Disclaimer: Bleach no nos pertenece…

HOW TO SAVE A LIFE

CAPITULO 1-- "EL PESO DEL MUNDO"

¿qué más puedo desear? Tengo todo lo que una persona de mi edad puede materialmente tener: ropa, dinero, viajes, joyas, enormes casas que parecen fuertes, lujosos autos… y me sentía orgullosa de eso. El sentir el rencor de mis compañeros de clase por lo que Yo era algunas veces resultaba entretenido, pero otras resultaban ser decepcionantes. En Soul Society High School no había nada más valioso y excitante que el dinero mezclado con el poder… lamentablemente a veces esa actitud arribista y engreída se apoderaba de mí… siempre aspiré a ser mejor persona, pero… pero a veces las malas juntas terminan por condenar lentamente a las personas. Por desgracia eso comenzaba a ocurrir conmigo… deseaba de todo corazón ser salvada de ese horrible precipicio de superficialidad y egoísmo que me atraía como cual campo magnético anhela tener a la tierra para sí por siempre.

-hey! Rukia-chan ando con lo mejor de lo mejor en estos bolsillitos que vez aquí -Susurró a mi oído Ichimaru Gin, el peliblanco con cara de zorro capitán del equipo de kendo y mayor distribuidor de drogas del colegio

-¡baka! lo aparté de un empujón- Sabes que no consumo heroína ni nada de eso –suspiré- te pueden descubrir y ahí te las verás con los directores

No entendía bien porque les costaba convencerse de que yo no tenía vicio alguno… quizás porque todos aquí mataban sus neuronas con alcohol, drogas y tabaco pensaban que también era así. No es su culpa ser tan… bueno… ¡¡tan idiotas!! Me senté en una de las bancas del enorme patio principal, cuidando de que la falda plisada del uniforme no mostrara más de lo que debiera.

No era de muchos amigos. A mis 17 años debería tener un ejército o algo, pero contaba con dos que no se si debía llamarla "amigas" porque sus padres las instan a que no me abandonen nunca, según ellos es para cuidarme… yo creo que es para cuidar mi dinero y de paso el prestigio que da el ser amigas de los mayores accionistas del Japón: el Kuchiki Group, o sea mi "familia". Vivía con mi servidumbre. De papá y mamá nunca supe porque bueno están en mejor vida como dicen, en todo caso se la pasaban viajando… dudo que alguna vez estuve en sus pensamientos, en todo aquel tiempo que estuvieron con vida no se dignaron a comunicarse conmigo… ni en mis cumpleaños. Así es que de ellos no se que decir… aún así hubiese deseado un mejor concepto de la palabra afecto. Y el resto de la familia… un diablo. Realmente sólo mandaban dinero y cosas para mantenerme a mi y a la casa; por eso mismo pienso que soy sólo Rukia y nada más… sin formalidades de por medio

-¿Cómo estás Rukia?, te buscamos por todo el lugar

-¿qué hay? Matsumoto y Hinamori… -les respondí ocultando mi fastidio

-ten, son las carpetas de las nuevas que desean ser nuestras "amiguitas" –exclamó Matsumoto… una casi rubia "natural" de grandes atributos, mientras Hinamori, mi guardián con cara de ángel –la pura cara- miraba expectante

Bien… en el colegio no tenía muchas posibilidades de cambiar mis malas costumbres, porque obviamente entre tantos lobos hambrientos ser una oveja resultaba más que estúpido. Por eso que aquí me convertía en otro depredador más, claro en el fondo era una oveja encubierta, aún así no había nadie que pudiese ayudarme a ser lo contrario ¿cómo salvarse de una vida de sombras si en el mundo en que me muevo a nadie el importa?

-¿Quién es Chizuru?-pregunté mientras espiaba las carpetas de color rosa

-ahh… su padre inventó esas nuevas tostadoras… las que salieron hace poco al mercado ¡una verdadera innovación!... una recién aparecida con dinero- me comentó Hinamori, me quitó la carpeta de mis manos en señal de eliminación- además dicen que es lesbiana

-bien en tal caso… descartada… ya saben sólo no fastidien a las que no queremos

Esa era mi regla, si no las aceptábamos no era necesario molestarla y alterarle su vida.

-¿y esta? –dije un poco interesada, me era conocida

-esta es Soi Fong, hija del segundo embajador que está ahora en Italia

-ya veo… ¿en que gasta su inteligencia?

Las chicas entendían que decir inteligencia era una manera sutil de querer saber qué diablos hacía con su dinero, o mejor dicho el dinero de su papi y mami

-verás Rukia, según sabemos le gusta viajar, comprar como tonta en Channel, Louis Voulton, y eso creo, va a la semana de la moda en New York y Milán

-mmm… buenas maneras, pero este año no quiero aceptar a nadie, no me importa tener gente que ande todo el día besándome el pie para agradecerme

Me miraron alarmadas, ni que fuera a estallar la tercera guerra mundial. Esa decisión no les gustaba mucho… sin embargo, a mi en verdad me daba lo mismo si les agradaba o no. Este año no andaba con muchos ánimos de dármelas de trofeo para niñas que creían que yo era digna de merecer.

-¿por… porqué?- la más preocupada era Matsumoto, a mi parecer era la más afectada

-la gente que tenemos ahora es más que suficiente y punto. No quiero ni nuevas ni antiguas ricas

Me fui dejándolas un poco confundidas, poco me importó. Saludé a varios pero conversé con pocos… me agradaba esa sensación que despertaba en los otros aunque era sólo por el poder que daba mi nombre y apellido… como odiaba que fuera sólo por eso. Lamentablemente como digo los que plantamos mala yerba, tiempo después sólo la cosechamos y eso mismo estaba haciendo yo, recolectando mi propia mierda.

Las clases empezaban en 45 minutos más así es que me fui a la azotea, me recosté en el suelo y dejé que el aire calara cada parte de mi cuerpo. Me encantaban los lugares altos, por momentos sentía que levantaba mi alama como aquellas antiguas leyendas del Japón.

-¡hee! Tú… ¿estas contando el aire?

Abrí un ojo y vi a un chico apoyado en la reja, con aire indiferente, alto, cabello naranja rayando en reflejos amarillos de seguro era por el sol que golpeteaba su rostro armónicamente hecho de diversos tintes. Había que admitir que era guapo.

-no te había visto antes… ¿quién diablos eres? –me incorporé para verlo más directamente, se notaba la diferencia de porte entre ambos. Honestamente parecía un conejito al lado de él

-me llamo Ichigo…llegué este año- pasó su mano a su cabello que terminaba en cuidadas puntas

-¿qué edad tienes? – desee saber

-¿qué es esto? ¿una entrevista personal? Pensé que ese Renji ya me había hecho suficientes preguntas

Me sentí un poco avergonzada. No obstante soy terca como nadie, así que disimulé muy bien lo incómoda y arremetí con mi duro carácter

-era por saber no más… después de todo en este lugar conozco bastante gente que se hace la enigmática

-¿enigmática? ¿crees que lo soy? Gracias me halagas

Miré mis zapatos… ¿acaso este idiota iba a comenzar un juego de palabras conmigo? Si probaba mi paciencia le iría muy mal

-¡escucha bien! Conozco a los de tu clase… tratas de mostrar un aire desinteresado, aparentas ser desentendido, con rasgos de rebeldía… sólo eres otro chico rico que hará que las chicas de este colegio se derritan como tontas cada vez que pasea por los pasillos

Él me miro reprimiendo una carcajada, mi cara debe haber mostrado una completa caricatura de anime. Se acercó a mí con aire serio

-soy un becado niñata… y no vengo a buscar niñas que anden tras de mí… aunque de seguro tú serías una de ellas

-¡¡idiota!! Esto es increíble… muy bien Ichigo el becado, no te vuelvas a acercar a mí, yo no me junto con gente como tú

-entonces no me hables-intervino el chico de anaranjado cabello

-¡hum! ¿Quien desea hablarte?

-

-¡¡que no!! –me sacaba de mis casillas con una facilidad absoluta

-bien me voy, mientras tanto ve a pintarte las uñas

-¡¡baka no me hables!!- contesté furiosa

-ya no lo hago- pasó su mano por su cabeza en aire despreocupado y se fue

No sabía mucho de ese chico, pero lo que conocía hasta ahora me estaba cayendo de patada al hígado. Así que mejor ignorarlo para mi bienestar mental y en último caso físico.

-silencio alumnos… hoy tengo que comunicarles algo

El maestro parecía preocupado… ¡no! Error mejor dicho serio. El señor Urahara era de esos profes que siempre trataban de hacer participar a su alumnos y para eso trataban de dar su mejor sonrisa… por su extraña reacción algo raro ocurriría hoy en clases

PARTE II: "EL VERTE SEGUIDO NO SUPERA LAS DIFERENCIAS"

-bueno… -comenzó a relatar el maestro. Apoyé mis manos en el escritorio y me dispuse con la mejor de las caras para escuchar quien sabe que sermón de vida –hoy les presentaré a un nuevo alumno. Su compañero Kaien Shiba se fue como ustedes saben al interior de Kyoto porque su hermana mayor planea instalar una termoeléctrica y… a cambio nos enviaron al joven Ichigo Kurosaki viene del instituto de la ciudad de Karakura.

El aludido entró

En ese momento la sorpresa fue por partida doble. Ese idiota estaría conmigo en mi curso por lo tanto tenía aparentemente mi misma edad, a menos que fuese un retrasado mentalmente inactivo y estuviera haciendo este nivel por milésima vez y a caso más. Y la segunda fue la reacción de mis compañeros/as al oír el nombre del instituto donde estudiaba, creo que por su forma de expresarse no les gustaba mucho que fuese un lugar público donde ingresara gente tan simple y… normal. Yo no entendí cual era tanto el coraje que le tenían a los becados, si nadie les obligaba a formar amistades con ellos. Simplemente ignorarlos era la mejor opción para que cada uno hiciera su propia vida.

-eso quiere decir señor que… ¿él está becado?

Una chica tan pelinaranja como él, que conservaba muy bien sus rasgos orientales hizo, a mi gusto, la pregunta más creativa del día

-así es Inoue

-si mira verás… Inoue ¿cierto?... he sido becado durante toda mi vida y esto de venir a la Soul Society resultó ser un buen golpe de suerte, casi como jugar a la lotería. Mi vida es normal, de seguro podemos tener mucho en común… quizás si algún día tenemos una cita puedes cambiar tu idea

Todo el rato se sintió sarcástico, pero al parecer todos estaban tan absortos con su personalidad que quizás no lo notaron. En ningún momento lo vi tenso o intimidado. Al contrario mostró ser la persona menos inquieta de todos los presentes. La chica que preguntó volvió a su lugar lentamente casi en shock. El profesor lo convidó a sentarse, para variar tras de mí. Sentí como él dejaba una estela de viento al pasar por mi lado. Cerré los ojos y bajé la cabeza sólo para no pensar en que podría haberme mirado.

El resto de la clase pareció no variar, la energía del profesor reingresó a su cuerpo… pero mis compañeros no dejaban de mirar al nuevo alumno. Él trataba de darse indiferente y creo que así estuvieron unos 45 minutos que fue lo que la clase duró, porque luego nos hicieron un test ¡¡que rayos!! Había materia que en mi vida recordé tal vez el profesor la haya pasado hoy, sin embargo mi cabeza trabajaba en muchas cosas como para cubrirlo todo

-que chico más maleducado

Al terminó de la clase iba con mis guardianas… no paraban de criticar pequeñas cosas de él

-¿viste su ropa? –contraatacó Hinamori

-no… y su apellido… Dios-criticó Matsumoto

-¿y qué hay de la respuesta que le dio a Inoue?- Hinamori trataba de hablar bajito pero el tono agudo de su voz hizo que pareciera una causa perdida

-¡¡ya paren!! –protesté. Ambas me miraron casi con sorpresa –que es suficiente… o sea da lo mismo que haga con su vida, y su ropa y lo que sea… es su vida.. ¿me explico?

Creo que ni debí molestarme en defenderlo, pero es que tanto hablar de Ichigo u oír hablar de él me estaba colmando lo poco y nada de paciencia que tenía

-¿Rukia… qué pasa?

-es verdad… ¿quizás necesites ir al spa? Has estado rara desde la mañana

-gracias chicas pero sólo quiero dejar de hablar de él ¿vale?

-y eso ¿por qué? Sabes que con becados nunca –me dijeron ambas

ja! Claro que lo se… sólo que creo que no vale la pena –reí

-así esta mejor Rukia, eres la mejor

-bien dicho Rukia, no valen la pena

Esa última frase no sonó a alguna chica… de hecho era grave y profunda. Era obvio que no era mujer, aunque tuviera una disfonía era una mala posibilidad… ¿así que quien podía hablar así? Nadie menos que…

-¿Qué diablos Ichigo? –estaba apoyado en una baranda. Aparentemente leía un libro

-sólo escuché eso sobre nosotros los becados

-¿y?- le desafié

-pensé que eras más…

-¿más?

-condescendiente

-ahh… no te equivoques, sólo con algunos

-veo que no estoy en esos algunos- rió

-bien visto- sonreí bajo la atenta mirada de Matsumoto y Hinamori

-en tal caso es un gusto

-¿qué es un gusto?

-poder no estar bajo tus reglas

Se fue… dejándome otra vez con las palabras en la boca ¡Que rabia cuando eso pasaba! Pensé que fui demasiado dura con él… pero ¿qué más podía hacer? Él no era muy amable y siempre iba rápido. Quizás me comportaba así para no defraudar a la gente que espera eso de mí ¿cobarde? No, sólo quería seguir siendo un lobo encubierto

A la salida me vino a buscar el chofer de costumbre, el señor Ukitake Jushiro, creo que es el único que realmente me ha visto crecer. Lleva años en mi casa.

Mientras el auto avanzaba ví una figura muy familiar en la calle, acorralado al parecer, me alarmé pues le conocía y bastante bien

-Hanatarou… -arrastre la voz

-¿qué ocurre Rukia-chan?

-Ukitake detén el auto una cuadra más adelante y por nada del mundo me vengas a ver

-pero… Rukia…

-¡sólo hazme caso!

Avancé lentamente, casi con cautela aunque mi corazón latía a ritmo inmedible. Llevaba un spray que usaba en caso de emergencia, era una verdadera tontería pero al menos me tranquilizaba sostenerlo entre mis manos.

-¡¡hey!! Suelten a mi amigo

Dos hombres se voltearon, una chica que parecía ser la que vigilaba me miró: Cirucci Thunderwitch, la relacionadora pública del contrabando de drogas de la ciudad, otro muñeco de Aizen Sousuke el tipo más malvado del cual se ha comentado entre los aristócratas

-Rukia… ¡qué gusto verte!

-no puedo decir lo mismo

-¿Qué andas haciendo aquí?- me preguntó aquella mujer

-¡dejen a Hanatarou en paz!

-Le debe dinero al jefe

-si es por eso… yo puedo pagar su estúpida cuenta

-Rukia sabes que es más que eso –uno de los hombres que tenían acorralado a Hanatarou intervino. Mi corazón se estremeció. El chiquillo se había metido en un problema mucho más amplio del entendimiento común

-rayos… -masculle nerviosa- ¿Cuánto fue esta vez?

-golpeó a tres hombres y asustó a la gente del local, por poco y perdemos a toda la clientela

Hanatarou tenía problemas de drogas, hace unos meses. Sus padres estaban lo bastante ocupados como para preocuparse, ¡qué ridículo! Además a él se le ocurre discutir –a pesar de lo increible que resulta con su apariencia tan calmada- con uno de los mayores accionistas del local donde consigue esa mugre: Tousen Kaname. Ahora lo buscaban

-ya dejen de molestarlo chicos, es un niño –traté de clamar las aguas, ellos me conocían porque siempre que tenía un problema Hanatarou se comunicaba conmigo ¿y ahora? ¿por qué no lo hizo? Quería saber yo

-no te metas Rukia, tiene que pagar

-¡¡que demonios!! ¡¡déjenlo!!- sentí como una mano me empujó fuertemente, no tenían ganas de arreglar las cosas por las buenas.

-¡¡Rukia vete!! – me gritaba mi amigo mientras lo golpeaban en el estómago

-Cirucci ¡diles que lo dejen! –le rogué

-ya no es un niño

-Idiota- le mande un golpe en su rostro haciendo que le sangrara el labio. Algo que sabía hacer bien era defenderme. El otro mastodonte se acercó para atacarme, Cirucci cayó al suelo… golpee a ese tipo… pero me tomó por sorpresa y me agarró violentamente del cuello, sentía como mi respiración era cada vez más dificultosa. Me sentía ahogada

-no juegues Rukia, que te puedes quemar

-¡¡NO MOLESTEN MÁS!!

Conocí esa nueva voz. Mi cabeza bombeaba como un tambor… la falta de sangre me estaba pasando la cuenta. Me desvanecí

-¿POR QUÉ MEJOR NO PELENA CON ALGUIEN COMO YO?

PARTE III: "QUIEN SALVA A QUIEN"

Me daban miedo esas sensaciones de desvanecimiento así que evitaba por todos los medios la inconsciencia total. En esa lucha pude notar que, para mi suerte, era Ichigo quien estaba allí, para variar.

-¿Y tú quien eres?- logré reconocer esa voz, la perra de Cirucci se había reincorporado

-¡qué importa!... sólo suelten al chico y a Rukia

Le hicieron caso porque me caí al suelo como en cámara lenta, apoyé la cabeza en la pared absorbiendo una gran bocanada de aire, turnando a cada pulmón para que lo respirara de nuevo.

-¿Rukia estas bien?

Hanatarou me mecía de un lado a otro, en un notable estado de preocupación. Su rostro mostraba marcas rojas que seguro se transformarían en oscuros moretones.

-no… no me hagas pasar un susto de nuevo –le dije apenas

A medida que conservaba el aire en mi interior me fui lentamente reincorporando. Vi primero borrosamente como Ichigo se enfrentaba a los 3 que nos tenían acorralados en el principio. Al parecer se defendía bastante bien… sin embargo lo superaban en número. Hanatarou no era bueno en las peleas y yo cumplía los requisitos mínimos de defensa personal. No lo pensé dos veces y decidí ir en su ayuda

-¿Rukia que haces? –me habló mientras nos rodeaban

-ayudarte ¿qué crees?

-¡esto es peligroso! –contradijo

-eso que recién te estas metiendo en líos de ricos –bromeé

Ambos nos pusimos en posición de ataque. Y sin más luchamos… él se encargo de los dos hombres y yo de la chica. Sentí sus golpes en cada parte de mi cuerpo. Cuando parecía que me iba a vencer tomé una botella milagrosamente posicionada en el piso y se la dí en toda la nuca. Al mismo tiempo Ichigo terminaba con los otros dos gracias a unas certeras patadas en el estómago que los dejaron con serios dolores y más que un manchón de sangre esparciéndose desde sus labios. Al ver a los tres inconscientes nos cercioramos de que respiraran y luego dimos un llamado anónimo a la policía para que los viniera a apresar.

No nos fuimos de allí hasta que vimos como la policía se encargaba de ellos. Ukitake nos reconoció detrás de un árbol y llevó el vehiculo hasta ahí. Me ayudó y los tres entramos en el auto; Ichigo no replicó y yo tampoco.

-Rukia… -me llamó Hanatarou

No quería mirarle, estaba muy decepcionada. Él era un año menos que yo y estaba metido en las drogas. Lo notó y no dijo nada hasta que llegamos a casa

-Ichigo- dije al fin, él miraba por la ventana del auto- entra a mi casa que vamos a curarnos

-Bu…bueno- al parecer se veía sorprendido. No había entendido sino hasta que vi que llegábamos a mi casa

-ya cierra la boca idiota que es sólo una casa –le golpeé en la cabeza

-aaa… ¡augh! Con esta casa pueden vivir todos mis vecinos

-que considerado- cerré la puerta del auto, mientras iba hacia la entrada para abrirla y hacer pasar a mis "invitados"

El rostro de Ichigo estaba tratando de borrar a toda costa la sorpresa que tenía al ver mi hogar. Me reí internamente ¿cómo esto podía anonadar tanto a otros? Qué fácil la gente puede sentir admiración por algo.

-¡Kiyone! Puedes… -me senté porque me dolió mi estómago- traer algo para curar… Sentarou llama a la doctora Unohana para que venga a hacernos un chequeo, recibimos muchos golpes en el cuerpo, quiero asegurarme de que no haya contusiones…

Ambos chicos me miraban… uno con cara de no tener ni idea en que mundo estaba parado y el otro con impaciencia

-no crees… que es un poquito… mmm… cuático

-¡Ichigo! No fastidies quieres, nuestras condiciones no dan para quejarnos

Se quedó en silencio, me toqué la comisura de los labios, me dolía, de seguro esa tarada de Cirucci me golpeó en la cara sin darme cuenta. Tendría que maquillar para que la zona no fuese motivos de consultas por parte de Hinamori y Matsumoto

Al rato llegó la doctora, estábamos más presentables gracias a las curaciones hechas por una inexperta pero eficiente Kiyone.

La situación era tan extraña que el estar en ella me tensaba cada músculo de la espalda.

Fui a la Biblioteca a buscar un dinero para cancelar la consulta. Ninguno salió muy mal herido, sólo golpes superficiales en una semana todos estaríamos bien.

-tenemos que hablar

-vi. mucho Hanatarou, las palabras sobran

-no seas tan dura

-¿dura, yo? No me hagas reír… ¿cuántas veces van, eh? Una, dos o tres, no recuerdo bien y que te voy a pregunta a ti si estabas más drogado en esas oportunidades. ¡que demonios! No eres un niño como para estarte metiendo en líos estúpidos. No creo estar siempre ahí para soportar cada tontera que hagas… estoy cansada de guardar tu adicción como un secreto, necesitas ayuda y ya no está en mis manos… -suspiré- ¿qué saco con decirte todo esto si sólo serán palabras?

Durante todo el momento no dejó de mirarme, eso me gustó porque al menos creí tener su atención

-no se… que decirte

-claro que no sabes… ¡que pena me das!

-¡¡tengo miedo!! No me deja, me persigue y no puedo rechazarla –se desplomó

Se sentó en el sofá y puso su cabeza entre ambas manos, mientras su mirada se perdía dentro de los flequillos de su cabello

-¿estarías dispuesto a dejar todo atrás?- le pregunte

Hubo un largo silencio y por ratos sentí que me daría una respuesta negativa. Si tenía una opción para ayudarle daría todo de mí para ponerla en práctica.

-capaz que pueda funcionar algo –dijo al fin

Sonreí de medio lado, aún tenía dolor en mi futuro moretón. Esas respuestas eran típicas de Hanatarou cuando estaba de acuerdo en algo

-averiguaré algún lugar donde sean reservados –lo anime

-Rukia… que mis padres no se enteren- me dijo en tono preocupado

-¡tranquilo tonto! Eso será muy fácil –le aseguré

Me miró más calmado, no se me escaparía esta vez, él se rehabilitaría. Esa sería la única forma que yo tenía para salvarlo. Así es que no permitiría que fallara otra vez, esta vez no. Se acercó a mí y yo le dí unas palmaditas en la espalda en señal de aprobación

-gra… gracias

-¡je! Es parte del oficio de tener niñitos como amigos- bromee

Voltee detectando como Ichigo nos miraba un poco curioso. Creí que había llegado hace poco, estaba tan cansada para regañarlo que no le dije nada. Era tan extraño ese cretino, apareció de la nada para salvarnos y se mostraba cauteloso ahora… como observándonos. No entendía bien el porqué, pero en fin no me estresaría en pensar en eso.

-mmm… le diré a Ukitake que los vaya a dejar a sus casas –esta vez me dirigí a Ichigo, él sólo asintió

Los escolté hacia el automóvil, él primero en entrar fue Hanatarou. Mañana mismo haríamos las averiguaciones para su recuperación. Detuve a Ichigo antes de que subiera al carro, tragué mi orgullo como un mal bocado y dije

-emmm… antes de que te vayas… es difícil… pero Gracias

Me miró de reojo y una suave brisa movió nuestros cabellos. Así sonrió de medio lado

-sólo… mmm… pasé por ahí

-que oportuno –le dije

-creo que ambos nos ayudamos

-quien ayuda a quien- me devolví a casa luego de eso. Creo que se quedó un rato pensando en lo último que dije. Por primera vez no fue él quien decía lo último. Sentí satisfacción por ganarle.

PARTE IV: "PUNTO Y APARTE"

Desde lo ocurrido con Hanatarou he pensado en todo. Y me doy cuenta recién en el mundo en el que estamos metidos… creo que no salgo de la vida de un típico adinerado caprichoso buscando lo más costoso, superficial e idealista… la diversión es una parte de la verdadera feria de vicios que la vida nos presenta.

Aunque salga en la noche por unos minutos, sólo oigo más de lo mismo: sexo… dinero… sexo… dinero, ¡que poderosas son esas dos palabras!

Me siento débil pero me ven fuerte y me basta. El problema es que no se hasta cuando pueda mostrar la fortaleza que desean siempre ver. Entonces ¿qué busco? La verdad por ahora no lo se… quizás… sólo quizás alguien debería aunque fuese por una sola vez salvarme del que ya parece no ser un lugar seguro

-ehh… Rukia

-¿qué pasa Isane?

-te envían esto

me entregó una cajita con un papel y salió corriendo. Yo la quedé mirando confundida. Luego me senté en el pasillo del colegio para descubrir el contenido del objeto

"Rukia-chan… no se como hacer esto, disculpa si no es la mejor forma, pero me gustas mucho… y bueno quería saber si te gustaría salir conmigo… respóndeme, te espero en la azotea

Renji"

Renji… claro el musculoso pelirrojo del otro curso. No podía corresponderle. Abrí la cajita, era un brazalete con incrustaciones de diamante, alrededor tenía enredaderas. Lástima que por más lindo que fuese él y su gesto no le tenía sentimiento alguno. Definitivamente una de las mejores cosas que podía hacer ahora era aclararle la situación.

-¡¡hey Hanatarou!!- me acerqué a mi amigo quien justo pasó por mi lado

-¿Rukia… cómo estas?

Lo miré a los ojos y así lo supe todo… pupilas dilatadas, ojos rojos y mirada perdida. ¡Era un hecho que había vuelto a recaer! Le dí una cachetada de pura rabia y frustración ¿qué acaso nunca iba a parar?

-¡¡por qué demonios sigues consumiendo!!- le dije en voz baja muy golpeada

Trató de concentrarse, sin lograr articular palabras

-la… a… a… necesitaba

-tu necesitas otra cosa –tomé mi celular

-no lo hagas- me rogó

-no me digas que hacer… tú menos que nadie

-Rukia…

-al menos reconoces mi nombre

-por… favor

-es… tarde –lo contradije con pesar

Llamé a mi chofer, persuadí a los encargados del colegio para que me dejaran salir junto a Hanatarou. Resultó bastante bien.

-¡Rukia! –volteé a ver. Era Renji que tenía en sus manos un ramo de flores blancas y pequeñas violetas. Unos pasos más atrás estaba Ichigo observando "mi escena"

-ehmm… Renji… yo… disculpa por no ir… se me presentó un problema- le expliqué mientras Ukitake cargaba a Hanatarou

-te entiendo… pero ¿pensaste las cosas?

-no tuve mucho que pensar –confesé

-¿por qué? –en sus ojos noté la ansiedad

-verás… eres un buen chico… muy popular y todo eso según me he enterado… aun así no estoy en condiciones para aceptarte

Me miró… se reflejó en su cuerpo una desilusión mal disimulada… le costó bastante trabajo relucir su sonrisa de comercial

-no es que seas malo o algo así… pero tengo demasiado en mi cabeza como para salir con alguien –justifiqué

-te creo –puntualizó- sólo… en ese caso cuenta conmigo… puedo ser un buen amigo… ten al menos acepta esto –me entregó las flores

-gracias… eres el primero que me regala flores y eso no cambiará

Partió en dirección a los corredores. Dirigí mi vista a Ichigo. Me dedicó una sonrisa de medio lado, yo me encogí de hombros y le devolví el gesto rápidamente, no podía bajar la guardia.

Punto y aparte partí corriendo al auto… Hanatarou ocupaba mi mente ahora… no podía esperar

Continuará…

Hola fan's de Bleach. Somos I&P (si somos dos personas no una niña transtornada bipolar, que conste ¬¬) Este fic fue escrito de I para P. Como a P le gustó el fic lo adaptó y lo subió para intentar derrotar a todos los Ichixhime que han salido… (lo siento pero me desagrada esa pareja, e I me comprende)

En fin esperamos ansiosas sus reviews

xoxo

I&P