Disclaimer: No poseo los derechos de la serie Once Upon A Time, ni obtengo remuneración económica alguna por este trabajo. Sólo fue una idea loca que se me ocurrió y no pude resistir la tentación de plasmarla y compartirla.
Violencia/Contenido sexual: En realidad es algo muy light, nada que provoque trauma permanente, solo palabras cotidianas y un poco de alusión a temas sexuales.
Espero que lo disfruten tanto como yo mientras lo desarrollaba, fue una de esas tonterías que se vienen a la mente a media noche y no dejas de darle vueltas hasta que despiertas al día siguiente aún con la idea en la cabeza y terminas escribiendo si o si.
Es corto, lo sé, pero sólo es un poco de humor. Ríanse y si a alguien se le ocurre que podemos continuarlo siéntanse libres de comentar, seguro podemos llegar a un acuerdo (no, se preocupen, Rumple no cobrará comisión).
Gracias por darme la oportunidad y leer este pequeño fic, en verdad aprecio que me regales un poco de tiempo ;)
Luces, cámara... y acción.
QUERÍAN LA VERDAD
por Vivi GC
-¡Pero es que ustedes no pueden estar juntas! - dijo Mary Margaret totalmente horrorizada.
David miraba a su esposa, sentada a su lado y después a su hija… sentada frente a ellos, junto a su antigua enemiga y tomadas de la mano.
-Yo ya lo sabía- la sonrisa de Henry llenaba su cara.
Regina dirigió su mirada cargada de una mezcla de orgullo y alegría, la primera por haber criado a un chico tan listo y la segunda porque ahora sabía que no tendría problemas en aceptar su relación.
Emma le sonrió, cortando el contacto visual con Mary Margaret, el cual habían mantenido como una silenciosa batalla desde la confesión.
-Tal vez deberían pensarlo un poco…- empezó David.
-No hay nada que pensar- Emma y Mary Margaret interrumpieron al mismo tiempo. Retomando la guerra de miradas.
-Te lleva más de 50 años, Emma- atacó Mary Margaret.
-Eso no es ningún problema en Storybrooke, además el tiempo se congeló y eso nos hace tener prácticamente la misma edad...y también me hace mayor que ustedes.
Mary Margaret quiso protestar pero el apretón en su hombro le hizo darse cuenta de que cualquier cosa sería inútil ante el argumento de Emma.
-Pero ella es mala- intentó de nuevo, desesperada.
-¡No lo es!- gritaron Emma y Henry al mismo tiempo, realmente indignados por las afirmación.
Regina sólo puso los ojos en blanco, fastidiada de que siguieran diciéndolo una y otra vez.
-Bueno, quizá ya no lo sea...tanto- añadió David en voz baja, tratando de calmar la situación.- Aunque no podemos negar que hasta hace poco todavía lo era y que por su culpa terminamos atrapados aquí, mientras tú crecías en un orfanato.
Emma y Regina se miraron entre sí, la segunda retiró su mano para alisar su falda, moviéndose incómoda.
A pesar de que sabían que ese sería uno de los primeros reclamos que les harían para hacerlas cambiar de opinión.
-Ya lo hemos hablado- contestó Emma, encarando nuevamente a sus padres- y aunque las cosas fueron difíciles, ya está todo perdonado. Además, de no haber sido así Henry no estaría hoy con nosotros.
- Emma, no creo que se el momento de discutir "eso"- murmuró la Reina, tratando de que su hijo no la escuchara.
- Sí, lo siento.
Mary Margaret miraba la interacción entre ellas, las miradas, el roce de manos casi de forma casual, el cambio en el tono de voz…¿Cómo no lo había notado antes?
- Si, bueno, Henry es lo único bueno que resultó de la maldición, pero el tema aquí es que ustedes no pueden ser...pues ustedes…- dijo haciendo señas con sus dedos para dar a entender la existencia de una relación.
Mamá, no hay nada que puedan hacer, está decidido.
- ¡Pero el amor verdadero! Es cierto que Neal…- calló, mirando de reojo a Henry, insegura de si debía continuar o no delante del niño.
- Neal murió- dijo Emma apretando el puente de su nariz, segura de que dicho tema Henry podía comprenderlo y que de nada valía ocultarlo- Y él no fue mi amor verdadero. Importante sí, por ser el padre de Henry, pero tú sabes todo lo que ocurrió.
- ¿Pero qué pasará con Killian?
- Él tampoco lo es, es verdad que me agrada pero es misógino y engreído.
- Blanca…- trató de conciliar David, dándose cuenta que nada de lo que dijeran cambiaría su decisión.
- ¡Ella es tu abuela!- gritó Mary Margaret, una sonrisa asomaba en la comisura de sus labios.
- ¿Qué?- preguntaron todos, cada uno con emociones diferentes dibujadas en su rostro.
- No soy su abuela- contestó Regina, su voz cargada de indignación, Emma decidió vigilar sus manos ante cualquier arranque.
- No literalmente- esta vez sonriendo cínicamente por haber alterado a la Reina Malvada- estuviste casada con mi padre, así que eres su abuelastra.
Emma miraba a su madre con la boca abierta, sin saber que decir, no estaba preparada para eso y se rehusaba a creer que su madre había sido capaz de llegar a ese extremo.
- Te recuerdo que ese matrimonio fue por obligación, sucedió hace muchísimo tiempo y además fue en el Bosque Encantado. Al llegar aquí yo ya era viuda
- Como sea, eso convierte lo de ustedes en una relación incestuosa
- ¡Pero jamás se consumó!
Emma levantó una ceja ante la declaración y Regina trató de ocultar el creciente rubor en sus mejillas poniéndose de pie y caminando por la estancia.
Incluso Mary Margaret se movió, incómoda por platicar de la vida íntima entre Regina y su padre, mientras Henry miraba a todos confundido, buscando algún tipo de explicación en sus rostros.
- Cuando seas mayor te lo explico- murmuró David.
- Debo admitir que a pesar de todo tu padre era un caballero, él únicamente quería una madre para ti- comenzó a explicar- cuando salvé tu vida y mi madre le convenció de que yo era una buena opción para contraer nuevas nupcias, él vio la oportunidad perfecta para conseguirte una niñera y que de paso sus consejeros dejaran de presionarlo...Siguió enamorado de tu madre hasta el último día de su en cambió no podía negarme a la proposición de un Rey. - terminó con despreció.
Mary Margaret quedó un poco impresionada de momento.
- A pesar de todo fuiste su esposa y después de todo este tiempo vienes a seducir a su nieta.
- Por favor, eso es absurdo. Yo no hice nada para seducirla- contestó poniendo los ojos en blanco.
- Ahora que lo pienso, bien podría ser un hechizo- dijo Mary Margaret,- tu madre planeó todo para que mi padre se casara contigo y así lograr sus intereses, ¿Cómo podríamos confiar en que no embrujaste a la Emma para lograr alguno de tus fines malvados?
David reaccionó de acuerdo a su formación machista, poniéndose de pie con las manos en la cadera y sacando el pecho, dando a entender que estaba dispuesto a cuidar de su hija indefensa.
Regina apenas contestó con un gesto de fastidio mostrando parte de sus dientes.
- No estoy embrujada, de eso pueden estar seguros.
- Emma, cariño, no puedes estar tan segura de eso, pasas mucho tiempo cerca de Regina, has comido en su casa y podría haber puesto algo en tu plato.
- Pueden comprobarlo ustedes mismos, Emma no presenta ningún signo de estar bajo el efecto de la magia.
Emma se ruborizó intensamente y tosió, tratando de ocultar la risa nerviosa por el recuerdo que le provocó.
Regina no pudo evitar sonreír después de poner los ojos en blanco por la imprudencia de Emma, mientras los Nolan las veían con la incertidumbre dibujada en su rostro.
- Deberíamos ir con el Hada Azul.
Propuso David más tarde, ya que logró sacar la idea de su hija y su peor enemiga en la cama, mientras buscaban la forma de descubrir que le había hecho Regina.
- ¡No! Recuerda que en este mundo ella es la Madre Superiora, ¿qué va a pensar? Tenemos que ir con Gold, ese hombre no tiene escrúpulos, así que no armará tanto alboroto.
- Tienes razón. Vayamos con él.
- Veran, no es precisamente que yo me muera por ayudarles, pero si además de todo, no me dicen en qué consiste su problema, me será prácticamente imposible auxiliarles de cualquier manera.
- Sr. Gold, ya se lo dijimos, creemos que Regina ha estado envenenando a Emma- contestó David.
- Eso ya lo sé y no sería nada extraño por parte de Regina pero lo que necesito saber es que los llevó a semejante conclusión, es decir, ¿qué síntomas presenta Emma?
Ambos se miraron el uno a otro, decidiendo calladamente lo que debían decir.
- ¿Que tal si empezamos de nuevo? Ustedes llegaron aquí pidiendo algo que les pueda indicar si su hija está bajo el influjo de magia negra, sólo que para darles lo necesario debo saber que los hace sospechar.
- Tenemos que decirle.
Gold con las manos sobre el mostrador movía sus dedos impaciente.
- Emma dice estar enamorada de Regina- dijo por fin Mary Margaret
Gold se relamió los labios pensando cómo contestar.
- Eso no es ninguna novedad.
- ¿Qué quiere decir?
- Señora, estoy casi seguro que a estas alturas todo el pueblo ha notado sus...intercambios. Las miradas, los roces y el hecho de encontrarlas juntas en situaciones y lugares difíciles de explicar. Me sorprende que ustedes no lo hubieran notado.
- Ambos padres miraban boquiabiertos.
- Eso no es obra de la magia negra.
- No puedo estar segura de eso hasta que no lo compruebe. ¿Qué tal si usted también está involucrado?
- En ese caso usted habría cometido un gran error al acudir conmigo. Pero le aseguro que la señora Mills y yo no hemos hecho tratos desde hace mucho tiempo, no tenemos planes secretos, conspiraciones, ni nada por el estilo. Pero si ustedes insisten les puedo dar algo...esto- dijo sacando una pequeña botella del estante detrás de él.
- ¿Qué és?
- Esto es suero de la verdad, hagan que Regina lo ingiera y pueden estar seguros que contestará todas sus preguntas con nada más que la verdad. El efecto durará unas cuantas horas pero tengan cuidado con lo que preguntan pues la contestación podría no gustarles.
- ¿Que tendremos que darte a cambio?
- Me gustaría comprobar una teoría, así que traíganme las copas en las que beberán Emma y Regina.
Los Nolan se miraron preguntándose si estarían haciendo lo correcto. Asintiendo al mismo tiempo antes de salir apresurados.
- Así que por fin lo saben- preguntó Bella, abrazandolo por la espalda y recargando su mejilla en él.
- Lo confesaron hace unas horas.
- Regina podría molestarse contigo por lo que hiciste.
- Aún me debe una y negocios son negocios. Como sea si quiere atacarme encontrará cualquier pretexto. También es posible que me lo agradezca.- dijo mientras se giraba para abrazar a su esposa y besar su frente con ternura.
- Debo confesar que me tomó por sorpresa la invitación a cenar, después de todo lo que conversamos pensé que tardarían un tiempo en asimilarlo.
- Tienes que disculparnos, Regina. Comprenderás que fue algo totalmente inesperado. Además somos personas civilizadas y seguro que podemos entenderlas.
David y Mary Margaret se preguntaban cuánto tardaría en hacer efecto el suero. Habían decidido que lo mejor sería dárselo a ambas y así tendrían mayor posibilidad de saber si pasaba algo extraño, debían preguntar con cautela para que Regina no sospechara de sus intenciones y para evitar un disgusto más con Emma.
La cena transcurrió con tranquilidad, ambos siempre al pendiente del contenido de sus copas. Regina como de costumbre no tocó la suya hasta el final, bebiendo con delicadeza. En cambio Emma ya llevaba más de la mitad. Cuidando de platicar cosas banales hasta que no llegara el momento, como el clima o rumores que se comentaban en el pequeño pueblo.
- ¿Así que cuánto tiempo llevan en esta relación?- preguntó David cuando Emma se estaba sirviendo la segunda copa.
- La próxima semana cumpliremos 5 meses- respondió Emma, de forma automática y sin rodeos. Tomando por sorpresa a Regina.
- ¿De verdad? Me pregunto cómo lograron mantenerlo oculto por tanto tiempo.
- En realidad muchos ya lo saben, Bella nos encontró besándonos entre dos estantes de su biblioteca, aunque Roja asegura que fue la primera en enterarse, dice que puede olernos a kilómetros y que cuando vamos a la cafetería después de hacer el amor sabe con precisión qué fue lo que sucedió y en donde. Y si contamos cuando los enanitos me encontraron entre…
- ¡Emma!- Regina logró taparle la boca después de un momento de desconcierto- no creo que eso sea del interés de tus padres.
- Ellos preguntaron - se defendió, alejándose de la mano de Regina.
- Dudo mucho que ellos quieran conocer los detalles, cariño. ¿O sí?- preguntó antes de tomar de golpe el resto de su copa y sirviendo una segunda.
Mary Margaret y David seguían con la boca abierta, comprendiendo la advertencia de Gold sobre preguntar con precaución.
- ¿ Con quien se quedó Henry?- preguntó Mary Margaret después de salir de su estupefacción.
- Está con Garfio, navegando- contestó Regina adelantándose para contestar antes que Emma.
- Vaya, ¿él te agrada?- preguntó confundida.
- Claro que no, ¿A quién le agrada el ex incómodo de su pareja? Sobre todo cuando no le entra en la cabeza que Emma prefiere compartir la cama conmigo que con él y que no es necesario tener un pene para volverla loca.- contestó, terminando con su mejor sonrisa diplomática, como si acabara de dar una contestación relativa a la economía de Storybrooke.
- Y vaya que logra enloquecerme- dijo Emma, haciendo enrojecer a los Nolan.
- Garfio también lo sabe- dijo David.
- Por supuesto que lo sabe, tuvimos que decirle porque esperábamos que así dejara de invitarme a salir pero pensó que era una broma, hasta que Regina le cortó la mano y no se la regresó hasta tres días después, bajo advertencia de que si volvía a tocarme el trasero aunque fuera por accidente le cortaría la mano y también el pene que tanto le gusta presumir.
Emma le guiñó un ojo cargado de complicidad a Regina. Era como si pensaran en voz alta.
- Hijo de...yo se lo voy a cortar.- la voz de David sonaba en verdad amenazante
- Sabes Emma, tu padre me empieza a caer bien- le comentó Regina a la rubia, como si se lo dijera en voz baja aunque era claramente audible, a lo que la rubia sonrió.
- Te dije que no eran tan malos.
- Sabes que no son malos, sólo estúpidos.
Mientras tanto Mary Margaret se acercó a David para susurrarle.
. Creo que es momento de hacer "la pregunta".- a lo que David asintió, aclarándose la garganta para terminar con el diálogo de las mujeres.
- Regina, ¿cuánto amas a mi hija?
- Por lo menos tres veces a la semana- contestó Regina rápidamente.
- ¿Qué? No, espera…
- Bueno, yo se que es poco para una pareja que recién empieza, por ejemplo tú y Blancanieves en el Bosque Encantado pasaban más tiempo haciendo el amor que gobernando. Pero comprenderán que hemos intentado ser discretas así que sólo lo hacemos cuando Emma puede escabullirse de una guardia nocturna, en el bosque, aunque nunca falta el indiscreto que interrumpe, cuando estoy sola en mi oficina, un par de veces en la comisaría cuando tú no estabas y que no había ningún detenido, por cierto, recuérdame separar parte del presupuesto para cambiar las colchonetas de las celdas.
- Lo dice por un pequeño resorte le molestaba y no logró concentrarse para alcanzar el orgasmo, es una exagerada.
David se aclaró nuevamente la garganta, incapaz de seguir escuchando más sobre los encuentros sexuales de su hija.
- Bueno, la pregunta iba dirigida a si en verdad amas a Emma.
- Esa pregunta es demasiado estúpida, ¡por supuesto que la amo! ¿Crees que estaría soportándolos a ustedes, par de tontos si no la amara en verdad? Una velada con ustedes es motivo suficiente para ahuyentar a cualquier impostor, con sus preguntas absurdas y sus ideas anticuadas. En cuanto noté el suero de la verdad en mi copa me hubiera marchado.
- ¿Lo sabías?
- Claro que lo sabía, el color del vino era diferente, el sabor agridulce, como el de la verdad, además la actitud de Emma, que terminó su copa mucho antes que yo, me lo confirmó. A pesar de que esta poción te obliga a decir lo que sea que estés pensando, puedes tener cierto control, sólo que decidí seguirles un poco el juego, sabía que se sentirían muy incómodos de saber las cosas que Emma y yo hacemos en la cama…y fuera de ella.- añadió con una sonrisa descarada.- Tal vez esto les sirva de escarmiento y por fin comprendan que amo a su hija y ella me ama también, aunque se opongan no la voy a dejar y si es necesario lucharé por ella y ustedes saben de sobra lo que eso significa.
Terminó, levantándose de la mesa.
- Ahora si nos disculpan, Emma y yo queremos aprovechar que Henry no está en casa para no tener que cuidar de si hacemos ruido o no. ¿Estas lista, amor?
- Ya llevo el lubricante.-contestó Emma con una sonrisa inocente- aceite de orquídea.- Añadió.
- Esa es mi chica- tomando su mano para ayudarla a levantarse. Gracias por la cena, fue muy agradable. La próxima vez lo haremos en la mansión.
- Adios mamá, adios papá. No me esperen, nos vemos mañana.
Salieron dejando a los Nolan sin palabras por un largo rato.
- Realmente se la pasó bien, estaba bajo el efecto del suero.
- Callate, David.
El señor Gold entró a su tienda, pues le pareció escuchar un cliente, pero en su lugar encontró un misterioso paquete dorado sobre el mostrador.
Lo tomó con cautela revisando todos sus ángulos, se tomó unos segundos para olerlo y finalmente lo agitó con cuidado.
Cuando finalmente decidió que era seguro de abrir, rasgó el papel y el paquete explotó quedando rodeado de una nube de humo morado, mientras una nota caía frente a sus ojos.
" Querido Rumple, gracias por la velada tan amena en la cena con los Nolan, tal parece que por fin comprendieron. E y R"
Al reverso había más.
"Disculpa que haya alterado tu poción."
- ¿Qué sucedió?- preguntó Bella- escuché una explosión.
- Emma y Regina te enviaron un regalo- contestó Gold sin pensar, dándose cuenta del efecto del humo.
- ¿Un regalo? ¿A mí?
- Si, al parecer creyeron que era una excelente venganza retribuir el favor que les hice a los Nolan, así que alteraron mi poción y ahora estoy obligado a contestar cualquier pregunta con la verdad por una cantidad de tiempo desconocida.
- Así que cualquier pregunta, ¿eh? - Bella sonrió.- Eso podría resultar bastante interesante.
FIN
