Tiempo robado
Su mano tomando la mía, sus labios tocando los míos, su corazón palpitando con el mismo ritmo que el mío, uniéndonos en uno solo.
¡Por Dios! ¡Tenia tanto miedo! ¡Tanto miedo que nos hallaran, que lo apartaran de mi lado!
—No llores —me susurra, besando las lágrimas saladas que mojan mis mejillas— por favor, no llores, Hinata.
Alzó la mirada y lo contempló: sus ojos azules cariñosos, amables y amorosos, se ensombrecen con una pizca de preocupación.
—Lo siento, es sólo que…
—Lo sé —me interrumpe, alzando una mano para acariciar mi mejilla— pero no tienes que ponerte triste, no cuando estamos los dos juntos, al menos.
Asiento con la cabeza y buscó sus brazos para que me reconforten y me den su calor.
Cada minuto al lado de Naruto, es un tiempo robado en la vida.
