Traigo esta historia, no 100% de mi propiedad. Está basada en la película Thor de Marvel, y con eso aclaro que Naruto y Thor no son de mi propiedad, pero la historia sí.

Espero les guste esta entrega, no todo será exacto a la película, ya que al ser el primer capítulo tiene muchas cosas iguales, pero más adelante quiero profundizar en él como Sasuke (Thor), va conociendo a la linda enfermera Sakura (Jane) como se conocieron, que lazo es el que van a crear y como lo harán. Y por supuesto él como Sasuke va aprendiendo a tomar conciencia de sus actos. La historia será mucho más larga que la película y tendrá mucha más historia. Espero disfruten….

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1.- Exilio

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TONSBERG, NORWAY 965 D.C

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Una vez, la humanidad aceptó una simple verdad… que no estaban solos en este mundo, y que habían seres, mucho más poderosos. Los hombres creían que algunos mundos eran hogar de sus dioses. A otros, los temían…

De un reino de frío y oscuridad vinieron los Gigantes de hielo… arrasaron con todo, y amenazaron con arrastrar al mundo humano en una nueva era de hielo. Pero la humanidad no enfrentaría sola esta amenaza… por eso es que, dos grupos de soldados; Asgardianos liderados por mí El Padre Supremo, y los gigantes de hielo, nos enfrentamos mutuamente buscando la paz. Por un largo tiempo se escuchó el choque de las espadas y los gritos de dolor.

Nuestros ejércitos arrastraron a los gigantes de hielo de vuelta al corazón de su propio mundo. El costo fue grande, y al final su rey cayó. Mientras yo detenía la fuerza del rey del hielo, uno de mi hombres se internó en la oscuridad de su planeta, y la fuente de su poder les fue arrebatado para que no volvieran a amenazar nunca más la paz de la humanidad. Con la última guerra terminada…nos retiramos de los mundos exteriores y regresamos a casa, al reino eterno… Asgard.

Aquí seguimos como un faro de esperanza, brillando a través de las estrellas… y aún que para los mortales ya no somos más que mitos y leyendas… fue Asgard, y sus honorables guerreros, los que trajeron la paz al universo.

La gran reliquia que tomamos de los gigantes de hielo, yacía en un cuarto restringido, en donde mis hijos, me miraban con orgullo y paciencia, esperando mis sabias palabras e historias de mis más honorables batallas como si fueran cuentos para niños.

-Cuando uno de ustedes suba al trono, deberá cuidar del reino. – Viendo a mis hijos, no podía evitar sentirme miserable, por no poder darles el mismo poder a ambos, siendo mis hijos, los amaba por igual.

-¿Los gigantes de hielo aún viven? – Preguntó el mayor, Itachi.

-¡Cuando sea rey cazaré a los monstruos y los mataré a todos! – Habló Sasuke el más inquieto, luchador y violento. Tenía una espada de juguete en la mano y la alzaba con ímpetu, en sus ojos se veía la valentía y el ensañamiento por empezar una guerra que "terminaría" con el sufrimiento de la humanidad.

-Un rey sabio… nunca busca la guerra – Miré a mi hijo menor – Pero tiene que estar siempre listo para ella. – Mis ojos pasaron ahora al mayor.

Yo notaba que ambos se querían, tenían una complicidad de hermanos, uno era callado y tranquilo, por el otro lado Sasuke, era todo lo contrario, pero ambos se complementaban.

-Estoy listo, padre – Dijo Sasuke tomando mi mano

-Yo también – Dijo Itachi siguiéndolo a lo que solo pude sonreírles con mucho amor.

-Sólo uno de ustedes puede ascender al trono. Pero ambos nacieron para ser reyes. –

Cuando mi hijo sonreía al pueblo, solo podía sentirme contento, pero no orgulloso, y es que a pesar de todo, Sasuke aún le faltaba madurar, pero ya no podía esperar, los tronos necesitaban un nuevo rey.

Por la gran puerta dorada, apareció él, ya mucho más grande, con sus 1.500 años asgardianos (23 años mortales) y su postura arrogante. Los aldeanos lo celebraban, gritaban su nombre con felicidad, y aplaudían con orgullo.

Millones de personas presenciaban el momento más importante que se presentaba en años. Él alzaba su martillo entre gritos para mostrarle a la gente que estaba tan contento como ellos de asumir ese cargo.

Se arrodilló ante mí, y me sonrió. Silencie el ruido ambiental con un leve golpe de mi oráculo en el suelo. Automáticamente todos enmudecieron. Me puse de pie, con un poco de inseguridad ¿Estaría mi hijo listo para la gran responsabilidad que conllevaba asumir un reino entero?

-Mi heredero… mi primogénito. A quien por tanto tiempo le fue confiado el poderoso martillo mjolnir… que fue forjado en el corazón de una estrella agonizante, su poder no tiene igual, es un arma para destruir, tanto como una herramienta para construir y proteger. Es una buena compañía para un rey. He defendido Asgard… Y la vida de los inocentes a lo largo de los nueve reinos, desde los días del gran comienzo. Sin embargo a llegado el día… - Había comenzado a sentir una presencia extraña… como si un una ventisca estuviera matando la tranquilidad. Los vellos de los brazos se me erizaban, y el estomago se me revolvió.

Miré a todos incomodo, no veía nada extraño. Y no se escuchaba disturbios, entonces… ¿Por qué esa sensación de disgusto, instinto, no me dejaba continuar.

-¿Juras proteger a los Nueve Reinos? –

-Lo juro –

- ¿Y juras preservar la paz?

-Lo juro –

-¿Juras dejar de lado toda ambición egoísta y comprometerte solamente al bienestar de los Reinos?-

-¡LO JURO! – Gritó él lleno de energía, dejando todo su poder por y para su pueblo.

- Entonces, en este día, te proclamo… - Y ahí estaba de nuevo esa sensación. Pero fue más claro que nunca, un escalofrío recorrió mi cuerpo y supe de inmediato, algo estaba por pasar, estaban atacando el reino.

-¡Los gigantes de hielo! – Un solo golpe en el suelo con mi báculo bastó para darle vida a mi gran guardián de metal. Que sin inconvenientes, destruyó a los infiltrados que intentaban robar la gran reliquia del poder de los gigantes de hielo.

Inmediatamente me dirigí al cuarto oculto en donde todo acontecía. Y ya solo quedaban las cenizas de ellos, como de mis hombres que murieron protegiendo la reliquia.

-Los Jotuns deben pagar por lo que hicieron – Se escuchó la voz de mi hijo, Sasuke.

-Han pagado, con sus vidas. Los destructores hicieron su trabajo. El cofre está a salvo, y todo está bien. – Hablé recordando la paz, que se había formado hace años cuando tomé la fuente del poder.

-¿Todo está bien? ¡Irrumpieron en la bóveda de armas! Si los Gigantes de Hielo hubieran robado siquiera una de estas reliquias—

-No lo hicieron.

-¡Bueno, quiero saber por qué!

-Tengo una tregua con Laufey, Rey de los jotuns.

- ¡Él acaba de romper tu tregua! ¡Saben que eres vulnerable!

-¿Qué acción tomarías tú? – Y entonces él me miró con rabia, veía sus ojos llenos de oscuridad. Estaba cegado por la venganza, tenía una motivación en mente, y era matar a los Jotuns por traicionar nuestra ley de paz.

Pero yo no podía permitir volver a una guerra de esa magnitud. Mucho de mis hombres perecieron en sus tierras.

-Marchar hacia Jotunheim como lo hiciste una vez. Enseñarles una lección. Quebrantar su espíritu, para que jamás vuelvan a atreverse a cruzar nuestras fronteras. –

-Estás pensando como un guerrero Sasuke… -

-¡Esto fue un acto de guerra! – Gritó él, botando su rabia.

-Fue el acto de sólo unos pocos, condenados a fracasar.-

-¡Mira qué lejos han llegado! – Encolerizado gritó, señalando la puerta dorada con sus manos, como si la respuesta fuera obvia.

-Encontraremos la brecha en nuestras defensas y serán selladas. – Le di una respuesta positiva a dejar su enojo y rencor.

- Como rey de Asgard—

-¡Pero no eres el rey!- Y el cerró sus labios, me dirigió una mirada de odio. Touché. – Aún no. –

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-¿Dónde están mis hijos?-

- Señor me fue imposible impedirles el paso –

Mis hijos se habían internado en las tierras de Jotunheim para luchar contra los gigantes de hielo, para exigir perdón.

Los hubieran matado si yo no intervenía en la pelea.

-¡Padre! ¡Los acabaremos juntos! – Mi hijo se mostró feliz y esperanzado

- Silencio –

Después de una conversación con los gigantes, nos fuimos a casa.

-¿Por qué no me hiciste caso? ¿Te das cuenta de lo que hiciste? ¿Lo que iniciaste?-

-Estaba protegiendo mi hogar.

-¡Ni siquiera puedes proteger a tus amigos! ¡Tu hermano! ¿Cómo esperas proteger un reino?

-Los jotuns deben aprender a temerme, como una vez aprendieron a temerte. –

-Eso es orgullo y vanidad hablando, no liderazgo Sasuke. Olvidaste todo lo que te enseñé sobre la paciencia de un guerrero –

- Mientras tú esperas y eres paciente, los Nueve Reinos se ríen de nosotros. Las viejas costumbres ya no sirven. Te la pasas dando discursos absurdos mientras Asgard cae.

-¡Eres un niño vanidoso, codicioso, y cruel! – Le grité con autoridad, Sasuke necesitaba un castigo.

-¡Y tú eres un anciano y un estúpido! – Y esa fue la gota que rebalsó el vaso. No podía evitar sentirme triste porque mi propio hijo, pudiera hablarle a su padre que tanto lo quería y que le daba todo, de esa forma.

Mi hijo necesitaba que alguien le enseñara de una vez por todas, lo que significaba perder a alguien, tener que salir a flote, y proteger a los planetas de la oscuridad. Y eso solo lo iba a poder hacer en un lugar, sería perfecto para él.

-Sí, tienes razón. Fui un tonto… al pensar que estabas listo. – Lo miré con tristeza – Sasuke Uchiha has traicionado una orden directa de tu rey. ¡Mediante tu arrogancia y estupidez, has expuesto a estos pacíficos reinos e inocentes vidas… al horror y desolación de la guerra! – Golpeé mi báculo en el suelo, de donde salieron unas ondas eléctricas para luego abrirse la puerta al otro mundo.

Me acerqué a él y empecé a quitarle parte de su vestimenta de guerra.

-¡No eres digno de estos reinos! – Le quité uno por uno su armadura - ¡No eres digno de tu rango! No eres digno de los seres queridos que traicionaste… - Me alejé de él extendiendo mi mano. - ¡Y ahora te quito tu poder! – en menos de 2 segundos el martillo que le daba la fuerza a mi hijo, llegó a mis manos. -¡En el nombre de mi padre… y de su padre antes que él, yo como Padre Supremo, te destierro! – Y una luz potente, incandescente, lo arrastró por el portal.

Y así mi hijo se fue, en donde los mortales, le enseñarían el poder de las virtudes, de la paciencia, y del verdadero amor al prójimo.

-Quienquiera que empuñe este martillo, si es digno poseerá el poder de Sasuke – Le hablé al martillo dándole el poder de elegir a un buen portador.

Sasuke solo podría tomar sus poderes y su martillo si dejaba atrás toda su arrogancia y malas acciones. Así mismo podría pensarse un perdón, pero hasta entonces, solo podía tener cabeza en la guerra que se avecinaba, y en toda la gente inocente que perdería su vida en la batalla.

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PRÓXIMO CAPITULO:

-¿Sasuke? ¿Cómo los mitos? Pero Sakura, esos son cuentos de niños… -

-Si tú me llevas, yo te contaré todo sobre nuestros planetas. –