Capitulo 1: Mea puer, iam
Hola, aca les dije que iba a publicar una nueva historia y aqui esta, espero que les guste y dejen sus revews, para no ponerlo en cada capitulo, los personajes son de S.M. yo solo juego con ellos.
Charlie entro muy enojado a la casa de Irina, ahí lo único que hiso fue saludad a ella y a Laurent, así mismo llevarse a Bella a su casa.
—Pero que es lo que quieres, papá.
—Hija no puedes continuar con tu actitud—le dijo calmadamente o más bien tratando de calmarse.
—No hice nada—mintió su hija, claro Charlie no se dio cuenta.
—Pues explícame esto—hablo Charlie mostrando el reporte escolar.
—Mis notas están bien.
—No me refiero a eso, mira te has saltado más de cien clases este semestre.
—Ehh ups—le contesto Bella con nerviosismo.
—Mira ya no harás esto de nuevo, si te irás al internado twilight moons.
Bella POV
—¿Qué?—pregunte y grite—no puedes hacerme eso.
—Claro que puedo soy tu padre y ve a alistar tus cosas ahora, te vas mañana, ya envié tu auto... A Forks.
—ARHHGHRSSH—bufe, grite y suspire con resignación, y me fui a hacer mi maleta.
Se preguntaran como hice para pasar todas las materias con buenas notas, bueno es sencillo le pagas a un profesor lo que te pida, para un examen una tarea o algo así, luego le amenazas con denunciarle y pasas el semestre, fácil ¿no?
Odiaba Forks, amaba Phoenix, odiaba el frio, amaba el calor, odiaba que todo fuera verde, amaba los colores del verano.
Coloque todas mis cosas, que sirvieran para el frio en las maletas, eran dos. Aparte en otra puse algunos bolsos y zapatos que tenia, obteniendo solo tres maletas si muy poco, esperen llene tres maletas mas de libros, amo leer, es tan genial, llevaba de Jane Austen, Shakespeare, Patrick Rothfuss, Tonya Hurley y algunos de Danniella.
Después de esto ya me sentía muy cansada, por lo que me dormí casi después de ponerme una de las pillamas que no servían junto con lo frio.
—Despierta cariño—me llamo René, alístate tienes que estar en el aereopuerto en una hora.
—Hola mamá—dije levantándome sin apuro alguno. Normalmente me tomaba unos treinta minutos alistarme, no había de que preocuparse. Me duche y deje que el agua caliente me relajara, lo último que quería era que todos los maestros de Forks me odiaran sin conocerme.
Me puse mi blusa favorita, con broches de presión blancos en gesto de despedida, después René me llevo al aeropuerto.
Cuando el avión aterrizo en Port Angels ya estaba lloviendo y note que en verdad mis padres no querían que yo escapara puesto a que el instituto había mandado un coche a recogerme.
Este tenía un chofer y una señora pelirroja que se sentó a mi lado.
—Querida que te parece si cuando llegues a la academia te vayas de una vez a tu habitación.
—Si está bien señora…—nada mejor que eso.
—Cope.
La señora Cope saco una laptop y escribió unas cosas.
—¿Isabella Swan?
—Ehh si dígame Bella—conteste.
—Bueno querida tu habitación es la siete cero uno. La primera del edificio siete, aquí tienes un mapa, este es tu horario y el uniforme—ok me esperaban—tienes que compartir habitación con dos chicas mas. Las habitaciones de las chicas son del uno al siete y las de los chicos del ocho al catorce. La academia permite la salida de estudiantes todos los días desde las cuatro de la tarde, una hora después de que las clases finalizan, pero deben llegar antes de las nueve de la noche de lo contrario se les castigara, al igual si llegan ebrios. Te esto—me dio unos papeles que después leería.
—Claro— conteste con toda la amabilidad que pude.
—Llegamos—dijo el conductor.
Saque mis maletas y metí todas mis cosas dentro de una de libros que le sobraba un pequeño espacio.
Llegue a mi habitación, en el segundo piso, puesto a que el primero era como una sala estaba vacía pues eran las dos apenas. Era grande y fácil de describir. Al entrar había un sofá y una pantalla pegada a la pared en frente, junto con un DVD supuse que no había forma de ver tele si no es una película. Eso de un lado, detrás del sofá había un gran ventanal, con una cortina morada un poco transparente. En el lado opuesto había dos puertas abril una, era el baño, tenía un inodoro, un lavamanos, una ducha y un jacuzzi, además de que una pared era solo espejo. Salí de ahí y cruce la otra puerta aquí habían tres puertas dos de ellas tenían en frente un rotulo una decía Rosalie y la otra decía Alice. Abrí la puerta que no tenia nombre, era mi cuarto estaba vacío, pintado de color blanco, había una cama de madera café bien oscura, esta estaba tendida con una colcha blanca y tenía cuatro almohadas dos blancas atrás otra blanca en el medio de estas y una más pequeña café en frente. Al lado había un escritorio de la misma madera que la cama junto con una sella sencilla de esa madera con tela blanca. En la otra pared había un espejo de cuerpo completo y en el fondo un closet de la misma madera, de nuevo.
—Al parecer ya llego nuestra nueva compañera.
—Si aunque que pocas maletas trae.
Escuche voces afuera y me encamine a saludarles.
—Hola—dije.
—Hola—me respondió animadamente una rubia—soy Rosalie.
—Alice—dijo la chica que la acompañaba—¿Tu eres?—pregunto con reproche, que extraño.
—Isabella, pero díganme Bella.
—Claro Bella—me contesto Rosalie, y después note que la otra chica se había ido.
En eso tocaron la puerta, cuando fui a abrir con lo torpe que soy tropecé y me caí encima del que había tocado.
—Hola amoooooooorr—dijo Alice bajando la voz —¿Qué haces encima de mi novio Isabella?—pregunto.
—Lo lamento, me caí encima de él—dije.
—Aja—murmuro con sarcasmo.
—Enserio—contestamos el par de rubios y yo a la vez.
—Ok fingiré que les creo—hablo y salió de la habitación con su novio.
—¿Qué le sucede?
—Es celosa, solo eso—respondió Rosalie.
—Bueno Rose, ¿Te puedo decir así?
—Claro Bella
