Declaración: Rurouni Kenshin no me pertenece. Esto es de fan para fans sin fines de lucro.

¿Y si fuera ella?

Aclaración: Este capítulo trata sobre los sucesos al final del manga, desde lo que creo que pudo ser la perspectiva de Kenshin. Son libres de saltarlo al siguiente. Lo pongo como una especie de introducción.

Capítulo 0: Prólogo

«Quiero estar a su lado.»

Aquella mañana se sentía extrañamente aliviado, por lo general sus sueños no eran tan positivos ~en especial aquellas ocasiones en las que se avecinaba una batalla~ pero desde el último que tuvo con Tomoe, todo había ido mejorando, incluso la lucha interna con su pasado y todas sus esperanzas para el futuro.

Aquella sonrisa le había dado no solo la satisfacción de mirarla una última vez, sino que además le había devuelto la vida misma; esa que había abandonado al ver aquella imagen que le había destrozado el corazón, al pensar que nunca volvería a verse reflejado en los brillantes ojos de la persona que más quería en el mundo; Tomoe había sido una vez más la luz en su oscuridad.

Kaoru estaba viva, esperando por él… Gracias a eso había podido entender que también tenía una oportunidad de ser feliz. Después de haberse decidido al encontrar su respuesta, seguir adelante para proteger a las personas que aún seguían cerca y lo necesitaban, y haber recibido la respuesta de Tomoe, nada podía hacerle levantar de esa manera, más que el saber que Kaoru seguía en algún lugar, esperando por él. Tomoe era en verdad la persona más amable que jamás había conocido, y lo sabía porque aún después de haberle librado de la locura de su asesino interior, haberle amado sin importar nada, y entregarle su vida, seguía velando por él y su felicidad.

Recordando eso es que había despertado aquel día. Cuando en aquella isla, le había sonreído con sinceridad y se había permitido descansar por un momento en sus brazos, descubriendo con agrado cuando ella lo recibió, que encajaba perfectamente entre ellos. Luego, el camino de regreso había sido bastante tranquilo, sin tomar en cuenta las peleas de bienvenida entre Yahiko y Kaoru, a las que más tarde se agregarían Sanosuke y Misao, supervisada discretamente por Aoshi, que la miraba desde un extremo alejado del barco. Megumi se encargaba de revisar sus heridas, y Saito había desaparecido junto con Enishi. El resto de la tarde había transcurrido de manera similar; días después, él y Kaoru fueron a visitar a Tomoe, donde habían terminado caminando juntos, tomados de las manos; sin embargo, habían llegado al dojo normalmente, como si nada hubiese sucedido entre ellos.

─ Buenos días señorita Kaoru.

La mencionada dio un salto al saberse descubierta; pues se encontraba mirando la espalda del pelirrojo desde el umbral.

─ El desayuno ya está listo.

Y todos en el dojo Kamiya, así como fuera de él, sabían lo que sentían el uno por el otro, Kenshin lo había entendido a la perfección en el momento en que había establecido el dojo como su hogar, ante Kaoru y sus amigos, y creía que ella también lo comprendía; lo que seguramente no conocía, eran sus planes para hacerlo formal. Kenshin se había casado una vez en su vida, pero no lo hizo como se suponía que debía hacerse normalmente. Había escapado del peligro con Tomoe y al llegar a donde nadie los conocía, habían pretendido ser marido y mujer, hasta que la intención fue real por parte de ambos, pero el pelirrojo no siguió en ningún momento los rituales comunes; nunca tuvo que detenerse a pensar como cortejar adecuadamente a Tomoe, ni preocuparse por todos los detalles de la ceremonia, por eso prefería ir lento y hacer las cosas como se debían con Kaoru, admirar sus reacciones con cada movimiento suyo y disfrutarla como no lo había hecho antes.

─ Buenos días Kenshin. Sí, ya están todos esperando en el comedor ─. Respondió ella mirando con pesar a sus pies. ─ ¿No se supone que deberías estar descansando? Tu brazo…

─ Está bien, no se preocupe, además hoy iremos todos a ver a la señorita Megumi a la clínica─. El pelirrojo tomó la bandeja y se dirigió al umbral de la cocina donde se encontraba Kaoru, quien al verlo volvió su mirada al suelo. ─ Sabes muy bien que el realizar las tareas cotidianas de la casa no representa ninguna molestia para este hombre─. Añadió con su tono de voz calmo y expresión de serenidad en su rostro.

Kaoru lo miró con un ligero rubor en sus mejillas. Kenshin de vez en cuando le hablaba de tu y se tomaba confianzas con ella que le encantaban, le hacían sentir que estaba más cerca de él.

─ Pero tu brazo aún no está bien, debes cuidarte más, Kenshin. Yo podría cocinar por estos días, y Yahiko podría ayudar más con los quehaceres de la casa… A penas has descansado desde que llegamos, y en cuanto te levantas vienes a preparar el desayuno para todos, y…

El pelirrojo cerró sus ojos y sonrió, pensando que en el fondo le gustaría haber tenido el brazo del todo sano para poder acariciar su mejilla sin tener que soltar la comida.

─No hay por qué preocuparse, en serio… las heridas ya han sanado, esto es solo prevención, hasta que la señorita Megumi lo confirme.

La joven kendoka cerró sus ojos exhalando un profundo suspiro… Kenshin nunca cambiaría.

De ese modo se dirigieron a desayunar con sus amigos, y partieron todos juntos a la clínica.

─ ¡¿Vuelves a Aizu?!

Él lo entendía. Tal como le había dicho anteriormente a Kaoru, sabía que ese momento llegaría. Aquél en el que cada uno de ellos seguiría su camino, ése era el inicio; y aunque les iban a echar de menos, solo quedaba desearles lo mejor y decir adiós; después de todo, él sabía que Kaoru era lo único que necesitaba en su vida para ser feliz. Lo que no esperó fue que la kendoka, al juzgar por la expresión en su rostro, se lo había tomado peor de lo que había pensado.

Además, la despedida de Megumi le había dejado una sentencia a su manejo de la espada. Esperaba que tal sentencia no tuviera conclusiones vitales para él o para su pequeña familia, por eso al salir de la clínica se despidió de los amigos y se dirigió a intentar arreglar los asuntos pendientes con el ultimo enemigo que le quedaba. Solo esperaba que los demás no se preocuparan.

Sin embargo, los minutos fueron pasando, convirtiéndose en horas, hasta que el sol se ocultó en el horizonte, y aún en la oscuridad de la noche, solo lo acompañó el silencio.

Luego, el sol comenzó a salir…

─ ¿Kaoru-dono? ─Corrió la puerta de la habitación, esperando no haber despertado a nadie tras su llegada, y por un momento dudó si lo habían engañado sus sentidos, o la imagen que tenía frente a él era la verdadera Kaoru que había pasado la noche en vela esperándole. Dormitaba sin darse cuenta de su presencia. ─ Si duerme así acabará atrapando un resfriado─ Sonrió con ternura al ver que ella lo miraba sorprendida. ─ Estoy en casa.

─ Sí… ─ respondió la pelinegra con una radiante sonrisa. ─ Bienvenido a casa─ A ella le encantaba cuando el pelirrojo le sonreía de esa manera, con una sonrisa real.

─ Espera, prepararé el desayuno pronto. ─ Dijo emprendiendo su camino hacia la cocina.


Más días pasaron, hasta que se cumplió la semana que antecedía a la partida de Megumi, y con ello también la de Misao y Aoshi. Junto con la llegada del otoño. Y el rostro de la pelinegra lo dijo todo. Justo cuando su pesar empezaba a ser insoportable para él, Sanosuke intervino para tranquilizarla y Megumi aportó también su parte…

─ No es ni a mí, ni a Tomoe-san a quien ha elegido Ken-san… Es a ti.

Ese fue el momento en el que más que nunca, pensó en lo mucho que lo había llegado a entender esa mujer. Y probablemente los demás también habrían llegado ya a esa conclusión… Y no pudo más que sonreír alegremente, deseándole lo mejor, y agradeciéndole internamente por todo. Después todo fue bien hasta que…

¿En verdad te irás?

El jefe de policía les había explicado un poco de los problemas que se habían desarrollado por un antiguo ishin shishi con el que Sanosuke había tenido conflictos; además de comunicarles el cambio de residencia de "Goro Fujita", con lo que supo que no volvería a aparecer ante él nunca más. Y una semana después, un amigo de Sano los había contactado para reunirlos con él en el muelle para su despedida. Debido a que el problema había sido más grave de lo que pensó, tenía que alejarse de Japón y así, había decidido irse a recorrer el mundo.

─ Me parece que no será un adiós para toda la vida, porque seré lo más cuidadoso posible. Así que cuando tengas uno o dos críos con Kenshin la próxima vez que nos encontremos, déjame verlos─. Sanosuke sonrió con sorna, mostrando los dientes ante la explosiva reacción de una muy apenada Kaoru. ─ Vamos, no seas tímida.

Kenshin se limitó a observar la escena divertido, alejado unos cuantos pasos, hasta que su amigo se dirigió a Yahiko, y supo que era hora de marchar.

─ ¡Me voy!

─ ¡Sí!

─ Ha sido como dijiste en algún momento…

El ex-vagabundo aprovechó el momento para admirarla con detenimiento.

─ Megumi-san, Sanosuke y los demás. "Eventualmente cada uno elegirá su propio camino y vivirá su propia vida." Pero al final, "no es un adiós, sino un hasta pronto… ni un final, sino un comienzo…" Aunque puede resultar un poco solitario, tenemos que afrontarlo, aunque les echemos de menos.

El pelirrojo no pudo evitar sonreír con las palabras de su joven kendoka, estaba aliviado de verla tomar una actitud más positiva, y de apreciar que sus palabras hacían eco en ella y la ayudaban a continuar ante las adversidades que se presentaban.

Giró su vista al frente y observó a Yahiko, al que ambos querían como a un hermanito pequeño. Algún día el también seguiría su camino, pero no cometería los mismos errores, él aprendería y obtendría lo mejor de cada uno de ellos para convertirse en un buen hombre y viviría con felicidad en esa nueva era…

Y así regresaron con tranquilidad al dojo que era su hogar, después de aquella última despedida.


Fin Capítulo 0.

新しい Notas: Me da cierto temor publicar una historia sin haberla terminado, pero si llegaron hasta aquí espero que les haya gustado un poquito, así como lo que falta. Gracias a Kaoru Tanuki por su lindo review y a todos los que hayan pasado a leer y dar follow y fav. Les deseo muchos ánimos a todos los que siguen publicando historias y manteniendo vivo el fandom, y a todos las mejores vibras!