El día era tranquilo, el cielo estaba claro. "Hasta la vuelta" gritó la alta figura "Ya nos vamos" secundó melodiosamente su acompañante. Hotaru salió corriendo de la casa para despedir a sus queridas Michiru-mama y Haruka-papa. De un salto se avalanzó sobre Haruka que apenas tuvo tiempo de dejar las maletas en el coche y girarse en un zumbido a recoger a su hija. Se abrazaron entre risas mientras Haruka hacia dar vueltas a la pequeña al tiempo que giraba sobre si misma. Michiru las miraba sonriendo, mientras los profundos lagos azules que tenía por ojos brillaban con alegría y cariño. "Veo que ya lo habeis recogido todo.¿No os olvidais nada?" Las tres se giraron para ver a Setsuna en la puerta de la casa. Michiru sonrió a su buena amiga. "Tan solo estaremos fuera tres o cuatro días, Setsuna. No tienes por que preocuparte" entonces miró a Haruka "Además cuidaremos muy bien la una de la otra ¿no es cierto Haruka?" susurró maliciosamente la violinista. La cara de la atleta se ruborizó profundamente. Michiru rió graciosamente al tiempo que se tapaba la boca con su mano. "S..ss...sí.Ehem" Haruka retomó su postura" sólo serán tres o cuatro días a solas con mi Michiru. No creo que sea tan malo" dedicó una sensual mueca a Michiru. Setsuna elevó sus cejas. Entonces esbozó su sonrisa de *yo se algo que vosotras no sabeis... ya os lo encontrareís* y se echó a reír histéricamente. Haruka, Michiru y Hotaru tenían una enorme gota de sudor tras sus cabeza mientras la miraban troncharse a Setsuna, ella sola. De repente...la mayor de las sailors volvió a ser ella misma, con su cara más seria que un palo.

"No" dijo secamente. Hotaru volvía a tener la gota gigante tras su cabeza ( realmente tiene una familia muuy peculiar) mientras Haruka y Michiru notaban un escalofrío subir por sus espinas al mismo tiempo.