Disclaimer: YuuYuuHakusho pertenece única y exclusivamente al gran MangaKa Yoshihiro Togashi. Únicamente me considero propietaria de este Fan Fic echo sin ánimos de lucro.

Sumario: Tras la saga de Raizen-Yomi-Mukuro Reikai ha desaparecido, y la única esperanza del Príncipe Koenma y de Botan son los Reikai Tantei… pero ¿podrán éstos hacer algo ante la amenaza de Makai y Ningenkai? Nota: Mejor de lo que suena

Prólogo: La desaparición de Reikai

"¡¡Koenma-sama...(1)!! ¡¡Koenma-sama...!!" los gritos resonaban incansablemente, perdiéndose entre los silbidos del fuerte y violento viento. La voz pertenecía a una joven vestida en un kimono rosa, con el cabello recogido en una apretada cola de caballo que volaba tras suyo en la dirección del viento. Sus ojos violetas escaneaban el lugar, buscando a su señor "¡¡Koenma-sama...!!"

Su nombre era Botan. Sólo Botan, ya que ella no tenía familia. Lo único que le pertenecía era su espíritu ya que ella no estaba viva. Ella, literalmente, era la muerte. Sus ojos empezaban a nublarse de lágrimas, frustrada a no encontrar a quién llamaba. Su agarre en el remo mágico que conducía se fortaleció, hiriendo sus delicadas manos, pero ignorando el dolor.

"Koenma-sa... ¡¡Ah!! ¡¡Koenma-sama!!" gritó de repente, su voz ahogada en el viento. No pudo evitar pensar que esa situación era muy parecida a una que ya vivió, cuando Meikai quería apoderarse de la Esfera para salvar a su mundo y conquistar Ningenkai NA1. Allí estaba ella, pálida y mojada hasta los huesos. Su cabello sedoso se enganchaba en su cara. El palacio de su señor estaba oscuro. No había encontrado aún ninguna entrada para adentrarse y buscarlo ahí, así que lo único que podía esperar era que él saliera de ahí y ella lo llevaría a salvo.

Las aguas del Río Stynx estaban descontroladas, inundando todo el palacio en cuestión de segundos. Una tormenta cubría el cielo, sus truenos resonando con fuerza y su lluvia calando el hueso más escondido. En medio del cielo relampagueante estaba ella.

"¡¡Koenma-sama!!" sus gritos eran desesperados. Le había visto. En el tejado más alto, agarrándose a la punta que formaba el tejado, estaba una figura humana. Ella se acercó, por poco había sido tocada por un trueno. Cuando llegó, corrió al lado de él.

El Príncipe de los Muertos, Koenma, estaba en su forma adolescente. Su cabello estaba mojado y enganchado a su cara, impidiéndole a Botan ver su rostro. También estaba muy pálido, jadeando con dificultad, tragando más lluvia que aire. Sus ropas parecían oscuras, debido al agua. Botan, suplicándole que despertara, pronto dejó de hacerlo. El agua estaba a punto de alcanzarlos.

Sacando fuerzas de la flaqueza, agarró su brazo y lo pasó por su cuello, arrastrando el joven Príncipe al remo y subiendo en él justo antes de que todo quedara inundado.

Botan no tuvo tiempo ni de gritar antes de que un rayo les alcanzara.

YuuYuuHakusho: La definitiva

Capítulo Uno: Los Detectives de Reikai

Su nombre era Yusuke Urameshi. Él era un joven de 19 años, muy atractivo ante la vista de cualquier mujer. Su pelo sedoso era negro azabache, peinado hacia atrás con estilo, y contrastaban con sus ojos de tonalidad miel, aunque su mirada no era dulce como ésta, sino más bien misteriosa y atractiva. Era un chico alto, ancho de hombros y con las piernas delgadas. Vestía unos tejados azules desgastados y una camisa de manga corta negra.

Iba caminando por la calle, ignorando las miradas de las mujeres que se cruzaban en su camino. Suspiró suavemente mientras dejaba que su mente vagara.

«Ya hace tres que Koenma me despidió como Detective Espiritual NA2» pensó para sí, ajeno a la voz femenina que lo llamaba por el nombre «Aunque estoy muy bien viviendo como un humano cualquiera y tengo mucho tiempo libre, a veces me gustaría tener batallas más en serio, ¡como en el Torneo Clandestino, o contra Sensui o cuando hicimos el torneo a ver quién era el más fuerte de todo Makai! No se, es algo aburrido, esto de las peleas que hago con la gente normal no es interesante, y los de Kuwabara, Kurama o Hiei ya no me interesan de la misma manera, y Genkai ya no quiere un estudiante. ¡Maldita vieja! Bueno, incluso ella admitió que yo era más fuerte ahora...pero desde que me despidieron que no sé nada de Koenma ni de misiones. ¿Cómo estará esa miniatura? ¿Y Botan?».

"¡¡Yusuke, pedazo de idiota!!" gritó una voz justo en su oreja. El joven dio un respingo, sorprendido mientras miraba a la mujer con los ojos desorbitados del susto. A su lado estaba Keiko Yukimura, la chica más bonita y popular de su instituto. Sus ojos se chocaron, y Yusuke vio que los ojos de color castaño de ella brillaban del enfado. Él rió nerviosamente.

"Keiko...¡Konnichiwa...(2)!"

No pudo dejar de notar que su amiga era muy bonita. La verdad es que eran novios, pero ninguno de los dos se comportaban como tal. Hacía casi un año que salían juntos, pero no habían compartido ni su primer beso. Costaba de creer que justo antes de irse a Makai para ese último torneo, antes de irse le pidiera el matrimonio a la chica. No habían vuelto a hablar de ello formalmente, pero la verdad es que los dos sentían demasiada vergüenza como para sacar un tema, aunque quisieran hacerlo.

Keiko era una chica de su misma edad, se conocían desde pequeños. Ella era una chica alta y esbelta, cosa que llamaba mucho la atención a los otros muchachos. Su cabello grueso estaba suelto, a la altura de media espalda. Vestía una falda por encima de las rodillas de color marrón, y una camisa de botones sin mangas blanca. Los dos, a pesar de la disputa, se sonrieron.

"¿Dónde has estado? ¡Llegas tarde!" se quejó ella inflando sus mejillas.

"Perdona" musitó Yusuke "Verás, es que Kuwabara quería que hiciéramos un pulso, y aunque lo gané a 11 de 15, él seguía insistiendo" dijo con voz aburrida, entrecerrando los ojos. Ella suspiró, maldiciendo las energías de los hombres a la hora de competir entre sí. Pero sus labios se curvaron en una sonrisa.

«Pero ahora estaré con él todo el rato» pensó felizmente. Agarró del brazo a Yusuke, y empezó a andar. Las mejillas de los dos se ruborizaron.


Elegantemente, se limpió la sangre de sus labios con el dorso de la mano, mientras sus labios se curvaban en una sonrisa. A diferencia de mucha gente, él tenía dos nombres, completamente opuestos entre sí. Shuiichi Minamino y Youko Kurama. Aunque sus amigos lo llamaban más bien Kurama. Sus ojos verdes brillaban centelleantes ante su acompañante, su sonrisa cada vez más aguda. Su cabello largo y rojo caía libremente sobre su espalda, pero una cinta lo sujetaba en la nuca. Su traje (unos pantalones de chándal y una camiseta roja) estaba empapada de sudor y en sangre. Estaba rasgado de varios sitios, cortado y sus heridas sangrando, pero ninguna de ellas peligrosas. Dejó ir un suspiro y observó los movimientos de su adversario.

Jaganshi Hiei. Aunque lo llamaban más bien lo último, siendo como era su nombre original. Él era el hijo bastardo de las Koorime, y dominaba a su placer el fuego y la oscuridad. Éste era bajito y pequeño, pero con los hombros muy anchos. Su traje negro no dejaba ver su trabajado cuerpo, tan sólo cubierto hasta el codo. De repente se quitó la capa, mostrando sus músculos para facilitarle movimiento, más que para presumir. No, Hiei era conocido por su frialdad y su indiferencia, y pensaba tomarse ese combate en serio. Su cabello negro y puntiagudo estaba algo alborotado por el viento y el choque del aire. Sus pequeñas pupilas rojas como el fuego encendido miraban fijamente a Kurama.

"Has mejorado, Kitsune (3)" dijo él con su voz fría, pero mostrando un toque algo irónico. Imitó el movimiento de su compañero y se limpió la sangre de su labio.

"¿Acaso lo dudabas?" comentó Kurama, sonriendo. Avanzó un paso y se preparó en posición de ataque y defensa. Era su mejor técnica, dejar que Hiei lo atacara y mientras de defendía, atacarle de improviso sin hacer un juego sucio. Y es que él era así, frío y calculador, astuto como un zorro. Hiei, para su desgracia, ya conocía su técnica y estaba optando por otra estrategia.

Kurama dejó ir una risa. Él era un zorro espiritual, un Kitsune de más de 500 años (no los había contado tras esa cifra) y en cambio Hiei era cada vez más poderoso, cuando éste casi le doblaba la edad. Eran el adversario y mejor amigo del otro. Sus ojos se cerraron cuando, tras sonreír, Hiei desapareció.

Para Hiei, en cambio, era una frustración. Consideraba a Kurama su mejor amigo, pero no conseguía vencerlo definitivamente, menos aún cuando éste se transformó en un ser humano, ya que sabía que su forma demoníaca era más poderosa. Aunque él tampoco usaba ese poder que guardaba, siendo como era muy molesto, ver por tantos ojos y acumular tanta energía. Normalmente, cuando su amigo no tenía que ir a la Universidad (aunque él seguía llamándolo lecciones ningen) quedaban y entrenaban juntos, enfrentándose entre sí e intentando mejorar la técnica del otro sin palabras.

Una rosa. El arma más hermosa que Hiei jamás vio, era una de las más mortíferas. Las manos de Kurama jugaban con esa rosa, que pronto se transformó en un látigo mortal para quién lo toca, que no fuera él. Desenvainó su katana del filo, dispuesto a ganar esa batalla.


"¡¡YUKINAAAA-CHAN!!" ese grito sobresaltó a todos los presentes. Se encontraban en un pequeño centro comercial, donde había una pequeña fuente. La halagada era una chica joven, de estatura bajita y delgada. Vestía un pequeño vestido verde azulado n/a: Decidí que no llevara el Kimono, más que nada por que es una cita. Su cabello erafino y suave, de una tonalidad verde. Pero sus ojos era lo que más llamaban la atención de quién la miraba. Eran de color rojo intenso, como un rubí, y escondía en ellos secretos, pero mostraban amor y compasión.

La gente miraba a quién había gritado con una mirada algo sarcástica. Corriendo hacia la Koorime estaba un joven de aparentemente 19 años, como perseguido por un fantasma. El joven era muy alto, más que la mayoría de los que estaban por es zona del centro. Su cara era alargada y con duras facciones, sus ojos pequeños y alargados. Lo que más llamaba la atención, aparte de su cuerpo robusto y fuerte, era su cabello rizado, peinado en forma de cono hacia adelante. Vestía muy elegantemente, con una camisa de manga corta, desabrochada en los primeros botones y unos tejanos blancos.

"Buenas tardes, Kazuma-kun" dijo con su voz suave y melodiosa.

"Perdón por si llegué tarde. Ese Urameshi quiso hacer unos pulsos y quiso la revancha..." mintió. Fue obvio incluso para ella, pero simplemente rió dulcemente mientras analizaba sus intentos de impresionarla. Pero Kazuma Kuwabara siempre sería Kazuma Kuwabara.

Empezaron a andar sonrientes, mientras Kuwabara intentaba hacerle reír. Ella simplemente agradecía su compañía, agradecía su constante atención y su preocupación por ella, aunque una parte algo egoísta de sí misma creía que era algo pesado, que ella tenía muchos más años que él. Pero en realidad ella le estaba agradecida e ignoraba esa parte egoísta de sí misma. Después de todo, había sido él, Urameshi Yusuke y Hiei quién la habían salvado de ese millonario maniático.

"¡Eh! ¡Eh, chico! ¡Eh! ¿Estás bien?"

Pronto fueron más voces las que se unieron a ese hombre, todos repitiendo lo mismo. Curiosa, Yukina dejó de lado esos pensamientos y junto a Kuwabara se acercaron a una pequeña multitud de gente. Los dos dieron un respingo al ver la causa de la agitación pública.

Tumbado en medio del lugar estaba una persona. No sabían quién era ya que una capa roja le tapaba el rostro y el cuerpo. Unos pantalones desgastados y marrón pálido se dejaban ver. Su ropa y la persona estaba mojado como si se hubiera tirado al lago. Un hombre se había arrodillado a su lado, y lo cogió, dándole la vuelta.

Inconsciente y pálido estaba un adolescente. Lo más curioso era, aparte de su exótica ropa, una señal Jr en la frente y un chupete azul entre sus labios.

Koenma.


Kurama suspiró aliviado y claramente satisfecho. A su lado, Hiei gruñía enfadado, y no pudo evitar reírse. Estaban los dos en el mismo sitio donde entrenaron, en el claro de un bosque cerca del parque. El demonio estaba sentado con las piernas cruzadas al estilo indio, de espaldas a su amigo y adversario, obviamente ofendido ante su derrota. Kurama, en cambio, se estaba estirando libremente en la hierba, una sonrisa poco habitual en su cara, ya que siempre llevaba esa máscara de tranquilidad.

"La próxima vez no lucharemos en un bosque, sino en un volcán" murmuró Hiei. Sus ropas estaban rotas y varias de sus heridas sangraban. La peor que tenía era el pecho, donde había sido tocado por el látigo de él. Kurama rió de buena gana.

"Ni hablar. Chamuscarías mis plantas y eso no lo permito" dijo él sonriendo ácidamente. Hiei murmuró algo y Kurama no pudo evitar pensar que era divertido. Jamás mostraba esa cara a los demás y se entristecía al pensar eso. Si sabía algo del demonio de fuego era que no soportaba perder. Pero la lucha había sido muy igualada, y aunque hubiera ganado Kurama se llevó la peor parte. Toda su camisa estaba quemada y se la tuvo que quitar. Varias cicatrizas cubrían su piel, pero ninguno de los dos se inmutó. Después de todo, Kurama era un "suertudo", acababa hiriéndose lo quisiera o no.

"Bah, puedes tener todas las plantas que quieras" dijo Hiei con una risa, sabiendo que Kurama le daba igual lo que pensara. Además, siempre pasaba lo mismo cuando se enfrentaban: luchaban entre sí, uno de los dos se enojaba y volvían a hablar y quedaban para una revancha. Ninguno de los dos ganó más de cuatro veces seguidas, ya que sus poderes estaban muy igualados.

"Lo que digas, Hiei. Yo tengo que volver a casa o mi madre se preocupará. Tendré que ir rápido, no me apetece que me vayan mirando" dijo Kurama gruñendo "La próxima vez deja mi ropa intacta, ¿quieres?" Hiei rió y eso confirmó lo que pensaba el zorro. A él le daba igual. Se encogió de hombros y se levantó holgazanamente. "¿Quieres la revancha? Pues mañana tengo que quedarme después de clases, tengo una reunión de biología" el demonio de fuego no se molestó en preguntar qué era eso (una cosa ningen (4), seguro) "¿Pasado mañana?"

"Hn. No se porqué quieres entrenar aquí, en Makai podemos usar todo nuestro potencial, Kitsune"

"Si lo usáramos nos mataríamos" dijo Kurama, su rostro ensombreciendo. Hiei no dijo nada "Bueno, yo tengo que irme" empezó a andar hacia su casa, cuando paró en seco. Hiei lo miraba, vio que su compañero había quedado rígido y mirando a alguien delante suyo. Él tampoco pudo evitar quedar paralizado de la desagradable sorpresa.

Estirada en el suelo y sin moverse estaba una figura humana femenina. Vestía un kimono rosa, mojado que se pegaba a su piel. Su cabello le cubría la cara, suelto y azul oscuro, debido al exceso de agua. Hiei no tuvo que comprobar el KI de esa persona, ya sabía quién era.

Botan.


"¡Eh! ¡Mira!" exclamó Keiko sonriente, jalando el brazo de Yusuke de golpe. Él chico la miró, parpadeando confuso y algo enojado ante la acción tan brusca de la chica. Levantó la mirada y miró hacia donde la chica le señalaba con el dedo. Sentada en el banco, con un periódico en la mano, y la otra mano dando de comer pan seco a las palomas, estaba Shizuru. "¡Shizuru-chan!" exclamó ella, corriendo hacia la hermana mayor de Kazuma Kuwabara.

La chica era unos años mayor que ella, tenía el cabello castaño claro a la altura de la cintura, liso y suave. Sus ojos eran alargados y de color miel, de una tonalidad más pálida que la de Yusuke. Era una chica muy bonita, alta y delgada, con sus hombros anchos y robustos. Shizuru sonrió y les saludó.

"Hola" dijo Yusuke, devolviendo el saludo sonriente.

"Qué, ya veo que estáis en una cita, ¿me equivoco?" dijo ella sonriendo pícaramente, haciendo que los rostros de sus acompañantes enrojecieran de golpe. Cuando vio que no contestaban, Shizuru continuó hablando "Ya veo que no. ¿Qué tal estáis?"

"Bien, bien, ¿y tú?" preguntó Keiko, recuperando el color habitual en su rostro. Cuando Shizuru le dijo que estaba bien, Keiko sonrió complacida "Hace mucho que no te veo, Shizuru. ¿Sabes algo de Yukina o Botan?" los dos notaron que la voz de ella había cambiado en un susurro.

"No. Kazuma me ha dicho que Yukina-chan está bien, es más, hoy están juntos en una cita" Keiko rió ante la explicación de Shizuru "Pero de Botan-chan no se nada, y Kuwabara tampoco. Tú nada, ¿Urameshi?"

Yusuke negó con la cabeza, diciendo que desde que fue despedido por la asignación de Koenma, no había vuelto a saber nada de ellos. Desde hacía un año.

"Pero seguro que están bien y..." empezó a decir Yusuke.

"Urameshi"

Los tres dieron un profundo respingo cuando una voz fría y grave interrumpió a Yusuke. Los tres se giraron y vieron delante suyos a una figura pequeña y vestida de negra. ya sabían quién era, pero decididamente no esperaban encontrárselo. Hiei. ¿Qué hacía en un lugar lleno a rebosar de ningen(s)? Se lo iban a preguntar, pero volvió a interrumpirles. Por lo que pudieron ver, estaba preocupado por algo, y eso nunca era una buena noticia, sino más bien algo preocupante.

"Onna(5) ha sido atacada. Kurama está con ella" dijo simplemente y con una voz callada.

"¿Onna?" preguntó Yusuke, sin saber a quién se refería.

"¿Botan?" se aventuró a preguntar Shizuru. Cuando Hiei asintió con una mirada fría, Keiko palideció de horror y preocupación. Iba a decir algo, pero esta vez fue la hermana mayor Kuwabara quién interrumpió. "¡Eso es muy malo! ¿Cómo la han atacado? Bueno, de igual. Dile a Kurama que la traiga a mi casa"

"Hn, ¿te piensas que soy un perro faldero que va dando mensajes?" dijo con enfado claro en su voz. Shizuru no dijo nada, pero tampoco se intimidó. Hiei desapareció.

"¡Eso es horrible...!" murmuró Keiko.

"Vamos, vamos a mi casa, pronto vendrán Hiei-kun y Kurama-kun con ella"


(Al día siguiente)

Era una tarde con una atmósfera tensa y espesa. El día estaba cubierto, no se parecía a nada al día anterior donde todo estaba soleado. Nos situamos a las afueras de la ciudad. Más bien al templo de una vieja señora, bajita de estatura y con el cabello gris, con alguna que otra mecha rosada. Sus ojos eran grandes, aunque sus pupilas eran pequeñas y de color marrón.

Se llamaba Genkai, y era la maestra de la técnica de las Vibraciones Espirituales. Fue la maestra de Yusuke un tiempo, pero había llegado el momento en que no tenía nada más que enseñar. Ella se paseaba por la casa y llegó a una habitación. Abrió la puerta corrediza de papel y miró a la gente que estaba en ella.

Tumbados en unos futones estaban Koenma y Botan, que seguían en un sueño. Alrededor suyo, sin hacer ningún ruido estaban Yusuke, Kurama, Hiei, Kuwabara, Yukina, Keiko y Shizuru.

Después de que llevaran a Botan a casa de los Kuwabara, pronto aparecieron el hermano pequeño y Yukina, cogiendo en brazos al Príncipe. La Koorime había hecho uso de todo su poder mágico para curarles, pero dijo que era normal que durmieran durante mucho rato. Como apenas había sitio para tanta gente, decidieron ir al templo de Genkai, siempre vacía y muy espacioso. Además, la vieja también tendría derecho a saber qué ocurría, y, según lo que dijo Yusuke, tal vez ella sabría algo también.

Y resultó ser que así era. Pero no sabía mucho.

"Reikai ha desaparecido"

Esas palabras causaron una gran conmoción, pero Genkai no fue capaz de decir nada más, ya que no podía saciar su sed de conocimientos sin disponer de información. Simplemente podrían esperar a que despertaran.

Cuando Genkai cerró la puerta de la habitación, los ojos de Koenma empezaron a abrirse lentamente.


Notas de la Autora: ¡Bienvenidos a mi primer fic de YYH! Espero que os guste y que estéis disfrutando de él. Sé que el Sumario es algo pobre pero...je, dadme un respiro, ¡este fic tiene mucho jugo! Aquí habrán diversas parejas (unas claras, otras no tanto), pero aviso que NO habrá YAOI (no es que tenga nada en contra).

Nota: A diferencia de todos mis otros fics, de este sólo tengo este capítulo. Por lo que tengo que escribir el siguiente aún, y por eso tardaré más en escribir, ya que estoy activa en mi otro fic de Detective Conan Rebelión de la verdad, mentes detectivescas.

En el próximo capítulo: Botan y Koenma les explicarán a Yusuke, Kurama, Hiei y Kuwabara qué le ocurre a Reikai. ¿Podrán salvar al Mundo Espiritual? ¿Quién es el causante de semejante desastre? Promesa: más interesante de lo que parece

NA1-. Estoy hablando de la película 2 de YuuYuuHakusho. Se llama "Phantom Report" y creo que es muy buena. La recomiendo a todos los fans de la serie YYH.

NA2-. Después de desobedecer las órdenes que le da Koenma para participar en el Torneo de Artes Marciales (el tercero, es decir, para decidir quién era más poderoso de Makai para gobernarlo cuando se enfrentaron Yomi-Mukuro-Raizen. La despedida, pero, fue bastante alegre.

1-. Koenma-sama: -sama es un honorífico que se usa tan solo para los cargos más elevados. Ya sea para Príncipe (en el caso de Koenma), o para Dios. En el caso de "Chan" es usado con mucho cariño, entre amigas y especialmente para chicas. "Kun" es un equivalente al "chan" varonil, pero es un mero formalismo, sin tanto cariño. "San" es para hablarle a los adultos, "Senpai" para tu superior y "Sensei" para tu profesor.

2-. Konnichiwa: Hola.

3-. Kitsune: Zorro (espiritual). Es la forma verdadera de Kurama, así que por eso lo llama así Hiei.

4-. Ningen: Humano.

5-. Onna: Mujer.