And at last I see the light
Prólogo:
A veces el mundo decidía dar un regalo a los humanos, aunque en este caso fue una gota de sol caída desde el cielo; de la cual surgió una flor, la más brillante y bella de todas. Aquella planta tenía el poder de sanar a los heridos, rejuvenecer, curar enfermedades, recuperar miembros perdidos, y hasta decían que era capaz de otorgar inmortalidad.
Pero el corazón humano llegaba a ser lamentablemente egoísta y vanidoso; como el de la mujer que descubrió que entonando la correspondiente canción, aflorarían los poderes de aquella bendición, y decidió ocultarla al mundo, para así solo disponer ella de su poder.
Pasaron los siglos, y cerca se creó un gran reino rodeado de mar y vida, gobernado por unos reyes justos y que guiaban su nación a la prosperidad. Sin embargo su futuro se oscureció cuando la reina enfermó en su parto. El rey, preocupado por su amada y el bebé que estaba por venir, mandó buscar la flor; una tarea que fue cuestión de días, dado que todo el reino participó en su búsqueda.
De la flor se hizo una medicina para curar a la reina, y así surgió una princesa de cabellos anaranjados, brillantes como los rayos de sol al ocaso, a la cual llamaron Inoue Orihime. El reino no cabía en el gozo al tener tan hermosa heredera, con su gobernante recuperándose, y formando una feliz familia. Para celebrarlo, los reyes decretaron que el día de su nacimiento se convirtiera en fiesta nacional, lanzando miles de farolillos, además de crear mercadillos y diferentes bailes. Como regalo para la pequeña princesa, forjaron dos adornos de pelo en forma de una flor de seis pétalos, hechos con las piedras más raras y ostentosas que uno pudiera imaginar, creada de las manos de los mejores forjadores que uno pudiera imaginar; todo para su pequeño rayo de sol.
Qué hermoso era aquello y que poco duró, pues Matsumoto, la mujer que durante años había permanecido joven y bella gracias al poder de la flor, no podía permitir que le arrebataran lo que había sido suyo durante tantos años. Por lo que, secuestrando a la princesa y ocultándola en una torre, la crió como a su hija, ya que vio que en sus cabellos se encontraba el mismo poder que el de la flor. Así fue como Orihime se crió entre los muros de aquella torre, de la cual jamás iba a salir.
Los reyes de Seireitei, destrozados tras la pérdida, buscaron a su querida hija; pero no había rastro alguno de ésta. Para su desgracia la reina volvió a empeorar, pues era como si le hubieran quitado la fuente de vida, muriendo al poco. Sin hijos y viudo, el rey Ukitake continuó con la tradición de los farolillos, con la esperanza de que su hija volviese algún día.
Y por muy ridículo que sonase, cada año, el día de su cumpleaños, Orihime miraba al cielo, fascinada por el espectáculo que el cielo le ofrecía; deseando que al igual que esas luces, ver el mundo que le estaba prohibido explorar.
Buenas! Con esto comienzo mi proyecto en serio de un long fic, aunque he de decir que no quería comenzar a publicar hasta tener el capítulo 5 escrito y así no ir demasiado apurada, pero bueno estoy terminando el tercero por lo que no va tan mal XD
Este fic me vino en cuanto vi esos fanarts de orihime siendo rapunzel y es que le pega por la clase poderes que comparten; y las imágenes eran tan tiernas. Así que ya empecé como hace tres semanas con este proyecto, y hoy tras ver lo ucedido mi ichihime y renruki shipper no ha podido más y por ello empezará con este au~~ espero que os guste
