Aclaración: Fairy Tail le pertenece al mangaka Hiro Mashima.
Capítulo 1: Historias de desapariciones.
"La casa estaba tranquila. El aire estaba quieto. Nada se movía allí. Nada lo hacía. Solamente él se mecía una y otra vez, abrazando el cuerpo inerte que sostenía en sus brazos: su cabello largo y claro estaba ahora embarrado; sus uñas quebradizas y sin brillo hacían juego con su piel, violácea y difunta. La tenía con fuerza, susurrando la canción de cuna que ella siempre cantaba; la herida del cuchillo en su panza ya estaba seca. Muchos días ya habían pasado. Pero los cuerpos frescos de su alrededor renovaban la muerte entre el mar de sangre sobre el que estaba arrodillado.
Los ojos de ella estaban opacos, sin alma, sin luz, pero él sonreía porque la línea delgada entre la vida y la muerte se acortaba aún más cuanto lo hacía la de la locura y la cordura."
Unas manos delicadas cerraban, luego de este pasaje, un viejo libro de tapa dura. Pertenecían a una muchacha, quien soltó un poco de aire pero no siendo un suspiro esto, sino que se denotaba en aquella acción una gran admiración.
— ¿Qué lees, Lucy? — Escuchó de pronto ella, haciendo que saliera de su trance literario.
— Un cuento de nuestro pueblo. Escrito por la anciana Porlyusica. — Pronunció orgullosa.
— ¿Por quién? ¿Eso siquiera es un nombre? — Respondió su acompañante, un chico de ojos verdes y cabello rosado.
— Porque Natsu es un nombre muy común, ¿verdad? — Dijo ella entre risas mientras se retiraba sus gafas, sin quitarle sus ojos color chocolate de encima.
— Disculpe, señorita Heartfilia, hija de los ricos del pueblo. — Soltó con tono burlón él, pero siguiendo su broma.
— Vamos, si sabes que tu familia ha estado por generaciones aquí.
Lucy era una chica muy aplicada, y por eso hacía un tiempo que estaba estudiando Lengua y literatura. Y aunque Natsu no tenía mucha paciencia, ni inteligencia para dedicarle a algo tan sofisticado como eso, estaba contento de poder tenerla cerca de su trabajo en la ciudad de Magnolia, y verla seguido.
— ¡Ah, Erza está aquí! — Dio un gritito de alegría la rubia al ver un mensaje en su celular, y luego se levantó del sofá para atravesar la lujosa sala de estar y abrir el gran portón de entrada.
Era ya casi el anochecer y hacía frío en la pequeña ciudad de Clover. Desde las montañas parecía querer acercarse la nieve al estar adentrándose ya en el invierno el clima.
— Lucy. — Dijo sonriente una pelirroja antes de abrazar a la susodicha en la puerta.
— ¡Bienvenida, amiga! Entra. — Se hizo a un lado, invitándola a pasar. — ¿Cómo va el estudio?
— Bien, aunque estoy relajándome un poco, después de todo son vacaciones. Las cuentas de contabilidad pueden esperar. — Mencionó mientras se quitaba los guantes y su bufanda. Antes de cualquier otra cosa, dijo en voz alta. — Ni se te ocurra, Natsu.
—…Oh, maldición. Nunca me dejas asustarte. ¿Cómo sabes que estaba aquí? — Rendido, salió de su escondite detrás de unos muebles.
— Siempre estás aquí con Lucy. Ya sea en Clover o en Magnolia. — Le recordó, haciendo que el de ojos verdes se sonrojara un poco inevitablemente y desviara la mirada.
Heartfilia miraba por la ventana.
— Creo que habrá una tormenta pronto. Espero que Gray llegue antes de eso. — Se preocupó.
— Ah, cierto, me envió por red social que nos vería directamente en el bar Ice Make. — Pronunció desinteresadamente el pelirrosa.
Erza y Lucy suspiraron ante su olvido.
— Bien, iremos a elegir nuestro atuendo para esta noche. — Le aclaró la rubia a su amigo. — Sí, puedes jugar a los videojuegos mientras nos cambiamos en mi habitación. — Soltó ante el gesto del chico de casi abrir la boca, generando una risa en Erza.
Un joven de cabellos negros estacionó su nuevo automóvil en la puerta del lugar de encuentro. Había otros allí estacionados, aunque Clover no era una ciudad con muchos habitantes. Pero en invierno muchos jóvenes volvían por las vacaciones.
Observó el cielo y extendió su mano desnuda, sintiendo cómo copos de nieve caían en ella y se derretían. Sonrió ante esto, le gustaba bastante el frío, y por ello no estaba muy abrigado: tan sólo unos jeans oscuros, una remera blanca y una campera de cuero negra.
— ¡Gray! — Escuchó detrás de sí, y se dio vuelta para ver a su amiga Lucy. Ella iba con un vestido negro corto, tacos, un saco largo color crema y su cabello suelto.
— Hey, ¿cómo están? — Vio enseguida a Erza, con un lindo vestido rojo y una bufanda, y a Natsu, con ropa similar a la del pelinegro.
Pasaron un largo rato en el bar, tomando y divirtiéndose. Conocían casi a todos allí, aunque el grupo siempre se mantenía entre ellos cuatro. Todo estaba muy tranquilo hasta que notaron que una pelea comenzó en el lugar. Ellos se acercaron y distinguieron que uno de los involucrados era un amigo suyo: Laxus Dreyar. Un joven mayor que todos ellos, quien trabajaba con su abuelo en un taller del lugar y nunca había salido del pueblo. Alguien tranquilo y responsable, de pocas palabras.
— Es muy extraño… Está borracho. — Mencionó Erza viendo cómo la muchedumbre encerraba en un círculo a su rubio amigo y a otro chico que no conocían.
Laxus apenas se mantenía en pie, y Natsu y Gray no tardaron en ayudarlo y sacarlo de allí.
— ¡Piérdete! — Le gritó el pelirrosa al otro sujeto. Este sonrió antes de darse media vuelta.
— Pf, tanto escándalo por esa ramera. — Dijo con desdén antes de irse, viéndosele un notable golpe en el rostro.
Sentaron al corpulento muchacho lejos de la gente. Estaba bien pese a algunos golpes y algo de sangre en su ceja derecha.
— Gracias, chicos. No hubiera podido contenerme aunque no esté en condiciones. — Dijo con una sonrisa triste.
— ¿Qué sucedió? Es muy raro que tú te pelees con alguien así. — Se preocupó Lucy. — ¿Sucedió algo?
— Sí… Es por Mirajane. — Respondió con tristeza.
— ¿La encargada de la barra de aquí? — Reconoció Gray. — No estamos mucho por Clover, así que no sabíamos que estabas saliendo con ella.
— Sí. Pero esto no es por chismes o códigos imbéciles de hombría. Ese idiota osa burlarse de ella pese a que… No está. — Soltó con dolor.
— ¿Qué quieres decir? — Intentó descifrar Natsu.
— Ella… Hace un par de semanas que… desapareció. Nadie la ha visto. La he buscado por cielo y tierra en este pueblo del demonio y nadie sabe nada. Sus hermanos niegan que ella se iría por su cuenta sin decir palabra alguna. Y yo sé también eso. Y aunque esto sea tan triste, aun así ese idiota es capaz de burlarse de mí y decirme que se ha ido con otro. Todo porque Mirajane lo rechazó una vez. — Suspiró con pesar.
El grupo de amigos se quedó sin palabras. Pronto dejaron de oír el resto de los sonidos y sintieron un gran vacío y disgusto.
— Amigo, si hay algo que podamos hacer… — Gray puso una mano en su hombro.
— No, no se preocupen. Sólo… Ustedes no están mucho por aquí, pero si ven algo, avísenme. — Se levantó, pero casi cayó en el intento, siendo atajado por Natsu. — Ah, es una lástima que esté así. Pero debo irme al pueblo siguiente para buscarla. Debo salir ahora. — Intentó de nuevo levantarse.
— ¿Qué? ¿Estás loco? En tu estado es imposible. No te dejaremos.
— Pero tengo que… Sus hermanos me esperan allí para buscarla mañana temprano.
— Ni hablar, debes atravesar todo el camino del bosque y se viene una tormenta. Nosotros te llevaremos. — Propuso el pelinegro.
Laxus iba a abrir la boca para negarse, pero decidió aceptar esa ayuda.
Lucy sonrió ante eso, pero una parte de ella sintió un fuerte escalofrío que le recorrió todo el cuerpo.
Continuará.
¡Hola a todos! ¿Cómo están? ¡Tantísimo tiempo! Bueno, espero les guste esta historia. Recién está comenzando y es como un prólogo en realidad. Pueden hacerme cualquier comentario o crítica, por supuesto :) Espero les vaya gustando y vendrá mucho más pronto porque la tengo casi finalizada. Si les gusta, háganmelo saber :D Eso va a hacer que suba antes otro capítulo. ¡Gracias a todos!
PD: Si leyeron mis otros fics, aprovecho para comentar que nunca pude recuperar los hilos de mis otras historias. Algún día voy a obtener la información de esa computadora rota, lo prometo :)
