Disclaimer: Los personajes de Daredevil no me pertenecen, ellos son de Marvel y Stan Lee.

N/A: Solo quería hacerles saber que aún me encuentro sin una computadora y que lo que publique a partir de ahora será a partir de la aplicación del celular que no es muy buena, así que si ven algunas fallas sepan disculpar.

Capítulo Único: Bálsamo.

Se recuesta sobre la suave cama con gesto cansado, suspira y lanza lejos la tela manchada de sangre con la que se había limpiado la herida de su brazo. Sus cortes, no tan profundo como en veces anteriores, escuecen y hasta vuelven a sangrar un poco. Frank lanza una maldición y cierra los ojos con frustración, la misión que se había asignado había resultado ser más duro de lo que había creído. No porque hubiera sido difícil, sino, más bien, que los tipos a los que había ido a matar no estaban precisamente solos y la labor de asesinarlos a todos fue molesta y duro más de lo que había calculado. Cada vez que recordaba dispararle a uno de esos bastardos, tres más aparecían en su lugar.

A su lado, el colchón se hunde un poco y el hombre abre sus ojos para notar al abogado. Matt tenía consigo un botiquín de primeros auxilios, una botella de agua y otra de cerveza fría. El pelirrojo le entrega la bebida fría y Frank le agradece internamente por el gesto, Matt toma de su brazo herido y lo acerca a él con resistencia.

- No hace falta que hagas esto, Rojo... -dice Frank entre dientes.

Matt, como ya había ocurrido antes, lo ignora por completo y se centra en el laborioso trabajo de desinfectar la herida, limpiarla y luego cocerla con una delicadeza que abruma un poco a quien se hacia llamar Punisher.

Frank no estaba acostumbrado a eso, al cariño y la paciencia que el otro hombre le regalaba cada vez que llegaba de una de sus misiones, cubierto de sangre tanto suya como ajena y oliendo a pólvora y sudor. Como cada vez que volvía al departamento del abogado, siempre había un plato de comida caliente, una cerveza fría y la ducha lista para ser usada junto con un cambio de ropa que olía excelente. Frank piensa, y con justa razón, que Matt se merecía algo mejor. A alguien mejor.

Pero Frank era un hombre egoísta y por mucho que supiera que él no se mereciera al Vigilante sin miedo, no iba a dejarlo ir por nada del mundo. Después de todo, Matt era como una pequeña luz en su vida, su bálsamo. Era quien le mantenía cuerdo y centrado en sus misiones, una razón para salir con vida y volver a casa donde sabía que había alguien esperando por él.

Matt venda la herida, la que parecía ser más seria a comparación de las otras, y se vuelve hacia el baño para guardar en el gabinete el botiquín que poco a poco se volvía cada vez más vacío. El pelirrojo vuelve sobre sus pasos hasta la habitación y se recuesta a su lado, pasa un brazo sobre su estómago y lo atrapa en un abrazo suave para no molestar a sus heridas, pasea la punta de su nariz por su hombro y besa una herida cubierta por una ridícula bandita de Hello Kitty. Frank rueda los ojos, molesto.

- Me alegra que estés bien... -susurra Matt contra su piel.

Frank envuelve al abogado en otro abrazo.

- Unas pocas balas no van acabar conmigo, Rojo... -le promete.

Matt asiente y suspira, relajándose por completo.

Frank lo observa dormir un poco antes de unirse a él, sintiéndose protegido y a salvo allí. En los brazos de quien le daba un sentido a su vida.