Nota de la autora: Esto es un minific de 4 capítulos que se me ha ocurrido. Llevo escritos 3 por lo que no os haré esperar demasiado. Está situado en el 4x3 con todo el lío de Brennan y los dos novios. Y es que no podía evitar preguntarme, ¿para qué necesita Brennan dos hombres?
Advertencia respecto a este capítulo 1: contiene sexo explícito de Brennan con Mark, el buzo soldador. Sé que a mucha gente no le gusta leer sobre B/B con otra gente (me incluyo en el grupo) pero creedme, habrá B&B al fin. Espero que os guste.
Disclaimer: Bones pertenece a Fox, no es mío. Y menos mal, porque no os voy a decir en qué franja horaria emitirían esto...
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Capítulo 1: Brennan
Temperance Brennan adoraba el sexo. Le encantaba sentir el aliento de sus amantes en el cuello, sus labios sobre su cuerpo, sus manos recorriéndola, los sonidos de éxtasis, el crujir de los muelles de la cama… Disfrutaba con todo aquello.
Se sentía poderosa la primera vez que un hombre la veía desnuda y viva cada vez que alcanzaba el orgasmo en compañía.
Por eso no tenía sentido que llevara tanto tiempo sin mantener relaciones sexuales con nadie. Sin embargo, conocía la razón de tan larga abstinencia: Booth.
Su relación era platónica puesto que sólo eran compañeros y amigos pero cuando el agente le explicó hacía casi un año lo que era hacer el amor no pudo evitar preguntarse cómo sería hacerlo con él.
Borró esos pensamientos de la cabeza. Había una línea que no debían cruzar, no debía olvidarlo.
Pero era su cuerpo el que le recordaba cada noche que estaba sola. Salía tanto con Booth que, salvo alguna mirada masculina ocasional por la calle, ningún hombre le había tirado los tejos. Hasta que apareció Ian, su homólogo británico.
Y ahí también tuvo que meter baza Booth. "Tú eres especial, Huesos". ¿Y de qué le servía serlo? Pero Booth le había pedido que no se acostara con él y ella no podía negarle nada a su compañero.
Sin embargo, su cuerpo se lo pedía, lo reclamaba a gritos.
Por eso había quedado esa noche con Mark, con el que no tenía nada en común, porque sabía que serviría para la tarea a realizar.
También necesitaba pasar menos tiempo con Booth, salir con alguien que la estimulara intelectualmente y Mark no le servía para eso. Por esa razón había quedado con Jason, para tratar de cubrir con 2 hombres lo que no podía cubrir con el que realmente deseaba.
Booth fuera, Mark dentro.
A las 10 en su casa, ya cenados, sin necesidad de juegos de seducción. Esa noche volvería a practicar sexo.
Tras darle muchas vueltas, Brennan decidió recibir a Mark con tan sólo una bata sobre su cuerpo desnudo. Cuando abrió la puerta se encontró cara a cara con el buzo soldador que vestía una camiseta y vaqueros que acentuaban su musculoso cuerpo.
-Hola, Temperance, estás… -comenzó Mark, sorprendido de verla en bata. Brennan cerró la puerta tras él y deslizó la bata por los hombros, quedándose desnuda frente a él. No necesitaba charla insulsa, para hablar y no tocar ya tenía a Booth. Otra vez Booth. Trató de despejar sus pensamientos y no le fue difícil al ver la mirada de deseo que le dedicó el hombre frente a ella-. Impresionante.
-Lo sé –sonrió, tirando del brazo de Mark para guiarlo a su habitación. El hombre colocó la mano en la parte baja de su espalda y Brennan dio un respingo.
-¿Ocurre algo? –preguntó preocupado.
-No –sonrió tranquilizadoramente y bajó la mano hasta su trasero que el buzo no dudó en apretar. Su trasero era firme y la piel suave. Llevaba meses sin ver una mujer y la que tenía delante era preciosa. Perfecta.
Brennan lo guió hasta el dormitorio, cerró los ojos y lo besó apasionadamente mientras se apretaba contra él. La antropóloga bajó una mano, apretó su miembro a través de los pantalones y Mark dejó escapar un jadeo. Le estaba costando todo su autocontrol no lanzarse sobre ella como una fiera en celo.
-Desnúdate –ordenó Brennan. En menos de lo que tardó en decir aquello Mark ya se había arrancado la ropa.
Brennan se tumbó en la cama y lo miró incitadora. El hombre se colocó sobre ella y comenzó a lamer su cuello con suavidad, para después bajar a su clavícula y mordisquear sus hombros. Sus manos acariciaban sus costados y fueron hasta sus pechos, acariciándolos con suavidad.
-Chúpame… -comenzó-. Mmmm, sí… -agradeció cuando sintió la boca del hombre lamer sus pezones y mordisquearlos.
-Eres directa… -afirmó Mark, admirado.
-En cuestiones de sexo es mejor ser directa y decir lo que quieres –afirmó y el buzo decidió guardar ese dato para más adelante mientras comenzaba a bajar los labios por su cuerpo. Trató de cruzar su mirada con la de Brennan pero se encontró con que los ojos de la antropóloga estaban cerrados. Le molestó un poco, le gustaba poder ver los ojos de sus amantes, los ojos no mienten, los ojos te demuestran si tu pareja está disfrutando o no. Aunque su cara de placer también lo decía todo. Decidió que no se sentía molesto.
Sus pensamientos se disiparon cuando Brennan enredó los dedos en su corto pelo y colocó su boca justo en su entrada. Captó el mensaje y comenzó a lamer su sexo poco a poco, evitando su clítoris, torturándola con placer.
Brennan bajó la cabeza de su amante hasta su sexo y cuando sintió su lengua lamerla no pudo evitar dejar escapar un suspiro de satisfacción. Sí, eso era justo lo que necesitaba. Booth… pensó mientras la lengua de su compañero cada vez se iba moviendo más rápido.
Mark sintió el anhelo de Temperance pero antes de rendirse y atacar su clítoris levantó la cabeza y sus miradas se cruzaron. Vio deseo en los ojos de ella pero también algo que no supo descifrar, algo parecido a la determinación.
Brennan se sintió contrariada cuando Mark la miró pero también fue como si despertara. No debía pensar en Booth. Pero no lograba dejarse llevar del todo si Mark la miraba, de modo que agarró su pelo y le hizo enterrar otra vez la cara en su entrada.
Mark al fin succionó su clítoris y Brennan sintió el placer crecer en ella, a punto de estallar… pero no estallaba. En ese momento apretó sus propios pechos y se imaginó las manos de Booth haciéndolo. Y aquello fue el detonante.
-Oooohh, síííííí –jadeó al sentir su orgasmo estallar-. Eres bueno –jadeó en el oído de Mark cuando éste se tumbó a su lado.
-Aguanto la respiración 3 minutos bajo el agua, Temperance.
-Se nota –sonrió la antropóloga, se colocó sobre él y besó su torso para después lamer sus tatuajes. Comenzó a bajar sus besos y caricias pero el buzo la agarró de los costados y la colocó de espaldas en la cama.
-Quiero estar dentro de ti –le susurró con pasión mientras le mordisqueaba un pezón.
Brennan sintió un estremecimiento de placer y asintió.
-No me gusta el misionero –le advirtió, zafándose de su abrazo y colocándose a cuatro patas-. Me gusta la postura del perrito –Lo cierto era que nunca había sido una de sus preferidas pero le impediría ver su cara y le permitiría concentrarse sólo en sentir.
¿Por qué no quiero verle la cara?, se preguntó. Era un hombre guapo y no era precisamente lo que Angela denominaría un "hombre gamba". Pero estaba bloqueada, emocionalmente bloqueada, comprendió súbitamente. No importaba, sacaría a Booth del pensamiento.
Mark se puso un condón y posó las manos en las caderas femeninas. Brennan sintió su cabeza acercarse a ella y preguntarle:
-¿Estás preparada?
-Sí –contestó y sintió a su compañero introducirse en ella lentamente. Mark se movía con lentitud y suavidad en su interior.
No, suave no… Lo necesito fuerte, duro… Sexo, no hacer el amor.
-Duro, hazlo más duro, sé más duro –rogó.
Mark enredó una mano en su cabello mientras la otra se apoyaba en sus caderas y comenzó a moverse más rápida y bruscamente en su interior.
-¿Así?
-Sííííí… justo, justo así.
Mark le dio un cachete en la nalga y siseó sobresaltada. Sí, eso era justo lo que quería. Estaba a punto pero necesitaba…
-Acaríciame con tu mano izquierda los pechos y con la derecha el clítoris –pidió y gimió de placer cuando su amante la obedeció.
Estaba cerca, Mark la estaba acariciando con mano experta y aún así…
Recordó los labios de Booth devolviéndole el beso bajo el muérdago, Booth agarrándola suavemente por los hombros, Booth abrazándola, Booth posando la mano en la parte baja de su espalda…
Imaginó a Booth acariciando sus pechos y su clítoris mientras la embestía por detrás… Y entonces…
-Oh, Dios mío, sí, sí, sí, síííí –jadeó al sentir el placer recorrerla. Mark se separó de ella y se retiró el condón, aún excitado-. ¿No te has corrido? Sí que tienes resistencia –comentó sorprendida mientras se tumbaba boca arriba en la cama.
-Lo he dejado para ti –susurró en su oído señalando su aún erecto pene. Se sentó en el borde de la cama y Brennan se arrodilló a sus pies, agarrando con la mano derecha la base de su erección. Mark metió un dedo en su boca y lo llevó a los labios de la antropóloga, que lo chupó rápidamente-. ¿Notas tu sabor? Aún está en mí.
Oscuro, apasionado, rudo…
Brennan introdujo la punta de su pene en la boca y la succionó ligeramente, recibiendo el arqueamiento de las caderas de Mark hacia ella por respuesta. Cerró los ojos, introdujo su miembro más profundamente y comenzó a mover la cabeza hacia delante y hacia atrás. Sintió las manos de Mark enredarse en su pelo y guiarla.
Sexo, puro sexo…
-Oooooh, Temperance…
Oooooh, Huesos…
-Temperance, voy a correrme –jadeó el buzo, vaciándose dentro de su boca. Brennan lo lamió hasta dejarlo limpio y ambos se tumbaron boca arriba en la cama, exhaustos-. Siento haber sido tan brusco, pero creía que era lo que querías.
-Sí, es lo que te pedí, lo has hecho bien –constató como si se tratara de un examen.
-¿Puedo hacerte una pregunta personal? –preguntó Mark cuando recuperaron el aliento.
-Claro.
-¿Por qué no gritas mi nombre al correrte?
Porque si grito un nombre no será el tuyo.
-Nunca grito el nombre de nadie –Y era cierto, nunca lo había hecho-. ¿Preparado para la ronda 2?
-¿Qué tienes en mente?
-¿Serías lo bastante fuerte como para subirme a pulso contra la pared?
-Sólo hay una forma de averiguarlo –sonrió mientras la besaba y la alzaba entre sus brazos.
Sí, esto era justo lo que necesitaba…
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En el siguiente capítulo Booth.
Cualquier comentario (amable) y de alguien mayor de edad es bienvenido.
