Venecia
Harry estaba parado en el balcón observando la oscuridad que lo rodeaba. Era de noche y la isla dormía a excepción de unos pocos turistas que habían decidido aventurarse a recorrer los canales de Venecia, en una noche tan fría como esta. Eran los primeros días de abril. La fiebre que despertaba el carnaval había desaparecido ya, junto con la horda de turistas que la acompañaban. Su mirada esta absorta en un diminuto punto de luz que comenzaba a perderse a lo lejos, mientras hacia el recuento de lo que había pasado en los últimos días.
Lucius se había portado como todo un caballero, pero era algo seguro que esta noche cobraría por todas sus atenciones; las románticas cenas a la luz de las velas en algún restaurante italiano estratégicamente escondido en algún callejón de Venecia, la estancia en el enorme palazzo situado en el Gran Canal perteneciente a la familia Malfoy. Pero sobre todo los interminables paseos en góndola en los que Lucius hacia alarde de sus conocimientos, contándole a Harry la historia de la ciudad. Eran esos momentos en los cuales Harry no podía evitar sentirse totalmente abrumado por la presencia del hombre, asqueado de sí mismo por la atracción que este ejercía en el, en conjunto con el inmenso desprecio que sentía por él y la ansiedad de que esta misión terminara de una buena vez por todas.
Lucius el numero uno de la organización Malfoy, no pudo evitar darse cuenta que su nuevo juguete había desaparecido repentinamente. Un expresión de duda cruzo su semblante mientras recorría los pasillos del palazzo, finalmente pudo vislumbrar la esbelta figura de James en el balcón. Mientras se acerba a él no puedo evitar pensar que esta noche finalmente tendría ese delicioso cuerpo entre sus brazos.
—James— llamo Lucius — ¿Qué haces aquí afuera? Debes estar congelándote.
Harry se dio la vuelta y se encontró de frente con el hombre que ocupaba sus pensamientos. Lucius no pudo evitar perderse por unos momentos en los penetrantes ojos verde esmeralda del hombre que tenía enfrente, tomo a Harry entre sus brazos y lo guía hacia la el interior del palazzo.
—James estas helado —dijo Lucius, mientras frotaba sus manos en los brazos de Harry tratando de hacerlo entrar en calor
— ¿qué demonios estabas haciendo allá afuera? ¿James, me escuchas?
Harry parpadeo lentamente tratando de salir en el trance en que se encontraba, esta era la noche y nada del mundo iba a arruinar el plan en el que había trabajado desde hace mucho tiempo.
—Lucius perdóname, estaba pensando en que nos queda poco tiempo en este lugar, no puedo evitar sentirme nostálgico al respecto.
Harry le ofreció una sonrisa tímida, cargada de melancolía y ¿tristeza?
Lucius no pudo evitar sonreír, — Oh James, no te preocupes por eso, siempre podemos regresar a este lugar, deberíamos volver este verano, hace más calor ¿Qué te parece? Este frío infernal ya me tiene harto.
Harry se estremeció, Lucius no vería un verano más en su vida, es más si las cosas salían como las había planeado, esta sería la última noche que el mundo tendría que soportar la presencia de Lucius Malfoy.
Lucius se percató del escalofrió que recorrió el cuerpo de James, lo atribuyo al tiempo que el hombre había pasado en el balcón y exclamó —pensándolo bien esta noche no deberíamos salir a cenar, podemos quedarnos aquí. Tengo una excelente botella de vino Bordeaux del 82 que me mandó el señor Durand, se entero de que estaba pasando unos días en la isla y estaba seguro de que estaría interesado en su nueva adquisición
Harry sonrió para sus adentros. Malfoy era un connoisseur de vinos y estaba dispuesto a pagar cualquier cantidad por vinos raros. Parte del plan era sugerirle a Lucius que se quedaran en casa esta noche, que el hombre hubiera hecho la sugerencia en su lugar, era una clara indicación de que el plan ya estaba en marcha. La botella también estaba aquí, lo cual indicaba que Hermione había logrado hacerla llegar a señor Durand un famoso restaurantero en la Citta de Venecia, no es que hubiera duda de ella claro está, pero existía la posibilidad de que el dueño del restaurant la ofreciera a otra persona o decidiera quedarse para su consumo personal. Nunca debió de haber dudado hasta donde se extendía la influencia Malfoy.
—Me parece una idea excelente Lucius— contesto Harry
— Bueno que esperas— lo apresuro Lucius —ve a darte una ducha caliente, mientras yo ordeno que nos sirvan la cena en mi habitación.
Harry subió corriendo las escaleras y se dirigió a la habitación que Lucius le había asignado, no se sorprendió al encontrar el baño listo, se desvistió rápidamente y decidió relajarse por un momento en el confort que le ofrecía el agua caliente que acariciaba su piel. De pronto escucho unas pisadas que se acercaban, bufo, era Lucius y seguramente no había sido capaz de esperar a que la cena hubiese terminado para recolectar su pago.
James— llamo Lucius mientras abría la puerta del baño sin tocar —la cena está servida.
—Oh Lucius, aun no termino, pero seguro puedo usar un poco de ayuda —dijo Harry mientras sacaba una de sus piernas sugestivamente fuera de la tina, esta chorreaba agua y estaba parcialmente cubierta de espuma.
Los ojos grises de Lucius Malfoy, reflejaban destellos de lujuria, no pudo contenerse ni un minuto más y se arrodillo en el suelo, tomo el pie de James con una mano—Claro que puedo ayudarte a terminar tu baño, después de todo la cena puede esperar —dijo antes de comenzar a besarle los dedos de los pies. Con la mano libre comenzó a desabrocharse la camisa finalmente la tironeo dejándola caer al suelo, se levantó para terminar de desvestirse y se introdujo en la tina con Harry.
Cuando los ojos de ambos se encontraron cada uno pudo leer lo mismo en los ojos del otro: el puro y simple sentimiento de lujuria. —James Black—exclamó Lucius —finalmente esta noche serás completamente mío. — Harry no pudo evita gemir ante las palabras del hombre, agarró la nuca de Lucius y lo atrajo hacia él y comenzó a besarlo. Mientras Lucius acariciaba el exquisito cuerpo de Harry, este se preguntaba si no estaba poniendo en riesgo toda la misión, accediendo a acostarse con el hombre en cuestión. Sin embargo su curiosidad le ganó y pronto se encontró respondiendo a las insistentes caricias del hombre. Lucius besaba sus pecho y lamia sus pezones con desesperación al mismo momento en que se posicionaba en la entrada de Harry se introducía en el con una sola embestida.
***
Después de haber eliminado los restos de espuma que cubrían sus cuerpos, abandonaron el baño, Harry se cubrió rápidamente con una bata de baño, mientras Lucius con una toalla alrededor de la cintura se dirigió a Harry.
—Creo que es momento de que continuemos con nuestros planes para esta noche, te espero en mi habitación. —sin una palabra más se dio la media vuelta y salió de la habitación con dirección a la suya, el sexo había sido increíble y si no tenia cuidado podía terminar prendado de este joven. Entró a su habitación y se dirigió al closet, eligió una camisa blanca y unos pantalones negros, nada muy complicado, no esperaba estar vestido durante mucho tiempo.
Apenas había terminado de vestirse cuando alguien llamo a la puerta.
—Adelante.
La cabeza de James fue lo primero que vio, seguido por el resto de su cuerpo del joven. También estaba vestido casualmente, seguramente había tenia la misma idea que el. Todavía tenía el cabello húmedo y sus ojos brillaban nuevamente, esta vez sin embargo no pudo identificar la razón.
—James, siéntate por favor —dijo Lucius, mientras le ofrecía una copa llena de liquido rojo —debes probar este vino, ya sé que a ti no te gustan mucho los vinos, pero es algo que yo mismo he probado solamente un par de veces.
—Lucius por favor no insistas, a estas alturas ya sabes que no comparto tu afición por los vinos — dijo Harry mientras meneaba la cabeza y rechazaba la copa al mismo tiempo con la mano. Desde un principio había expresado lo mucho que detestaba el sabor del vino. Harry de hecho si disfrutaba una buena copa de vino, pero cuando estaba con Lucius Malfoy no era Harry si no James Black y el bebía solamente café o agua.
Lucius estaba a punto de decir algo más cuando su teléfono timbró. Una vez que hubo verificado el número, contestó.
—Hijo ¿como estas? Espero que bien
Harry solamente pudo escuchar el sonido amortiguado de una voz al otro lado del teléfono, pero por más que trataba de escuchar con atención, no puedo entender que era lo que decía.
—Ok, entonces te espero— concluyo Malfoy y colgó el teléfono
— ¿Hijo? —pregunto Harry con un aire sorprendido alzando las cejas.
Se llama Draco —respondió Lucius — ahora se encuentra en Ámsterdam, así que debe llegar aquí en un par de horas, al parecer quiere hablar conmigo de algo muy importante.
Por un momento el rostro de Harry reflejo una sombra de inseguridad la cual no paso desapercibida por Malfoy, el cual atribuyó a la decepción de no estar solos.
—No te preocupes—le aseguro Lucius mientras le acariciaba la mejilla —no permitiré que se quede aquí más de lo necesario. Sé que tienes que volver a Londres la próxima semana y quiero disfrutar nuestros últimos días juntos.
Harry medito la situación por un momento, si Draco Malfoy estaba en camino a Venecia, podría deberse a un sin fin de razones, su preocupación inicial había sido un simple reflejo, no creía que tuviera nada que ver con que su cuartada hubiera sido descubierta, si fuera así, Harry ya estaría en las famosas celdas de detención de los Malfoy y no en la habitación de Lucius.
No le podía importar menos la razón que Malfoy junior tuviera para venir a ver a su padre, lo que realmente era importante ahora era el giro radical que tendría que darle a su plan, un par de horas no era suficiente para escapar de la isla, ni para borrar sus rastros de la casa como huellas o sirvientes que pudiesen reconocerlo, Lucius tampoco había bebido ni una sola gota de vino, así de pronto, un plan perfecto se había convertido en un completo desastre.
El veneno que habían mezclado en la botella de Bordeaux y que ya estaba servido en las copas, era tan potente que media copa de vino era mortal, no tenía planeado estar en cerca de él en el momento en que el veneno hiciera efecto, lo cual pasaría una hora después de haberlo ingerido. Para ese entonces el debería estar preparándose para dejar el país. La llegada de Draco sin duda era un inconveniente. En ese momento tomo una decisión.
Tomo la cara de Lucius entre sus manos, para poder mirarlo directamente a los ojos, sonrió y dijo —Creo que después de todo si te acompañare con una copa de vino.
