Harry
Potter estaba tumbado boca arriba sobre el cesped mojado. Tenia los
ojos cerrados para que la lluvia, que caia con bastante fuerza, no le
molestara demasiado. Su torso, fuerte y musculoso, se
trasparentaba bajo la tela blanca de la camisa, mientras que los
pantalones negros se le adherian como una segunda piel a sus
perfectas piernas. La cicatriz habia desparecido de su frente,
y ya no usaba gafas. -Harry, que estas haciendo ahí?
Sabes que te puedes refriar, y eso no me gusta- Susurro en su oido
una voz ronca. -Mmm Steven- El moreno se acurruco en el cuerpo
que se habia situado junto a el, en busca de calor. -Venga,
entremos a casa, que te parece si nos sentamos junto a la chimenea un
rato y me haces mimos, llevas unos dias que me tienes
olvidado. Harry abrio los ojos por primera vez durante la
conversación. Abrio la boca para decir algo pero en el ultimo
momento se callo, mordiendose el labio inferior. "Eres tu el que ha pasado de mi
estos dias" Penso Harry para si, sin decirlo en alto por miedo a
que el otro se cabreara. Se separaron después de unos
segundos para ponerse de pie y dirigirse a la entrada de la lujosa
mansión. Steven era un hombre
multimillonario, que tenia empresas tanto el mundo magico como el
muggle. Fueron hacia uno de los salones, el favorito de Harry,
que no era demasiado grande. Steven encendio la chimenea con su
varita y se acurrucaron juntos en el sofa. El moreno estaba
muy feliz. Hacia dias que Steven ni si quiera paraba en casa y solo
le veia a la hora de comer. Hoy, sin ningun motivo aparente, habia
dejado el trabajo para llegar antes de la hora acostumbrada. Ademas
se mostraba cariñoso, y eso a Harry le encantaba. El
gryffindor miro al otro hombre con deleite. Era castaño, con
ojos marrones, alto, fuerte... Harry le veia como si de un adonis se
tratara. Tenia una sonrisa blanca, perfecta, de esas que quitan el
hipo. Unieron
sus labios, de forma mas apasionada ahora. La mano inquieta del
castaño comenzo a recorrer el torso de Harry. Ni si quiera le
habia quitado aun la ropa mojada, pero lo arreglo fácilmente.
Cogio su varita y en dos segundos murmuro un hechizo que dejo a Harry
totalmente desnudo, exceptuando los boxers. -Vas muy deprisa
hoy, ¿no crees mi amor?- Guiño un ojo el moreno. -Te
necesito Harry- Susurro al oido, con voz ronca por el deseo. El
ambiente fue roto cuando el teléfono movil de Steven sono.
Este salto rapidamente, dejando al otro chico estupefacto, sentado en
el sofa, totalmente desnudo. -¿Quien es?-Pregunto el
hombre. Steven quedo en silencio por unos segundos y después,
con una sonrisa de idiota, salio del salon haciendole a Harry una
muestra para que permaneciera quieto en el sofa. Sin embargo,
el moreno salio de forma silenciosa tras el hombre, intentando
escuchar algo de la conversación. -No, hoy no podemos
quedar, pero ¿qué te parece mañana?... Si, de
acuerdo. Mmmm- Gimio el hombre.- No te preocupes... Un beso... Donde
tu quieras. Colgo el teléfono y Harry aprovecho para
correr hacia el salon, con la mirada triste. -¿quién
era? -No seas cotilla. A ti no te importa- Murmuro
encogiendose de hombros mientras se sentaba en el sofa. -Claro
que me importa, ¡eres mi marido! Tengo derecho a saber con
quien hablas por teléfono... -A veces eres demasiado
niño Harry... El moreno le miro mezclando en sus ojos
rabia y tristeza. Harry Potter tenia 26 años, mientras su
esposo alcanzaba los 30. Tampoco era tanta la diferencia. Steven
cogio la mano del moreno y tiro de el hacia el sofa, haciendo que, el
aun desnudo gryffindor, cayera sobre si. -No me apetece ahora... -Mmm
vamos, no seas aguafiestas.- gimio en el oido de su esposo. -Pero
realmente no me apetece- Se quejo el moreno, intentando
separarse. Sin embargo una mano tiro fuertemente de el,
atrayendo su cuerpo al de Steven. Este le miraba con rabia. Abrio
apenas los labios para susurrar, arrastrando las palabras : -Eres
mi marido,¿no? Pues cumple con ello. Harry bajo la
mirada con algo de tristeza. Se acerco a su marido y le beso en los
labios. Comenzo a acariciar la piel del
castaño por debajo de su camisa, pensando que si le daba todo
lo que necesitaba, no tendria que ir buscandolo por ahí con
otras personas. Steven gimio cuando los labios de Harry
comenzaron a hacer un camino desde su cuello hasta su ombligo. La
lengua de su amado comenzo a lamer, bajando aun mas. Harry introdujo el miembro duro en
su boca, succionando y lamiendo. Sabia que a Steven eso le encantaba,
y asi podria tenerlo contento por el momento. Decidiendo no forzar mas a su marido esa noche, Steven
se dejo hacer mientras la lengua juguetona subia y bajaba por su
ereccion, causandole miles de sensaciones
placenteras. Harry
desperto, como de costumbre solo. Estuvo un rato en la cama, sin
pensar en nada, con la mirada fija en el vacio. Una
mujer mayor, de unos cincuenta años, entro con una sonrisa,
abriendo las persianas. -Vamos, son las diez de la mañana,
es hora de que despiertes. -Pero si no tengo nada que hacer
durante el dia.- Se quejo Harry, que trataba a la doncella con
familiaridad. -Las rosas se estan secando, quizas te gustaria
arreglarlas. El moreno sonrio ante la idea, feliz de poder
hacer algo. Se puse de pie, solo con los calzoncillos, para dar un
gran bostezo. -Me parece
genial. -Creo que tu marido deberia dejar que salieras de vez
en cuando, no te hace bien estar tanto tiempo aquí encerrado,
teniendome a mi como unica compañía, y a un elfo
domestico medio loco.- Sonrio la mujer mientras acariciaba con
ternura la mejilla del moreno. -Sabes que soy yo el que no
quiero salir. Odio a todos... Lo pase muy mal y...-Intento excusar a
su marido, sabiendo que no era del todo cierto. -Si si...
Estas en un "encierro voluntario". -¡Mary! Deja de
reirte de mi,¿quieres?- Sonrio con indulgencia el chico-
Ademas, tambien tengo conversación con mis
"guardaespaldas". -Hmm, mejor ni lo digas. Hoy viene el
chico nuevo.- Mary torcio la boca y fruncio el ceño. A
ninguno de los dos le gustaba el hecho de que Steven colocara a un
hombre siguiendo dia y noche a Harry, exceptuando cuando se
encontraban juntos, que el castaño, gracias a dios, lo
consideraba innecesario. En
los cuatro años que llevaba de matrimonio habia tenido cuatro
guardias. El ultimo habia sido despedido por algo de llevar a una
chica a la casa de ambos en su noche libre. A Harry le irritaba tener a
alguien persiguiéndole, pero con suerte y después de
mucho esforzarse, habia hecho amistad, o al menos mantenia
conversaciones civilizadas, con sus guardaespaldas. Al menos con los
cuatro ultimos. Finalmente
este decidio no salir, a no ser que su marido se lo pidiese, y como
no lo habia hecho, estaba tranquilo, aburrido, pero tranquilo. Harry
se despidio de la mujer y , después de vestirse con algo
comodo, salio al jardin para arreglar las flores. Cuando llego a la casa, que era de
Steven, lo que mas le gusto fue precisamente eso, el jardin. La parte
mas bonita era la de adelante, pues la de atrás la ocupaban
dos piscinas, una cubierta y otra al aire libre. En esa parte tambien
habia un sillon con dos asientos que hacia de columpio. La casa era realmente preciosa y a
Harry le encantaba pasear por ella. Tan pendiente estaba de su
trabajo que no se dio cuenta de que el tiempo pasaba tan rapidamente.
Se habia quitado la camisa hacia rato, pues tenia muchisimo calor. -no deberías vestir
asi, sabiendo que hoy teniamos visitas.- Dijo venenosamente. Harry
se dio la vuelta sorprendio mientras cogia la camisa y se la ponia
rapidamente. Miraba expectante a su marido, temiendo que se enfadara,
sin darse cuenta de la otra presencia. -Lo siento Stev...
-Dijo realmente arrepentido. -Te presento a tu nuevo
guardaespaldas. Ya he hablado con el sobre su trabajo... Bueno, yo he
de irme de nuevo. Hasta la noche mi amor. Se acerco a Harry
para besarlo en los labios con apenas un roce, algo cortado por la
presencia del nuevo trabajador. Se
encontro con algo que nunca hubiera imaginado. -¿Malfoy?¿Tu seras mi
guardaespaldas?- Pregunto atónito Harry, con los ojos casi
fuera de sus orbitas. -Potter...- Susurro Draco, sin una pizca
de malicia.
Portaba en su rostro una sonrisa magnifica,
que enamoraria a cualquiera.
Sonrio con
dulzura al hombre que tenia en frente, para después acercarse
a besarle.
Unieron sus labios en un beso suave y humedo, debido
al agua que caia sin cesar. La mano de Steven recorrio la espalda del
moreno en una dulce caricia.
La "casa" parecia mas un palacio, de color
blanco. Constaba además de unos inmensos jardines que le
encantaban a Harry.
La puerta permanecia siempre abierta, debido a
que contaba con grandes medidas de seguridad mas alla del lago, que
se encontraba en su propiedad.
Steven tenia sus brazos alrededor de la cintura de Harry,
atrayendole con posesion hacia su cuerpo, rozando su pelvis con
movimientos de sube y baja.
Harry sonrio pensando que ese, era uno
de esos dias en los que su chico venia totalmente caliente, y el
tenia que complacerle, no que le importa, por supuesto.
En cuanto Steven
entro, el moreno se puso en pie otra vez, haciendole frente.
Acerco sus labios al
cuello de Harry y comenzo a besarle, mordisqueandole con suavidad.
No
obstante el mas joven no estaba poniendo nada de su parte. No le
gustaba para nada lo que habia escuchado por teléfono. Ademas
no era la primera vez que sucedia algo asi.
Tenia ligeras
sospechas de lo que hacia su marido, pero le amaba tanto... Sentia
una necesidad increible.
Nunca habia exigido que le contase la
verdad, mas bien porque el ni si quiera queria saberla. Se conformaba
con las excusas tontas que le ponia Steven, aunque muchas veces ni si
quiera se las daba.
No queria que Steven se enfadara. Siempre le hacia sentir
culpable, como en ese momento. Luego, cuando Harry tenia alguna
sospecha de que le era infiel, recordaba que tal dia no habia
satisfecho a su esposo.
Le abrio los
pantalones rapidamente y , sin llegar a bajarselos del todo, saco su
pene de los calzoncillos.
El castaño
comenzo a suspirar mas fuerte ante las caricias de su marido.
Realmente Harry sabia como chuparla, y el se deshacía en sus
labios.
Alguien llamo a su
puerta y paso, después de que el pronunciara un adelante.
La mujer ni se inmuto ante el hecho de ver tan
desnudo a Harry, pues ya estaba acostumbrada.
El gryffindor muchas veces habia dicho y
gritado que no necesitaba a ningun guardaespaldas, pero la sonrisa de
Steven, sumada a la frase "es por tu bien mi amor", hacian que
Harry se olvidara de sus quejas y lo aceptara con tranquilidad.
Eso Steven no lo
permitia. Normalmente los gorilas tenian una noche de descanso a la
semana, que naturalmente coincida con que el castaño estuviese
en casa. Pero ese dia tenian que marcharse fuera, no podian entrar a
nadie ajeno a la mansión.
Las otras veces que Steven estaba
en casa debian quedarse en sus dormitorios, haciendo cualquier cosa
de provecho menos molestar.
Asi por lo menos tenia a alguien mas con quien
hablar porque, desde que se habia casado, habia dejado de rabajar,
para permanecer en la casa, por dos motivos :
después de
derrotar a Voldemort, la gente no paraba de mirarlo y señalarlo
con el dedo cuando iba por la calle. Le tenian como a alguien
peligroso ya que pensaban que si habia derrotado a alguien tan
poderoso como el Lord, el tenia que ser mas poderoso aun.
Ademas
que ya desde antes estaba quemado con los demas, que le dejaban a el
todo el peso de la guerra. Desde los dieciséis hasta los 19
que derroto a Voldemort, todos le miraban con pena pero a la vez
exigiendole que diese todo por ellos.
Y segundo, por Steven. El
castaño era muy celoso y, una vez que se casaron, se mostraba
reacio y desconfiado cada vez que Harry salía.
Le encantaba el
jardin, que era precioso.
Sin
embargo adelante habia un monton de arboles, de flores... Habia una
fuente con forma de una preciosa sirena que lanzaba agua por los
ojos, como si estuviera llorando. Tambien habia unos columpios y unos
cuantos bancos.
Mas adelante, lejos ya de la casa, estaba el lago,
que limitaba con la verja.
La
voz de su esposo le sobresalto.
Cuando se fue, el moreno se dio la
vuelta para observar por primera vez a su nuevo perrito faldero.
Un chico rubio,
con los ojos azules totalmente abiertos por la sorpresa, le miraba
estupefacto.
