Capítulo1
- Un coche rojo y un monovolumen gris -
El pequeño coche rojo zumbaba alegremente por la carretera solitaria que llevaba a la playa. Sólo unos cuantos coches acompañaban en su trayectoria al sufrido utilitario, debido, con toda probabilidad a que había amanecido pocas horas antes.
Un flamante monovolumen gris metalizado alcanzó y adelantó rápidamente al automóvil rojo, perdiéndose tras una curva. Durante un breve lapso de tiempo los ocupantes de ambos vehículos pudieron verse las caras.
- ¡Eeeeey! – la chica que ocupaba el asiento del copiloto del coche adelantado alzó su voz por encima de la estridente música -. ¡Acelera, Ino, acelera! ¡Venga, vamos, píllalos!
- ¿Cómo voy a hacerlo? – se indignó la conductora-. ¡Voy al máximo, Sakura!
La chica del pelo rosa no hizo caso, quizás porque el volumen de la música le impedía oír bien a su amiga.
- ¡Venga, venga! –gritaba impaciente, mientras se esforzaba en abrir la ventanilla para asomar la cabeza -. ¡Acelera!
- ¡Que no puedo!
Las dos muchachas no dejaban de gritar sin llegar a entenderse, hasta que una mano femenina se deslizó con discreción desde el asiento de atrás y apagó la radio.
Súbitamente, se hizo el silencio. Sakura e Ino miraron inquisitivamente a la tercera ocupante del modesto automóvil. Ésta inhaló profundamente y soltó de golpe, cerrando los ojos para protegerse de la inminente explosión:
- Lo que Sakura quiere decir es que en el coche que nos ha adelantado iba Sasuke.
- ¿¡Queeeeé!? –gritó Ino, iniciando inmediatamente el zafarrancho de combate-. ¡Sakura, asómate por la ventanilla a ver si los ves! ¡Hinata, agárrate fuerte! ¿Por qué no me lo habías dicho antes? –mientras, el suelo del coche parecía a punto de ceder bajo la presión ejercida por el pedal del acelerador.
Hinata se acomodó de nuevo en el asiento de atrás, alejándose mentalmente del caos reinante en el interior del vehículo. Sin darse cuenta, sonrió al recordar cierta cabeza rubia que había vislumbrado en el asiento del copiloto del monovolumen plateado.
* * *
A cierta distancia de allí, la susodicha y despeinada cabeza rubia se volvió hacia el impasible conductor del citado monovolumen, cogiéndole del brazo.
- ¡Sasuke! ¡Era Sakura! ¡Sí, sí, Sakura iba en ese coche! ¡Sasuke, para! ¡¡Era Sakura!!
Dado que cada exclamación iba acompañada de un enérgico tirón de su brazo, el conductor se vio incapaz de mantener su impasibilidad, amén del control del coche.
- ¡Naruto! ¡Déjame!
- ¡Pero era Sakura! ¡Frena!
- ¡Que te calles!
Uno de los pasajeros se sintió obligado a intervenir.
- Sí, Hinata me dijo que Ino las llevaría a Sakura y a ella.
- ¡Ves! –le gritó triunfalmente Naruto a Sasuke. Luego, casi de casualidad, sumó 2 y 2-. Ah, ¿eso era el coche de Ino?
- Bueno, no sé de qué te quejas –replicó Kiba, irritado. Él era vecino de Hinata y, como consecuencia, la conocía de toda la vida. No había hablado mucho con Sakura (a la que tenía por una empollona engreída) ni con Ino (de quien pensaba que era superficial y tonta) pero sabía que, desde que Hinata las conoció, se sentía menos sola. Eso le bastaba-. Al menos, ella tiene coche.
- Es cierto, al contrario que otros, ¿no? –Naruto, vuelto en el sillón hacia atrás, sonreía provocadoramente.
- Callaos. Hemos llegado –declaró Sasuke.
Aparcó en un amplio terreno acondicionado expresamente para ello delante de la playa. Habían llegado un cuarto de hora antes de la hora estipulada pero el aparcamiento ya estaba medio lleno.
- Vosotros sois del Ashiô, ¿verdad? –los saludó una joven nada más salir del coche. Parecía unos cuantos años mayor que ellos y la placa de su pecho la identificaba como la monitora del instituto Ashiô Ten-Ten.
- ¿Vuestros nombres? –pidió Ten-Ten con amabilidad.
- Yo soy Uzumaki Naruto, éste es Uchiwa Sasuke y esos son Inuzuka Kiba y Aburame Shino.
La monitora asentía mientras tachaba sus nombres de la lista de los alumnos que quedaban por llegar.
- Muy bien, perfecto. Naruto y Sasuke, vuestro grupo asignado es el 7 y está... –examinó con la mirada-. Allí, delante del laboratorio número 2 – los chicos no comprendieron a qué se refería-. Este es vuestro primer año en el proyecto Comunidad, ¿verdad? – la joven sonrió -. Bueno, ¿veis esas furgonetas blancas allí? La segunda es vuestro laboratorio, estaréis allí toda la mañana y, por la tarde, se os asignará otro puesto, con otro profesor. Kiba y Shino... ¡woa! Vosotros estáis en el grupo 10 y saldréis con la zodiac a investigar en el mar. Llevaos comida, porque no volveréis hasta la tarde.
Unos diez minutos más tarde, Ten-Ten escuchó un rechinar de ruedas que se acercaba por la carretera, a la vez que una pequeña nube de humo se dibujaba en el limpio aire de la mañana. Buscó a su alrededor algún otro monitor pero todos estaban ocupados. Suspirando, fue a recibirlo, ¿por qué los más raros siempre le tocaban a ella?
