"El peor Dramione de la historia"
Una castaña de largo cabello rizado estaba inclinada sobre un libro de Historia de la Magia, estudiando, cuando sintió que una mirada recaía sobre ella.
Con un estremecimiento, apartó la vista del libro para fijarse en un rubio tan hermoso como ella que la observaba fijamente con sus ojos grises. Se ruborizó. ¿Por qué la miraba de esa manera? Ohh, sí, ella no lo sabía, pero se había desarrollado de una manera impresionante desde el último verano. Ahora tenía grandes senos y unas curvas envidiables, como las de Jessica Simpson. De una simple mojigata, pasó a ser la más sexy de toda la maldita escuela.
Draco Malfoy aún la seguía observando (casi se le salían lágrimas de los ojos por permanecer tanto tiempo sin pestañear).
"¿Por qué Malfoy me mira así? Dios mío. No lo resistiré. Creo que me orinaré encima de los nervios", razonó Hermione Granger, escondiéndose tras su libro con vergüenza.
El muchacho avanzó con tímidez hacia ella. Antes de darle tiempo a reaccionar, le quitó el libro de las manos. Hermione lo miró con enfado.
—¿Tienes algún problema?
—Sí. El problema es que estoy profunda, loca y desesperadamente enamorado de ti, Hermione.—declaró Draco con ternura (¿ternura? Sí, él, muy en el fondo, era toda ternura).
—¿Cómo?—exclamó ella.
—Lo descubrí recién mientras te miraba. Decidí que quiero ser bueno y casarme contigo.
—¡¡Oh, Draquito!! ¡Yo también te amo!
Hermione saltó de alegría, dejó caer su libro al suelo, decidiendo que estudiar ya no le importaba una mierda, y se colgó del rubio, rodeándole la cintura con las piernas. Acarició su musculoso torso propio de un modelo y dejó que él la manoseara hasta la saciedad, hasta que se hartaron de esperar y tuvieron sexo allí mismo, sobre la mesa de la biblioteca.
Madame Prince iba a regañarles, pero los gritos de los dos le impedían escucharla. Al final, se resignó y se dedicó a observar, sentada sobre una silla. Un par de estudiantes formaron un corro alrededor de la pareja y, con el paso del tiempo, comenzaron a correr apuestas sobre cuánto durarían amándose.
Pasaron tres días seguidos hasta que Draco y Hermione acabaron. Luna Lovegood sonrió soñadoramente cuando los demás le pagaron lo que le debían; ella había predicho tres días. Porque ella también había pasado por la cama de Draco y sabía de su inagotable energía, pero por si las dudas no lo reveló.
—¡Vamos a casarnos!—gritó Draco como un desaforado. Tomó a Hermione entre sus brazos, haciéndola sentir como Marianne Dashwood en Sentido y Sensibilidad, sólo que no tenía un caballo que montar.
Cinco minutos después, llegaron a la iglesia (tiempo récord), y se casaron en secreto.
Y fueron felices y comieron perdices.
EPÍLOGO
Diez años después
Cuando se enteró de la novedad, Ron Weasley quiso suicidarse, pero al final optó por volverse gay y, como venganza, se convirtió en el amante secreto de Draco. Harry, a su vez, se convirtió en el amante de Hermione, al tiempo que se casaba con Ginny Weasley. Ginny también se convirtió en la amante de Draco.
FIN
No le busquen sentido a la historia, señores. No lo tiene xD. Es otro de mis delirios...
