Welcome back

By Elisabeth-P

Apenas comienza a vislumbrar los edificios de la ciudad a través de la ventanilla del taxi, Kate comienza a sentir nervios, incertidumbre, hace más de cuatro años que no ha vuelto a Nueva York, más de cuatro años que decidió irse en busca de un cambio, a vivir al otro lado del océano, a la ciudad de Roma, Italia.

No ha visto a casi nadie desde entonces. Solo a su padre, quien ha viajado algunas veces para su cumpleaños, Navidad y Año Nuevo. De todos modos no ha perdido contacto con Lanie, Ryan y Esposito. Se han hablado por teléfono, mail, skype y también a través de algunas cartas. Con quien no ha hablado desde entonces, y de quien no sabe nada más de lo que puede enterarse por los demás que apenas quieren contarle, es de Rick Castle.

Luego de haber trabajado juntos por cuatro años, de haber compartido momentos de ocio y momentos importantes de sus vidas, y de que Rick la ayudara a resolver el caso de su madre, Kate y Rick se dieron esa oportunidad que tanto deseaban.

Estuvieron juntos por seis increíbles meses, hasta que ella decidió que necesitaba un cambio de vida, nuevos aires, nuevas memorias, quería descansar un poco de la comisaria, emprender nuevas cosas, y estaba convencida de que todo eso lo encontraría en Italia. Pero ese cambio no lo contemplaba a él. Rick no podía abandonar Nueva York para irse a vivir al otro lado del mundo. El tenía a su madre y a Alexis, y su contrato con Black Pawn. Entonces, un día Kate hizo sus maletas y se fue rumbo a su nueva vida, sin mirar atrás. Rick no pudo convencerla de lo contrario, ningún argumento resultaba válido, ni su amor por ella, ni el tiempo que la esperó, ni los hermosos meses juntos. El deseo de Kate por cambiar de vida era más fuerte.

Pero ahora, cuatro años más tarde, Kate vuelve a pisar la ciudad de Nueva York, con motivo del casamiento de Lanie y Esposito. Planea solo quedarse hasta pasada la boda, ya que en Roma la aguarda su trabajo de diseñadora de modas, algo que le surgió al estar allá, y su novio Alex, escritor best seller en su país, y curiosamente muy parecido a Castle en apariencias.

Kate le ha prometido a Lanie ayudarla con el vestido de novia, incluso le ha traído algunos modelos desde Italia. Se quedará en su apartamento, pero su primera parada es en la comisaria. Está ansiosa por volver a pisar el lugar, de ver a la gente, y de abrazar a sus amigos.

El taxi se detiene frente a la comisaria 12, Kate le paga al chofer luego de que este la ayude a bajar su maleta y un bolso.

Kate respira profundo al ver su imagen reflejada en las puertas espejadas del edificio y se quita las gafas oscuras para verse mejor. Nunca antes había entrado en la comisaria vistiendo otra cosa que sus atuendos de trabajo. Ahora lleva leggins y botas altas de caña corta color negro, un blusón largo abotonado al frente color beige, una gargantilla de piedras negras, el pelo ondeado pasando los hombros, y un tenue maquillaje que resalta sus ojos verdes.

Luego de unos segundos de observar su reflejo, ingresa en la comisaria. Se dirige directamente al ascensor, y desciende a la morgue.

Apenas ingresa en aquel lúgubre lugar que casi ya había olvidado, deja sus maletas a un costado y camina hacia donde está su amiga.

-¡Lanie!

Lanie se sobresalta tirando todos los papeles que tenía en mano al suelo, y al ver a su amiga corre a abrazarla.

-¡Kate! ¿Por qué no avisaste que venias hoy? Hubiéramos ido a recogerte al aeropuerto.

-Quería sorprenderlos.

-Y vaya que lo has hecho. Te extrañe tanto, amiga. No puedo creer que este abrazándote.

-Yo también te extrañe, Lanie.

Aún inmersa en el abrazo, Kate visualiza la sortija de compromiso que Lanie lleva en su mano derecha.

-Veo que Espo se ha portado bien. Esa sortija es hermosa.

Lanie se suelta del abrazo, con los ojos llenos de lagrimas.

-Sí lo es. Tú estas hermosa, Kate.

-Tú también, Lanie.

-No, yo no. Estoy igual que siempre. Incluso tal vez peor. Pero tu… estas increíble, amiga. Me alegro mucho de verte así.

Kate solloza.

-Gracias, Lanie. Realmente estoy muy bien… Y… ¿Cómo esta todo por aquí?

-Casi tal cual lo dejaste. Los únicos grandes cambios son tu ausencia y la de… bueno, tú sabes.

-Puedes nombrarlo, Lanie. ¿Has sabido algo de él?

-Sí, es decir, no te lo he dicho porque no sabía cómo lo tomarías, pero… nosotros hemos seguido viendo a Castle. Incluso estará en la boda.

Kate siente que con apenas oír nuevamente su nombre en boca de alguien más que sus pensamientos, su corazón va a estallar.

-¿Y cómo esta…Castle?

-Ahora puedo decir que bien, pero ha estado realmente mal. Tuvo que ir a terapia por casi dos años.

-Él… ¿Esta con alguien?

-No. Le hemos presentado a varias chicas a lo largo de estos años, pero… con ninguna ha superado la tercera cita.

Lanie nota el rostro abatido de Kate, por lo cual decide cambiar de tema.

-En fin… Tenemos tanto que hablar. Te acompaño a saludar a los chicos, y luego podemos ir a casa, total por ahora no tenemos ningún caso.

-Extrañaba tanto todo esto, incluso creo que extrañaba hasta este lugar.

Lanie la ayuda cargando el bolso, mientras Kate toma la maleta. Suben al ascensor y se dirigen al piso de homicidios. Apenas se abre la puerta, un montón de oficiales se acercan a saludarla. Luego, Kate camina hacia la oficina de Gates y golpea la puerta. Al oír el permiso para entrar, ingresa.

-Buenos días, capitana.

-¡Detective Beckett, que sorpresa!

-¡Wow! Hace cuanto nadie me llamaba así.

-Siempre serás detective Beckett aquí, y siempre serás bienvenida.

Gates le estrecha la mano a Kate.

-Gracias, realmente. Iré a saludar a los chicos. Adiós.

-Hasta luego.

Beckett cierra la puerta y se dirige sigilosamente hacia Ryan, que se encuentra de espalda mirando la pizarra en blanco.

-¿Alguna pista, detective?

Ryan gira hacia ella sonriente.

-¡Beckett!

Se abrazan y enseguida llega Esposito por detrás y se une al abrazo. Luego se sientan sobre el escritorio, como en los viejos tiempos.

-¿Por qué no avisaste que venias hoy? Hubiéramos ido a recogerte al aeropuerto.

Kate se sonríe.

-¿Ahora que van a casarse utilizan el mismo libreto ustedes dos?

Esposito y Lanie se miran y se sonríen.

-Tal vez.

-¿Por cuánto tiempo te quedaras?

-Hasta después de la boda.

-Hablando de la boda, ¿Me has traído…

-Te he traído varios.

-Quiero verlos ya.

Lanie toma a Kate de un brazo.

-Bien. Los veré luego chicos. ¿Les parece si salimos a cenar?

-Estaría buenísimo. ¿Remy´s?

-Sí, perfecto. ¿Nos vemos allí a las 8?

-Nos vemos.

Lanie arrastra a Kate hacia el ascensor. Y se van.

En menos de diez minutos llegan en taxi al apartamento de Lanie. Le enseña a Kate a donde va a dormir, dejan las maletas, Lanie sirve algo de beber y luego Kate le enseña los tres vestidos de novia que ha traído.

-¡Oh mi dios! Son hermosos, Kate.

-Los tres son tuyos, Lanie. Es un regalo. Los diseñe para ti.

-Son increíbles, muchas gracias. Me los quiero poner los tres juntos.

-Te está yendo bien con esta nueva vocación, ¿no?

-Sí, realmente me está yendo bien. Aunque no voy a negarte que extraño trabajar en la comisaria, hay veces que atiendo a los clientes de un modo que luego me bromean porque dicen que parece un interrogatorio.

-¿No has pensado en volver?

-Lo he pensado, pero… ya tengo mi vida allá. Mi trabajo, mi casa, e incluso tengo un perro y una motocicleta. Y claro, mi novio.

Mientras hablan, Lanie se comienza a probar los vestidos.

-Cierto, ¿Alexandro Benacquista, verdad?

-Alex.

-¿Por qué no ha venido contigo? Así lo conocíamos.

-Preferí venir sola.

Lanie se mira al espejo con el primer vestido puesto. Largo, de gasa, escote corazón strapless, con un lazo satinado bajo el busto.

-¿Y, como me queda?

-Muy bien. Pero creo que te gustara más aquel otro, o tal vez el otro.

Kate señala los demás vestidos. Lanie se mira una vez más al espejo y luego comienza a cambiarse.

-Hablando nuevamente de… Alex. Me has dicho que es escritor…

-Sí. Y ya se lo que debes estar pensando. Pero fue solo una coincidencia. Como te dije nos conocimos por accidente, literalmente, cuando él casi me atropella con su coche.

-¿Ya hace cuanto que están juntos?

-Poco más de un año. Pero no vivimos juntos, solo salimos, no quiero hacerlo tan serio aun, aunque él si quiere.

-He visto fotos de él y es atractivo. Incluso se parece a…

-Lo sé. Pero también es coincidencia, Lanie.

-O el destino… ¿Cómo me queda este?

Lanie ahora lleva puesto un vestido de gasa, corte princesa, con mangas de piedritas, más largo atrás que adelante.

-Increíble.

-Me gusta, aunque no sé si el corte princesa sea mucho mi estilo. Me probaré el otro.

-Lanie… ¿Sabes algo de Alexis? No quedaron bien las cosas con ella, y no me ha respondido ningún mail o carta.

-Alexis está viviendo desde hace tres años casi en Los Ángeles con su mamá. Está yendo a la Universidad allí, se decidió por estudiar actuación. Martha va y viene. No ha querido dejarlo a Castle solo.

-Qué extraño que él no se haya mudado a Los Ángeles también. Sé que público su último Nikki Heat hace ya más de dos años.

-Dice que le gusta Nueva York. Viaja a veces a visitar a Alexis, pero siempre vuelve. Suele estar en el Old Hunt. Lo ayuda a escribir estar allí… ¿Has leído… Nikki Heat?

-Sí, mi padre me los ha enviado.

Lanie termina de colocarse el último vestido. Mangas trenzadas de gasa blanca, escote corazón bordado en piedras, vestido largo, con cola, de seda.

-Este es el mejor, Kate. Realmente precioso.

-Te queda hermoso, Len.

-Creo que este es. Este es mi vestido de boda.

Lanie abraza a Kate.

-Gracias, amiga.

-No hay nada que agradecer. Te lo mereces, Lanie.

Lanie guarda todos los vestidos cuidadosamente en perchas y fundas tal como vinieron. Luego se sienta junto a su amiga en el living.

-Kate… ¿Piensas que podrás manejarlo? Ver a Castle, me refiero.

-Espero que sí.

-¿Vamos yendo a Remy´s? Son las siete y media.

-Sí, vamos.

Cada una toma su bolso y se van.

Al llegar a Remy´s, los chicos ya están allí. Ordenan la comida y luego se sientan todos juntos en una mesa.

Conversan durante dos horas seguidas. Anécdotas, novedades, no dejan ningún tema atrás.

Luego, Kate se disculpa para ir al baño.

Al salir del baño, se encuentra de frente con la persona que menos esperaba encontrarse: Castle.

-¡Kate!

-Hola, Rick.

-¿Cuándo volviste?

-Hoy.

-Me alegro de verte. De verdad.

El se sonríe, con esa sonrisa que derrite el corazón de Kate en un instante. Aunque ella puede percibir que los ojos de Rick solo denotan tristeza.

-Yo también.

-¿Estás sola? Digo… aquí en Remy´s, ¿viniste sola?

-Estoy con Lanie y los chicos. ¿Te unes a nosotros?

-No. Gracias, pero me compre comida para llevar... Disfruta tu reencuentro con ellos. Te veré en la boda.

Ella asiente.

El está por irse, pero ella lo detiene de un brazo.

-Castle… Rick… espera. ¿Te parece si almorzamos mañana?

-Cocinare algo. ¿Te importa venir a mi apartamento?

-Claro que no. Te veo mañana. ¿A las doce está bien?

-Perfecto.

-Adiós, Rick.

-Hasta mañana.

Castle sale de Remy´s rumbo a su coche. Kate lo observa hasta que lo pierde de vista. Luego regresa con sus amigos, sin decir una palabra sobre el encuentro con Rick.