¡Hola! :) Naruto no me pertenece, creo que esto ya lo sabemos todos. xD
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Cuentan las antiguas leyendas de las Highlands, que hace muchos, muchos años, un grupo de navegantes ingleses descubrieron una hermosa isla al este de Escocia, a la que más tarde se conoció con el nombre de Skye.
Pronto se dieron cuenta de lo útil que podía servir ya bien para la destilación del whisky, la caza, o como puerto comercial.
El rey inglés, muy satisfecho con el nuevo territorio adquirido, insistió en visitar la isla pues quería comprobar con sus propios ojos la belleza de sus parajes de los que tan bien hablaban los marineros. Tenía una hija preciosa, quien poseía la mirada más dulce y verde que nadie hubiera visto jamás.
El monarca, temeroso de que cualquier bribón pudiera cortejarla en su ausencia, decidió llevarla con él a aquellas recientes propiedades.
Una vez allí, el rey pasó muchos días y noches discutiendo el futuro del terreno. Mientras la princesa se aburría, deseando ir al otro lado de la isla, donde le tenían terminantemente prohibido ir pues los bárbaros escoceses aún seguían oponiendo resistencia y no era lugar seguro.
Pero un día no pudo aguantar más su curiosidad y escapó del castillo, comenzando a deambular por los frondosos bosques de coníferas mientras disfrutaba del trino de las aves y la calidez del sol. Y así logró llegar al otro flanco.
Anduvo durante toda la mañana y al llegar la tarde la princesa vislumbró, frente a una choza de piedra, a un joven que tallaba figuritas de pájaros en un trozo de corcho. Era un pastor. Pobre, humilde y escocés. Pero de una extraordinaria belleza y carisma, con los orbes del azul profundo de un cielo libre de nubes.
No fue de extrañar que la noble encaminase sus pasos hacia la cabaña del pastor cada vez con más frecuencia. Y el muchacho no estaba tan encerrado en su mundo cómo para no haber reparado en su presencia.
No pasó mucho tiempo antes de que ambos se enamorasen con el afecto y el ansia propia del primer amor.
¿ Qué? - Exclamó el rey cuando la princesa le pidió permiso para casarse con un simple pastor – No lo permitiré. Por mi honra y mi vida juro que mi única hija, heredera del trono, no contraerá matrimonio con un salvaje plebeyo.
Así que, en su último encuentro ella se despidió de su adorado escocés, mas prometió amarlo por siempre. Pues las cosas que más te alejan de alguien son lo que más te unen a esa persona. Y la muchacha regresó a su lado de la isla, y él se quedó en el otro extremo.
Ambos lloraron con tanta amargura que sus lágrimas formaron dos lagunas: la primera era de un color verde esmeralda, de los ojos de la desdichada princesa; y la otra era del azul de la mirada del joven pastor, perdidamente enamorado de quien no podía.
Y todavía siguen allí estos lagos de un trágico amor.
¿ Os ha gustado? :) la verdad es que esta leyenda está basada en una real. Pero en vez de ser escocesa, es portuguesa y las islas son las Azores.
