Tengame piedad con esto porque es el primer fanfics con temática hetero que escribo, se lo escribí a mi prima porque no hay muchos fanfics de Fremione en español así que... acá está.
Advertencia: Menciones de sexo y pasado lésbico. (para que no se asusten) Slash Harry/Draco (no explícito pero quedará en claro que ambos son pareja acá).
La pelinegra fijó su vista en la pequeña ave que hacia escasos segundos había entrado en su hogar sin permiso. En su pata delantera una pequeña carta con su nombre en el sobre. Conocía bien -excesivamente bien- la letra en la misiva, y aquella que se la enviaba posiblemente quería restregarle su felicidad en todo el rostro.
Lentamente Pansy, quitó la carta la abrió con nerviosismo y al leerla sus ojos se humedecieron.
"Fred Weasley y Hermione Granger tienen el agrado de invitarlos a su boda la que se celebrará el próximo 22 de Noviembrebre del presente año.
Los esperamos en el jardin de la Madrigera a las 1 p.m."
Bajo la invitación formal había una sola frase que terminó por destruir el maltrecho corazón de la chica de ojos verdes.
"Espero que asistas, Pansy. Significa mucho para mi".
Arrugó la invitación entre sus dedos sin siquiera dar una respuesta afirmativa o negativa al asunto en cuestión solo se dedicó a hundirse en su propia miseria.
Recordó con dolor como ella misma le había dicho que nunca serían novias que era una perdida de tiempo, que ellas solo follaban y ya.
Recordó con dolor también como rechazó la protección que la castaña le había ofrecido aún cuando Pansy le reiteró que en lo suyo no había espacio para aquellas atribuciones.
Recordó doliéndole el pecho como ella había ignorado cada uno de los "te amo" que Hermione había pronunciado en sus oídos justo antes de enterrar algunos de sus dedos en la cavidad de Pansy y seguidamente arquearse contra ella en busca de un mayor contacto.
Pansy le amaba. Siempre lo había hecho desde el maldito primer momento en que vio su cabello albotorado pero, tenía miedo. Siempre tuvo miedo y ese mismo temor la arrebató de sus brazos.
Por un momento quiso volver en el tiempo y... ser por un solo segundo, lo que Hermione necesitaba.
Porque antes de que Fred la conociese ella lo había hecho. Por que fue ella la que conocío todas y cada una de las facetas de Granger.
Conoció a la sabelotodo insufrible pero también conoció a la insegura que quería conocer todo de aquel enigmático mundo en que recién se involucraba.
Conoció a la leal. Conoció a la valiente. Conoció cínica también. Conoció a la maternal. Conoció a la temerosa.
Y conoció cada uno de sus rincones. Y los besó también. Los lamió con devoción y se deletió con sus ojos cerrados fuertemente por el placer. Conoció el tamaño de sus pechos los cuales, envolvió entre sus dedos y con sus dientes también.
Pero, Pansy sabía que cuando los dedos de ella se enterraban con fuerza, con rudeza, fiereza y sin ninguna compasión en su interior, ella conocía a la verdadera Hermione.
A la fuerte. A la salvaje que intentaba undirse lo más profundo en el cálido y húmedo interior de Parkinson. A la mujer dedicida que siempre intentaba algo nuevo en el sexo. A la que se entregaba con pasión a morderla y marcarla como suya.
Porque eso era ella. Suya. Irremediable y malditamente suya.
Pero lo perdió. Perdió como en la guerra y ahora Hermione unía su vida con alguien que no era ella.
