N/a: Bueno, esta primer historia de Marvel se sitúa en los años 70, es una mezcla entre el cómic de Capitán América y Winter Soldier con el universo cinematográfico de Marvel. Soy una gran fanática del personaje del Soldado de Invierno por lo que deseaba escribir algun fanfic que se centrara completamente en él.
¡Espero que les guste y gracias por leer!
K.
Prólogo.
Despertar siempre era doloroso. Su cerebro estaba paralizado por el frío, el dolor se extendía por sus miembros aun engarrotados como si miles de espinas se clavaran en sus musculos, sus huesos y se obligaba a no dejar salir ni un sonido. La piel le terminaba con quemaduras por el frío. Y lo peor de la situación era no saber dónde estaba o quién era.
Luego de eso venían los cientos de pruebas físicas, las agujas pinchandolo una y otra vez en distintas regiones de su anatomía para terminar la evaluación con la cabeza metida en una enorme maquina, incomprensible para él. Sus dientes apretaban con fuerza el protector dentro de su boca y sus ojos permanecían fuertemente cerrados, su cuerpo sacudiéndose de manera incontrolable, a pesar de estar firmemente atado a la mesa, y gritaba mientras los cientos de voltios de energía eléctrica freían su cerebro.
Al final perdía la conciencia o tal vez, solo no recordaba lo que sucedía a su alrededor.
De nuevo era el Winter Soldier. Tenía una misión.
Una de las tantas bases de operaciones de HYDRA. Año 1970. 0800 Horas.
La sala de pruebas se encontraba oculta bajo la tierra, debajo de uno de los complejos de HYDRA que eran usados para investigación y almacenamiento de armas. Ese pabellón era uno de los más grandes, se encontraba oculto en el fondo de las instalaciones, rodeado por muros grises cuyo grosor impedía que cayeran con facilidad en caso de un ataque. El lugar siempre tenía la temperatura ligeramente baja, estaba lleno de armas, municiones, una camilla e instrumental médico.
En medio de aquellas instalaciones se encontraba una maquina de aspecto tosco, oscura y peligrosa. Para entrar en ese pabellón se tenía que contar con un alto grado dentro de la jerarquía, pasar todos los controles de seguridad que mantenían alejados a los ojos curiosos.
Las gruesas puertas de acero se abrieron, detrás de ellas se encontraba Alexander Pierce quien era resguardado por tres agentes de HYDRA, era una medida de seguridad inútil puesto que el soldado podría vencerlos con facilidad si se lo proponía, pero Pierce sabía que eso jamás sucedería. El soldado de invierno era un arma, las armas nunca fallan y no tienen una mente propia, al menos no aquellas que son eficaces.
-Misión -murmuró el soldado.
El rostro del Winter Soldier se mantenía sin expresión, mirando fijamente a su superior. Se encontraba totalmente vestido y preparado para cumplir con su tarea. Los avances de la ciencia eran increibles, el joven James Buchanan Barnes parecía no haber envejecido más que algunos meses. Pierce admiraba su obra, el trabajo que le ayudaba a escribir la historia a la conveniencia de los planes de su organización.
Alexander chasqueó los dedos, uno de los doctores se acercó y le entregó una carpeta de color gris que estaba marcada con el emblema de SHIELD en la parte frontal.
-Recientemente nos hemos encontrado con un obstáculo que nos dificulta seguir el curso de nuestros planes -informó con su usual tranquilidad y frialdad. -El objetivo esta metiendo la nariz en donde no debería, podría arruinar años de preparación. De esfuerzo. Debe ser...-sonrió ligeramente, de forma afable- removido, de manera permanente, Soldado.
- ¿Quién es el objetivo?
- Tu misión es eliminar a Howard Stark -mencionó Pierce con soltura, mostrándole las fotografías que había dentro del archivo de SHIELD.
Su mente se quedó en blanco y sintió como si alguien golpeara el interior de su cabeza con fuerza. Todo en su interior, vibrando mientras miraba las fotografías de los archivos. Apenas pudo ocultar el ligero temblor de su mano humana, sujetando la carpeta abierta con sus ojos fijos en la información. Parecía como si una imagen estuviera intentando salir a flote en medio de la niebla que era su mente, pero tan pronto como llegó la sensación terminó por diluirse.
- ¿Tiempo para entregar reporte de la misión?
- 48 horas, Soldado. El destino de toda nuestra operación esta en tus manos -informó Pierce con seriedad antes de hacer un gesto a los agentes que le acompañaban.
Los hombres guiaron al Winter Soldier hasta el exterior de las instalaciones. Subió a un automovil oscuro en compañía de uno de los agentes que sería el encargado de conducir y mantener listo el vehiculo en dado caso que fuera necesario escapar.
- Stark -seguía repitiendo la palabra en su mente a pesar de que seguía leyendo los informes. Sentía una inquietud inusual, él no sentía nada, no debía sentirlo, pero algo le decía que esa misión no iba a ser como las anteriores. Estaba concentrado en los detalles de los archivos y sus pensamientos, solo apartó la vista de los papeles al escuchar la voz del conductor.
-Aquí es...el edificio de Stark Industries -informó el agente. Asintió con firmeza, observando las calles, los edificios y señalamientos que había alrededor además de recorrer con la mirada lo alto que era el edificio. Memorizando cada detalle que pudiera serle útil en algún momento.
-Nos prepararemos en uno de los edificios que esté a no más de 5 calles de aquí y necesito un plano de la zona -ordenó. El agente solo atinó a responder con un asentimiento antes de poner el auto en marcha de nuevo.
Cumplir la misión era prioridad. Stark no tenía idea de la tormenta imparable que se avecinaba a él y a los suyos.
