LUNA Y SOL

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PROLOGO 1

Hermanos lunares y hermanos solares

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- Tus ojos me gustan, son negros como la noche e interminable como el mar, son como dos cerraduras que dan muchísimas ganas de abrir y eso lo hace más especial.

- A mí me gusta tu cabello, es sedoso y brillante. Cuando te paras sobre algún haz de luz parece que gritara porque alguien lo tocara. Tiene el color de la medianoche frente al océano.

Hinata se sonrojo sin poderlo evitarlo como siempre.

- Perdiste otra vez – le sonrió Sasuke mientras se levantaba de su sitio y le ofrecía la mano.

- No puedo evitarlo, lo siento.

- Sabes que detesto cuando te disculpas.

- Lo siento.

- Ya vas otra vez.

Sasuke la tomo de la mano y la semi arrastro hasta la salida mientras le decía que algún día le enseñaría a tener más confianza en sí misma.

- Sasuke niisan es muy bueno conmigo, no creo que pueda llegar a ser tan duro como dices que será en el futuro.

Sasuke suspiro y le gruño – Todos los Uchihas somos orgullosos por naturaleza, somos duros y fuertes, somos los herederos directos de la voluntad del fuego. Cuando sea grande como Itachi niichan seré tan duro contigo que te hare llorar.

Hinata sonrió levemente mientras con un ligero toque de su dedo índice, rozaba la nariz respingada del Uchiha.

- Aunque tengas 40 y tengas nietos, siempre serás mi tierno Sasuke niisan.

Y corrió.

Antes de que Sasuke la atrapara y la colgara de un árbol.

Justo como hace cuatro días cuando quería practicar puntería.

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- Lo lamento tanto Sasuke niisan.

Sasuke no le respondió mientras observa el agua del lago de manera imperturbable. Su hermano Itachi acababa de destruir todo lo que él amaba; definitivamente no estaba de humor para nada ni nadie, ni siquiera para la niña de sus ojos, Hinata.

- Déjame solo.

Hinata lo hizo, lo dejo solo.

Por siete años.

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Hinata sonrió ligeramente mientras a la vez sentía la tristeza instalarse en su corazón.

No le había tocado en el mismo grupo que el de Naruto, el chico que le gustaba desde que tenía memoria. Al menos esperaba que le tocara en el grupo del Uchiha, siquiera… Pero este estaba en el mismo grupo que Naruto y Haruno Sakura.

Su debilidad siempre habían sido dos personas, el amor de su vida, Naruto Uzumaki, el niño de sus sueños y con quien se moría de amor. Finalmente estaba su hermano del alma, Sasuke Uchiha. Con quien no tenía una conversación desde hace varios años. Siete para ser exactos.

Cuando Sasuke le había pedido espacio para estar solo, ella se lo dio, esperando noches enteras por años a que la fuera a ver nuevamente en su espacio secreto tras el lago del Bosque Prohibido. Pero él nunca volvió.

Estaban en la misma clase juntos pero no se dignaba siquiera a mirarla.

Desde que su hermano Itachi destruyo su clan, Sasuke no era como lo había conocido. Era otro niño, uno que había olvidado como sonreír.

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- …mi sueño, bueno, más que un sueño es una meta, es destruir a alguien.

Sakura cayó al escuchar al chico de sus sueños mencionar la palabra destruir y la palabra alguien en una sola oración. Tenía que admitir que lo dicho por el muchacho era algo perturbador, para que negarlo. Pero Sasuke era guapo. Sus tendencias psicópatas no importaban, ella haría que él cambiara con el tiempo.

Naruto simplemente ignoro lo que el pelinegro dijo mientras se preguntaba si Sakura quería salir con él alguna vez y como haría para lograrlo.

Kakashi supo que ese grupo simplemente desaprobaría.

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Acababa de llegar de la misión del país de las olas, así que lo único que quería era descansar, dormir en mullida cama y no despertar hasta mañana. Sin embargo, Sasuke supo que no sería posible cuando recibió una débil tocada en su puerta, sopesando que a lo mejor alguno de sus compañeros o maestro hubieran ido a verlo y malogrado los planes de su mente.

Dudo en acercarse si quiera a la puerta.

Aunque el débil sonido no volvió a escucharse nuevamente.

Sasuke decidió levantarse y aclarar su duda sobre quien estaría tras esa puerta. Al abrir descubrió con algo de curiosidad que no había absolutamente nadie ahí. Solo había en el suelo un vaso de cristal lleno de agua cristalina hasta el tope y una rama de roble con dos hojas pequeñas, flotando sobre el agua del vaso.

Alzo una de sus cejas algo confundido por dicha "sorpresa".

Miro a ambos lados de su casa, ni una sola presencia cerca.

Solo tomo el vaso y decidió ingresarlo a su casa para pensar mejor ahí dentro.

Al final solo dejo el vaso en la mesa y se quedo dormido mirándolo. Realmente estaba cansado, le dolía la espalda por las heridas que tenia.

- Me gustan tus manos, son pequeñas pero cuando crezcan serán las de un duro ninja como siempre dices que serás – una risa distorsionada – estas manos serán las salvadoras de muchas personas. Son manos de un ninja que será un genio y ayudara a levantar al resto. Son tus manos, Sasuke niisan… solo por eso son especiales.

Sasuke despertó con algo de somnolencia, hace mucho tiempo no soñaba con el pasado. Era un recuerdo de Hinata con apenas cuatro años, sonrojada hasta las orejas mientras alagaba una parte de su cuerpo como especial para ella.

Miro nuevamente el vaso dándose cuenta por fin lo que significaba. Con ello en mente se volvió a acostar pero esta vez con una meta adicional que la de destruir a alguien.

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El día que Hinata salió de su hogar temprano y encontró a su compañero Sasuke Uchiha en su puerta, de brazos cruzados y apoyados contra la pared, creyó que le daría un soponcio. Era una sorpresa terrible que la estuviera buscando.

- Ha pasado mucho tiempo desde que hablamos – menciono Hinata caminando al lado de Sasuke, quien solo caminaba sin ningún punto al que llegar.

- Hmph.

- Al final, te convertiste en alguien quien siempre soñaste ser.

Sasuke volteo a verlo confuso, aun no era un ninja de renombre…

Hinata le sonrió dulcemente – un duro y amargado ninja.

Sin poderlo evitar, Sasuke sonrió con algo de arrogancia.

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- ¿Aun le tienes ese amor irrefrenable a los rollos de canela, eh?

Ya había pasado un mes desde que Sasuke la había ido a buscar a su hogar y desde entonces, todos los días que no tenían misión ambos salían a cualquier lugar a conversar. Como en los viejos tiempos.

El restaurant al que había decidió entrar servían unos deliciosos postres que Hinata adoraba pero Sasuke detestaba.

- Y tú sigues odiando el dulce – complemento la Hyuga viendo a Sasuke tomar su te de una manera muy tranquila – me pregunto por qué.

- No es nada del otro mundo.

- Quisquilloso.

Sasuke chasqueo la lengua.

- Ya veremos qué dices cuando te traiga esa sopa de calabaza que taaaanto te gusta.

Hinata se atraganto con el pedazo de dulce que aun mantenía en su boca y con señas le rogo perdón a Sasuke.

Este solo la miraba divertido. Hinata seguía odiando la sopa de calabaza.

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El agua empezó a salpicar sus pies y las rocas a los costados cuando Hinata chapoteo sobre el lago del Bosque Prohibido.

- ¿Qué tal estuvo su misión?

- Sencilla…

Hinata le sonrió con dulzura y algo de burla - ¿Cómo siempre?

- Como siempre – le respondió de la misma manera.

- A veces siento que Sasuke niisan es algo presumido.

Sasuke solo se limito a alzar los hombros mientras le guiñaba el ojo – que puedo decir, soy demasiado fuerte.

- Y… - Hinata iba a continuar con su pregunta pero la calentura en sus mejillas hizo que se callara y volteara hacia otro lugar. Sasuke no insistió porque sabía que la niña lo terminaría diciendo tarde o temprano.

Luego de unos momentos le pregunto.

- ¿Cómo va Naruto kun?

- Aun no entiendo que le ves a ese idiota.

- ¡No es un idiota! Naruto kun es…

- Una terca mula.

- Él no…

- …y un roba imouto.

Hinata le sonrió desde su posición mientras seguía saltando y salpicando con sus pies en el lago. Sasuke tampoco siguió la conversación mientras el sol se ponía y el calor dejaba de ser tan fuerte.

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Hinata supo que Sasuke estuvo en problemas y por eso ahora mismo estaba en el hospital. Lo había ido a ver a medianoche porque toda la mañana y tarde se la pasaba durmiendo mientras Sakura Haruno lo miraba con los doloridos y entristecidos.

Hinata sentía una pena muy grande por la chica de cabellos rosados. Cuando hablaba con Sasuke sobre ella, él le decía que era una niña muy molesta, fastidiosa, hipócrita y gritona. Sin embargo, esa niña se desvivía por él y Hinata era espectadora de ese amor que la niña le profesaba al Uchiha mientras el ninja dormía.

Hinata no quería interrumpir por eso no entraba a la sala.

Cuando Sasuke despertó lo fue a ver entrando por su ventana de manera ilegal.

- Te tardaste – le dijo el niño con los ojos cerrados y acurrucado entre las sabanas.

- No podía entrar con Sakura chan aquí.

- Lo sé, ya olvide porque decidimos mantener nuestra amistad en secreto.

- Yo también – le dijo Hinata mientras se acercaba a su cama y acariciaba el cabello del pelinegro con dulzura.

Sasuke no abrió los ojos y se dejo hacer.

- Sakura chan está preocupada por ti, la he visto estos días siendo muy puntual contigo. Cambia tus flores a diario y se preocupa por cada movimiento que haces. Toma tu mano cuando puede tratando de pasarte su chacra. Lo veo con mi Byakugan.

- Es una tonta.

- Deberías darle una oportunidad.

- No quiero niñas hipócritas como ella en mi vida.

Hinata suspiro, al menos lo había intentado pero Sasuke era muy terco.

- Ella era una alumna predilecta en el salón.

- Tenia uno de los mejores promedios, si – complemento Hinata mientras Sasuke se daba la vuelta y le daba la espalda en la cama.

- Si te soy sincero, pensé que con mi frialdad ella se desinteresaría de mí pero era tan insistente y molesta.

Hinata lo miro con pena, sabía que Sasuke odiaba con todas sus fuerzas a esas niñas que no entendían un no por respuesta.

- Cuando la eligieron en mi equipo con Naruto, supe que sería un desastre. Pero decidí darle esa oportunidad que me dices ahora, aunque a mi manera.

Hinata pestañeo ¿era en serio?

- Hay un tipo de persona que odio más en el mundo, y es esa persona que te muestra su mejor lado pero al final termina siendo otra. Justo como él.

Itachi, Hinata lo sabía bien.

- Sakura es justo así. Desprecia a Naruto por ser huérfano y a mi dice "amarme" aunque también soy huérfano. ¿Entiendes lo ilógico de eso? Me da asco.

- Ella solo juzga a Naruto como todo el pueblo… Porque sus padres así se lo enseñaron. Como los míos y seguramente los tuyos.

- Pero Sakura no lo pensó como nosotros. Ella no piensa, es una idiota débil e hipócrita que no quiero en mi maldita vida.

- Sasuke niisan…

- No Hinata, no insistas.

La niña solo suspiro al saber que era una batalla que no ganaría.

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Hinata escucho toda la conversación que Kakashi sostuvo con Sasuke luego de que este se peleara seriamente con Naruto en el techo del hospital.

Lloro por ambos mientras abrazaba sus piernas y se preguntaba porque no había estado ahí para detenerlo.

- Lo escuchaste todo, eh.

- ¿Tomaste tu decisión, verdad?

Sasuke sonrió internamente mientras asentía sabiendo que Hinata no lo veía por estar apoyada en la otra rama de aquel árbol.

- ¿Te irás?

- Quiero ser fuerte, Hinata.

- Yo lo sé, pero… existen maneras de ser fuerte sin tener que irte.

Sasuke suspiro mientras apoyaba la cabeza en el tronco del árbol una última vez.

Se levanto mientras la niña Hyuga seguía ahí sentada. Antes de poderle contestar sintió unas presencias peligrosas que se acercaban a ellos.

- Vaya, vaya, que tenemos aquí…

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Sakura no pudo despedirse de él. Ni siquiera lo vio partir de la aldea, solo supo al día siguiente que él había desaparecido. Lo peor es que no solo toda la aldea estaba conmocionada por la noticia del único Uchiha sobreviviente desaparecido. Sino de que no se había ido solo.

Se había ido con Hinata Hyuga, heredera de su clan.

Ahora mismo, Sakura estaba despidiendo a Naruto que junto a sus compañeros gennin irían a por Sasuke y Hinata a traerlos de vuelta.

- Promételo, que lo traerás de vuelta.

Lloro Sakura mientras Naruto observaba con dolor en su corazón como la niña de ojos jade lloraba por su compañero. Observo su sufrimiento y le ofreció su lealtad.

- Te lo prometo.

Era hora de partir.

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Sakura vio cuando Kakashi ingresaba a la aldea con Naruto en brazos. Lo vio dormir mientras su maestro le decía que lo acompañara al hospital.

- ¿Y Sasuke kun?

Kakashi la miro seriamente mientras la pelirosa solo giraba la cabeza para buscar al Uchiha.

- El se fue, Sakura.

La lluvia tapo las lágrimas que de pronto empezaron a bajar por los ojos jades de la niña. Kakashi sabía que ella lloraría, pero ahora mismo la necesitaba para Naruto.

- Sakura, escúchame.

Ella volteo a verlo mientras sus ojos vacios le decía que intentaría prestarle atención. Había perdido su brillo.

- Sasuke no te necesita en estos momentos, él se fue. Pero recuerda que tú tienes dos compañeros, no solo uno. Tienes otro y él te necesita ahora.

- Yo… - Sakura parecía no reaccionar.

- Acompaña a Naruto en el hospital, Sakura.

Ella agacho la mirada – Naruto no cumplió su promesa. No trajo a Sasuke de vuelta.

- Lo intento, Sakura.

- ¡Intentarlo no basta! No cumplió su promesa, Kakashi sensei.

El de cabellos blancos se quedo callado mientras la niña le gritaba. La lluvia no tapo ninguno de sus gritos lastimeros pidiendo tener a Sasuke a su lado otra vez.

- Sakura, ¿odias a Naruto por no traer a Sasuke de vuelta?

La niña respondió rápidamente y sin pensar – en lo absoluto.

Sus ojos vacios volvían a tener color.

- Naruto es un tonto pero es alegre e hiperactivo. Él brilla como el sol. No puedo odiarlo.

- Entonces… ¿me prometes que cuidaras de él durante su estadía en el hospital?

- Lo prometo.

Kakashi le sonrió mientras con su dedo índice limpiaba una de las lágrimas de Sakura.

- Eres una llorona pero al igual que Naruto, tu brillas. Tu y Naruto son como el sol.

Ella le sonrió.

- Sasuke kun es nuestra luna.

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Naruto tenía que irse y Sakura muy en su interior no quería que él se fuera. Que la dejara sola, que se hiciera fuerte dejándola muy atrás.

- Me tengo que ir, Sakura chan.

- Lo sé.

- Tú… ¿me extrañaras?

Sakura lo miro dos segundos para luego carcajearse.

- Eres un idiota, Naruto.

Contra todo pronóstico, Sakura se le tiro en brazos mientras enterraba su cabeza en la curvatura del cuello de Naruto, el niño se sonrojo hasta más no poder.

- Lamentare cada día por no escucharte pedirme ir a comer ramen.

Naruto sintió el calor de Sakura atravesar su ropa mientras con algo de curiosidad por dicho abrazo tan sorpresivo, envolvía el menudo cuerpo de su compañera.

- Volveré y te aseguro que comeremos ese ramen.

- Vaya que lo sé. Tonto.

Sakura se despego de él y le ofreció su dedo meñique en señal de promesa. Naruto envolvió su dedo en seguida con el de ella.

- Es la promesa del sol – menciono Sakura con determinación.

- Aun no entiendo porque Kakashi nos dice que parecemos soles.

- Es nuestro maestro, el nos conoce más que nadie. Así que debe ser cierto.

Naruto le sonrío – eres mi novia solar entonces.

Sakura lo termino golpeando – soy tu hermana solar, zopenco.

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- No esperaba menos de ti, Sasuke kun.

Hinata solo observaba como Sasuke se separaba de Orochimaru e iba en su dirección.

- Sus entrenamientos son muy rigurosos.

- ¿Quieres regresar a la aldea?

- En lo absoluto. Aquí seré fuerte.

Hinata sabía que él no desistiría. Por eso lo acompañaría. Porque ella era su hermana menor, porque le juro a la luna que lo acompañaría y lo protegería.

Porque él la necesitaba.

Y ella se quedaría con él hasta que cumpliera su meta.