Un día como cualquier otro, tal vez sólo un poco más bonito de lo usual
Era un bonito día, sí, Cheerilee tenía que admitir que fuera de las travesuras de siempre el día de hoy fue especialmente bueno con los chicos. Era ya medio día, así que tras despedirse de su último alumno cerró la escuela y pasó por el mercado antes de ir a casa. Y fue justo en aquel momento en que aquel día tan bonito cambió repentinamente y no sólo para ella sino para muchos más. El más pequeño cambio sí podía hacer una diferencia.
Todo comenzó en el momento en que se puso a hacer la fila para pagar. Frente a ella se encontraba un pequeño dragón morado bien conocido por todos que empujaba una gran carreta repleta de todo tipo de provisiones.
—Hola Spike — saludó la maestra. — ¿Haciendo las compras del mes con Twilight?
—Hola Cheerilee — saludó de buen humor Spike. — Pues sí, haciendo la compra pero por hoy estoy solo. Twilight tuvo que ir a Canterlot con las chicas por un no sé qué y me dejó encargado de esto. En fin, lo que son las cosas.
—Pero oye, ¿no crees que es muy cansado llevarte tú solo todo esto a tu casa?
—No, ya estoy acostumbrado, pregúntale a Quick Sales. ¿Verdad Quicky?
La dependienta sólo le sonrió ligeramente al dragón y tras despacharlo (el dragón puso una enorme bolsa de bits frente a ella, quien lo contó todo y lo empacó con experticia). Entonces Spike se despidió de la maestra y se llevó la torre de bolsas como quien no quiere la cosa. Cheerilee negó con la cabeza, algo no estaba nada bien ahí. Pagó rápidamente y fue corriendo tras Spike.
—Niño espera, espérame por favor. ¿No quieres que te ayude con todo esto?
—¿Segura Cheerilee? La biblioteca queda algo lejos de tu casa y no quisiera molestar.
La maestra negó con la cabeza indicándole que se despreocupara y cargó ella misma unas cuantas de las bolsas de Spike. El dragón lo agradeció con una sonrisa y se dirigieron juntos a la biblioteca. Como siempre ésta relucía de limpia, en especial la cocina en donde dejaron la enorme carga que traían. Spike sólo se estiró satisfecho y se volvió sonriente a la yegua.
—Bueno gracias Cheerilee. ¿Te ofrezco algo de beber o algo? Tengo limonada o algo de soda en el refrigerador… ¿o prefieres sólo agua helada?
—Agua estaría bien gracias — dijo Cheerilee mirando a su alrededor admirando la pulcritud de la cocina. — Oye Spike, ¿quién limpia aquí, Twilight o tú o los dos juntos?
—Yo. A Twi le gusta que todo esté reluciente y me esfuerzo para darle un buen aspecto a todo — explicó el dragón muy sonriente. — ¡Uf! Es una suerte que hoy no esté aquí si no me pasaría la tarde entera ordenando todo lo que tira cuando se pone a estudiar. Pero por otro lado como las chicas no están también tengo que ir a ayudar a Rarity a clasificar sus adornos para vestidos y hacer su inventario, luego ir a ordenar las cintas de colores de Pinkie Pie, ¡ah! y alimentar a las mascotas de Fluttershy mientras están fuera. En fin… no son más que mis obligaciones como asistente número uno así que estoy feliz de hacerlo.
Cheerilee negó con la cabeza de nuevo, no, algo definitivamente no estaba bien ahí.
—¿Oye cómo es que puedes hablar tan tranquilo de todo lo que tienes que hacer hoy? Hasta para un adulto promedio eso suena agotador niño, ¿no tienes tiempo para relajarte?
—Bueno sí, en la noche cuando termino de hacer la comida para cuando venga Twilight me pongo a leer mis comics mientras como y un poco antes de dormir. ¿Por?
—Por nada, por nada… oye y a todo esto Spike, ¿cuántos años tienes amigo?
—¿Yo? Pues cumplí los nueve, ¿por qué, pasa algo?
Esto fue demasiado, Cheerilee tuvo que sentarse y tomar una bocanada de aire para que su indignación no se evidenciara y asustara a Spike así que se limitó a ayudarlo a guardar las compras y se despidió con un amistoso hasta luego.
Sin más corrió hacia la alcaldía muy para el susto de la alcaldesa Mabel Mare que no se esperaba ver a la maestra del pueblo así de agitada… y de inmediato supo que no era nada bueno.
—¿Cheerilee?
—Hay que avisar a la prensa, a alguien… Mabel vine a hacer una denuncia.
—¿Qué pasó? ¿Se cometió un crimen? ¿Te robaron, o pasó algo?
—No, no pasó nada conmigo pero no puedo quedarme de cascos cruzados ante un caso de negligencia y explotación infantil.
La alcaldesa se arregló las gafas, en serio que esto sonaba serio.
Spike se estiró alegremente, ahora que ya había terminado se disponía a ir a casa de Rarity a seguir con sus tareas del día cuando tocaron a la puerta.
—¿Quién podrá ser a esta hora? — Se preguntó el dragón yendo a abrir la puerta.
Fue recibido por una pegaso y un unicornio desconocidos envueltos en un saco negro y una corbata. Se miraban bastante serios y daban algo de miedo así que la primera reacción de Spike fue retroceder asustado, pero la yegua dulcificó su rostro y le sonrió.
—Buenas tardes, ¿Spike, verdad?
—Eh, sí… ¿por qué?
—Verás somos de la oficina de protección infantil — explicó la yegua con amabilidad mostrando su gafete. — ¿Tienes un minuto niño? Sólo queremos hablar.
Spike se mostró algo confundido pero trató de ser lo más cortés que pudo así que guio a los dos desconocidos a la salita de la biblioteca.
—Bueno sí pero por favor dense prisa porque tengo muchas tareas pendientes y…
—Sí, sí, no te preocupes — dijo la yegua. — ¿dices que tienes una lista de tareas? ¿Te importaría si la vemos?
—De acuerdo pero no sé de qué puede servir — dijo Spike alargando la lista.
La yegua frunció el entrecejo y le hizo una señal a su compañero que igualmente se mostró molesto.
—Pero niño, ¿cómo te da tiempo de hacer todo esto con la escuela y todo?
—Bueno la verdad no voy a la escuela — dijo Spike abochornado. — Es Twilight la que me enseña si se acuerda o no está muy ocupada pero sé lo suficiente para encargarme de la casa y de la biblioteca.
—Sí, sí, entendemos — dijo el unicornio. — ¿Pero oye, entonces qué pasa si no cumples con todas las tareas que te asignan?
—Me castiga sin mis joyas de postre pero no comprendo a qué viene todo esto…
Los dos ponis se miraron y tras asentir rápidamente le dieron una palmadita a Spike.
—Niño, ve por tus cosas. Nos vamos de aquí.
—¿Qué? ¿De qué hablan? Eso es…
—No, no es secuestro — se apresuró a explicar la yegua. — Pero no puedes seguir viviendo en un sitio en donde te explotan y te ignoran sin mencionar que por alguna razón pareces muy conforme con todo esto. La ley de protección a menores es muy clara, tendrás que venir con nosotros, te llevaremos a una casa segura hasta nuevo aviso.
—¡No! Este, yo… ¡le escribiré a la Princesa a ver qué dice de esto!
—Tómate tu tiempo — dijo el semental con calma sacando una nota de su chaqueta. — Pero cuando le envíes la carta envíale esta también, puedes pedirle que lea la tuya primero no importa. Pero ella comprenderá.
Spike confundido hizo como dijo, escribió su nota a la Princesa Celestia pero también envió la segunda de los agentes de la policía de servicios infantiles.
La respuesta no tardó en llegar:
Querido Spike por favor ve con estos señores. Yo tendré una charla muy severa con mi fiel estudiante en su debido momento, y por el bien de ambos espero que se trate de un malentendido. De todos modos quiero tranquilizarte, se trata de un proceso completamente legal y puedes confiar en estos ponis; si al final se trata efectivamente de un malentendido todo se resolverá al cabo de dos semanas. Mientras tanto estaré pendiente de lo que pase a partir de ahora.
Princesa Celestia.
—Pero ey, no comprendo qué pasa aquí — dijo Spike sin entender nada. — Por favor…
—Te quedarás en Ponyvillle no te preocupes, ya vimos que te gusta este lugar y que has hecho tus amigos aquí.
—¡Pero!
—Chico, así son las cosas. No esperamos que entiendas ni que nos perdones de inmediato pero en algún momento entenderás que es por tu propio bien.
Entonces se llevaron al muy sorprendido Spike de la biblioteca. ¿Qué sucedía, qué era lo que había pasado?
Twilight y sus amigas regresaron de su pequeña excursión improvisada muy satisfechas de sí mismas. Otra aventura que terminaba bien para las chicas.
—Esto hay que celebrarlo — dijo Pinkie Pie.
—Pero que sea mañana la fiesta, de momento tomemos una taza de té, le diré a Spike que lo prepare. ¡Spike! ¡Spike hemos regresado! ¿Te molestaría preparar un poco de té por favor? ¡Spike!
Pero nadie respondía la llamada.
—Tal vez se encuentre en mi casa alimentando a mis mascotas — sugirió Fluttershy suavemente.
—Sí, puede ser — concedió Rainbow. — El chico se tardó su poco, gran cosa.
Twilight sonrió y entonces entró a la biblioteca. Como siempre impecable, pero algo andaba mal. Lo intuyó desde el inicio.
—Algo pasó — dijo entonces. — ¡Vamos!
Y corrió.
Las demás se quedaron confundidas pero luego la siguieron y se toparon con ella paralizada a media habitación mostrándose completamente en shock.
—No… no…
—¿Twi qué pasó? — Preguntó Applejack.
Ella le pasó automáticamente el papel que encontró sobre la mesita:
Estimada Señorita Sparkle:
Por medio de la presente se le informa que el menor a su cuidado Spike Sparkle ha sido retirado de su custodia debido a condiciones de negligencia y explotación infantil. Se le ha programado una audiencia en el tribunal familiar programada a tres semanas del recibimiento de esta misiva, hasta ese momento usted y sus amigas tienen terminantemente prohibido acercarse a más de veinte metros del menor en cuestión o comunicarse con él. Atentamente:
Oficina de servicios y protección infantil
Abajo otra carta, ésta venía de la Princesa Celestia:
Twilight estoy muy decepcionada de ti. ¿Qué digo decepcionada? Estoy furiosa y de verdad estoy deseando que se trate solamente de un malentendido, y espero por tu bien que así sea. En serio no quiero creer en las declaraciones que me mandó la oficina de servicios infantiles pero me temo que el proceso ya está abierto y legalmente no puedo meterme en estos asuntos. Mañana a primera hora tendremos una charla muy seria acerca de las condiciones de Spike. De nuevo por tu bien que todo se trate de un malentendido.
Tu maestra, Princesa Celestia.
—No por favor… ¿entonces qué pasará ahora? — Preguntó Twilight temblando.
Mientras tanto Spike fue llevado a una casa en Ponyville, al menos en eso sí habían cumplido su palabra los señores de la oficina de protección infantil. Eso lo consoló, al menos en el pueblo todos se conocían y confiaban entre todos.
—Spike, hola amigo pasa adelante — lo saludó Lyra con una sonrisa. — Ponte cómodo, hemos arreglado nuestro cuarto de visitas sólo para ti.
—Mmh, tranquilo aquí estás seguro — dijo Bon-Bon con confianza. — Así que relájate y…
Spike negó con la cabeza.
—Pero todo esto no puede ser, no, se trata sólo de un pequeño malentendido además que…
—Puede que lo sea — concedió Bon-Bon. — No conozco a Twilight desde hace mucho y por lo que puedo ver es una chica muy simpática y confiable, pero niño, al menos tienes que admitir que estos señores tienen un punto a su favor: no vas a la escuela y a pesar de tu corta edad haces trabajo de mayores.
—Yo sí conozco a Twi desde la escuela y sinceramente creo que es un malentendido — dijo Lyra con una sonrisa. — Pero oye, el proceso está abierto así que no nos queda de otra que espera a que todo se aclare. De momento no te preocupes, cuidaremos bien de ti. Sabes bien que puedes confiar en nosotras, ¿verdad?
Spike las miró, de hecho ellas eran bastante simpáticas siempre y como ya se dijo antes, todos los habitantes de Ponyville confiaban entre todos así que el dragón sonrió más aliviado.
—De acuerdo, ¿al final todo va a solucionarse, no?
Las dos chicas sólo pudieron sonreírle para tranquilizarlo.
Bien esto es definitivamente extraño para mí pero ey, es una variante para lo que suelo escribir casi siempre. En un principio pensaba simplemente pedir permiso para traducir una historia en FimFiction llamada 'Time for Spike to be a Kid' pero no sé por qué mi cerebro se puso a trabajar automáticamente y en lugar de una adaptación o traducción me salió esto que tiene un toque más realista.
En fin, es cambio de juego (no de personajes ya que siempre me baso en Twi y Spike) pero este tipo de historias son terreno es nuevo para mí.
Chao; nos leemos!
