Este fan fic es inspirado en la canción "el antojo de un dios" de Avalanch, la letra es muy buena, y que mejor manera de calmar mi emoción que descargarla en el pequeño "Dios" que toma siempre el alma más pura de la tierra para renacer.
Mi pequeño Alone…
El fan fic es mío, pero los personajes que en él se desarrollan son propiedad de
Shiori Teshirogi y Masami Kurumada que realizo el anime, manga, ova etc. De Saint Seya.
Este fic está basado en Saint Seiya: The Lost Canvas.
ADVERTENCIA: Este fic tiene contenido YAOI (relaciones hombre por hombre)
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Cielo azul respóndeme,
He de saber ¿Por qué me diste a mi tan triste papel?
El alma más pura.
-No puedo hacerlo, no otra vez….- El remordimiento era un sentimiento tan presente en su corta vida que a penas y recordaba cómo se sentían las demás emociones, todo lo que venía a su cabeza eran recuerdos, mismos que atesoraba más que a su propio cosmos, pero cada uno de estos felices momentos prontamente se tornaban dolorosos podía contemplar frente a sus ojos, guerra, peleas, muerte, traición, y finalmente le recordaba a él; Su bella sonrisa, su largo cabello negro, sus gélidos ojos azules, su enigmático encanto, su corazón le pertenecía al Dios equivocado, después de tantas batallas, de numerosos encuentros, se debía enamorar precisamente de él ¿era acaso un castigo por haberle herido?
Pero esta vez sería diferente, lo había jurado, ese amor que se había acumulado en su ser infectando con rapidez su sangre como el veneno de Albafica que se colaba entre sus venas debía desaparecer, esta vez, no iba a amarlo, no iba a tolerarlo, en cuanto encontrara el "recipiente del nuevo dios" lo mataría sin miramientos, sin piedad, uno tras otro, hasta que su vida se lo permitiera, no regresaría con Dohko ni los demás, había desertado por sus ideas contrarias a las de Sasha, su motivación no era protegerla, si no liberar a ese inocente chico que tendría la mala fortuna de ser la nueva "vasija" liberarlo a él, para no volver a ver los ojos de Hades nunca más. Era demasiado egoísta pensar que lo que verdaderamente deseaba era arrancar de tajo ese prohibido amor.
- Maldición….-Murmuro molesto apretando el puño con fuerza, lastimándose al hacerlo, esa misión su misión, era algo que debía completar el solo, porque nadie más estaría de acuerdo, si Hades no tenía un recipiente, entonces las cosas terminarían ¿cierto? - No debo enamorarme no esta vez.- Dijo entre dientes, su amor era símbolo de muerte, si el elegía a una persona a quien amar automáticamente esta persona corría peligro.
¿Por qué me diste a mí un destino tan cruel? ¿A caso dar mi vida por ella no fue suficiente? ¿Mi coraje no te hizo sentir adorada Diosa Atenea para poder abogar por mí en los cielos? Murmuro molesto tratando de observar el cielo azul sobre su cabeza, pero lo único que sus ojos castaños lograban ver era más ramas y hojas verdes moviéndose las unas contra las otras.
Pero antes de seguir con sus réplicas algo llamo su atención, desde la rama del árbol donde estaba sentado podía ver con claridad por la ventana del Orfanato, algo no andaba bien. Muchos chicos y chicas contra uno solo armando un alboroto.
- Mira lo que tenemos aquí, ¿Por qué pintas cosas así? ¿Te crees un ángel o algo parecido? - Comento uno de los niños parándose frente a uno de los lienzos que aún no estaba terminado, la mágica figura de una hermosa mujer había logrado captar la atención del regordete muchacho que por un segundo dudo en romperlo con las manos.
- ¡No! Por favor no hagas eso…- Exclamo el chico de brillantes ojos azules tratando de detener a su compañero, pero era demasiado tarde, la pintura estaba rota y ahora reposaba en añicos en el suelo junto a sus demás cuadros.
- ¡Ya cállate Alone! - Le grito una de sus compañeras jalando su cabello dorado para hacer que el chico perdiera el equilibrio y se pusiera de cuclillas.
- ¡Ay miren esa cara de niña! Va a llorar ¿vas a llorar niña bonita? - Continúo otro de sus compañeros tomando varios de los frascos de pintura de la mesita cercana a la pared.
La botella con pintura azul aterrizo con fuerza sobre su melena rubia, tiñéndola con un tono azul eléctrico, pero no fue el único recipiente de pintura que los chicos dejaron caer sobre el pequeño, al final tonalidades rojizas, amarillas, moradas y castañas cubrieron su uniforme, su rostro y su cabello.
- Ojala y así no tengas con que pagar lo que te comes y te corran de una vez por todas. - Le grito una de las chicas que se había unido a la bola de jovencitos que con rabia y crueldad destrozaban cada uno de los lienzos, de los pinceles y de las obras terminadas que adornaban el taller del pequeño Alone que permaneció sujeto al fuerte agarre de dos de sus compañeros que habían sellado sus labios con cinta, y que ahora sostenían sus manos para amarrarlas con fuerza tras su espalda.
- Sabes que estas maldito, no deberías de estar aquí en primer lugar. - Le dijo el más alto de los dos removiendo su bolsillo para sacar de su interior una plateada y reluciente navaja que abrió ante los ojos sorprendidos del rubio que miro el artefacto con terror.
- ¿QUÉ DIABLOS ESTA PASANDO? - Grito con fuerza Tenma entrando por la ventana de golpe, sorprendiendo a los otros chicos que lo miraron por un segundo para después regresar su vista a Alone.
- ¡No te metas niño nuevo! ¡Tú no sabes nada! - Le ordeno el chico mayor que traía la navaja en la mano, no sería cruel con el chico nuevo, ni si quiera lo conocía, pero con el rubio no tendría piedad, solo dejaría su marca sobre el rostro, así la gente no pensaría que era un buen chico solo por su bello rostro.
Por su parte el rubio trataba de frenar a los demás chicos, haciéndose para atrás, intentado zafarse del agarre de sus compañeros, pero no iba a resultar bien, muchas veces le habían amenazado así, pero esta vez sin la protección de su amiga Sasha, cumplirían con todo lo que se habían reservado.
Sin previo aviso desde su lugar el de cabellos castaños corrió con todas sus fuerzas contra el mayor, tacleándolo al instante haciendo que perdiera la navaja que llevaba en mano y el aliento también, el mayor tosía con fuerza en el suelo, pero eso no iba a calmar la furia de Tenma que subió a su abdomen para en repetidas ocasiones golpear con mucha fuerza su rostro, ahora su nariz sangraba y el brabucón gimoteaba por lo bajo.
-¡Eres un salvaje, suéltalo! Lo estas lastimando - Grito asustada una de las chicas que se acercó al suelo donde por fin Tenma había liberado al otro de su castigo.
- ¿Salvaje? Iban a cortarle la cara a ese chico y a mí me dices salvaje niña tonta. -
- ¡VAMONOS! - Grito una de las chicas emprendiendo el paso fuera del taller siendo seguida por los otros que le igualaron el camino, huyendo despavoridos ante tal ataque, distrayendo a Tenma de su objetivo, logrando que el chico que yacía bajo sus puños corriera al lado de sus compañeros.
- ¡BOLA DE COBARDES MAS LES VALE NO REGRESAR! IDIOTAS- Con enojo se levantó del suelo, eso había sido sencillo, jamás le había agradado la idea de que existieran brabucones en los orfanatos, era algo que no iba a tolerar, aunque se convirtiera también.
Con algo de miedo Alone trato de ponerse de pie, solo consiguiendo manchar su ropa aún más con la pintura que estaba en el suelo, ese sujeto le intrigaba, no sabía si sería bueno con él, o después de oír todos los rumores le golpearía como los otros chicos del lugar.
El Pegaso se giró encontrándose con los ojos de Alone, ese bello azul le hizo sonreír involuntariamente, era como una oruga bañada en colores pensó, rápidamente el chico de cabellos castaños corrió hacia su compañero que temblaba de miedo en el suelo, su rostro estaba manchado de pintura roja y azul de ambos lados, y justo en la frente el chico un gran pentagrama de color morado brillante que habían dibujado sus agresores con los dedos.
- Que desastre. - Tenma tomo al muchacho por los hombros cargándolo con facilidad ayudándolo a ponerse de pie para comenzar a desamarrarlo y retirarle esa cinta de los labios sin mucho tacto.
- ¡Auch!... - El chico tomo la manga de su chaqueta negra para borrar inmediatamente ese pentagrama de su frente, transformándolo en una mancha morada que se extendía hasta sus flequillos rubios. - Muchas gracias por ayudarme con ellos, de verdad te agradezco mucho.- Esa sonrisa, le hizo regresar en el tiempo, a un hermoso lugar, una cálida brisa bajo sus cabellos, el roce de algo extremadamente suave contra sus labios, pero tanta luz sobre los campos no le permitía ver o saber de qué se trataba, su cuerpo recordaba, pero su mente aun no liberaba sus memorias.
- Lo siento mucho, creo que lo retire muy rápido ¿verdad? - Afirmo sonriendo poniendo la mano en la frente al chico que le sonrió nervioso, ese toque había sido gentil, nadie había sido cariñoso con él en muchos años.
- No, no para nada, estoy bien.- Con cuidado el jovencito se inclinó en el suelo tratando de recolectar un poco de pintura de las manchas más gruesas del suelo.
- No creo que consigas mucho de ahí, puedo ayudarte a conseguir más pintura si quieres.-
- ¿Cómo dices? -Tenma tomo uno de esos frascos y poso sus dedos sobre la cabeza del Alone, ahora sí que habían conseguido pintura, ese tierno toque era algo nuevo para el pequeño que le miro nervioso por un instante, era una suerte que sus mejillas estuvieran cubiertas por colores en todos lados si no se sentiría demasiado avergonzado por mostrarse así frente a su nuevo compañero.
- Aquí tienes, por lo menos no tendrás que buscar más azul.-
- Muchas gracias.- Esa sonrisa era lo más bello que había visto en mucho tiempo, en verdad ese chico tenía una belleza deslumbrante. - ¿Tú eres nuevo aquí verdad? -
- Si, llegue esta mañana, este orfanato es más limpio que el mío, es una suerte.- En parte su historia era verdad, había llegado muy temprano por la mañana, a investigar el lugar donde su amiga Sasha vivía antes de llegar al templo, buscaba a alguien en particular, aun no lo conocía físicamente aunque creía poder reconocerlo en el instante en el que se topara con él.
- Me alegra que te guste…. ¿Te puedo preguntar tu nombre?-
- Me llamo Tenma mucho gusto ¿Cuál es el tuyo? ¿Y porque te molestaban los niños de hace rato? No quisiste besar a ninguno de ellos y por eso se enojaron contigo - Respondió con una sonrisa ayudando al otro a colocar esos trozos de lienzo del suelo en la basura.
- ¿Cómo? No no no no para nada, yo les doy…..- En las palabras del ojiazul se podía reflejar el temor que sentía, de ninguna forma iba a dejarlo solo, no dejaría que los demás lo fastidiaran otra vez. Alone por su parte se encogió de hombros alejándose un poco de Tenma que seguía esperando respuestas con esa inquieta mirada que le seguía por todo el salón.
- Me llamo Alone, ellos me molestan porque creen que estoy maldito…..es un rumor del Orfanato y…- Fue en ese instante cuando Tenma soltó el lienzo que tenía en sus manos dejándolo caer al suelo asustando al otro que se encogió en el suelo bajando el rostro para continuar con su labor en silencio, probablemente a partir de ahora ese chico seria parte de los demás, era una pena, en verdad creía haber tenido un amigo, alguien a quien saludar por las mañanas, seria lindo.
Alone, ese era su nombre, el nombre que Sasha había mencionado, no podía equivocarse, era el, el alma más pura estaba frente a sus ojos.
- Gracias….Voy a limpiarlo, gracias por ayudarme….- Tenma ignoro el comentario del otro para levantarse y salir de la habitación en silencio.
- Bueno, creo que debo tener más cuidado, seguro y el si me mata a golpes.- Muchas veces Alone hablaba consigo mismo en voz alta, a final de cuentas casi nadie hablaba con él, solamente su perro Cora era el que respondía con ladridos, pero eso no era suficiente como la voz humana, las conversaciones entre sus compañeros solo se limitaban a ¿Cuántos uniformes limpios necesitas? ¿Terminaron de comer? Este sucio yo lo limpio.
El pequeño permaneció solo en la habitación limpiándola lo mejor que podía, la próxima vez seguramente no tendría tanta suerte, entendía que el enojo de las personas cada vez era mayor, y que pronto le echarían de los alrededores del Orfanato…..Trataría de encontrar algún lugar en el bosque para hacer una pequeña cabaña, sentía miedo de que le prendieran fuego a la suya con el adentro.
El chico se levantó del suelo tomando un trapo de algodón para empezar a limpiar las manchas del piso y de las paredes, si se secaban sería más complicado quitarlas y le reprenderían por ello, así pasaría la tarde limpiando; Por su parte Tenma estaba del otro lado de la pared, su corazón latía con fuerza, esa sensación, ese brillo en su interior, esos bellos ojos azules…. ¿Podrían ser iguales a ese frio azul que poseía el hombre de sus recuerdos?
- Es demasiado dulce carajo ¿porque? No voy a conocerlo, lo matare por la noche y asunto arreglado….- La extraña conclusión, que remordía su conciencia las horas seguían transcurriendo mientras él seguía meditando la situación, matarlo sería bueno, así traería paz en la tierra, no más guerra santa, no más muertes, no más de sus compañeros muertos por esos caballeros malditos, reinaría la paz, sería solo tomar una vida y ya, sin dolor seria rápido, no le golpearía, no haría nada contra el muchacho, estaba seguro él era el nuevo contenedor.
¿Y si no lo era? ¿Mataría a un chico así de inocente? ¿Un huérfano? Alguien a quien probablemente le hacían la vida más miserable por su debilidad, azoto sus puños contra el suelo.
- Como detesto esto, malditos dioses….- Pronto la puerta del taller de pintura se abrió, nuevamente pudo ver al chico, ese rostro, aun manchado de colores se veía adorable, se preguntaba cómo se sentirían sus mejillas bajo las yemas de sus dedos, y ese largo y fino cuello bajo sus labios, con rapidez Alone aparto la vista y decidió caminar al lado contrario al que estaba sentado Tenma, si ese chico nuevo quería pegarle lo mínimo que podía hacer era tratar de huir, pero con rapidez el otro lo tomo por el brazo estrellándolo contra la pared sin querer, su fuerza física siempre había sido usada con torpeza, esta vez no deseaba ser así de fuerte, pudo ver el gesto de dolor que hizo el otro pero ni una sola queja salió de su garganta, bajo el rostro evitando mirar los ojos de Tenma.
- Hola…..- Saludo con torpeza el ojiazul pero no hubo respuesta, el nerviosismo del rubio se despegaba a los cielos, ese chico iba a hacerlo pedazos.
- P-perdona si te ofendí….No fue mi intención…..- Pero ese agarre no desaparecía, solo se intensificaba, eso iba a dejar huella en su piel, sentía la presión que el otro ejercía bajo sus dedos.
- ¿P-puedes pegarme no tan fuerte?... ¿Por favor? Ya me pegaron hoy y…. - El rostro del chico reflejaba la angustia que sentía, ¿eso que sentía? El pequeño estaba temblando, de pies a cabeza, ¿Qué diablos estaba haciendo?
- No voy a pegarte, solo…. ¿Dime donde está el comedor? Tengo hambre.-
- ¿En serio? muchas gracias…Hamm bajas la escalera, tomas el pasillo y la cuarta puerta a tu derecha es el comedor….Yo.- Pero ese fuerte empujón le hizo entender que lo que el otro quería no eran indicaciones si no que le guiara hasta allá. - Yo te llevo.-
- Puedes caminar un poco más aprisa.-
- Si si ya voy.- El rubio hizo lo mejor que pudo por bajar las escaleras, una de sus piernas no respondía adecuadamente, y con todo ese ajetreo la venda que cubría su tobillo izquierdo se deslizo por debajo de su pantalón.
- ¿Te lastimaste? -
- Me caí de las escaleras.- Mintió el chico que no detuvo su paso, seguía nervioso pero una vez en la puerta su temor descendió.
- Andando, quiero ver como es.-
- No pued….- Pero ese fuerte tirón le hizo entrar de golpe al salón siendo arrastrado por el agarre del otro que se detuvo en el medio del lugar.
En cuanto las puertas del comedor se abrieron las miradas de todos los pequeños se dirigieron a Alone, empezando a cuchichear entre ellos.
- ¿Cómo se atreve a venir aquí? ¡Le hace falta otra paliza para recordarle su lugar! Que alguien lo saque por favor, ¿nadie le dijo al nuevo que Alone está maldito? 15 puntos si le doy a la cabeza.-
- Ya veo que eres popular.- Bufo molesto Tenma separándose del chico que se quedó de pie mirando al suelo, escuchaba con claridad a sus compañeros, sabía que tarde o temprano alguien le arrojaría algo buscando herir su rostro.
- ¿Alone? Que sorpresa verte por aquí. - Dijo un hombre posando su brazo sobre el hombro del rubio que subió con rapidez el rostro, mirando al sujeto de largo cabello rubio y esas gafas redondeadas que cubrían sus ojos color miel.
- Ya me iba solo traje a…..-
- Odiaría saber que has vuelto a usar el taller de pintura para jugar. - Ese fuerte agarre que tenía el adulto sobre su hombro le estaba causando dolor, pero no iba a decir ni una palabra al respecto.
- No señor…..-
- ¿Él no puede comer aquí? ¿O que sucede? ¿Por qué todos lo miran así? - Injusticias, muchas injusticias contra el rubio, su paciencia se estaba agotando, esos comentarios le habían hecho sentir un ancla en el corazón, eran todos unos malditos, todos ellos se merecían un supositorio de hierro caliente por el rudo trato que tenía con el jovencito incluyéndose el mismo, pensar en matar a esa criatura que no había hecho nada en su contra, solo había intercambiado un par de palabras, se notaba que estaba acostumbrado al rechazo.
- Alone comerá cuando termine de hacer todas sus tareas, y aun le hace falta limpiar el jardín ¿verdad Alone? -
- Si - El chico se encogió de hombros tratando de correr lo más rápido posible a la salida del comedor, sentía que en cualquier momento alguien iba a derribarlo arrojándole una manzana, pero eso no paso, solo una chica dejo caer "accidentalmente" jugo en su espalda, aun así el pequeño no detuvo su paso, choco con la puerta que no se abría, con mucho nerviosismo el ojiazul giro la perilla un par de veces, sabía que si alguien había arrojado algo contra él los demás pronto le seguirían y después tendría que limpiar por la mañana.
Pero la puerta se abrió para su alivio, camino tan rápido como sus piernas se lo permitían, sentía que el vendaje suelto se enredaría con sus pies y caería al suelo, pero no le importaba, solo quería salir lo más rápido posible de ahí, bajo las escaleras y atravesó el pasillo, donde corrió lo más rápido posible al bosque, corriendo a la choza vieja donde dormía.
Su corazón latía con fuerza, sus delgadas y lastimadas piernas se movían lo más rápido que podían, pero ese fuerte dolor le hizo tropezar y caer al suelo donde permaneció un rato, eso le había alterado, tenía mucho tiempo de no ver a ese hombre que lo único que se le ocurrió hacer fue correr despavorido.
Con dificultad el chico se puso de pie, emprendiendo el paso hacia su vieja choza, esa casa deshabitada donde le permitían estar, era lo único que conocía como un hogar y dentro de él se encontraba el ser más especial ese que le recibía con alegría no importaba que.
Abrió la puerta con sigilo asegurándose de que no hubiera nadie cerca, para después cerrar tras de sí la puerta de madera vieja que crujió tras la espalda del rubio.
- ¡Cora! ¡Ya llegue! - Dijo emocionado el otro, aun con ese nudo en la garganta sabía que dentro de su casa tendría unos segundos de paz, nadie le molestaría ahí, ya había sido suficiente con la mañana.
-Mira, alguien olvido su almuerzo en el taller de pintura, es para ti ¿te gusta?- Ese cachorro blanco corrió junto a su amo, mirándolo con alegría sacudiendo el rabo de un lado al otro juntando sus patitas para dar brinquitos sobre el suelo.
- Creo que, yo también tengo hambre.- Sonrió el rubio dejando el panecillo en el suelo, era de él, pero si lo comía probablemente Cora no cenaría esa tarde, él podía corta manzanas en el bosque, ya estaba acostumbrado a ello.
- Te contare mi día Cora, ¿puedo verdad? - Con rapidez se quitó la ropa manchada de pintura, colocándose un ropón viejo de color blanco, tomo una canasta y coloco su ropa, iría a lavarla al rio cercano en compañía de su mascota, el perro pequeño devoraba aquel pedazo de pan con gusto.
- Llego un chico nuevo al orfanato, no es muy alto ni robusto, pero pega muy fuerte, hizo que la nariz de Alessio sangrara mucho, el me defendió. - Con cuidado se levantó de la cama, cargando en su canasta su ropa y algo más para aseo de su piel, hacia un poco de frio pero nada que no pudiera aguantar.
- Me agrada, pero creo que yo no le agrado a él, imagino que querrá matarme igual que los demás cuando sepa todos los rumores.- Alone salió de su pequeña choza, mirando a los alrededores, buscando que nadie le siguiera, probablemente no se había dado cuenta pero Tenma seguía de cerca su trayecto, mientras menos lo conociera más rápido terminaría todo esto, además una vida así de miserable merecería terminar pronto para acabar con su sufrimiento ¿verdad?
Cuando el chico llego al rio empezó a lavar su uniforme con mucho cuidado, dejando salir todos esos colores que rápidamente cubrieron el agua, Cora por su parte corría por los alrededores jugando con el césped o revolcándose en la hierba crecida, se la estaba pasando en grande al igual que Alone que le hablaba al animal y le sonreía.
Verle ahí estando solo en compañía de su perro, después del duro día que acababa de tener hacia que su corazón se achicara poco a poco, ¿Por qué el chico se aferraba a ser feliz? ¿En verdad estaba imposibilitado a odiar? Tenma se acomodó sobre las ramas de los árboles, esa misión, su seguridad, todo eso se estaba desplomando al contemplar a ese hermoso jovencito jugar con el agua y con su mascota a las orillas del rio junto a la puesta de sol.
Cuando el de cabellos dorados termino de exprimir su uniforme lo coloco sobre un par de rocas, esperando a llegar a casa para colocarlo junto al fuego.
Con algo de timidez se quitó el camisón blanco que le cubría, entrando al agua siendo seguido por el perro que salió de inmediato sacudiéndose con fuerza el agua fría.
- No esta tan mal Cora. - Le sonrió el otro que temblaba de frio, pero no podía caminar tan lejos a esa hora hacia las aguas más cálidas, lo haría otro día.
Con cuidado el chico se lavó el cabello que recupero ese tono dorado brillante, y su piel puramente blanca regreso a su tono uniforme, aunque sus labios sí que se estaban poniendo morados, con rapidez salió del agua solo para volver a entrar una vez más, y repetir el proceso de lavado, luego de eso se secó lo mejor que pudo con un paño para colocarse nuevamente el camisón claro y caminar de regreso a su pequeña choza, no sin antes recolectar un par de flores y hongos que llevo de camino a casa junto con ese cántaro de agua que llevaba dentro de la canasta.
El sol fundido en sus cabellos, el cielo reflejado en su mirada, esos labios rojos y esa tersa piel blanca como la nieve estaban logrando derribar los deseos de Tenma por asesinarlo de una buena vez, era imposible, no tenía las agallas ni el coraje para arrebatarle la vida a alguien así, ¿Por qué Hades elegía a personas como él? ¿Por qué no elegía a un desgraciado homicida? O que tal un violador de menores, un ser despreciable, así sentiría que le estaba haciendo un favor a los demás al eliminarlo a él, no al revés.
Con pesadez se levantó de su escondite, siguiendo al pequeño de regreso, le escoltaría hasta que llegara a casa, y haría tal vez algo más que solo eso.
Pronto la choza se ilumino por completo con un cálido y acogedor fuego, ahora con agua y esos hongos la sopa estaba lista, él y el pequeño animal se acomodaron junto a las brasas, esperando descansar para comenzar mañana un nuevo día.
Pero ese toque en la puerta le hizo levantarse de su lugar, acompañado de los chillidos del animal que le preocuparon.
- ¿Quién es? - Pero no hubo respuesta, sentía miedo de abrir esa vieja puerta, y los llamados se intensificaban, ¿Quién podía ser?
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Hasta aquí con el Fic, espero que haya sido un buen primer capítulo y que sea de su agrado.
¡Que tengan un excelente día!
Att: OlderSkyland18
