las lágrimas – Sniff... lo siento, he estado sola mucho tiempo. Pero no mas. No derramare mas lágrimas...

Lyn se levantó rápidamente y se limpió la cara con la manga de su vestido.

-Debo ser mas fuerte, para así vengar la muerte de mis padres. La batalla de ayer me enseño algo: No me volveré mas fuerte si me quedo sentada aquí. – se volvió a Cassandra y la tomó de las manos – Cass, dime que me entrenarás, que me dejarás viajar contigo.

-Bueno yo... – lo dudo un poco. La verdad era que su respuesta era positiva, pero quería asustar un poco a Lyn -... Por supuesto. La verdad es que también he estado sola y tener compañía no estaría mal.

-Lo harás? Es maravilloso!!! Gracias! Gracias! Será mejor si trabajamos juntas. Tu serás mi estratega y yo tu guardaespaldas. Podemos hacerlo!

Ambas se tomaron de las manos y se abrazaron en señal de pacto. Descansarían el resto del día y por la mañana emprenderían el tan soñado viaje.